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Vol. 70. Núm. 6.
Páginas 207-208 (noviembre - diciembre 2018)
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Editorial
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El final de una etapa
The end of a stage
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José Antonio González Fajardo
Servicio de Angiología y Cirugía Vascular, Hospital Universitario 12 Octubre, Madrid, España
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Con este número llegamos al final de una larga etapa. Cerramos con Elsevier nuestro contrato de colaboración durante 10 años (enero-2009, diciembre-2018), en los que se ha dado un impulso de calidad y profesionalidad a la revista ANGIOLOGÍA. Muchas personas han hecho posible su publicación y se hace justo ahora reconocer la labor de todos ellos.

Esta singladura comenzó con Fernando Vaquero Morillo y Antonio Giménez Gaibar quienes hicieron posible la transición de Vigueras-editores a Elsevier. De esta manera, se comenzó otra forma de publicar la revista y donde se introdujo la plataforma EES de Elsevier para el trabajo editorial on-line: envío de manuscritos, corrección por revisores, recomendaciones y cambios, hasta que finalmente el editor aceptaba o rechazaba el artículo. Pero todo este esfuerzo hubiera sido baldío sin el apasionado esfuerzo de Francisco Lozano Sánchez, quien durante su mandato como Presidente de la SEACV suscribió el contrato con Elsevier y que con su encomiable energía fue un revulsivo para ANGIOLOGÍA. Nos propusimos entonces una meta que fue la Indexación de la revista y para ello se rediseñó sus contenidos, incluyendo nuevas secciones, se acometieron encargos de publicaciones, se pusieron en marcha talleres para estimular la publicación entre los más jóvenes (¿cómo escribir un artículo?), se redujo la publicidad comercial, se inició entonces una política activa para la captación de manuscritos y se consiguió la introducción en servidores internacionales de búsqueda bibliográfica. Incluso llegamos a reunirnos semestralmente en Tordesillas para utópicamente ir sentando las bases de mejora de la revista. Todo ese esfuerzo y trabajo se tradujo lamentablemente, en el crecimiento de tan sólo unas décimas del índice de impacto cuando ésta fue re-evaluada. Además, el balance económico, que durante años fue positivo, se convirtió en una carga para la SEACV. Los anunciantes se redujeron, tal vez fruto de las nuevas tecnologías, mientras el contrato económico se mantuvo elevado. El número extraordinario del Congreso anual desapareció y una publicación como ANGIOLOGÍA se convirtió hasta en un cierto lastre para la propia Sociedad. El análisis crítico de este denostado esfuerzo podría ser que tenemos una sociedad incapaz de generar suficientes contenidos científicos para estar en una primera línea y/o que tal vez Elsevier no puso el suficiente empuje o parte de su conocimiento para que esas mejoras se tradujeran en éxito. De esa época, de hasta cinco originales por número, lo más positivo fue descubrir la gran difusión que por internet obtenía la revista: hasta 236.000 visitas/ año. Ello nos ha dado una nueva visión de futuro donde la verdadera difusión comienza con un acceso abierto a los contenidos, algo que la política empresarial de Elsevier lo impide en este momento.

En este largo camino han sido numerosos los revisores y editores que con su generosa colaboración han hecho posible introducir la revisión por pares, los abstracts en inglés y el adoptar las recomendaciones y sugerencias a los autores como algo usual en una revista científica. Pero también personas como Rafael Alguacil o Manuel Rodríguez Piñero cuya silenciosa labor hicieron posible con su trabajo el conseguir los anuncios que sufragaron la revista, incluso en ciertas etapas generando beneficio económico.

Todo este esfuerzo de numerosas personas anónimas de la SEACV han hecho posible que ANGIOLOGÍA siga viendo su luz después de ser la revista decana de la especialidad. Pero también es justo reconocer a las personas de Elsevier con la que estos años hemos trabajado juntos: María Eugenia Eisman, Eva Sanz y Teresa Prieto. A todas ellas nuestro profundo agradecimiento porque sin su asesoramiento no hubiera sido posible la publicación bimensual de la revista.

Tal vez ahora también sea el momento de que nosotros nos pongamos las pilas y seamos críticos con nosotros mismos. ANGIOLOGÍA, como órgano de expresión de la SEACV, es una de las principales razones de ser de la propia sociedad. De hecho, todas las sociedades científicas tienen una revista o publicación que contribuye a hacerlas potentes y a cohesionarlas. No sabemos si eso está realmente interiorizado en nosotros. Cuesta explicar cómo de las numerosas comunicaciones y póster que se presentan a los diversos Capítulos, Secciones y Congresos Nacionales, tan sólo un escaso número llegan a ver su forma escrita. Y no vale justificar con que se publican internacionalmente, porque esto lamentablemente no ocurre y los índices bibliométricos de la especialidad lo señalan. También se hace difícil entender la formación como médico interno residente (MIR) sin que se estimule desde las propias unidades docentes la publicación de artículos, cuando este ejercicio contribuye a la lectura crítica de otros manuscritos y al propio conocimiento de quien lo escribe. Tal vez la Comisión Nacional de la especialidad e incluso los propios MIR deberían exigirlo como requisito. En fin, nos queda un largo trecho que caminar y tal vez de cambiar hábitos en las propias estructuras de nuestra sociedad para que hagan posible un futuro más halagüeño. De cualquier manera, gracias a todos por vuestra colaboración que justifica nuestra altruista tarea.

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