El objetivo es analizar el papel moderador de las relaciones fraternales en el impacto del funcionamiento familiar sobre el bienestar de los/as hijos/as, especialmente con alto estrés familiar.
Método y materialesLos participantes son 61 progenitores con 2 o más hijos/as menores de 18 años, comparando grupo clínico y de contraste. Las variables analizadas son: funcionamiento familiar, estrés, comunicación y satisfacción familiar, problemas de conducta, rendimiento académico y relación entre hermanos.
ResultadosLos resultados confirman que la relación fraternal amortigua el impacto del funcionamiento familiar en la adaptación de los/as hijos/as, especialmente del hijo/a mayor. Además, este efecto moderador es mayor en familias con alto nivel de estrés familiar.
ConclusiónAsí, se subraya la importancia de fomentar la relación positiva entre hermanos/as como factor protector.
The main aim is to analyze the moderating role of sibling relationships on the impact of family functioning on children's wellbeing, especially with high levels of family stress.
Materials and methodsIn this study 61 parents with2 or more under-18 years-old children were assigned to either the clinical or comparative group. These variables are measured: family functioning, family stress, communication and satisfaction, behavior problems, academic performance and sibling relationship.
ResultsThe results confirm that sibling relationship moderates the impact of family functioning in the adaptation of the children, buffering this impact especially in the eldest son/daughter. Moreover, this moderating effect is greater in families with higher levels of family stress.
ConclusionThe relevance of fostering positive sibling relationships as a protective element is highlighted.
El estudio de las relaciones entre hermanos/as es esencial para comprender el desarrollo emocional y social de los/as niños/as y adolescentes. El 80-85% de los/as niños/as de todo el mundo crecen como mínimo con un hermano/a en la misma familia y supone una de las relaciones más permanentes a lo largo de todo su desarrollo (Conger y Kramer, 2010). Cada vez son más numerosos los resultados que subrayan la importancia de las relaciones fraternales en la salud y el bienestar de los individuos (Conger y Kramer, 2010). Se ha demostrado que estas relaciones son significativas en la comprensión del desarrollo sociocognitivo (Dunn, Brown, Slomkowski, Tesla y Youngblade, 1991), social (Kramer y Bank, 2005; McElwain y Volling, 2005) y emocional (Brown y Dunn, 1996) de los/as niños/as y por ello, los/as hermanos/as pueden ser considerados agentes de socialización por sí mismos. Concretamente, investigaciones recientes han confirmado que los/as hermanos/as juegan un papel importante en la comprensión de la participación de los/as jóvenes en conductas delictivas. Es más, algunos estudios (Bank, Patterson y Reid, 1996) han encontrado correlaciones positivas en la participación de hermanos/as en comportamientos agresivos o antisociales similares (Patterson, 1984).
También se ha estudiado el impacto del conflicto entre hermanos/as en el ajuste psicológico individual de cada uno/a de ellos/as. En este sentido, existen numerosas evidencias que asocian el conflicto fraternal hostil y prolongado en el tiempo con los síntomas manifestados por cada hermano/a, tanto internalizantes como externalizantes (Kramer y Kowal, 2005; Modry-Mandell, Gamble y Taylor, 2007; Stocker, Burwell y Briggs, 2002). Así, los/as niños/as que han crecido con unas relaciones fraternales más conflictivas manifiestan dificultades en la regulación emocional, empatía y resolución de conflictos, lo que puede contribuir a la aparición de síntomas externalizantes e internalizantes (Stocker et al., 2002). En la misma dirección, algunos autores han planteado que los/as adolescentes que perciben las relaciones con sus hermanos/as como positivas y cálidas presentan mayor ajuste psicológico (Ripoll, Carrillo y Castro, 2009).
Todos estos hallazgos parten de diferentes enfoques teóricos. Desde la perspectiva sistémica, las emociones o los comportamientos de un subsistema familiar pueden influir sobre otros subsistemas, como entre el subsistema conyugal y el subsistema fraternal (Minuchin, 1985; Parke, 2004). Para entender estos procesos familiares, la literatura describe dos enfoques respecto a la dirección del impacto de las relaciones familiares sobre las relaciones fraternales: el primero, la perspectiva basada en la hipótesis de generalización que postula que las emociones de un subsistema familiar tienden a generalizarse a otros subsistemas (Reese-Weber, 2000; Ripoll et al., 2009); y, el segundo enfoque, la perspectiva compensatoria, que defiende que si en un subsistema familiar predominan las interacciones hostiles, como entre padres e hijos/as, el individuo buscará interacciones más cálidas en otro subsistema, como el fraternal, para compensar este desequilibrio (Stocker, Dunn y Plomin, 1989).
Con respecto a las variables ambientales, algunos factores contextuales desfavorables, como un bajo nivel socioeconómico, entornos socialmente deprimidos, familias con alto estrés, actúan como factores de riesgo afectando de forma negativa a la relación. Sin embargo, las relaciones fraternales también pueden actuar como posible factor de protección, especialmente en entornos socialmente desfavorecidos (Brody, Stoneman, McCoy y Forehand, 1992; Williams, Conger y Blozis, 2007), o ante eventos vitales estresantes como son el divorcio o la constitución de nuevas familias tras el divorcio (Conger, Stocker y McGuire, 2009). En estas situaciones, las relaciones entre hermanos/as cálidas y de apoyo pueden compensar parcialmente las consecuencias negativas de los riesgos asociados a estas familias (Brody et al., 1992). Se ha demostrado que el afecto entre hermanos/as modera el impacto de los eventos familiares estresantes sobre los problemas de comportamiento (Parke, 2004), y es justo desde esta perspectiva desde donde se plantea el objetivo de este estudio.
Así, este estudio tiene como objetivo principal analizar la relación entre el funcionamiento familiar y la adaptación de los/as hijos/as, teniendo en cuenta la función moderadora de la calidad de la relación entre hermanos/as. Además, se pretenden analizar las diferencias de esta relación según el nivel de estrés familiar, el cual se espera que sea mayor en los participantes del grupo clínico respecto a los del grupo de contraste.
Se plantean cuatro hipótesis:
- 1.
Se espera encontrar una relación significativa y negativa entre el funcionamiento familiar y la conducta agresiva de los/as hijos/as.
- 2.
Se espera encontrar una relación significativa y positiva entre el funcionamiento familiar y el rendimiento académico de los/as hijos/as.
- 3.
Se espera encontrar que la calidad de la relación entre hermanos/as amortigüe el impacto del funcionamiento familiar sobre la adaptación de los/as hijos/as.
- 4.
Se espera encontrar que esta moderación será diferente dependiendo del nivel de estrés familiar.
En este estudio han participado 61 progenitores, de los cuales el 28.1% son padres y el 71.9% madres. Los participantes se clasifican en dos grupos diferenciados: grupo clínico y grupo de contraste, ambos obtenidos a través de un muestreo incidental. Por un lado, el grupo clínico está conformado por 30 participantes que acuden a terapia, tanto de pareja como familiar o individual, en un centro de orientación y terapia familiar. Por otro lado, el grupo de contraste está compuesto por 31 progenitores cuyos/as hijos/as acudían a un centro educativo. El criterio de inclusión para todos los participantes del estudio ha sido el tener 2 o más hijos/as biológicos o adoptivos menores de 18 años de edad, mientras que los criterios de exclusión fueron la incapacidad para completar y comprender los cuestionarios y no convivir de manera habitual con los/as hijos/as en el domicilio familiar.
Con el fin de comparar ambos grupos, se llevó a cabo un contraste de medias y desviaciones típicas, a través de las pruebas t de Student para las variables continuas y χ2 para las variables categóricas, cuyos resultados se encuentran en las Tablas 1 y 2. De forma conjunta podemos señalar que no existen diferencias entre los participantes en el grupo clínico y en el grupo de contraste, salvo en el estado civil (Tablas 1 y 2). No se observan diferencias significativas en las características demográficas de la estructura familiar: ni en la edad media de los progenitores, ni en el número de hijos/as en cada familia evaluada, ni en la edad del hijo o hija mayor y ni en la edad del segundo hijo o hija (Tabla 1). A pesar de las diferencias aparentemente existentes en cuanto al nivel educativo de los participantes de cada grupo, los análisis estadísticos muestran que tales diferencias no son significativas y, por tanto, ambos grupos son comparables también en esta dimensión (Tabla 2). Solo encontramos diferencias en cuanto al nivel de ingresos mensuales
Comparaciones de ambos grupos en las principales características sociodemográficas. Variables continuas
Gr. clínico | Gr. de contraste | Diferencia | t | p | |||
---|---|---|---|---|---|---|---|
M | DT | M | DT | ||||
Edad media progenitor | 42.88 | 5.09 | 43.48 | 3.96 | −.60 | −.448 | .656 |
Número de hijos/as | 2.63 | 1.78 | 2.13 | 0.34 | .50 | 1.537 | .130 |
Edad hijo/a mayor | 12.24 | 4.41 | 10.70 | 2.63 | .54 | 1.540 | .130 |
Edad hijo/a menor | 8.64 | 4.84 | 7.33 | 2.53 | .31 | 1.234 | .223 |
Comparaciones de ambos grupos en las principales características sociodemográficas. Variables categóricas
Diferencias entre grupos clínico y normal | ||
---|---|---|
Nacionalidad | χ2 | 3.632 |
p | .057 | |
Nivel educativo | χ2 | 8.132 |
p | .087 | |
Situación laboral | χ2 | 9.928 |
p | .128 | |
Estado civil | χ2 | 18.794 |
p | .001 | |
Etapa del ciclo vital | χ2 | 4.594 |
p | .101 |
FACES-IV (escalas Apego, Desapego, Caos y Rigidez). Esta escala evalúa las dos dimensiones principales del modelo circumplejo: cohesión y adaptabilidad, y 4 escalas que miden los extremos superiores e inferiores de cohesión (apego-desapego) y de flexibilidad (caos-rigidez). El instrumento original fue creado por Olson, Gorall y Tiesel (2000) y en este estudio se empleó la versión adaptada al español por Rivero, Martínez-Pampliega y Olson (2010). La fiabilidad de las escalas oscila entre un alfa de Cronbach de .77 y .89;
Escala de Estrés Familiar (Olson, 1992). Esta escala está compuesta por 20 ítems que valoran la tensión en los diferentes ámbitos de la vida familiar. En este estudio se empleó la adaptación española del instrumento (Sanz, Iraurgi y Martínez-Pampliega, 2002), la cual presenta un alfa de Cronbach de .82;
Escala de Comunicación Familiar (Barnes y Olson, 1982; adaptación de Sanz et al., 2002). Se trata de una escala unidimensional de 10 ítems centrada en los aspectos positivos de la comunicación: la libertad para un libre intercambio de información, de hechos y emociones; el sentido de falta de restricción y el grado de comprensión y satisfacción experimentado en la relación. La fiabilidad (alfa de Cronbach) es de .88;
Escala de Satisfacción Familiar (Olson, Stewart y Wilson, 1990; adaptada por Sanz et al., 2002). Cuenta con 10 ítems con los cuales se evalúa el grado de satisfacción experimentado con aspectos relacionados con la cohesión y adaptabilidad familiar, los cuales presentan una consistencia interna muy elevada (alfa de Cronbach de .92);
Escalas analógicas visuales de conflicto interparental, felicidad en la pareja y de calidad de la relación entre hermanos/as, siendo «1» la mínima puntuación y «10» la máxima.
CBCL y CBCL/6-18 (escala de Problemas de conducta y rendimiento académico). Instrumento original desarrollado por Achenbach (Achenbach, 1991). Se trata de un cuestionario sencillo que contestan los progenitores y que permite valorar la prevalencia de problemas específicos en muestras de niños/as y adolescentes, extraídos de la población general y de grupos clínicos. La fiabilidad de la escala de Problemas de conducta en muestra española es alta (alfa de Cronbach de .82) (Volling y Blandon, 2003), similar a la hallada en el presente estudio (alfa de Cronbach de .77).
Inventario de Comportamientos Fraternales (Sibling Inventory of Behavior, Schaefer, 1981). Inventario de 30 ítems donde los progenitores valoran diferentes comportamientos que cada uno de sus hijos/as pueden tener en relación con uno de sus hermanos/as, habitualmente el más cercano en edad. Tiene buena consistencia interna con un alfa de Cronbach original de .91. La adaptación al español se ha iniciado en este estudio y actualmente se encuentra en proceso de validación.
Procedimiento y diseñoPara la obtención de la muestra, se contactó con un centro de orientación y terapia familiar y con un centro educativo, ambos del municipio de Bilbao, los cuales accedieron a la participación en el estudio de forma voluntaria y confidencial. Se trata de un estudio exploratorio de carácter transversal correlacional con dos grupos obtenidos a través de una técnica de muestreo incidental: grupo clínico, obtenido en población clínica, y grupo de contraste, obtenido de población normalizada en contexto educativo. Se obtuvo el consentimiento informado de todos los participantes para formar parte del estudio y se garantizó la confidencialidad y anonimato de los datos.
Estrategia de análisisRespecto a las diferencias en las variables de estudio entre el grupo clínico y el grupo de contraste se utilizó una prueba t de Student para muestras independientes. El grado de asociación entre el funcionamiento familiar, la relación entre hermanos/as y la adaptación de los hijos/as se analizó a través de los coeficientes de correlación producto momento de Pearson (r). En los análisis intergrupales se calcularon la significación estadística y el tamaño del efecto (d de Cohen para las pruebas t de Student). Se utilizó la t de Student y la r de Pearson porque se asume la normalidad para las variables basándonos en el teorema central del límite para muestras por encima de 30 (Field, 2005). Para conocer cuál de todas las variables de funcionamiento familiar era la que funcionaba como mejor variable predictora de los Problemas de conducta y las Notas medias de los/as hijos/as, se puso a prueba un modelo de regresión jerárquica. Los modelos de moderación se plantearon con base en los resultados del análisis de regresión. El efecto moderador de la relación entre hermanos/as sobre las variables de funcionamiento familiar en la adaptación de los/as hijos/as se analizó siguiendo el procedimiento propuesto por Baron y Kenny (1986), a través de un modelo de regresión múltiple de introducción por pasos de las variables predictoras y su interacción, y la interpretación de los cambios en los coeficientes de regresión no estandarizados (B), los coeficientes de regresión estandarizados (β) y en el incremento de la varianza explicada (R2).
ResultadosAdecuación de instrumentosDe todos los instrumentos empleados, el único que no ha sido adaptado al castellano ni con población española es el Inventario de Comportamientos Fraternales (Sibling Inventory of Behavior-SIB). Por ello, previamente a su empleo en este estudio, se realizó un análisis psicométrico inicial del mismo. Se procedió a su traducción, retrotraducción y adaptación al castellano por parte de expertos en psicología de la familia. También se adaptó para que el padre o la madre pudieran evaluar directamente la interacción fraternal que tenían 2 de sus hijos/as y no solo el comportamiento de uno de ellos con respecto al otro (p.ej., «Hace planes que incluyen a su hermano» se cambió por «Hacen planes que incluyen al otro»). Los resultados de este estudio muestran una alta fiabilidad (alfa de Cronbach de .81). Se comprobó la unicidad factorial para crear una puntuación global de la calidad de la relación entre hermanos/as a partir de las puntuaciones de las escalas del instrumento original.
Contraste de hipótesisCon el fin de comprobar las hipótesis 1 y 2, se estudiaron las correlaciones entre las variables de funcionamiento familiar y las variables de adaptación de los hijos/as cuyos datos se encuentran recogidos en la Tabla 3. Aquí se observa que los Problemas de conducta de los hijos/as mayores se relacionan significativamente solo con la Calidad de la relación entre hermanos/as de una manera negativa y baja, mientras que los Problemas de conducta de los hijos/as menores tienen una relación positiva y baja con el Estrés familiar y una relación moderada y negativa con la Felicidad de la pareja. Por otro lado, las Notas medias de los hijos/as tienen relaciones significativas y positivas con aspectos positivos del funcionamiento familiar (Comunicación y Satisfacción familiares) y relaciones significativas y negativas con un mal funcionamiento familiar (Desapego, Caos y Estrés familiar).
Correlaciones de variables familiares con problemas de conducta y rendimiento académico de los/as hijos/as
Variables familiares | Probl. cdta hijo/a mayor | Probl. cdta hijo/a menor | Nota hijo/a mayor | Nota hijo/a menor |
---|---|---|---|---|
Comunicación familiar | −.228 | −.194 | .287* | .146 |
Satisfacción familiar | −.174 | −.249 | .328* | .189 |
Desapego familiar | .112 | .257 | −.377** | −.322* |
Apego familiar | .092 | .209 | −.153 | −.264 |
Caos familiar | .035 | .085 | −.477** | −.116 |
Rigidez familiar | −.042 | −.093 | −.269 | −.078 |
Estrés familiar | .164 | .290* | −.546** | −.363* |
Felicidad pareja (escala) | −.109 | −.564** | .170 | .245 |
Conflicto pareja (escala) | −.105 | .229 | −.146 | −.166 |
Calidad relación hermanos/as (escala) | −.299* | .158 | .168 | .044 |
La hipótesis 3 plantea que la calidad de la relación entre hermanos/as modera el impacto del funcionamiento familiar sobre la adaptación de los/as hijos/as (Tabla 4). Los resultados muestran que al utilizar las puntuaciones de la escala analógica visual de la calidad de la Relación entre hermanos/as, 2 de los 4 modelos de moderación planteados sí son significativos (Tabla 4). Por un lado, los resultados de los modelos significativos indican que el Estrés familiar se asocia positivamente con los Problemas de conducta, y la Relación entre hermanos/as se asocia negativamente con los Problemas de conducta de los hijos/as mayores. Sin embargo, el Estrés familiar y la Relación entre hermanos se relacionan negativamente con la Nota media de los hijos mayores. Así, la relación entre hermanos/as modera la relación entre Estrés familiar y la Adaptación del hijo o hija mayor, tanto respecto a los Problemas de conducta como en la Nota media. Sin embargo, no resultan significativos los modelos de moderación con la respuesta de adaptación de los/as hijos/as menores en ninguna de las medidas consideradas (Problemas de conducta y Nota media).
Modelos de moderación de la Relación entre hermanos/as en la relación entre Estrés familiar y los Problemas de conducta y Notas medias de los/as hijos/as
Predictores | Respuesta | B | β | t | p | ΔR2 | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Modelo 1 | Estrés familiar | Problemas de conducta hijo/a mayor | .321 | .455 | 3.597 | .000 | .298 |
Relación hermanos/as (escala) | −.245 | −.325 | −2.568 | ||||
Interacción | −.315 | −.554 | −5.196 | .000 | .271 | ||
Modelo 2 | Estrés familiar | Problemas de conducta hijo/a menor | .404 | .292 | 2.017 | .846 | .102 |
Relación hermanos/as (escala) | .172 | .117 | .807 | ||||
Interacción | .034 | .031 | .196 | .846 | .001 | ||
Modelo 3 | Estrés familiar | Nota media hijo/a mayor | −.469 | −.554 | −4.162 | .001 | .309 |
Relación hermanos/as (escala) | −.017 | −.019 | −.142 | ||||
Interacción | .225 | .332 | 2.486 | .017 | .097 | ||
Modelo 4 | Estrés familiar | Nota media hijo/a menor | −.250 | −.341 | −2.239 | .094 | .117 |
Relación hermanos/as (escala) | .016 | .020 | .131 | ||||
Interacción | .149 | .260 | 1.616 | .115 | .058 |
Por último, la hipótesis 4 plantea que la influencia moderadora de la relación entre hermanos/as dependerá del nivel de estrés familiar. Para ello, se tomaron el grupo clínico y el grupo de contraste como grupos de alto y bajo estrés familiar, respectivamente, puesto que existe una diferencia significativa (t=3.60; p=.001) entre ambos grupos en el nivel de estrés familiar con un tamaño de efecto de d=1.05, siendo el grupo clínico quien puntúa más alto. Se analizaron los modelos de moderación únicamente de las respuestas de adaptación (Problemas de conducta y Nota media) que presentaron los/as hijos/as mayores, puesto que previamente fueron las variables que habían resultado significativas (Tabla 4). Por un lado, los resultados de los modelos significativos de los grupos clínicos indican que el Estrés familiar se asocia positivamente y la Relación entre hermanos/as se asocia negativamente con los Problemas de conducta de los hijos/as mayores. Sin embargo, el Estrés familiar se asocia negativamente y la Relación entre hermanos/as se asocia positivamente con la Nota media de los hijos/as mayores. Por otro lado, los análisis indicaron que la Relación entre hermanos/as en el grupo clínico explica un 30.1% adicional de la varianza del impacto del Estrés familiar sobre los Problemas de conducta del hijo o hija mayor, mientras que en el grupo de contraste la Relación entre hermanos/as solo añade un 11.4% (Tabla 5). Respecto a la Nota media de los/as hijos/as mayores, no se pueden comparar los modelos de moderación en ambos grupos ya que se probó que la Relación entre hermanos/as no tiene un efecto moderador en el grupo clínico (Tabla 5). Por tanto, la hipótesis se confirma solo en lo referente a los Problemas de conducta de los/as hijos/as mayores.
Modelos de moderación de la Relación entre hermanos/as en la relación entre Estrés familiar y los Problemas de conducta y Notas medias de los/as hijos/as diferenciados en grupo clínico y de contraste
Grupo | Predictores | Respuesta | B | β | t | p | ΔR2 | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Modelo 1 | Clínico | Estrés familiar | Problemas de conducta hijo/a mayor | .417 | .502 | 2.509 | .019 | .374 |
Relación hermanos/as (escala) | −.505 | −.522 | −2.607 | |||||
Interacción | −.466 | −.809 | −3.848 | .001 | .301 | |||
Modelo 2 | De contraste | Estrés familiar | Problemas de conducta hijo/a mayor | .443 | .532 | 3.120 | .007 | .336 |
Relación hermanos/as (escala) | −.078 | −.141 | −.830 | |||||
Interacción | −.315 | −.552 | −2.189 | .039 | .114 | |||
Modelo 3 | Clínico | Estrés familiar | Nota media hijo/a mayor | −.591 | −.635 | −3.162 | .019 | .371 |
Relación hermanos/as (escala) | .188 | .158 | .786 | |||||
Interacción | .256 | .383 | 1.347 | .197 | .064 | |||
Modelo 4 | De contraste | Estrés familiar | Nota media hijo/a mayor | −.458 | −.426 | −1.994 | .157 | .177 |
Relación hermanos/as (escala) | −.109 | −.165 | −.771 | |||||
Interacción | .527 | .777 | 2.542 | .020 | .217 |
Los análisis respecto a las correlaciones entre el funcionamiento familiar y la adaptación de los hijos/as confirman las hipótesis 1 y 2, respaldando una vez más las evidencias a favor de que un mal funcionamiento familiar, medido en este caso a través de la desorganización familiar (Hardy, 2001), el estrés familiar (Allison et al., 1999) y el conflicto interparental (Cummings y Davies, 1994; Grych y Fincham, 1990), tiene repercusiones negativas en el bienestar psicológico de los/as hijos/as, concretamente en los problemas de conducta y en su rendimiento académico. Se observan diferencias en cuanto a los hermanos/as mayores y menores, pues parece que las relaciones fraternales presentan una asociación con la conducta de los hermanos/as mayores, mientras que son las variables familiares y de pareja de los padres las que se asocian con la conducta de los hermanos/as menores. La literatura resalta que la edad de los hermanos/as correlaciona positivamente con el establecimiento de relaciones fraternales más constructivas (Burhmester y Furman, 1990), aunque existen evidencias en diferente sentido respecto a las diferencias entre hermanos/as mayores y menores (Recchia y Howe, 2009). Además, en línea con lo hipotetizado, los resultados indican que cuando el funcionamiento familiar es peor, los problemas de conducta de los hijos/as son más frecuentes y el rendimiento académico es más bajo; y, en sentido contrario, cuando el funcionamiento familiar es mejor, se dan menos problemas de conducta y mejores notas en el colegio.
Respecto al efecto moderador de la calidad de la relación entre hermanos/as sobre el impacto del funcionamiento familiar en la adaptación de los/as hijos/as, se confirmó parcialmente lo que se esperaba encontrar en la hipótesis 3. En este punto se pone de manifiesto que una relación entre hermanos/as de mayor calidad tiene una función de amortiguador en la asociación entre rasgos del funcionamiento familiar y las conductas de adaptación, especialmente del hijo/a mayor. Estos resultados suman evidencias a lo encontrado por algunos estudios, aislados y escasos, que recalcan que las relaciones fraternales tienen una fuerte asociación con el ajuste psicosocial de los niños/as (Kramer y Bank, 2005; Modry-Mandell et al., 2007; Parke, 2004; Stocker et al., 2002), ejerciendo un papel de moderación. Desde la perspectiva de los hermanos/as como agentes de socialización (Parke, 2004), se podría pensar en los hermanos/as menores como los más beneficiados de las relaciones fraternales por tomar a su hermano/a mayor como modelo del que aprender. Pero, en sentido contrario, estos resultados muestran un efecto moderador de la relación fraternal sobre la adaptación de los hijos/as mayores, lo que puede llevar a pensar en la bidireccionalidad de los procesos de socialización en las relaciones entre hermanos/as y en la asociación con otras variables, como el nivel de conflicto fraternal (Williams et al., 2007).
Por último, respecto a la hipótesis 4, se confirma que la calidad de la relación entre hermanos/as tiene un mayor efecto moderador sobre la adaptación del hijo/a mayor en las familias con alto nivel de estrés que en las familias con menos estrés familiar. Por tanto, en las familias con alto nivel de estrés los/as hermanos/as pueden suponer un apoyo y servir para disminuir la asociación negativa del mal funcionamiento familiar y el menor ajuste psicosocial de los hijos/as (Kramer y Conger, 2009). Estas evidencias podrían orientar en la práctica clínica a adoptar una perspectiva compensatoria de las relaciones fraternales dentro del sistema familiar (Brody et al., 1992; Conger et al., 2009; Kramer y Conger, 2009). Existen escasas evidencias (Williams et al., 2007) que apoyan la idea de que en las familias que se mantienen peores relaciones padres-hijos/as o con más riesgos se establecen relaciones fraternales más positivas para compensar, y este estudio aporta evidencia adicional en este sentido.
Entre las limitaciones del estudio destaca el reducido número de participantes, lo que tiene una repercusión directa, especialmente sobre la significación de los resultados, por lo que se recomienda que se continúe ampliando la muestra para consolidar los resultados encontrados.
Y, por último, queda aún sin resolver la pregunta de si existen diferencias significativas en el papel que desempeñan las relaciones fraternales dependiendo de la edad y el sexo de los/as hijos/as, puesto que la literatura no es contundente al respecto. Las respuestas a dicha cuestión podrían arrojar luz en la comprensión de la función de los hermanos y hermanas en las familias. Incluso nos podríamos plantear el análisis del papel diferencial del padre y la madre en las relaciones entre hermanos en situaciones de estrés familiar, lo que desembocaría en una nueva línea de investigación y requeriría de una muestra mayor. Además, como línea futura podemos considerar los estudios que compararían la adaptación en situaciones de estrés familiar de hijos/as únicos/as frente a hijos/as con hermanos/as, puesto que los análisis multinivel en este sentido podrían arrojar luz sobre la relevancia de tener o no tener hermanos/as. Por otro lado, existen otras variables que podríamos tener en cuenta en estudios futuros porque afectan a las relaciones fraternales, como la presencia de trastornos mentales graves en uno de los hijos/as (Garcia Durand et al., 2019) o incluso a las relaciones parento-filiales y al sistema familiar al completo, como la presencia de potenciales factores de riesgo (Paschall, Mastergeorge y Ayoub, 2019).
En resumen, se trata de un estudio exploratorio que arroja resultados significativos respecto al papel moderador de las relaciones fraternales, especialmente para los/as hijos/as mayores. No obstante, parece necesario ampliar el número de participantes empleando grupos comparables únicamente diferenciables por la variable de agrupación y que incorporen variables clínicas de estudio.
FinanciaciónEste trabajo ha sido financiado parcialmente por el Ministerio de Ciencia e Innovación (i+d, PSI2011-29828), por el Gobierno Vasco (subvención Universidad-Empresa UE2012-15) y por una beca de Formación de Personal Investigador del Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco (BFI-2010-78).
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Los resultados de este estudio se han presentado parcialmente en forma de comunicación oral en el IX Congreso Internacional de la SEAS celebrado en Valencia del 6 al 8 de septiembre del 2012.