A diferencia de hace algunas décadas, el dinamismo económico actual de China ha impulsado un mayor nivel de actividad en sus relaciones con los países de América Latina. Al interior de América Latina (AL), en la región andina, Ecuador y Perú cuentan con una cada vez mayor presencia de capitales de origen chino que buscan asegurar las materias primas necesarias para sostener la que hoy es la “fábrica del mundo”, todo ello basado en una visión economicista del fenómeno chino que invisibiliza la coyuntura político-social del gigante asiático. El presente artículo revisa el desarrollo histórico de la política exterior china hacia AL, desde la fundación de la República Popular China (RPC) por Mao Zedong en 1949, hasta hoy a inicios del siglo XXI, y describe, a través de los casos de Ecuador y Perú, las características actuales de la relación de China con los países de América Latina. Si bien el contexto sugiere una creciente amenaza china para las economías latinoamericanas, de ser ella estudiada minuciosamente, podría sentar las bases para una integración pragmática y urgente en la región.
In contrast to a few decades ago, the current Chinese economic dynamism has promoted a higher activity level in its relations with Latin American countries. Within Latin America, in the Andean region, Ecuador and Peru experience an increasing inflow of Chinese capitals looking to secure the raw materials needed to support what is now the “world factory”, based on an economic view of the Chinese phenomenon that hides the political and social situation of the Asian giant. This article reviews the historical development of China’s foreign policy towards Latin America, since the founding of the People’s Republic of China (PRC) by Mao Zedong in 1949, until today in the early twenty-first century, and describes, through the cases of Ecuador and Peru, the current characteristics of China’s relationship with Latin America. Although the context suggests a growing Chinese threat to Latin American economies, a thorough study could provide the basis for a pragmatic and urgent integration in the region.
Contrairement aux décennies précédentes, le dynamisme économique actuel de la Chine a augmenté le niveau d’activité dans ses relations avec les pays latino-américains. En Amérique latine, dans les Andes, l’Equateur et Pérou ont une présence croissante de capitaux chinois que cherchent à obtenir les matières premières nécessaires pour soutenir ce qui est maintenant la «usine du monde», tout cela est basé sur une vision économiciste du phénomène chinoise que rend invisible la situation sociale et politique du géant asiatique. Cet article passe en revue le développement historique de la politique étrangère de la Chine vers l’Amérique latine, depuis la fondation de la République populaire de Chine (RPC) par Mao Zedong en 1949, jusqu’à nos jours au début du XXe siècle; et il décrit, à travers les cas de l’Équateur et du Pérou, les caractéristiques actuelles des relations de la Chine avec les pays d’Amérique latine. Bien que le contexte ne suggère une menace chinoise croissante pour les économies d’Amérique latine, si c’est étudié à fond, pourrait servir de base pour une intégration pragmatique et urgente dans la région.
- Sumario
China ha dejado de ser un frío contacto político para ser hoy un importante aliado económico para la región de América Latina (en adelante AL), donde la mayoría de países tienen hoy relaciones en auge con el “gigante asiático”. Muestra de ello es que en varios países de la región la participación china aumentó y se logró posicionar como principal destino de las exportaciones: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Perú, etcétera, y a pesar de la crisis internacional de los últimos años, ha logrado seguir ascendiendo y ha impulsado a la vez el crecimiento económico de AL debido a sus requerimientos de materia prima.1 El inicio de la relación entre China y AL se remonta al siglo XIX, en tiempos de la Revolución Industrial, del gobierno de la Dinastía Qing y de la formación de las entonces recién nacidas repúblicas latinoamericanas, escenario que configura la masiva migración de ciudadanos chinos, que en busca de un mejor futuro, llegaron aún desconocidas. En casi dos siglos la relación ha ido modificándose de acuerdo a las exigencias de los tiempos hasta llegar a la fructífera relación económico-comercial de nuestros días. Hoy son los capitales chinos los que llegan a nuestra región en busca de asegurar la dotación necesaria de recursos para sostener el crecimiento chino lo que ha generado un incremento en el precio internacional de los commodities que nuestros países exportan.2
El presente artículo analiza en el primer capítulo la relación entre China y AL desde una perspectiva histórica y de relaciones internacionales, en su segundo capítulo aborda el inicio de dichas relaciones en el siglo XIX, el proceso de configuración de las mismas a lo largo del siglo XX desde la fundación de la República Popular China (en adelante RPC) por Mao Zedong en 1949 y la transformación del nexo político en un nexo comercial. El tercer capítulo está enfocado en los inicios del siglo XXI dando un panorama de la situación actual de la relación entre China y AL; en los capítulos cuarto y quinto aquellas características de la relación de China con la región son revisadas en los casos de Ecuador y Perú, y finalmente en el sexto y séptimo capítulos se repasan las ventajas y desventajas del relacionamiento en busca de fundamentos para una necesaria integración regional en AL para hacer frente al “gigante asiático”.
IIDesarrollo histórico de las relaciones internacionales entre china y américa latina del siglo xviii al xxA fines del siglo XVIII China era el mayor mercado mundial y la economía más poderosa y autosuficiente del planeta, dominando el comercio de un sinfín de bienes consumidos en Europa y en las nacientes repúblicas de América. Bajo el gobierno de la Dinastía Qing,3 China había logrado asegurar un territorio de mayor dimensión al de la China actual anexando Mongolia, Formosa y el Tíbet con una extensión total de 14 700 000 km²,4 superior al territorio chino de hoy en día por alrededor de 5 000 000 km².
China, entonces, podía autoabastecerse de recursos y sostener a su población sin necesidad de entrar en la dinámica comercial de los países europeos, a quienes permitía el acceso a través de Cantón, el único puerto autorizado para fines comerciales. El comercio se daba de una sola vía puesto que China no adquiría bienes europeos, y lograba acaparar cada vez un mayor capital.
Prueba de la autosuficiencia china es la respuesta de la corte de la Dinastía Qing a la petición de Jorge III, rey de Gran Bretaña e Irlanda,5 quien mediante una carta solicitaba a China una mayor apertura al comercio internacional, en 1793: Gobernando el ancho mundo no tengo más que un objeto ante mí; a saber; mantener un perfecto gobierno y cumplir con los deberes de mi estado: objetos extraños y costosos no me interesan... Como tu embajador pudo ver por sí mismo, poseemos todas las cosas. No atribuyo valor alguno a objetos extraños o ingeniosos, ni tengo empleo que dar a los productos manufacturados de tu país.6
Hasta entonces, los europeos habían generado un flujo comercial a través de Cantón gracias a las concesiones dadas por el gobierno chino de la época. Los bienes de mayor demanda eran la seda y la porcelana, añadiéndose posteriormente la exportación del té, de consumo principalmente británico. Debido a ello, y buscando mejorar la relación comercial para beneficio británico, la Corona buscó la apertura de más puertos en China para introducir nuevas mercancías y empezar a construir un mercado chino que facilitara el intercambio comercial, ayudada por su gran poderío naval.
Luego de haber tomado el control de buena parte de la India, el Reino Unido empezó a producir y distribuir opio en Asia, el mismo que gradualmente comenzó a comercializar en China. Rápidamente la demanda de opio se incrementó, despertando la cada vez más intensa negativa de las autoridades chinas a su comercialización.
El conflicto finalmente estallaría en la primera guerra del opio (1840-1842),7 que enfrentó al Reino Unido y China por el control y expansión del comercio del opio y otros productos. La guerra culminó con la contundente victoria británica, que forzaría a China, a través del Tratado de Nanking,8 a pagar una indemnización 21 millones de onzas de plata por el costo de la campaña, establecimiento del arancel en 5% y la apertura de cinco puestos internacionales (Cantón, Xiamen, Fuzhou, Ningbo y Shanghai),9 entre otras condiciones.10
China se vio impotente ante la creciente presencia europea en sus tierras, donde las concesiones territoriales otorgadas a los extranjeros se convirtieron en ciudades cosmopolitas en donde se construían fábricas y se comercializaba abiertamente todo tipo de productos. Además, la conflictividad interna se agravó por las consecuencias de las guerras del opio,11 las rebeliones separatistas en territorio chino12 y el crecimiento demográfico. La era del esplendor bajo la administración de la Dinastía Qing llegaba a su fin.
Mientras tanto, del otro lado del Océano Pacífico y a mediados del siglo XIX, las nacientes repúblicas sudamericanas estaban en proceso de definición de sus sistemas de gobierno por la lucha entre monárquicos y republicanos. Los continuos enfrentamientos entre caudillos, empujados por diferentes intereses económicos, desestabilizaban la gobernabilidad en la región y la empujaron a la recesión económica. En palabras de José Valdizán, historiador peruano, “la minería, la agricultura, el comercio y el sistema fiscal, que constituyeron la base del sistema económico colonial, colapsaron debido no solamente a las guerras independentistas que ocasionaron en gran medida su destrucción, sino también por el nuevo modelo económico que se instauró”.13
Pero el inicio de la Revolución Industrial en Europa y la creciente demanda de materia prima para echar a andar la producción a gran escala, incrementaron los precios internacionales de los bienes producidos en la región, impulsando un boom exportador en varios de los países de América Latina y el Caribe. En 1840 inicia el auge del guano en Perú, el crecimiento exponencial de la minería en Chile, la exportación de lana argentina, el café en Brasil y diversos productos agrícolas en el resto de la región.14
En China, la población tuvo un crecimiento exponencial desde el siglo XVIII y continuo hasta el XIX debido al crecimiento económico producto de la exportación del té, el incremento de la renta y la disminución de la morbilidad, entre otros factores, haciendo crecer el mercado y la demanda de bienes. La población china creció de 300 millones de personas en 1800 a 400 millones en 1850. Ello trajo consecuencias apremiantes como la escasez de recursos, la excesiva mano de obra y la caída del nivel de sueldos.
La suma de estos factores desencadenó violencia y hambruna. La limitada posibilidad de traslado a otras regiones para trabajar y la caída del comercio del té en 1842, ocasionó que la oferta de hombres en edad de trabajar aumentara y empezarán a buscar posibilidades de trabajo más allá de las fronteras de su nación, hecho conocido como la “diáspora china”.
Millones de chinos migraron, en primer lugar, al Sureste Asiático para asentarse en Tailandia y Vietnam donde lograron integrarse, o a Malasia donde trabajaron en minas de estaño, mientras que otros lo hicieron bastante más lejos de casa, a América, donde el comercio de esclavos estaba siendo erradicado y las necesidades de mano de obra iban en aumento. Muchos chinos llegaron en 1848 a California en busca de oro y otros viajaron directamente a trabajar en las minas de los estados de Idaho y Wyoming en los Estados Unidos de América. Para 1880 había alrededor de 100 000 hombres chinos y 3000 mujeres chinas viviendo en la zona occidental de Estados Unidos.15
Pero la migración no se quedó en Norteamérica. Como consecuencia de las guerras de independencia en Sudamérica, los indígenas lograron instalarse en los Andes para subsistir con la agricultura y lo esclavos africanos empezaron a ganar gradualmente su libertad, ello llevó a una seria escasez de mano de obra en las haciendas costeras que sería reemplazada con población china migrante. Los ciudadanos chinos llegaron a Sudamérica con la promesa de obtener grandes ganancias pero lamentablemente recibieron un trato muy similar al de un esclavo como mano de obra barata.
La llegada de los chinos culíes, —del chino “Kuli”, persona que realiza trabajo pesado—, provenientes principalmente de Macao, proveyó a los hacendados de la mano de obra necesaria para la exportación de bienes agrícolas bajo condiciones contractuales bastante restrictivas. Así se inició la relación entre China y América Latina.
Desde su fundación como República Popular China (en adelante RPC) en 1949, el “gigante asiático” ha atravesado por profundos cambios relacionados a su aproximación con otros países y bloques a nivel mundial debido a la coyuntura interna y/o externa. Estos cambios son visibles en el marco de las relaciones con AL. Desde buscar el reconocimiento para la RPC, el consolidar la política de “Una China”, ingresar al Consejo de Seguridad de la ONU, insertarse en el mercado, luchar por conseguir la admisión en la OMC y el creciente dinamismo de la economía china, los objetivos de gobierno, que se influencian por las características de sus líderes, han ido moldeando las acciones de política exterior de China.
Su política exterior puede ser sistematizada en dos grandes bloques o pilares de pensamiento que siguen la línea de los dos más grandes líderes chinos: por un lado, Mao Zedong, quien gobernaría entre 1949 y 1976 con una clara tendencia político-ideológica, y Deng Xiaoping, uno de los padres de la liberalización económico-comercial desde 1978.
La definición de la política exterior hacia AL tiene diversos matices que, según Stefanie Mann,16 pueden ser esquematizados en cinco etapas: 1) 1949-1959 AL, patio trasero de Estados Unidos; 2) 1959-1969 AL, parte del juego global; 3) 1969-1978 AL y China, socios en la lucha del Tercer Mundo; 4) 1978-1988 AL, blanco de una política abierta; 5) 1989-2000 AL, socio estratégico en el nuevo orden mundial.
Estas etapas explica la evolución de las relaciones entre la región y China. En un primer momento —apartados 1 a 3—, la influencia de Mao Zedong se enmarca en un esquema político-ideológico que prioriza la seguridad interior china en plena Guerra Fría y la exportación de la doctrina maoísta a grupos políticos y guerrilleros de AL. En un segundo momento —apartados restantes—, la administración de Deng Xiaoping dio un cambio brusco en la política exterior reorientando los intereses chinos hacia el establecimiento de nexos a nivel económico y comercial, trascendiendo lo ideológico.
1América latina, patio trasero de estados unidos de américa (1949-1959)China pasó por contundentes reformas que siguieron el principio guía de Mao Zedong de “limpiar la casa antes de recibir a los invitados” para lo cual se debía romper el embargo económico con los “poderes occidentales”.17 El interés principal fue consolidar el régimen amenazado por conflictos internos: falta de lealtad de la población, oposición de los terratenientes y hombres de negocios, difícil adaptación del modelo soviético a la economía china, etcétera. Durante esta década la relación con AL no tuvo mayor dinamismo.
China se acercó a la URSS a pesar de no considerarla una aliada confiable y consiguió que esta propusiera, en 1950, reemplazar a Taiwán por China en el Consejo de Seguridad de la ONU. Frente a ello Estados Unidos impulsó una política de “rechazo” que extendió a lo largo de su “patio trasero” —América Latina— e impidió el acercamiento entre la región y China.
2América latina, parte del juego global (1959-1969)China no logró consolidar su programa de seguridad nacional y las amenazas externas continuaron, lo que la empujó a radicalizar sus políticas. Mientras tanto, las diferencias con la URSS crecieron debido al esquema bipolar que la enfrentaba a los Estados Unidos en la Guerra Fría, aislando cada vez más a China. Frente a ello, surge la política exterior “no alineada” impulsada por China, que contó con el apoyo de las liberadas colonias inglesas y europeas de las décadas de los años cincuenta y sesenta, creando un nuevo espacio de influencia política.
Con el fin de las relaciones con la URSS y su ayuda financiera, Mao se enfocó en mejorar la autosuficiencia china. La radicalización de la revolución, la política “no alineada” y la necesidad de autosostenerse dieron forma a su política exterior en esta década.
China financió la lucha de guerrillas de diversos revolucionarios en el mundo, impregnando sus relaciones de un contundente sesgo ideológico, logrando así incrementar su presencia en la región de AL apoyando a, por ejemplo, Fidel Castro en la Revolución cubana.
En un discurso oficial del 9 de julio de 1964, Mao Zedong hizo referencia a la lucha incesante de las personas en Asia, África y América Latina como muestra de perseverancia y empeño para hacer frente al “imperialismo” que buscaba someter al tercer mundo.18
3América latina y china, socios en la lucha del tercer mundo (1969-1978)A fines de los años sesenta, la política exterior de China cambió radicalmente por el definitivo rompimiento con la URSS y el sorpresivo acercamiento con Estados Unidos. En 1969, el presidente Richard Nixon redujo la presencia militar estadounidense en Indochina, Corea del Sur y Taiwán, abriendo el camino hacia China. En 1971, con el apoyo de AL y la venia de los Estados Unidos, China reemplazó a Taiwán en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El bloque del “Tercer Mundo” permitió a China determinar su propio alcance geopolítico en el mundo y alejarse de las esferas de influencia de Estados Unidos y Rusia. Y entendiendo que para consolidarse entre sus pares debía existir una relación armoniosa, redujo el apoyo a los movimientos guerrilleros e inició el acercamiento entre gobiernos.
Para finales de los años setenta, China había establecido relaciones políticas con doce países de AL,19 dejando de lado el ámbito ideológico. Asegurado su lugar en el sistema internacional a través de su vinculación a la ONU, el objetivo pasó a ser el obtener legitimidad y a la vez deslegitimar a Taiwán como gobierno oficial chino.
4América latina, blanco de una política abierta (1978-1988)Mao Zedong falleció en 1976 y desató dos años de inestabilidad en el Partido Comunista de China (en adelante PCCH). Pero aun a pesar de la muerte del “Gran Timonel”, el periodo de influencia maoísta logró el tan ansiado reconocimiento de la RPC como la “única China” frente a las principales potencias del Consejo de Seguridad de la ONU, además de la valiosa cercanía de los Estados Unidos, lo que le permitió a China una mayor seguridad al apostar por una apertura internacional mucho menos riesgosa al comercio mundial, dada la fatídica experiencia del siglo XIX y el mercado del opio. Luego de las disputas por la sucesión, el ala moderada guiada por Deng Xiaoping logró imponerse en 1978 con un claro mensaje de “modernización” basado en cuatro pilares fundamentales: agricultura, industria, defensa nacional y ciencia y tecnología. Desde este periodo, China se aleja de los nexos políticos e ideológicos una vez alcanzada la seguridad necesaria para empezar a enfocarse en su ingreso al comercio mundial. Esta etapa puede dividirse en tres pequeños episodios:
- a)
1978-1981: el tema “Taiwán” perdió importancia debido al fortalecimiento de la relación China-Estados Unidos, lo que otorgaba la legitimidad necesaria a China. La URSS, por su parte, continuó siendo una de las principales amenazas, por lo que se centró en mantener el equilibrio de poder sin involucrarse en el área de influencia soviética. Esto alejó a China de su interés en el tercer mundo, lo que originaría críticas en Cuba.
- b)
1981-1984: en 1981 China buscó restablecer el contacto con el tercer mundo mediante visitas diplomáticas a América Latina — México, Colombia y Venezuela—. Además, China apoyó la industrialización de los países subdesarrollados en el marco de las relaciones Sur-Sur (véase cuadro 1).
cuadro 1.Visitas Oficiales De China Y Estados De América Latina Entre 1960 – 2012
Año Autoridad China a América Latina América Latina a China 1961 Liu Shaoqi Cuba 1973 Dong Biwu México 1977 Comité de la Asamblea Popular Nacional Guyana 1978 México 1980 Argentina 1981 Venezuela 1984 Li Xiānniàn Brasil, Ecuador y Guyana 1986 México 1988 Yang Shangkun Argentina, Brasil y Uruguay 1990 Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay 1991 Perú 1992 Chile 1993 Jiang Zemin Brasil y Cuba Guyana y México 1994 Ecuador, Perú y Surinam 1995 Argentina, Brasil, Chile y Cuba 1996 Colombia 1997 México Bolivia y Uruguay 1998 Surinam 1999 Colombia, Ecuador y Venezuela 2000 Argentina 2001 Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Venezuela Chile, México, Perú y Venezuela 2002 Ecuador y Uruguay 2003 Cuba, Ecuador y Guyana 2004 Hu Jintao Argentina, Brasil, Chile y Cuba Argentina, Brasil, Surinam y Venezuela 2005 México Colombia y Perú 2006 Bolivia y Venezuela 2007 Costa Rica 2008 Costa Rica, Cuba y Perú Brasil, México y Perú 2009 Brasil, Uruguay y Venezuela 2010 Brasil, Chile y Venezuela Argentina, Chile 2011 Vicepresidente Xi Jinping Cuba, Chile y Uruguay Brasil 2012 Primer Ministro Wen Jiabao Argentina, Brasil, Chile y Uruguay Colombia Fuente: Chinatoday.com.cn | CEPAL
- c)
1984-1988: China modifica su política exterior dejando de lado la “teoría de los tres mundos” para centrarse en reforzar los “Cinco puntos de coexistencia pacífica” enunciados por Zhou Enlai en 1953 con el “Principio rector de veinticuatro caracteres”: observar los eventos mundiales con calma, mantenerse firme, confrontar las dificultades con confianza, mantener un perfil bajo, nunca asumir el liderazgo y tomar acción.20 Se modifica además el esquema de relaciones político-ideológicas de la administración de Mao Zedong, por la noción de armonía para la estabilidad política y los negocios. En un comunicado de 2006 el PCCH resalta que “la armonía social es la naturaleza intrínseca del socialismo chino y es una garantía importante para la prosperidad del país”.21
La liberalización puesta en marcha desde 1979 determinó la entrada de China al mercado mundial en los años ochenta, dando un giro total a la forma en que China miraba al mundo. En esta década, el intercambio comercial entre China y AL se incrementó a un total de 2576 millones de dólares,22 y desde este momento las relaciones económicas serían la fuente de definición de los objetivos de política exterior hacia AL.
Una década más tarde, las fuerzas del mercado habían impulsado ya el desarrollo económico en China. Este desarrollo dependería ahora de un contexto internacional de paz y estabilidad. El fin de la Guerra Fría y la emergencia del multipolarismo exigieron a China una imagen conciliadora y cooperante frente a la comunidad internacional, por lo cual estrechó relaciones con países con los que mantenía una rivalidad de décadas: tras un conflicto fronterizo ocurrido en 1987, las tropas de China e India fueron contenidas y la visita del entonces primer ministro Rajiv Gandhi en 1988 inició el restablecimiento de relaciones; por otra parte, luego de un breve enfrentamiento bélico con Vietnam en 1979, China aprovechó el colapso de la URSS en 1990 para acercarse, y finalmente, las relaciones entre Seúl y Beijing se restablecieron luego de que un avión secuestrado aterrizara en una base estadounidense en Corea del Sur en 1983, lo que abrió la posibilidad de negociar un acercamiento entre ambas partes que se selló en 1992 cuando los coreanos cortaron relaciones con Taiwán. La caída del Muro de Berlín y de la URSS terminó por catapultar a China. El mundo entraba a un régimen multipolar.
5América latina, socio estratégico en el nuevo orden mundial (1989-2000)En la última década del siglo XX, China inició una competencia económica con Taiwán por el reconocimiento de AL. Taiwán reemplazó su cooperación al tercer mundo por un creciente flujo de inversión de capital que buscaba asegurar la lealtad de la región. Ejemplo de ello son los créditos otorgados a Granada por 10 millones de dólares, y a Nicaragua por 100 millones de dólares. China criticó la “diplomacia del dólar” de Taiwán pero aplicó una estrategia similar, incrementando el monto de cooperación no reembolsable en seis países de AL: Jamaica, Perú, Bolivia, Colombia, Nicaragua y Surinam.23
En 1990, el presidente Yang Shangkun visitó cinco Estados de AL: México, Brasil, Uruguay, Chile y Argentina, siendo esta la primera visita oficial de un mandatario chino a la región. Además, entre 1990 y 2000, alrededor de veintidós presidentes de AL visitaron Beijing, muestra clara de acercamiento entre AL y China (véase cuadro 1).
Para 1995, el intercambio bilateral creció a 6100 millones de dólares y 8370 millones de dólares en 1997.24 Las exportaciones chinas a AL crecieron en un 47.7% aumentando el monto a 4600 millones de dólares debido al incremento en las ventas de maquinaria y productos electrónicos. Y, a pesar de que la crisis asiática produjo una caída de 0.72% en el volumen de intercambio comercial, la relación crecía.25
La inversión se incrementó por la firma de acuerdos mutuos de protección de inversiones, exoneración del doble pago de impuestos y la prevención de la evasión fiscal. La mayor inversión china de la década fue registrada en Perú con la compra de una de las más grandes mineras en explotación de oro por un valor de 120 millones de dólares.
IIILa relación de china con américa latina hoyLa periodización de Stefanie Mann abarca sólo cinco etapas que culminan en 2000 y de allí en adelante el análisis continúa con la primera década del siglo XXI en función del ingreso de China a la OMC, el fin de las negociaciones en el marco de la Ronda de Doha y el inicio de las negociación de tratados bilaterales de liberalización comercial, que da las bases para el dinamismo actual de las relaciones entre China y América Latina, en un esquema diferente a los periodos anteriores.
América latina como fuente de materia prima para la “fábrica del mundo” (2000-hoy)En la última década, las relaciones entre AL y China se dan en el marco del fin de un largo proceso de negociación para la admisión de China en la OMC en 2001. Para México, el último país en dar luz verde, la producción china de bajo costo ponía en riesgo su propia industria y amenazaba con arrebatarle una porción del mercado estadounidense por el bajísimo nivel de precios de los bienes terminados chinos con los que es muy difícil competir. El beneplácito mexicano llegaría incluso después de Estados Unidos y Europa.
La preocupación es comprensible pues su balanza comercial es negativa con China por el incremento de las importaciones que en 2011 llegaron a la suma de 52 000 millones de dólares, diez veces mayor que el volumen de exportaciones mexicanas al país asiático que registra para el mismo año un valor de 5000 millones de dólares (véase cuadro 2).
Balanza Comercial De México Con China En El Periodo 2001-2011 (Miles de dólares)
Año | Exportaciones | Importaciones | Balanza Comercial |
2001 | 384 861 | 4 027 259 | −3 642 398 |
2002 | 653 918 | 6 274 387 | −5 620 469 |
2003 | 974 374 | 9 400 596 | −8 426 222 |
2004 | 986 311 | 14 373 847 | −13 387 536 |
2005 | 1 135 551 | 17 696 345 | −16 560 794 |
2006 | 1 688 112 | 24 437 519 | −22 749 407 |
2007 | 1 895 345 | 29 743 661 | −27 848 316 |
2008 | 2 044 757 | 34 690 316 | −32 645 559 |
2009 | 2 207 793 | 32 528 975 | -30 321 182 |
2010 | 4 182 846 | 45 607 557 | −41 424 711 |
2011 | 5 964 233 | 52 248 010 | −46 283 777 |
Fuente: Secretaría de Economía con datos del Banco de México, http://www.economia.gob.mx/comunidad-negocios/comercio-exterior/informacion-estadistica-y-arancelaria.
Además, en 2003 China reemplazó a México como la segunda fuente de importaciones estadounidenses —la primera es Canadá—, y la brecha empezó a crecer desde entonces. En 2011, las importaciones chinas sumaron 399 000 millones de dólares frente a los 262000 millones de dólares de las importaciones mexicanas de los Estados Unidos de América (véase cuadro 3).
La admisión de China en la OMC le abrió las puertas a los mercados que antes ponían trabas a su ingreso, con lo que el desarrollo industrial y el nivel de diversificación de su oferta exportadora dinamizaron a su creciente economía. Mientras tanto, sus vecinos en el pacífico asiático habían crecido económicamente debido, en parte, a la aplicación del paradigma de los Gansos Voladores, que terminó beneficiando el intercambio intrarregional —principalmente las importaciones—, y a la larga también el crecimiento chino.26
Y, si bien China impulsó en la Ronda de Doha la liberalización de los sectores agrícolas de los países desarrollados para favorecer el intercambio comercial, esta fracasó debido a la protección impuesta por los países desarrollados, abriendo la posibilidad para la firma de múltiples tratados bilaterales de liberalización comercial.27 China ha firmado Tratados de Libre Comercio con ASEAN (en vigor desde 2005), Chile (en vigor desde 2006), Pakistán (en vigor desde 2007), Nueva Zelanda (en vigor desde 2008), Singapur (en vigor desde 200928 ), Perú (en vigor desde 2010) y Costa Rica (en vigor desde 2011).29 Además, se encuentra en negociación otros TLC con Australia, Islandia, Noruega, etcétera.
Durante 2009 y mientras el mundo enfrentaba la crisis económica, el gigante asiático crecía a una tasa de 9.1% afianzando como un actor global de suma importancia. En 2012 la economía china creció en un 7.8%,30 registrando su menor crecimiento en 13 años, en parte debido a la ralentización de las exportaciones como efecto de la crisis internacional. De acuerdo a la CEPAL, China espera un crecimiento de entre 8.5% y 8.8% para el periodo 2013-2017.31 En tanto al flujo de la inversión extranjera directa (en adelante IED), China captó 121 000 millones de dólares en 2012 que representan el 8.9% del flujo mundial de IED en ese mismo año.32
En el tercer trimestre de 2012, el gobierno chino anunció la ralentización de su economía luego de un limitado crecimiento de 6.2%33 en los primeros ocho meses del año, la crisis parece empezar a surtir efecto en la economía del gigante asiático. La caída de la demanda europea de bienes chinos, luego de que Europa empezara a sufrir los estragos de la crisis, fue la principal causa de esta caída. Las exportaciones chinas a la Unión Europea (en adelante UE) se contrajeron en 4.9% entre enero y agosto de 2012.
De prolongarse la ralentización económica de China, los efectos en la región empezarán a ser percibidos debido a la contracción de la demanda de materias primas, que a la larga afectaría el precio internacional de los commodities, la principal exportación de los países de AL a China. Pero en una de las últimas declaraciones, el gobierno chino ha anunciado que probablemente este año sí se logre exceder el 7.5% de crecimiento previsto para 2012,34 con lo que el fantasma de la ralentización empieza a despejarse.
Las exportaciones de AL a China se incrementaron en un 11% en 2009, evidenciando la resiliencia con que China logró superar la crisis. En 2010, China alcanzó una tasa de crecimiento de 10.3%,35 y en el mismo año las exportaciones de la región a China se incrementaron en un 51% y las importaciones en un 48%.
Pero, a pesar del importante crecimiento y fortalecimiento de la relación comercial entre la región y China, en 2009, casi la totalidad de IED china (95%) fue destinada a paraísos fiscales en nuestra región —por ejemplo, las Islas Vírgenes Británicas—. Para 2010 este monto se incrementó, pero aun así, el 90% de la inversión se ha dado en el sector primario-exportador, principalmente materias primas.36
Este último periodo de las relaciones entre AL y China, que se ha dado en el marco del fin del proceso de negociación para la admisión de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC), inicia con su admisión en 2001. México aceptó el ingreso de China incluso después de Estados Unidos y Europa debido a la amenaza que este país representa como competencia en el mercado estadounidense de maquila.37
La admisión en la OMC le valió a China la apertura de puertas a mercados a los que antes le era difícil llegar, lo que motivó el desarrollo industrial y la diversificación acelerada de su oferta exportadora. Por otra parte, el desarrollo y crecimiento económico de sus vecinos en el pacífico asiático impulsó la relocalización de industrias en territorio chino por lo que el intercambio intrarregional se vio también incrementado —situación explicada por el paradigma de los Gansos Voladores de Kaname Akamatsu—.
El paradigma de los Gansos Voladores es un modelo para la división internacional del trabajo en el sudeste asiático, el mismo que explica el curso del desarrollo económico de la región. En un esquema jerárquico, los gansos guía —o países avanzados— orientan a los gansos seguidores —o países en desarrollo— a través de la transmisión del desarrollo mediante la reubicación de industrias de un país a otro en respuesta a los cambios en la productividad. La producción doméstica es reemplazada por la importación de los gansos seguidores, lo que permite una constante evolución regional de la división del trabajo.
El paradigma esclarece cómo la relocalización de industrias y la transmisión de tecnología beneficiaron a China convirtiéndola en la “fábrica del mundo”, dado que ésta ya contaba con la clara ventaja comparativa de una mano de obra de bajo costo y la centralización del poder en la administración del PCCh, guiado por la liberalización económica de tiempos de Deng Xiaoping.
La Cuarta Conferencia Ministerial de la OMC, o Ronda de Doha, se celebró en Doha, Qatar, en noviembre de 2001 para impulsar la liberalización del comercio internacional y lograr una mayor participación de los países en desarrollo. Esta Ronda buscó “abordar algunos de los desequilibrios de las normas comerciales que han obstaculizado las exportaciones de los países en desarrollo”38 como un mayor acceso a mercados, disminución de aranceles y reducción de subvenciones en los países desarrollados.
Durante las negociaciones China ganó protagonismo por su liderazgo, junto a Brasil, en el Grupo de los 20 países en desarrollo (G-20) —hoy conformado por 23 países39—, nacido en agosto de 2003, cuyo objetivo primordial fueron las negociaciones en torno al comercio de bienes agrícolas y la liberalización de los mercados en los países desarrollados para favorecer el intercambio comercial y fomentar una apertura económica que abarque cada vez una mayor porción de la producción de los países a nivel mundial.
Lamentablemente la Ronda fracasó debido a la protección impuesta por los países desarrollados que se negaron a liberalizar la agricultura, lo que marcó el inicio de una ola de tratados bilaterales, con los cuales China empezó a fortalecer su relación con países fuera de la región asiática para garantizar la exportación de sus productos hacia otros mercados y la obtención de materia prima.
Pero la relación con China no siempre fue prioritariamente económica, de hecho en su inicio la connotación política e ideológica fue de suma importancia. Por ello, es importante revisar la evolución y creación de nexos entre AL y la RPC para luego comprender la lógica detrás del dinamismo actual impulsado por el auge económico.
IVLa relación de china con ecuadorAl ser fundada la República Popular China por Mao Zedong en 1949, el interés en términos de política exterior china fue cambiando de orientación en busca de un cada vez mayor aislamiento de Taiwán y el reconocimiento de “Una sola China”, política rectora del PCCh al entablar relaciones con otros Estados. Es en aquella búsqueda de aliados en el sistema internacional que pudieran apoyar sus intereses, que China logra gracias a un arduo trabajo diplomático que Ecuador se abstenga de la votación para bloquear el ingreso de China a la ONU como miembro de pleno derecho en 1971.
Para 1972, y luego de que China fuera aceptada plenamente en la ONU, Ecuador rompió definitivamente sus relaciones con Taiwán e inició las conversaciones para negociar acuerdos comerciales con China. En 1973, en la visita de una delegación comercial presidida por Li Chuan, vicepresidente del Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional, se firma el primer convenio de compra por 20 000 toneladas de banano.40 Con esto se da inicio a las visitas oficiales de China a territorio ecuatoriano.
El intercambio comercial entre ambos, en el rango de los años 1958 y 1979, alcanzó la cifra aproximada de 17 millones de dólares, intercambio que para 1980, año en que se iniciaron las relaciones diplomáticas, aumentaría en 6 millones de dólares. Para 2003 la cifra del intercambio llegó a los 495 millones de dólares, y para 2011 ella habría superado ya a los 3000 millones de dólares (véase cuadro 4).41
Al interior de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), Ecuador cuenta con el 4% de la participación en el rubro de exportaciones totales a China, mientras que en el rubro de importaciones totales participa con el 18%. La necesidad china por recursos naturales revela la asimetría en la relación dado que la principal exportación del Ecuador a China es el petróleo y bienes de bajo valor agregado como el cacao y el aceite de palma, mientras que sus principales importaciones son bienes de alto valor agregado como las maquinarias, los teléfonos móviles y aparatos de telecomunicación.42
Mientras China adquiere de Ecuador materia prima para la futura elaboración de bienes en la “Fábrica del mundo”, el Ecuador, al igual que la mayoría de países de la región, se orienta hacia la producción de insumo para economías como la china, adquiriendo a cambio bienes de capital que no podrá adquirir ni en la industria nacional ni en la regional. Para 2011, la balanza comercial es negativa para el Ecuador en 3136 millones de dólares debido a que el monto total por sus exportaciones asciende a tan solo 191 millones de dólares, mientras que las importaciones llegan a un total de 3327 millones de dólares (véase cuadro 5).43
Este intercambio tiene como principal efecto la cada vez mayor presencia china en Ecuador, país para el cual el gigante asiático pasó de ser el décimo socio comercial en 2000, a ser el segundo socio comercial en importaciones, y en exportaciones el decimosexto en 2011, una tendencia en crecimiento por la cada vez mayor relevancia de China como actor global.44
Esta participación china en Ecuador empezó a ser notoria en 2006 cuando se realizó la compra de la canadiense EnCana por el consorcio China National Petroleum Corporation (CNPC), lo que significó el ingreso de USD 1.42 millones a la economía del país sudamericano. Además, PetroEcuador firmó en 2007 un convenio con la CNPC para la exploración y desarrollo de proyectos petroleros futuros.45
Comprometido a profundizar la relación comercial en el sector petrolero, Ecuador se ha planteado la posibilidad de iniciar la exploración del denominado proyecto Ishpingo Tambococha Tiputini (ITT), el mismo que ha generado gran controversia entre los defensores del medio ambiente en Ecuador pues la zona en la que se ubica el proyecto se encuentra dentro del Parque nacional Yasuní, un área natural protegida.
Actualmente, las relaciones entre China y Ecuador, basadas en la exportación de petróleo y la importación de bienes terminados y con alto valor agregado, cuenta además con el inicio de un historial crediticio desde 2009. “La potencia asiática se convirtió en el mayor acreedor del Ecuador en 2011. Gran parte del monto de los créditos se destina para la construcción de proyectos de generación eléctrica y se paga con entrega de petróleo”46 (véase cuadro 6).
Ecuador, en los últimos años, ha recibido cuantiosos créditos por parte del Banco de Desarrollo de China con la promesa de ser invertidos en proyectos de infraestructura que reporten beneficios futuros para el Estado ecuatoriano. Este historial crediticio se inició en 2009 cuando China acreditó un pago de mil millones de dólares por la “compra anticipada” de 69 millones de barriles de petróleo en dos años, convenio que fue renovado el 23 de febrero de 2011.47
En 2010 se otorgó un préstamo de “libre disponibilidad”48 por mil millones de dólares a cuatro años de plazo. En junio de 2011, un crédito de 2000 millones de dólares fue destinado a los proyectos eléctricos: Mazar-Dudas, Minas San Francisco, Quijos y Villonaco. En noviembre del mismo año, el Eximbank —Banco de Importaciones y Exportaciones de China— otorgaría un préstamo por 571 millones de dólares para la hidroeléctrica de Sopladora con interés de 6.35% a 15 años de plazo,49 un proyecto gestionado por Gezhouba, empresa china, en consorcio con la ecuatoriana Fopeca.50
Para 2012, el presidente Correa anunció que se negociaría un nuevo préstamo por 1700 millones de dólares de China, recalcando que la deuda no pone en peligro al Estado ya que asciende al 22% del PIB siendo 40% del PIB el límite máximo de endeudamiento decretado por la Constitución.51 Finalmente el crédito chino se estableció en 2000 millones de dólares, de los cuales 1400 millones fueron recibidos en febrero de 2013.52
VLa relación de china con perúLas relaciones diplomáticas entre China y Perú se concretaron en noviembre de 1971,53 con lo cual Perú pasa a la historia como el segundo Estado de Sudamérica en reconocer oficialmente a la naciente RPC, después de Chile, y el tercero de toda América Latina, después de Cuba. Desde entonces, Perú apoya la política de “Una sola China” —que implica el reconocimiento de la isla de Taiwán como una provincia de China Continental y no como el de una República independiente— y el principio de autodeterminación. China, por su parte, respaldó la tesis peruana de las 200 millas marítimas.54
China, enfocada en fomentar los acercamientos y relaciones en el marco de las relaciones Sur-Sur como parte de su estrategia geopolítica, impulsa el movimiento de países no alineados en el cual también estaba Perú, siendo ambos parte de un bloque que buscaba alejarse de la disputa entre la URSS y Estados Unidos a lo largo de la Guerra Fría. En el recuento de los recientemente celebrados cuarenta años de relación bilateral, Perú y China gozan de una relación con lazos armoniosos.
En 1991, Alberto Fujimori se convirtió en el primer presidente peruano en visitar China55 y luego de ello el ministro de Relaciones Exteriores de China devolvió la visita. Bajo la administración de Fujimori se promovió la compra de maquinaria y tecnología de manufactura china.
En este periodo, Perú dio inicio también a sus relaciones con Malasia, Indonesia, Singapur y Tailandia, y abrió una oficina comercial en Taiwán buscando aprovechar el crecimiento y auge de los “Tigres Asiáticos”. En 1998, la activa diplomacia peruana en el Asia Pacífico rindió sus frutos con el ingreso de Perú en el Asia Pacific Economic Cooperation Forum (en adelante APEC), reforzada por su ya asegurada presencia en el Pacific Business Economic Council (en adelante PBEC) en 1990 y el Pacific Economic Cooperation Council (en adelante PECC) en 1991.56
Durante la cumbre de APEC realizada en Lima en 2008, en el segundo gobierno de Alan García, se iniciaron las conversaciones para la firma de un TLC entre ambos Estados. De la misma manera, el presidente García visitó China en 2008 y anunció que las relaciones entre ambos países pasaban a situarse en un marco de “socios estratégicos”, categoría que beneficiaría aún más a Perú con una mayor inversión china.
Debido al incremento de los precios de los commodities en la primera década del siglo XXI, los ingresos por exportación de Perú han crecido exponencialmente, generando un flujo comercial superavitario en su relación comercial con China. Pero esta relación podría invertirse luego de la firma del TLC Perú-China en 2009, la misma que podría afectar a la economía peruana debido al alto valor agregado de la manufactura china y los bajos costos de producción, a diferencia de la producción nacional, que sigue concentrada en una oferta exportadora reducida y enfocada en la explotación de recursos naturales.
Por el peso internacional de su economía, el tamaño de su mercado y su notable crecimiento económico, China es un aliado comercial fundamental para Perú y los demás países de AL. Hoy, China se ha convertido en el primer socio comercial de Perú,57 y aunque esto se deba fundamentalmente a la exportación de minerales, su presencia representa una oportunidad inmejorable para el desarrollo peruano (véase cuadro 7).
China está principalmente interesada en la minería, la pesca y el mercado de consumo peruano. Para China, la minería es el sector con mayor dinamismo debido a los abundantes recursos minerales de Perú y su salida natural al pacífico — con puertos que permiten una mayor fluidez en la exportación—. La empresa china Shougang Hierro Perú, que opera una mina en la región de Ica y es la más grande mina de hierro del país, es la principal representante de China en el sector minero peruano.58
En 2007 el grupo chino Zijin Mining Group adquirió la empresa minera Monterrico Metals y pasó a operar en la región Piura extrayendo cobre; ese mismo año, la Aluminum Corporation of China (Chinalco), una de las empresas chinas de talla global, adquirió la Perú Copper de Canadá por 792 millones de dólares,59 iniciando sus operaciones en la región de Cajamarca. Otra empresa china con presencia en Perú son la Jiangxi Copper Corporation que adquirió la Northern Perú Copper por 446 millones de dólares, que opera también en Cajamarca.60
Otro sector relevante para China es el pesquero. La principal producción de exportación desde el Perú es la harina de pescado, detrás del cobre. De hecho, entre Perú y Chile abastecen el 80% de la demanda china en este producto.61 Para 2006, la China Fishery Group adquirió la empresa de capital peruano Alexandria Fishing Company, la que a su vez inició la adquisición de pequeñas empresas productoras de harina de pescado y plantas procesadoras que mejoren su cadena productiva.
Algunos otros productos producidos en Perú y que también son de interés chino son: café, espárragos, páprika y el mango. En el Documento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe de 2008, el capítulo II62 explicita el apoyo del gobierno chino a la inversión de empresas chinas en el sector agrícola latinoamericano, además de la cooperación tecnológica en un sector que fue el sustento de la economía china. Para 2011, el 22% de todas las exportaciones de la región a China fueron productos agrícolas sumando 27 400 millones de dólares en el intercambio China-AL.63 La demanda china ha logrado elevar el precio de los bienes agrícolas en el mercado internacional.
Perú también es de interés como mercado para los bienes chinos. Textiles, zapatos, autos, computadoras, etcétera, son productos de alta demanda en el mercado peruano y de fabricación de bajo costo en China —en 2007, China vendió 1.68 millones de dólares en productos a Perú—.64 “El comercio total entre ambos países —exportaciones más importaciones— pasó de 231 millones de dólares en 1993 a 5515 millones de dólares durante 2007, es decir, se multiplicó cerca de veinticuatro veces”.65
Las exportaciones peruanas a China tienen un bajo nivel de diversificación pues son mayoritariamente materia prima —cobre, hierro, etcétera—. La consigna peruana en el momento de profundizar las relaciones comerciales con China apunta a competir en el mercado chino —el cual aparenta un gran tamaño— que sin duda tiene la capacidad de consumir gran parte de la producción nacional, pero “hasta ahora el Perú no cuenta con una estrategia comercial y capacidades de marketing suficientes para maximizar sus ganancias”.66 Según Fairlie, cerca del 41% de los productos que exporta Perú a China son minerales, fundamentalmente cobre.67 Los minerales de mayor exportación de Perú a China son cobre, plomo, zinc, hierro, molibdeno, plata, aluminio y acero.68
Por su parte, las exportaciones chinas a Perú tienen un gran nivel de diversificación, además de ser intensivas en mano de obra y valor agregado —maquinaria, tecnología, telefonía, dispositivos de computadora, etcétera—, pero aun así la importancia de Perú para China es muy marginal, lo que remarca la asimetría entre ambos. Para China, lo más importante es promover el intercambio comercial y no necesariamente la inversión, basándose en una estrategia de adquisición y fusión de empresas mas no de implementación de nuevos proyectos. Esto limita la transmisión de capacidades para generar un desarrollo tecnológico nacional.
La posición estratégica que tiene Perú en la costa del Pacífico marca también el fortalecimiento de las relaciones con China. La construcción de la carretera interoceánica, que unirá a Perú y Brasil, es una de las obras de infraestructura más importantes de la región y que permitirá a Brasil tener una salida al Pacífico y llegar a los mercados asiáticos sin duda servirá para promover la inversión China en Perú. La empresa china Harbour Engineering Company planea hacer una inversión de 300 millones de dólares en el puerto de Ilo, Moquegua, Perú, por el alto volumen de exportación que se espera de Brasil y Bolivia para 2015.69
VIAmenazas y oportunidades de una relación asimétricaChina es la segunda economía del mundo y cuentan con una clase media de 157 millones de personas —la población total china asciende a 1300 miles de millones de habitantes—, la misma que supera en número a la población ecuatoriana —de 14 millones de habitantes— y la peruana —de 30 millones de habitantes—.70 Además, China atrae el 8.9% de la IED mundial mientras que Ecuador y Perú sólo captan el 0.043% y el 0.906% respectivamente.71 Y si bien ambas economías sudamericanas tienen a China como un socio comercial de gran relevancia, no sucede lo mismo en sentido inverso.
Se espera que la relación con la RPC genere beneficios, catapulte las economías de la región y, que estas puedan, en últimas, encontrar el camino al desarrollo gracias a indicadores económicos positivos, también podría ocurrir lo contrario y afectar estas crecientes economías si no se aplican las políticas adecuadas.
En el caso de la relación con Ecuador, la herramienta principal de cooperación es el crédito, empleado por China para asegurar un flujo constante de barriles de petróleo ecuatoriano, una estrategia antes aplicada en África. Con ella lo que se busca es inyectar capitales en proyectos de infraestructura o crédito libre para así directamente acceder a los recursos naturales comprometiendo las necesidades de infraestructura y desarrollo.
Si bien este circuito de presas y plantas generadoras de energía es de vital importancia para el futuro de Ecuador, y que podrá brindarle una mayor autonomía energética y el esperado cambio de matriz productiva, también servirá para capitalizar a las empresas nacionales chinas. Esto se debe a que las cláusulas contractuales de los distintos créditos explicitan la necesidad de contratar empresas chinas para el desarrollo e implementación de los diferentes proyectos energéticos.
Otro efecto perjudicial para Ecuador sería la falta de desarrollo de capacidades en las empresas y obreros que trabajan en la construcción de los grandes proyectos de infraestructura dado que son las mismas empresas chinas las que se encargan de administrar la implementación sin transmitir el conocimiento al Ecuador para que éste pueda desarrollar proyectos de similar dimensión o envergadura sin la intervención de las empresas chinas.
En últimas, el petróleo por el que se originó toda esta ola de créditos y proyectos de infraestructura, habría alcanzado su pico de producción en 2006, de acuerdo a Esperanza Martínez, fundadora de la asociación “Acción Ecológica”.72 La producción petrolera en Ecuador ha mostrado una caída en los últimos años, pasando de 195 523 millones de barriles en 2006 a 182 357 millones en 2011, pasando por una dura caída en 2010, en el que la producción llegó a 177 422 millones,73 lo que podría responder también a una baja inversión en el sector.
Para Perú, la firma de un TLC Perú-China podría orientar la relación comercial hacia una balanza comercial negativa en la medida en que China continúe exportando la producción de bajo costo y alto valor agregado, y los sectores productivos peruanos no mejoren su competitividad, tarea altamente difícil considerando el costo comparativo de producir un bien en China y en Perú. Ello sin considerar las prácticas desleales de China como el dumping, subsidios, etcétera, aplicadas para beneficiar a sus productores nacionales y los bienes que ellos exportan, lo que resulta perjudicial para un todavía pequeño sector manufacturero peruano.
China es en la actualidad el mayor exportador de textiles del mundo y es también uno de los más desleales en el comercio internacional.74 El principal inconveniente es que cualquier otro país del planeta se encontrará lejos de alcanzar el nivel de precios que tienen los productos chinos, por lo que cualquier relación comercial con China tenderá a afectar las industrias nacionales (véase cuadro 8).
El caso peruano no es la excepción. La pequeña industria textil nacional deberá competir con la altamente protegida industria textil china —aun a pesar de su ingreso a la OMC, el gobierno chino ha continuado otorgando una ventaja de entre 35% y 75% a los exportadores de textiles y prendas de vestir, por lo que la importación de textiles chinos al mercado estadounidense ha crecido 489% entre 2001 y 2011, mientras todas las demás importaciones han caído en un 10%—,75 luego de que en la negociación del TLC con China, de 972 líneas arancelarias del sector textiles y confecciones que Perú negoció, cerca del 45% no se excluyó de la negociación, lo que representa el 37% del valor de los textiles y confecciones que Perú importó de China en 2007.76
Todas las iniciativas puestas en marcha en los países de AL y que han sido ya descritas, tienen como eje central la visión de una china “económica” y “gigante”. Pero si armamos un mapa tomando en consideración los polos dinámicos y las ciudades en las que se encuentra el mayor desarrollo tecnológico obtendríamos una China bastante más reducida de lo que actualmente llamamos “gigante asiático”. Por su alto nivel de crecimiento, China se enfrenta a dos desafíos de suma importancia: a) control de la presión inflacionaria por el alza del nivel de precios y el alto volumen de ingreso de capital; b) buscar otras fuentes de crecimiento ante la ralentización de las exportaciones en un contexto de crisis internacional.77
China planifica sus objetivos en estrategias a seguir de acuerdo a los conocidos “Planes Quinquenales”, un conjunto de acciones que han de concretarse en el plazo de cinco años para lograr las metas trazadas para ese periodo. El último plan es el XII Plan Quinquenal para la RPC (2011-2015) lanzado a inicios de 2011, en el cual se hace evidente la reacción china frente a la crisis financiera internacional.
Según este último plan, el objetivo de China para los próximos cinco años es el de descentralizar la población para mejorar el nivel del consumo interno, expandiéndose a las ciudades de Chengdu y Chongqing, en el centro de China. Esto no traerá problemas en tanto la expansión se produzca en zonas de presencia mayoritaria de la etnia Han. Fuera del factor económico en el cual se basan la mayoría de los análisis, existen otros de igual relevancia que no son tomados en cuenta —político, social, geográfico, etcétera—.
Lo que China busca hoy es fortalecer su posición respecto del sistema internacional a través de la expansión hacia polos dinámicos que ya no sean puertos de salida al Pacífico para aumentar la demanda interna y aliviar la presión fiscal de las ciudades más grandes. El objetivo, en últimas, es dejar de ser la “fábrica del mundo” y ser un “centro de investigación y desarrollo tecnológico”.78 De no tomar las medidas necesarias su economía se verá afectada y la gobernabilidad del Estado será insostenible por un PCCh necesitado de resultados económicos alentadores.
Según Herman Schwartz,79 el Estado y el Mercado se co-constituyen y no pueden ser entendidos como campos separados y en conflicto pues necesitan uno del otro para poder sostenerse. El Estado, a través de la aplicación de la violencia, genera las condiciones para la existencia del Mercado, que dota al Estado del monto por recaudación de impuestos de las transacciones que se realicen en él. Mediante este mecanismo, el Estado, busca eliminar el intermediario, la élite local, para poder expandir la lógica del capital y transformar a las personas de la localidad en ciudadanos consumidores.
El riesgo de sostener un Estado central a través de élites locales es que estas pueden ejercer un gran control sobre aquella población y los recursos que produce,80 control que la élite central del Estado no logra dirigir. Por ello, las élites locales pueden ocasionar sublevaciones, revueltas y en últimas, inestabilizar todo el aparato estatal. El control de recursos de las élites locales puede dotarlos de la capacidad de adquirir armas, pueden sublevar inconscientemente a los pobladores, y evitar el control directo de la élite central que precisa de la recaudación de impuestos.
El problema en China, entonces, va más allá de las claras limitaciones geográficas —desiertos al norte y el Himalaya al occidente—, pues al necesitar expandirse a zonas étnicamente diferentes a la etnia central Han, podría darse un choque de modos de producción: feudalismo vs. capitalismo. Un ejemplo que retrata casi con total exactitud la teoría de Schwartz es el caso de la Región Autónoma del Tíbet. La expansión de la lógica capitalista y la necesidad del Estado de construir un mercado más allá de la frontera de la etnia Han genera en esta región un “choque” de modos, donde el Estado chino ha intentado eliminar a la élite local representada por los monjes tibetanos —o terratenientes— para poder hacerse del control de la región, obteniendo hasta ahora un éxito parcial. La lucha del Dalai Lama con el Estado chino es una clara representación de este conflicto interno.
Al haber planteado el objetivo de lograr dinamizar su mercado interno, China necesita de esta expansión “hacia adentro” para lograr consolidar un mercado e insertar cada vez más ciudadanos al aparato de recaudación tributaria —que es una fuente de ingresos para un Estado y un medio de control de los ciudadanos en él—.
Por otro lado, el control demográfico o de “natalidad” está limitado a los polos dinámicos, sin tener alcance sobre las regiones autónomas o zonas rurales alejadas desde las cuales se da la migración que genera la sobrepoblación en las grandes ciudades. Esto genera más problemas: a) migración de mano de obra no calificada a los polos dinámicos; b) dificultad de movilidad de personas calificadas, residentes en los polos dinámicos, por limitaciones económico-culturales.
China ha tratado de reducir la influencia de las etnias en las regiones autónomas a través de políticas de reubicación familiar trasladando ciudadanos de la etnia Han a aquellas regiones en las que son minoría. La expansión china ha llegado ya a la frontera Han y, cuando necesita seguir creciendo, topa con otros modos de producción, generando el conflicto del que habla Schwartz, élite central tratando de eliminar a la élite local. China cuenta hoy con serias restricciones a su propio crecimiento.
Frente a la amenaza que representa el mirar a China como un “gigante asiático” sin antes hacer un examen exhaustivo de la situación política, demográfica, etcétera, a nivel interno, existen también posibilidades que la región podría profundizar. Estas no necesariamente responden a una respuesta comercialmente agresiva creando bloqueos para-arancelarios para detener el avance de la producción china de bajo costo, ni tampoco llama a pensar en la denuncia de los TLC. La región y los países en su interior deben cumplir con las obligaciones ya adquiridas y mirar hacia adelante con optimismo.
La respuesta frente a una amenaza como esta no estará necesariamente en lo que China pueda ofrecer por iniciativa propia, o en esperar que el mercado sea propicio para iniciar los negocios. La respuesta viene desde nuestra región y la posibilidad de un trabajo en conjunto que permita hacer frente a un gigante como China.
Es por ello que la recientemente creada Alianza del Pacífico (en adelante AP) surge como una iniciativa regional en busca de una mayor integración política y económica de Chile, Colombia, México y Perú, y tiene como objetivo crear “un área de integración profunda en el marco del Arco del Pacífico Latinoamericano, que aliente la integración regional, un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad”.81
La unión de las economías de mayor dinamismo en la región no es una mera coincidencia: la AP estaría tras la consolidación de un bloque multilateral que privilegie el pragmatismo económico-comercial sobre el ámbito político-ideológico. Para ello, en una primera etapa, se ha planteado un trabajo coordinado en cuatro puntos específicos: 1) tránsito migratorio y cooperación policial; 2) cooperación aduanera, comercio e integración; 3) integración de bolsas de valores, y 4) mecanismos de solución de diferencias.
Esta alianza podría pensarse no sólo como una plataforma para vender más y a mejor precio la materia prima, sino para iniciar un trabajo coordinado interestatalmente y que en conjunto se pueda generar una producción mucho más intensiva en mano de obra y de valor agregado, estableciendo redes de comercio intra-industrial a través de una política industrial común. Este sería un objetivo mucho más valioso a tener en cuenta que la sola exoneración de condiciones migratorias o beneficios arancelarios entre los países miembros.
VIIConclusionesChina no es entonces el “gigante” del que todos hablamos, y ellos mismos son conscientes de que buscar la hegemonía mundial, hoy, es algo muy lejano y ajeno a sus objetivos. Actualmente, China está buscando estabilidad política y generar un mercado interno que pueda suplir la caída en las exportaciones a Europa y Estados Unidos por efecto de la crisis. China está aún en construcción y está buscando salir del “subdesarrollo” enfrentando estas dificultades, por lo que el poder económico al que nos enfrentamos hoy es el de una economía en despegue, no el de una economía consolidada. De lograr superar las dificultades internas, ¿qué podemos esperar de China? Imposible imaginarlo considerando su capacidad de arrastre en su condición actual.
Es por ello que es de suma importancia estudiar a mayor profundidad la coyuntura política y social en China en vez de darla sólo por entendida. Las restricciones a su crecimiento, o los canales que lo viabilicen, pasarán por decisiones económico-políticas, no sólo económicas, y en la medida que tengamos mayor conocimiento de la coyuntura interna del gigante, mayores posibilidades tendremos de detectar posibilidades de negocio o futuras amenazas a nuestras economías.
Aquellos acuerdos tomados por nuestros Estados al día de hoy, si bien aportan en materia de flujo comercial o de divisas, deberán servirnos de experiencia para decisiones futuras. Una de esas lecciones es la ausencia de un consolidado bloque de AL para la negociación con China. Lamentablemente, hemos enfrentado rondas de negociación de manera bilateral y China ha acordado con cada uno metas diferentes, lo que termina por fraccionar más a la región y aleja el anhelo de una AL unida y complementaria.
En un mundo en el que toda razón económica es política, y viceversa, el principal objetivo, antes de cooperar con China, es cooperar entre países de una misma región. Es necesario mejorar la complementariedad de las economías latinoamericanas, impulsar los vasos conductores, buscar un crecimiento industrial conjunto y no aspirar a ser un engranaje más en la “fábrica del mundo”, sino aspirar a ser una “fábrica latinoamericana”.
Profesor de Negocios Internacionales en la Facultad de Negocios de la Universidad Peruana de Ciencias AplicadasUPC (Perú); máster en Relaciones Internacionales con mención en Negociación Internacional y Manejo de Conflictos por la Universidad de la Comunidad Andina, Simón Bolívar (Ecuador); licenciado en Comunicación Social con especialidad en Comunicación para el Desarrollo por la Universidad de Lima (Perú). Realizó estudios en Política Internacional y Comunicación Digital en la Korea University de Seúl (Corea del Sur).
CEPAL, La República Popular China y América Latina y el Caribe: diálogo y cooperación ante los nuevos desafíos de la economía global, Santiago de Chile, CEPAL, 2012, p. 35.
La Dinastía Qing gobernó en China desde 1644 hasta la abdicación del joven emperador Puyi en 1912 a consecuencia de la formación de la República de China de la mano de Sun Yat-Sen.
Turchin, Peter et al., “East-West Orientation of Historical Empires”, Journal of World-Systems Research, año XII, vol. II, 2006, p. 222.
Con el Acta de Unión de 1800, el entonces Rey Jorge III de Gran Bretaña e Irlanda fusiona ambos reinos y crea el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. Para mayor referencia consultar: portal Legislation.gov.uk, “Act of Union (Ireland) 1800), http://www.legislation.gov.uk/aip/Geo3/40/38, acceso el 2 de julio de 2013.
Minaya, Jorge, El nuevo expreso de Oriente: Siete ensayos sobre la China emergente, Lima, AIGP-Instituto Solidaridad, 2011, pp. 111 y 112.
La primera guerra del opio culminó con la firma del Tratado de paz de Nanking en 1842 entre las fuerzas beligerantes del Imperio Británico y China, gobernada por la Dinastía Qing. El tratado modifica las condiciones del comercio exterior chino con la apertura de cinco puertos para beneficio británico: Cantón, Amoy, Foochow, Ningbo y Shanghai. El Tratado de Nanking es considerado uno de los “Tratados Desiguales” firmados por China y las potencias occidentales en el siglo XIX. Para mayor referencia consultar: ibidem, p. 307.
Otras de las condiciones fueron la cláusula de extraterritorialidad, mediante la cual losciudadanos británicos en China sólo podían ser juzgados por el derecho británico, y la cláusula de nación más favorecida por la cual todo beneficio realizado a otra nación era extensivo al Reino Unido. Para mayor referencia consultar: idem.
Para fines del siglo XIX, tras la legalización del comercio del opio, el 10% de la población lo consumía y la mitad de ellos eran adictos. Para mayor referencia consultar: ibidem, p. 309.
Entre 1850 y 1864 se desató la rebelión Taiping en el sur de China, región golpeada por las guerras del opio donde Hong Xiuquan, líder carismático y autoproclamado rey celestial, sentó las bases para la revolución y el derrocamiento de la Dinastía Qing. Se estima que a lo largo de la rebelión se destruyeron 600 ciudades y se perdieron 20 millones de vidas humanas. Años después, la revolución de Xinhai en 1911, dirigida por Sun Yat-Sen derrocaría al último emperador de la Dinastía Qing e iniciaría la República China. Para mayor referencia consultar: ibidem, pp. 309-313.
Huiza, José Luis et al., El Perú republicano. De San Martín a Fujimori, Lima, Fondo de Desarrollo Editorial de la Universidad de Lima, 2004, pp. 41 y 42.
Halperín Donghi, Tulio et al., Historia económica de América Latina, Barcelona, Crítica, 2002, p. 51.
Mann, Stefanie, Discovery of a Terra Incognita: Five Decades of Chinese Foreign Policy towards Latin America, Mainz, Johannes Gutenberg-Universitat, 2002, pp. 6 y 7.
Shixue, Jiang, “La perspectiva de la política exterior china”, en Paz, Guadalupe y Roett, Riordan (comps.), La presencia de China en el hemisferio occidental, Buenos Aires, Libros del Zorzal, 2009, p. 40.
Zedong, Mao, “Looking at the prospect of the people’s struggle in Asia, Africa and Latin America from a historical perspective”, en Central Party Literature Publishing House, Mao Zedong on Diplomacy, Beijing, Foreign Languagues Press, 1998, pp. 408-412.
Estos países son: Cuba, Chile, Perú, México, Argentina, Guyana, Jamaica, Trinidad y Tobago, Venezuela, Brasil, Surinam, y Barbados. Para mayor referencia consultar: Mann, Stefanie, op. cit., p. 22.
Portal oficial del Gobierno Chino, “Comunicado del Sexto Plenario del decimosexto Comité Central del Partido Comunista”, 11 de octubre de 2006, http://english.gov.cn/2006-10/11/content_410436.htm, acceso el 3 de mayo de 2013.
Athukorala, Prema-Chandra y Kohpaiboom, Archaun, “Intra-regional Trade in East Asia: The Decoupling Fallacy, Crisis, and Policy Challenges”, ADBI working paper series, 2009, núm. 177, pp. 4-7.
China FTA Network, República Popular China, http://fta.mofcom.gov.cn/english/index.shtml, acceso el 4 de mayo de 2013.
Singapore FTA Network, República de Singapur, http://www.fta.gov.sg/fta_csfta.asp?hl=27, acceso el 4 de mayo de 2013.
Diario online Xinhua Net, “FTA between China, Costa Rica to enter into force on Aug. 1”, 30 de julio de 2011, http://news.xinhuanet.com/english2010/china/2011-07/30/c_131019165.htm, acceso el 2 de mayo de 2013.
UNCTAD Statistics, United Nations Conference on Trade and Development, http://unctad.org/en/Pages/Statistics.aspx, última fecha de acceso el 18 de junio de 2013.
CEPAL, La República Popular China y América Latina y el Caribe: Diálogo y cooperación ante los nuevos desafíos de la economía global. Santiago de Chile, CEPAL, 2012, p. 12.
Diario online Emol, “Datos del comercio exterior confirman la ralentización de la economía en China”, 10 de septiembre de 2012, http://www.emol.com/noticias/economia/2012/09/10/559824/datos-de-comercio-exterior-confrman-ralentizacion-economica-de-china.html, acceso el 3 de enero de 2013.
Diario online Chicago Tribune, “China Economic growth to exceed 7.5 pct in 2012-NDRC”, 10 de noviembre de 2012, http://finance.yahoo.com/news/china-economic-growth-exceed-7-073454060.html, acceso el 16 de diciembre de 2012.
CEPAL, La República Popular China y América Latina y el Caribe, Santiago de Chile, CEPAL, 2011, p. 5.
Hogenboom, Barbara, “Mexico vs. China: The Troublesome Politics of Competitiveness”, en Fernández Jilberto, Alex E. y Hogenboom, Barbara (comps.), Latin America Facing China: South-South relations beyond the Washington Consensus, Nueva York, Berghahn Books, 2010, p. 57.
Organización Mundial del Comercio, Declaración Ministerial de Doha de noviembre de 2001, http://www.wto.org/spanish/thewto_s/coher_s/mdg_s/dda_s.htm, acceso el 18 de junio de 2013.
Los países que hoy conforman el G-20 son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, China, Cuba, Ecuador, Egipto, Filipinas, Guatemala, India, Indonesia, México, Nigeria, Pakistán, Paraguay, Perú, Sudáfrica, Tanzania, Tailandia, Uruguay, Venezuela y Zimbabwe.
Embajada de la República Popular de China en Ecuador, Aniversario de las Relaciones Diplomáticas entre la República Popular China y la República del Ecuador, Quito, Diseño & Imagen, 2005, p. 17.
Secretaría General de la Comunidad Andina de Naciones, El Comercio Exterior de Bienes entre la CAN y China 2002-2011, Lima, 2012, p. 1.
Evan Ellis, Robert, “El impacto de China en Ecuador y América Latina”, en Jaramillo, Grace (comp.), Relaciones Internacionales: los nuevos horizontes, Quito, Flacso, 2009, p. 109.
Diario Online Hoy, “La deuda con la China se elevó en $7200”, 31 de diciembre de 2011, www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/la-deuda-con-la-china-se-elevo-en-7-200-525071.html, acceso el 27 de diciembre de 2012.
Web AltoNivel online, “Ecuador renueva acuerdo con China”, 23 de febrero de 2011, http://www.altonivel.com.mx/8762-ecuador-renueva-acuerdo-con-china.html, acceso el 16 de diciembre de 2012.
Directorio Especializado del Sector Eléctrico, República del Ecuador, http://media.twirlit.com/wp-content/uploads/2012/11/concentration-dog-3.jpg, acceso el 19 de junio de 2013.
Diario El Universo online, “Ecuador recibirá nuevo préstamo de China por $1.700 millones”, 16 de febrero de 2012, http://www.eluniverso.com/2012/02/16/1/1356/ecuador-recibira-nuevo-prestamo-china-1700-millones.html, acceso el 27 de diciembre de 2012.
Diario El Comercio online, “Ecuador recibe otros USD 1400 millones de China”, http://www.elcomercio.com/negocios/ecuador-china-prestamo-ministerio_de_finanzas-inversion_0_873512671.html, acceso el 18 de junio de 2013.
Evan Ellis, Robert, China in Latin America: The whats & wherefores, Colorado, Lynne Rienner Publishers, 2011, p. 148.
Berríos, Rubén, “Bridging the pacific: Peru’s search for closer economic ties with China”, en Fernández Jilberto, Alex E. y Hogenboom, Barbara (comps.), Latin America Facing China: South-South relations beyond the Washington Consensus, Nueva York, Berghahn Books, 2010, p. 136.
Diario El Comercio online, “Comercio Perú-China superará los USD 13 000 millones este año”, 18 de noviembre de 2011, http://elcomercio.pe/economia/1335831/noticia-comercio-entre-peru-china-superara-us-13000-millones-este-ano, acceso el 2 de enero de 2013.
Web Minería del Perú, “Ranking Minero 2011-2012: Shougang Hierro Perú”, http://mineriadelperu.com/2012/08/16/ranking-minero-2011-2012-shougang-hierro-peru/, acceso el 20 de junio de 2013.
Diario EsMas online, “América Latina debe aprovechar potencial de China e India”, 14 de septiembre de 2006, http://www.esmas.com/finanzaspersonales/566462.html, acceso el 15 de diciembre de 2012.
Documento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe 2008, Gobierno de la República Popular China, http://spanish.peopledaily.com.cn/31621/6527840.html, acceso el 17 de junio de 2013.
Diario Spanish.China.org.cn, “La buena cosecha entre China y América Latina”, http://spanish.china.org.cn/china/txt/2013-06/25/content_29225506.htm, última fecha de acceso el 5 de mayo de 2013.
Sanborn, Cynthia A. y Torres C., Víctor, La economía china y las industrias extractivas: desafíos para el Perú, Lima, Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, 2011, p. 151.
Fairlie, Alan, “Relaciones económicas Perú-China”, en Comentario Internacional, núm. 9, Quito, Universidad Andina Simón Bolívar, 2010, p. 14.
Diario Gestión.pe, “Empresa china plantea invertir US$ 300 mlls. en el puerto de Ilo”, http://gestion.pe/empresas/empresa-china-plantea-invertir-us-300-mlls-puerto-ilo-2063210.
Martínez, Esperanza, “La crisis energética en Ecuador”, Estudios Ecológicos núm. 6: ¿Crisis financiera o civilizatoria?, Quito, Broederlijk Denle y Entre Pueblos, 2010, p. 69.
Diario Hoy online, “La producción petrolera, con signos negativos en el país”, 30 de mayo de 2012, http://www.hoy.comec/noticias-ecuador/la-produccion-petrolera-con-signos-negativos-en-el-pais-548746.html, acceso el 21 de diciembre de 2012.
U. S. National Council of Textile Organizations, “Analysis Details Vast Chinese Subsidies for their Textile Exporters”, http://www.ncto.org/newsroom/pr2011-1005-NCTOAnalysisShowsVastChineseSubsidies--NewUrgencyforCurrencyVote.pdf, acceso el 2 de julio de 2013.
Torres C., Víctor, “El TLC Perú-China: Posibles implicancias para el Perú”, Pensamiento Crítico, núm. 13, Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2010, p. 118.
Schwartz, Herman, “Globalization: the Long View”, en Stubbs, R. y Underhill, G., Political Economy and the Changing World Global Order, Oxford, Oxford University Press, 2006, p. 51.
Ministerio de Relaciones Exteriores República de Colombia, http://www.cancilleria.gov.co/international/consensus/pacific-alliance, acceso el 21 de diciembre de 2012.