La palabra stent es un anglicismo; procede de la literatura médica y es el epónimo de un apellido ingles.
Todos sabemos que un stent es un dispositivo de forma cilíndrica o tubular de uso endoluminal, muchas veces endovascular, que se coloca en el interior de un conducto corporal (vasos sanguíneos u otros) para mantenerlo permeable o evitar su colapso después de su dilatación, desobstrucción o liberación quirúrgica. Desde el punto de vista técnico, un stent es un «dispositivo metálico en malla o espiral (la mayoría), recubierto o no, de medicamentos o materiales plásticos, e incluso fabricados en materiales biodegradables».
En español no existe traducción exacta del término stent. Algunos proponen denominarlo «endoprótesis», aunque otros consideran que un stent al no remplazar un órgano no puede ser sinónimo de prótesis; al ser un material que se coloca en un órgano determinado para que este continúe con su función original, estos lo denominan «cánula, férula o implante endoluminal». La Real Academia Española de la lengua (2012) ha españolizado el término, incluyendo en su diccionario la palabra «estent» como: «prótesis intravascular que sirve para mantener abierto un vaso previamente estenosado». No obstante, la literatura científica española ha aceptado claramente la palabra stent (no estent).
La familia StentNuestra historia comienza con Charles Thomas Stent, quien vino al mundo en el Royal Crescent, Brighton, el 17 de octubre de 1807. Fue el sexto hijo de William y Hannah (Jenkin) Stent. Se casó con Caroline y tuvieron 2 hijos, Charles Robert y Arthur Howard y una hija, Fanny (fig. 1).
Estudió para dentista en Londres y ejerció en la misma ciudad, en una pequeña consulta cerca de Picadilly Circus, a mediados del siglo XIX. Destacó por sus avances en el campo de la fabricación de prótesis, concretamente en el año 1856 inventó un material termoplástico para realizar impresiones dentarias al que llamó «pasta de Stent» y que patentó con el nombre de «Stents». Posteriormente sus 2 hijos varones, igualmente dentistas, le ayudaron en la producción del referido material1.
Charles Thomas Stent falleció en 1885, junto a su esposa, está enterrado en el cementerio de Brompton, Londres.
Origen del stenting intravascularEl concepto «stent vascular» lo describió el cirujano francés, y premio Nobel, Alexis Carrell (1912). En 1964, Charles Dotter, profesor y jefe de radiología de la Universidad de Oregón introduce la angioplastia percutánea y reactualiza el término stent. Pocos años más tarde (1969) describe el denominado coil-spring (fig. 2), cuyo comportamiento investiga experimentalmente, al insertarlo en el interior de arterias poplíteas en perros2. Como aspecto curioso referir que durante esa época, y en la misma Universidad de Oregón, un residente de cirugía llamado Thomas Fogarty (1963) idea su famoso catéter-balón, aunque esa sea otra historia. Finalmente, el término «stent intravascular» es usado por Dotter en 19833.
En 1985, fue el argentino Julio Palmaz quien introduce esta técnica en la clínica humana. Después del stent tipo Palmaz, expandible mediante un balón de angioplastia, surgen otros como el Strecker y los stent autoexpandibles (Gianturco, Wallstent, Smart, Jobstent, etc.).
En 1986, Jacques Puel (Francia) y Ulrich Sigwart (Suiza) colocan el primer stent coronario en un humano. El stent fue aprobado por la FDA para uso vascular periférico en Estados Unidos en 1990 y para las coronarias en 1993. En la década de los 90 se inicia la colocación de stent en la carótida como alternativa a la endarterectomía (Feldmand et al., 1996)3. El primer stent recubierto con medicamento fue aprobado por la FDA en el año 2003. El stent continua evolucionando y se está trabajando en un stent reabsorbible, una vez cometida su función.
El stent ha supuesto uno de los mayores avances en la medicina del siglo XX. Técnicas menos invasivas, respecto de las quirúrgicas tradicionales, mediante endoscopia, radiología y cateterismo, permiten colocar estos dispositivos en diferentes estructuras tubulares o conductos anatómicos (arterias y venas, vías urinarias, esófago, conductos biliares, colon, tráquea o bronquios, conductos lacrimales y salivares, etc.). En lo que respecta a nuestra especialidad lo más frecuente es su implante intraarterial como complemento a la angioplastia, hecho este que ha reemplazado en muchos casos a la revascularización tradicional. Pues bien, también es de justicia reconocer que el dispositivo médico llamado stent, que forma parte de nuestro vocabulario diario, deriva del apellido de una familia inglesa de dentistas.