Desde que el escritor y filósofo griego Esopo (siglo vi a. C.) escribiera El cuento de la lechera existen numerosas versiones de su famosa fábula. Este cuento ha dado lugar a una expresión popular que se usa cuando alguien imagina o sueña algo imposible. Su significado es similar a la expresión «Hacer castillos en el aire» (hacerse ilusiones).
Nuestro predecesor en Angiología, el Dr. Vaquero Morillo, que deseaba lo «imposible», retomó este tema y escribió su propia versión1. Ella ha servido de acicate al actual equipo directivo de la revista.
Hace solo 3 años, decía Vaquero Morillo: «…entonces cambiaremos de Editorial para que tengamos una revista del siglo xxi, contratando una de las de mayor prestigio, renovaremos el comité editorial, agilizando lo mejor posible el circuito de revisión de un artículo, la sanearemos económicamente haciéndola autosuficiente, la prepararemos para presentarla a indexación contando con la ayuda de personalidades de prestigio para que nos presten su aval con dicha finalidad, nos presentaremos y aprobaremos…».
Pues bien la fábula de Esopo finaliza cuando el cubo que lleva la lechera en su cabeza se cae al suelo y se derrama su preciado contenido. De forma simbólica, la revista Angiología que tiene un gran cubo o continente (una especialidad médica y una sociedad científica que la agrupa), ha adolecido históricamente de contenido científico por escrito (artículos originales —investigación— en cantidad y calidad) lo cual siempre dificultó poder diseñar bimensualmente una revista de calidad que pudiera presentarse con garantías a la evaluación de las agencias internacionales de mayor prestigio.
Hace un año nos propusimos, entre otros objetivos de la actual directiva de la revista2, hacer realidad el sueño de una inmensa mayoría de los angiólogos y cirujanos vasculares españoles: mejorar la revista y poder presentarla con cierta solvencia a la solicitud de indexación en PubMed/Medline.
Para ello, durante todo el año 2014 el equipo editorial ha trabajado duro, junto al apoyo incondicional de la directiva de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular, sus capítulos, secciones y grupos de trabajo. Pero lo más importante de todo ha sido la favorable respuesta de los asociados, residentes, médicos especialistas, jefes, etc. e incluso de cirujanos fuera del país, que nos permite decir, después de estos 12 meses, que el cuento de la lechera es posible. Haciendo un símil con una famosa canción, podríamos decir «Tengo una vaca lechera, no es una vaca cualquiera…», o lo que es lo mismo «Tenemos una especialidad, que no es una especialidad cualquiera, y que cuando quiere produce manuscritos originales, revisiones, etc.».
Y decimos esto porque nuestra «llamada a la acción» solicitada en numerosos frentes ha sido atendida. En nuestros primeros 6 meses ya teníamos cubiertas las necesidades de los primeros 6 números del 2014. Y al finalizar este primer año disponemos de material original, y de otro tipo (fig. 1) suficiente para confeccionar los 4 próximos números que enviaremos para ser evaluados. Desde hace años no se disponía de tanto y buen material. De este modo, nuestro primer objetivo (ver el sumario del n.o 1 —Enero-Febrero 2015—; que afortunadamente podremos repetir en los siguientes números) se ha cumplido; la revista ya presenta una nueva imagen3. Gracias.
Si logramos a principios del 2016 el objetivo de indexación en Medline, el éxito será de todos. El beneficio final será el reconocimiento externo del buen hacer de la angiología y la cirugía vascular española.