Las lesiones del tronco tirocervical son raras debido a su localización profunda en el cuello, y su causa más frecuente es la punción accidental de la arteria durante la cateterización de la vena yugular interna o de la vena subclavia [1]. Su presentación clínica, por tanto, suele ser aguda en forma de masa pulsátil en el cuello, dolorosa o en forma de sintomatología derivada de fenómenos de robo. Menos frecuente es su presentación tardía en casos de pseudoaneurismas por traumatismos cerrados.
Caso clínico. Mujer de 66 años que consultó por una tumoración supraclavicular derecha de larga evolución, con crecimiento durante las últimas semanas acompañado de dolor y mareos ocasionales. Entre sus antecedentes destacaba un accidente de tráfico hacía más de 20 años con traumatismo torácico y cervical cerrado por el cinturón de seguridad. No constaban intentos previos de canulación de los vasos cervicales. En la exploración, llamó la atención la existencia de una masa supraclavicular no pulsátil, no dolorosa, de unos 3 cm de diámetro. Se auscultó además un soplo supraclavicular. La angiorresonancia demostraba la existencia de un pseudoaneurisma del tronco tirocervical de 2,5 cm de diámetro (Fig. 1).
Cuando se discutió el caso, se decidió un tratamiento endovascular por vía femoral derecha, cateterizar selectivamente la arteria y embolizar el vaso con coils (Fig. 2). El postoperatorio transcurrió sin incidencias y la paciente fue dada de alta a las 24 h. A los tres meses, la enferma se encontraba asintomática, la masa cervical había desaparecido y en la angiorresonancia de control se constató la ausencia de fugas y la desaparición del pseudoaneurisma (Fig. 3).
Discusión. El diagnóstico de sospecha de los pseudoaneurismas del tronco tirocervical es clínico, aunque debe completarse con un eco-Doppler y es muy recomendable realizar una angiografía o una angiorresonancia si se plantea su reparación quirúrgica. De hecho, son estas pruebas de imagen las que determinan la actitud terapéutica.
Si se trata de un defecto parcial en la pared del vaso, puede estar indicada la reparación con un stent cubierto [2]. La cirugía abierta es una alternativa eficaz y segura, pero el control de los vasos a través de una incisión cervical puede ser dificultoso [3]. El tratamiento endovascular mediante embolización con coils constituye una técnica efectiva, sin requerimientos anestésicos y de probada eficacia en otros territorios, por lo que es, probablemente, la mejor de las opciones posibles [4].