El carcinoma renal de novo en el trasplante renal es una situación poco frecuente pero no excepcional, de mucha trascendencia por la potencial mortalidad del receptor o pérdida del injerto. El objetivo de nuestro trabajo es conocer el manejo y evolución de estos tumores en nuestra unidad de trasplante renal.
Material y métodosAnalizamos los casos de tumor renal de novo entre los trasplantados de los últimos 17 años en nuestra unidad de trasplante renal, detectando 3 casos de carcinoma de células claras y uno de carcinoma papilar sobre el injerto. Se realizó seguimiento desde el punto de vista oncológico y de función renal, y se analizó la respuesta a cambios en la inmunosupresión.
ResultadosEn todos los casos se practicó tumorectomía, precisándose en el paciente con carcinoma papilar trasplantectomía posteriormente. En ningún caso hubo complicaciones quirúrgicas relevantes.
Además, se realizó conversión a un inhibidor de señales de proliferación o inhibidor de la mTOR y retirada completa de anticalcineurínicos.
Con un seguimiento medio de 43,5 meses (15-61) los 3 pacientes con carcinoma de células claras sobreviven con buena función del injerto y sin datos de recidiva tumoral. El paciente con carcinoma papilar realiza seguimiento en otro centro hospitalario.
ConclusionesLa cirugía conservadora, junto con la conversión a un inhibidor de señales de proliferación, parecen ser una opción segura para el tratamiento de tumores primarios en injerto renal, ofreciendo buenos resultados oncológicos y en cuanto a función renal a corto y medio plazo.
De novo renal carcinoma in kidney transplants is an uncommon but not exceptional condition and is of significant importance due to the potential for recipient mortality and graft loss. The aim of our study was to determine the management and outcome of these tumors in our Kidney Transplantation Unit.
Material and methodsWe analyzed cases of de novo kidney tumors among patients who underwent transplantation in the last 17 years in our Kidney Transplantation Unit. We detected 3 cases of clear cell carcinoma and 1 case of papillary carcinoma on the graft. We conducted follow-up on the tumor and renal function and analyzed patient responses to changes in immunosuppression.
ResultsTumorectomy was performed in all cases, and subsequent transplantectomy was required for patients with papillary carcinoma. None of the patients had relevant surgical complications.
We also changed the patients’ regimen to a proliferation signal inhibitor or mTOR inhibitor and completely withdrew all anticalcineurin agents.
With a mean follow-up of 43.5 months (15-61), the 3 patients with clear cell carcinoma survived with good graft function and with no evidence of tumor recurrence. The patient with papillary carcinoma underwent follow-up at another hospital center.
ConclusionsConservative surgery along with conversion to a proliferation signal inhibitor appears to be a safe option for treating primary tumors in kidney grafts and offers good oncological and renal function results in the short and medium term.
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