Nuestro objetivo era presentar un resumen de la versión de 2010 de la guía de la Asociación Europea de Urología (EAU) para el cribado, diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata (CP) clínicamente localizado.
MétodosEl grupo de trabajo realizó una revisión de los nuevos datos aparecidos desde 2007 hasta 2010 en la literatura. Las guías se actualizaron y el nivel de evidencia y grado de recomendación se incorporaron al texto basándose en una revisión sistemática de la literatura, que incluía una búsqueda en las bases de datos en línea y revisiones bibliográficas.
ResultadosExiste una versión completa disponible en las oficinas o el sitio web de la EAU (www.uroweb.org). Los indicios actuales son insuficientes para garantizar un cribado extendido del conjunto de la población mediante el antígeno prostático específico (APE) para el CP. El método diagnóstico de elección es la biopsia sistematizada de la próstata bajo control ecográfico con anestesia local. El seguimiento activo representa una opción viable en varones con CP de bajo riesgo y una larga esperanza de vida. Un tiempo de duplicación del APE < 3 años, o una progresión en la biopsia, indicaría la necesidad de intervención activa. En varones con CP localmente avanzado en los que la terapia local no sea obligatoria, la espera en observación (watchful waiting [WW]) es un tratamiento alternativo a la terapia de bloqueo hormonal o de privación androgénica (TPA), con una eficacia oncológica equivalente. El tratamiento activo se recomienda en la mayoría de los pacientes con enfermedad localizada y una larga esperanza de vida, siendo la prostatectomía radical (PR) superior a la WW en un ensayo aleatorio prospectivo. La PR con conservación nerviosa es la técnica de elección en la enfermedad limitada al órgano; el bloqueo hormonal neoadyuvante no ha demostrado una mejoría en las variables de resultados. La radioterapia debe realizarse con al menos 74Gy en el CP de bajo riesgo y con 78Gy en el que presenta un riesgo intermedio/alto. Para casos en los que la enfermedad esté localmente avanzada la TPA adyuvante durante tres años logra tasas de supervivencia superiores a nivel general y específico de la enfermedad, y supone el tratamiento preferido. El seguimiento tras terapia local se basa principalmente en los niveles de APE, estando la anamnesis específica de la enfermedad con diagnóstico por imagen sólo indicada cuando aparecen los síntomas.
ConclusionesLo que se conoce acerca del campo del CP está cambiando rápidamente. Esta guía de la EAU para el CP resume los hallazgos más recientes y los aplica a la práctica clínica.
Our aim was to present a summary of the 2010 version of the European Association of Urology (EAU) guidelines on the screening, diagnosis, and treatment of clinically localised cancer of the prostate (PCa).
MethodsThe working panel performed a literature review of the new data emerging from 2007 to 2010. The guidelines were updated, and level of evidence and grade of recommendation were added to the text based on a systematic review of the literature, which included a search of online databases and bibliographic reviews.
ResultsA full version is available at the EAU office or Web site (www.uroweb.org). Current evidence is insufficient to warrant widespread population-based screening by prostate-specific antigen (PSA) for PCa. A systematic prostate biopsy under ultrasound guidance and local anaesthesia is the preferred diagnostic method. Active surveillance represents a viable option in men with low-risk PCa and a long life expectancy. PSA doubling time in < 3 yr or a biopsy progression indicates the need for active intervention. In men with locally advanced PCa in whom local therapy is not mandatory, watchful waiting (WW) is a treatment alternative to androgen-deprivation therapy (ADT) with equivalent oncologic efficacy. Active treatment is mostly recommended for patients with localised disease and a long life expectancy with radical prostatectomy (RP) shown to be superior to WW in a prospective randomised trial. Nerve-sparing RP represents the approach of choice in organ-confined disease; neoadjuvant androgen deprivation demonstrates no improvement of outcome variables. Radiation therapy should be performed with at least 74Gy and 78Gy in low-risk and intermediate/high-risk PCa, respectively. For locally advanced disease, adjuvant ADT for 3 yr results in superior disease-specific and overall survival rates and represents the treatment of choice. Follow-up after local therapy is largely based on PSA, and a disease-specific history with imaging is indicated only when symptoms occur.
ConclusionsThe knowledge in the field of PCa is rapidly changing. These EAU guidelines on PCa summarise the most recent findings and put them into clinical practice.
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