Respuesta de los autores. Es muy importante para nosotros saber de la existencia de otros grupos que preconizan y abogan por la cirugía vascular abierta, ya que, en los últimos años, se ha visto en detrimento debido al importante auge que han experimentado los procedimientos endovasculares. Todo esto ha provocado que hoy en día haya cada vez menos adjuntos que puedan realizar endarterectomías (TEA) del sector ilíaco con garantías. Esta situación inevitablemente repercute directamente en la formación de los residentes, ya que puede ocurrir que en todo su período de formación no sólo no realicen sino no presencien una TEA del sector ilíaco. Todo esto sitúa a esta técnica en una situación crítica en real peligro de extinción.
En lo que respecta a la técnica quirúrgica, estamos completamente de acuerdo con lo expuesto por el comentarista; nos ha faltado describir exhaustivamente la técnica que realizamos habitualmente, pues pensábamos que los lectores la conocían.
La clasificación clínica de los pacientes tratados ha sido modificada respecto a la idea inicial y se ha especificado según la clasificación de Fontaine (IIb, III y IV) y no respecto a clínica claudicación frente a isquemia crítica, ya que nos pareció, como bien se apunta, más real y fiable.
Incluir la clasificación TASC II está relacionado con un trabajo nuestro que se presentó como comunicación oral en el congreso nacional del año 2007, aunque los resultados no han sido publicados.
Con lo expuesto en nuestro artículo, creemos que la endarterectomía del sector ilíaco constituye una técnica útil, que no debe perderse y que debe transmitirse a los cirujanos vasculares en formación para que forme parte de sus recursos quirúrgicos a la hora de solucionar los problemas vasculares que los pacientes puedan presentar.