Los aneurismas de la arteria axilar son extremadamente raros. Es más frecuente el hallazgo de seudoaneurismas debido a traumatismos o de causa iatrogénica. Pueden causar complicaciones vasculares o nerviosas por compresión, eventos tromboembólicos y tienen riesgo de rotura, por lo que deben ser tratados1,2.
Caso clínicoVarón de 41 años, sin antecedentes de interés, de profesión leñador, con uso a diario de sierra a motor. Fue valorado por hallazgo de masa pulsátil en zona axilar derecha, sin clínica asociada. A la palpación se encontró una masa pulsátil en hueco axilar derecho de 2cm de diámetro aproximadamente, sin otros hallazgos. La tomografía computarizada de aorta torácica y troncos supraaórticos (fig. 1) únicamente objetivaba un aneurisma fusiforme de 35mm de longitud y 19mm de diámetro a nivel de la arteria axilar derecha. El resto de la arteria era permeable y de calibre normal. Se programó para realización de bypass axilo-axilar.
Previa localización con ecografía, se realizó una incisión a nivel axilar derecho, longitudinal al recorrido de la arteria axilar, sobre la zona aneurismática. Se disecó por planos, con especial cuidado de respetar el plexo nervioso, hasta localizar el aneurisma, comprobando los extremos proximal y distal de calibre normal, sin alteraciones superficiales. Se heparinizó y se realizó clampaje axilar y aneurismotomía longitudinal. El aneurisma no presentaba falsa luz, correspondiendo con los hallazgos por imagen preoperatorios de aneurisma y no de seudoaneurisma. Se usó injerto de vena safena mayor invertida para el bypass axilo-axilar, con anastomosis término-terminal a nivel proximal y distal (fig. 2). Finalizado el procedimiento, se comprobó flujo pulsátil distal con Doppler y la presencia de pulso radial. La microbiología de la muestra quirúrgica fue negativa y la patología no reveló hallazgos.
DiscusiónLa etiología principal de las dilataciones de arteria axilar, que son poco frecuentes, son los seudoaneurismas postraumáticos. No obstante, se han descrito en la literatura casos de aneurismas verdaderos en la arteria axilar debido a microtraumatismos repetidos en el tiempo en los que la relación causa-efecto es muy difícil de demostrar. Además, el diagnóstico puede pasar desapercibido hasta la presencia de complicaciones, pues la riqueza en colaterales de las arterias braquial y axilar enmascara en muchas ocasiones un síndrome isquémico, siendo diagnosticado de forma casual o por complicaciones neurológicas compresivas2,3.
El diagnóstico diferencial y de extensión se debe realizar con el aneurisma micótico con posible origen en endocarditis infecciosa4, y con el síndrome de Marfan, que produce una debilidad en la pared arterial, provocando aneurismas a diferentes niveles y disecciones aórticas5.
El tratamiento quirúrgico electivo tiene bajo riesgo y previene cirugías emergentes ante posibles complicaciones1,2. Se puede realizar cirugía abierta o endovascular, teniendo especial cuidado en la cirugía abierta la conservación del plexo nervioso braquial2,6. En caso de realizar un bypass, se prefiere utilizar injerto venoso dado su permeabilidad a largo plazo2. El tratamiento endovascular se suele reservar a casos en los que no se dispone de injerto venoso de calidad7, pero la axila se trata de una zona anatómica de flexión, prefiriendo la cirugía abierta para garantizar una permeabilidad mayor del bypass a largo plazo. El caso clínico presentado tenía un aneurisma aislado de la arteria axilar en el que se realizó un bypass axilo-axilar con injerto de vena safena. Sin hallazgos en la microbiología y la patología, se asume como causa más probable la traumática ocupacional.