Homenaje luctuoso en el Instituto Nacional de Cardiología de México. Febrero 2010
Recordar el quehacer de Fause Attie en el campo de las cardiopatías congénitas es una labor que nos permite rastrear sus primeros pasos y relatar el resto de ellos, pues fue un camino compartido.
Este mexicano nacido en Uberlandia fue formado como cardiólogo en una época en la que la cardiología pediátrica en nuestro país, de ser casi exclusiva para la atención de aquellos afectados por la fiebre reumática, cambiaba a una naciente especialidad dedicada al estudio y tratamiento de aquellos con cardiopatías congénitas.
Desde su estancia en el antiguo Instituto Nacional de Cardiología, allá en la colonia Doctores, mostró inclinación por el estudio de esta nueva especialidad, se adentro en los aspectos embriológicos con la Dra. María Victoria de la Cruz y después viajó a Birmingham Alabama donde hizo hemodinámica con el Dr. Lionel McBargeron y de primera mano se enteró y conoció las posiciones axiales que hoy son algo común en el estudio de los corazones con malformaciones. Tuvo especial empeño en el uso del lenguaje correcto en cuanto a la secuencia diagnóstica en el estudio del corazón labor que compartió con el Dr. Luis Muñoz Castellanos.
Cuando se inauguró nuestra actual casa, la historia natural de una cardiopatía congénita marco un cambio y rumbo diferentes en el cómo y qué estudiar de estas malformaciones. Fue nombrado a finales de 1975 Jefe del Departamento y cuando el Maestro Manuel Cárdenas le preguntó que cuáles eran sus planes, él manifestó, que su visión era la de conjuntar un departamento cuyos miembros estuviesen preparados y dedicados para la atención de los niños, desde la etapa del recién nacido, en esa época el departamento contaba con 8 cunas y el resto camas, el área más ocupada era la de camas, pues las secuelas de la fiebre reumática por ser múltiples e invalidantes afectaban a muchos. Cambió el departamento de enfermería y todas ellas se convirtieron en especialistas en pediatría y cada vez más avanzadas en las cardiopatías congénitas. Los cambios fueron también en el grupo médico, llegaron pediatras cardiólogos y al mismo tiempo inició la preparación de médicos interesados en la especialidad que culminó en 1998 en que fue reconocida por la UNAM como especialidad.
En cuanto hubo capacidad para manejar a los recién nacidos, se aumentó el número de cunas, primero a 12, hoy son 19. Se favoreció la valoración de pacientes recién nacidos de cualquier parte de la República Mexicana, y principalmente del Distrito Federal, esto se hace hasta la fecha en el sexto piso y permite la detección temprana de cardiopatías y sobretodo cuando es conveniente su manejo oportuno, cada año se hacen más de 2000 valoraciones. Favoreció el estudio de mujeres embarazadas mediante la ecocardiografía fetal y con ello el diagnóstico en esa etapa y la oportunidad de un manejo temprano.
Fause mostró durante todo su andar en sus diferentes ocupaciones un particular interés y empeño por el acopio de datos, la toma de fotos, la investigación, el participar en eventos, el publicar la experiencia, el propalar la enseñanza y ponerla en blanco y negro.
Los artículos por él publicados son más de 200, los libros en los que fue líder o colaborador son más de 10, cabe mencionar que este año han salido un artículo publicado en una revista internacional con su colaboración y saldrá este año la segunda edición del libro de Cardiopatías Congénitas del grupo del cual él es el líder.
El grupo que el formó permitió el manejo integral de prácticamente todas las formas y tipos de cardiopatías congénitas con resultados quirúrgicos cada vez mejores y en la actualidad el índice de mortalidad para cardiopatías complejas en nuestra institución es de menos del 10%. El apoyo decidido que tuvo para con el cateterismo intervensionista tiene hoy día su máxima expresión pues más de la mitad de los cateterismos tienen esa intención y el grupo cuenta con una de las experiencias más amplias en el uso de dispositivos oclusores en Latinoamérica.
La sobrevida de nuestros pacientes nos dio una nueva especialidad, la de los adultos con cardiopatía congénita, en esto también, Fause mostró una visión de lo que venía y en lo que debía hacer, favoreció la formación de un grupo encargado de dichos pacientes, vale la pena mencionar que este grupo no solo está formado por nuestros pacientes, sino que, cada día de los hospitales pediátricos nos envían a aquellos que ya no son elegibles para ser tratados por haber llegado a la edad adulta.
Otro aspecto importante que Fause favoreció y que forma parte de la visión del Instituto es el colaborar en la preparación de médicos y enfermeras tanto nacionales como extranjeros, en las diferentes disciplinas en las cuales se involucra hoy a la cardiopatía congénita, se recibe a médicos residentes pediatras y cardiólogos que rotan en el área, pediatras intensivistas que requieren de experiencias en el manejo del paciente cardiológico tanto en el preoperatorio como en el transoperatorio y sobretodo en el postquirúrgico.
Los medios para estudiar a nuestros pacientes nos fueron dados con especial interés en los métodos no invasivos y de imagen que han sido muy útiles tanto a nuestro departamento como en el resto del instituto.
La integración del grupo de trabajo ha sido constante en los últimos 30 años, pediatras, cardiólogos y cardiólogos pediatras, algunos de ellos con subespecialidades que permiten un avance en el manejo, estudio y tratamiento de las cardiopatías congénitas, como es la ecocardiografía, la hemodinámica, la electrofisiología y las nuevas técnicas de imagen.
La trascendencia de cumplir con una visión, el aplicar la constancia, la dedicación y el afecto con los pacientes, se muestra hoy de manera evidente en la capacidad del grupo para el manejo de los pacientes con cardiopatías congénitas.
La visión de Fause de formar un grupo es hoy una realidad con capacidad de respuesta, con disposición, efectividad y manejo conjunto. Lo extrañamos, pero su especial dedicación a continuar, completar, investigar y publicar sigue con nosotros. Tomaremos foto.