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Vol. 83. Núm. 1.
Páginas 79-83 (enero - marzo 2013)
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In memoriam
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Ignacio Chávez Rivera, 1928-2012
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Manuel Cárdenas
Autor para correspondencia
carman_14050@yahoo.com.mx

Autor para correspondencia: Juan Badiano 1, col. Sección XVI Tlalpan. 14080 México, México. Teléfono: +55 55 73 29 11/fax: +55 13 58 11.
Instituto Nacional de Cardiología, México, Distrito Federal, México
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Agradezco en lo que significa para mí la invitación de hacer un recuerdo de la vida y obra del Dr. Ignacio Chávez Rivera. Dado que se publicará aquí mismo su Currículo Vital, he preferido no hacer tanto hincapié en su obra, sino más bien describir su aspecto humano y familiar; las menciones a sus logros solo las integraré para ejemplificar dichos aspectos.

A raíz de su muerte, su hermana Celia me comentaba que su primer recuerdo de mí era en una fiesta infantil de disfraces en casa de la familia Baz Díaz Lombardo; le respondí que no recordaba yo cuando conocí a Nacho, fue una presencia constante en mi vida. De niños preescolares vivíamos a una cuadra de distancia en la calle de las Artes (ahora Alfonso Caso), jugábamos juntos en el Paseo de la Reforma que quedaba a una cuadra.

Después coincidimos y nos juntábamos en fiestas infantiles, primeras comuniones, posadas,etcétera, ya que éramos de la misma edad; nos hicimos amigos, en una tercia que completó el Dr. Ignacio Christlieb, estábamos siempre juntos en la escuela, a la hora de estudiar o de divertirnos. La situación era que Doña Celia Rivera de Chávez a Nacho le decía Nachín para diferenciarlo del Maestro, y a mí, «mi hijito».

Ingresamos juntos en la Escuela Nacional de Medicina; en el segundo año de la carrera, nos hicimos íntimos amigos de otra tercia que llegaba de una escuela preparatoria distinta: los Dres. Jorge Escudero de la Peña, Ignacio Guzmán Garduño y Mariano Hernández Goribar.

Nacho, a una gran timidez unía una voluntad de hierro, una determinación inquebrantable y un deseo profundo de sobresalir, lo que le permitía, cuando era necesario, forzar su carácter y vencer su timidez para alcanzar sus sueños, soportando la presión de ser hijo de su padre.

Desde esa época fue un defensor de todo aquello que consideraba bueno, justo o bello. Nunca se encerró en una torre de marfil y siempre salió a desafiar la tormenta.

Hombro con hombro peleamos en los conflictos universitarios, en la Facultad en defensa del Maestro Zubirán, del Dr. González Guzmán y del Maestro González Herrejón. Esto no impidió que Nacho fuera un magnífico estudiante. En aquella época, en la Escuela de Medicina se otorgaban premios a los 3 mejores alumnos de cada generación, que contaba con cerca de 1.000. En nuestra generación, estos premios se repartieron siempre entre Nacho, Xavier Palacios Macedo, Francisco Escobedo Ríos, Ignacio Guzmán Garduño y el autor de esta semblanza.

Al terminar la Carrera de Medicina realizó el servicio social en un pequeño pueblo cerca de Reynosa Tamaulipas; en esa ciudad se veía con Jorge Escudero y Nacho Guzmán, que lo hicieron en campos petroleros de PEMEX.

Al regresar nos volvimos a unir en el Hospital de Enfermedades de la Nutrición, donde Nacho hizo su tesis recepcional con un estudio sobre resinas de intercambio iónico en cirróticos, bajo la dirección del Maestro José Laguna. En ese hospital hicimos la preparación en Medicina Interna como residentes, y luego pasamos al Instituto Nacional de Cardiología para hacer la Especialidad. En ambas estancias Nacho publicó trabajos de investigación, tanto en la Revista de Investigación Clínica como en Archivos del Instituto.

En Nutrición hicimos amistades fraternas con 3 médicos que llegaron de San Luis Potosí, José de Jesús Macías, de León, Santiago Hernández Órnelas, y de Puebla, Jaime Bárcena.

Terminada la residencia obtuvimos becas para continuar nuestra preparación en los Estados Unidos, Nacho en Boston, Escudero en Nueva York y yo en Filadelfia, como «Fellows» en Cardiologia, Macías en Neurología, Bárcenas y Guzmán en Cirugía General, Santiago Hernández en Endocrinología, Christlieb en Cirugía Torácica.

Todos regresamos a México a trabajar en nuestros lugares de origen. Puedo decir con orgullo que esos hermanos que la naturaleza humana me dio el privilegio de escoger, han sido factores y promotores de cambios para poner al día y desarrollar la Medicina en sus sitios de trabajo, lo mismo en la práctica hospitalaria, que en la enseñanza y la investigación, como Jefes de Servicio, Catedráticos, Directores de Hospitales, de Escuelas de Medicina, Rectores Universitarios y Miembros de Sociedades Científicas.

Al regresar Nacho, Jorge Escudero y yo, fuimos nombrados Adjuntos en el INC. Nacho, con su pasión por la enseñanza, solicitó estar a tiempo completo y vivir en el Instituto con el puesto de Jefe de Residentes, que en aquella época era función de un Adjunto. Nacho Chávez se instaló en uno de los departamentos de la residencia de Investigación con su familia, en esa época formada por Ofelia de la Lama, Ofelita y por Nacho IV, y ahí nacieron Coqui y Fernando.

Nacho conoció a Ofe por mi amistad con mi inolvidable Jorge de la Lama. Tuvieron un romance que era como un juego de niños a los 15 y 16 años, terminó por un malentendido, pero nunca se olvidaron. Nacho, a pesar de que tuvo otras novias durante la carrera, siempre pensó en Ofe, y se pasaba tardes tocando la guitarra y cantando canciones «de amor y contra ellas» frente a su retrato. Al volver del servicio social y ya en Nutrición, Nacho y Ofe volvieron a verse gracias a una pequeña conspiración mía y de Celia, «la Nena». Ofe estudió enfermería en el Instituto, mientras Nacho hacía la residencia, y contrajeron matrimonio al terminar y antes de ir a los Estados Unidos.

Además de su trabajo en Cardiología, el Dr. Chávez Rivera fue nombrado cardiólogo del Comité Olímpico Mexicano, con un bien dotado laboratorio de fisiopatología pulmonar en el Centro de Alto Rendimiento; estudió el comportamiento de los atletas nacionales y extranjeros, lo que permitió terminar con la leyenda de que la altura de la Ciudad de México podía ser mortal para los competidores. Los resultados los presentó en diversos foros nacionales e internacionales, luego fueron un argumento irrebatible para que México organizara la Olimpiada de 1968. Un resumen completo de todo eso se encuentra en uno de los libros de Nacho: «Cardioneumología Fisiopatológica y Clínica», editado por la UNAM.

Tenía una gran facilidad para el dibujo y una enorme capacidad de síntesis, que unidas le sirvieron de apoyo para su pasión por enseñar; logró unas extraordinarias láminas didácticas para exponer en sus clases e ilustrar el gran número de libros de texto de posgrado que publicó, y que fueron un éxito en los países de lengua española, lo que se le reconoció internacionalmente al pedirle una de esas láminas para utilizarla en el libro correspondiente a cardiología de la monumental obra «The CIBA Collection of Medical Illustrations», del médico y dibujante norteamericano que revolucionó la ilustración de los libros de Medicina, Frank H. Netter.

Como docentes en la Facultad de Medicina nos vimos envueltos en varios históricos conflictos universitarios; juntos acudimos a la toma de protesta como Rector del Maestro Chávez en medio de golpes y gases lacrimógenos, en la canallada al Rector Chávez orquestada por el Presidente Díaz Ordaz. En una de sus entrevistas durante el conflicto, el Maestro tenía una de sus habituales jaquecas, por lo que tomó un analgésico, Díaz Ordaz le preguntó: «¿le duele la cabeza?». A lo que el Maestro le respondió: «sí, Señor Presidente, con lo que tomé se me va a pasar, pero el que usted se ha preparado no se le va a curar»; vaticinó así lo sucedido en el 68.

También estuvimos con Guillermo Soberón en su toma de posesión, y la última vez que un presidente fue a una inauguración de cursos, el Lic. Echeverría tuvo que salir escoltado por el propio Guillermo en medio de una bronca de «plaza de toros».

Como Miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM le tocó enfrentar los conflictos de los Rectores Carpizo y Barnés de Castro.

En su Presidencia en la Academia de Medicina en 1987 enfrentó la grave situación en que el terremoto dejó el local de la Academia; solo suspendió una sesión, la segunda vez en su centenaria existencia (la primera fue en 1913, durante la Decena Trágica), utilizó sedes alternas, el museo y la biblioteca los almacenó en las bodegas del Instituto, pero lo más grave fue que tuvo que resistir tanto a las autoridades gubernamentales como de opositores que pretendían utilizar la Academia para fines políticos; todo lo resolvió con prudencia, tacto y conciliación, su prudencia tuvo un final gallardo, digno de la tradición de la corporación.

Su actuación como Director del Instituto fue sobresaliente. Cuando el Maestro Chávez se retiró de la Dirección, Nacho era un candidato a ocuparla, envió entonces una carta a la Junta de Gobierno en que rehusaba ser candidato, y menos salir electo; dado su parentesco con el Maestro, evitaba así una situación difícil al Maestro y a la propia Junta, y evitaría la acusación de nepotismo que flotaba en el ambiente. Tengo en poder una copia que Nacho me envió para que estuviera yo enterado. Años después, muerto el Maestro, Nacho fue Director. Encontró múltiples problemas que se dedicó a solucionar. El primero fue modernizar y poner al día diversos Departamentos y Servicios: Cirugía, Terapia posquirúrgica, Hemodinámica, Cardiología Intervencionista y Servicios de Pensionistas, entre otros. Las obras se realizaron gracias a donativos de benefactores que él obtuvo, destacando entre ellos los de Don Gonzalo Río y la Fundación que lleva su nombre. Esa modernización no fue solo material, incluyó nombramientos de nuevos Jefes de Departamento, de Servicios y Adjuntos.

Unos días antes de tomar posesión me fue a ver, me pidió que fuera yo Subdirector de Investigación y dejara la Unidad Coronaria. No pude decirle que no, pese a mi cariño por esa Unidad que yo había fundado y desarrollado, y mi reticencia de siempre para aceptar puestos administrativos; afortunadamente podía continuar con varios proyectos de investigación en progreso.

El primer problema que nos encontramos fue el del programa de desarrollo tecnológico; había 2 proyectos en marcha, uno en la producción de válvulas de pericardio, y otro, el desarrollo de un oxigenador. Ambos proyectos habían sido prioritarios para el Dr. Soní, Director, y Emilio Kabela, Subdirector de Investigación Básica; Emilio Kabela murió al poco tiempo y tuve que hacer frente al problema, mientras soportábamos la presión del Dr. Kumate, el Presidente de la Junta de Gobierno, el Secretario de Salud y miembros de la misma que soñaban con convertir al Instituto en fábrica y no solo usar las válvulas y el oxigenador en México, sino aun exportar a otros países. Lo primero que se hizo fue un análisis y valoración de los resultados obtenidos con las válvulas de pericardio, lo llevamos a cabo con la invaluable colaboración de los Dres. Fernández de la Reguera, Barragán, y de la Lic. Enfermera María Teresa Alzaga. Las conclusiones fueron totalmente satisfactorias, los resultados eran semejantes a los de otros países. La fabricación de válvulas continúa hasta ahora.

El problema del oxigenador era más complejo: los prototipos que se habían ensayado en animales no habían dado resultados, la inversión era muy grande y el principal motivo para estos desarrollos había desaparecido: la crisis económica que había encarecido las importaciones. Tuvimos la fortuna de contar con la asesoría de Ignacio Christlieb y Ana Luisa Cusi, expertos que habían sido miembros del Instituto y que residían en Estados Unidos y trabajaban en Cirugía Experimental y desarrollo tecnológico.

Además, se recontrató al Dr. Jorge Peón, quien había trabajado en el INC al comienzo del proyecto. Se cambió el diseño del intercambiador de calor y otros aspectos técnicos, se siguieron las normas internacionales; para validarlo, hubo necesidad de hacer las pruebas en becerros, era un requisito indispensable, para lo que se contó con la colaboración de la Facultad de Veterinaria de la UNAM, en el INC no había los quirófanos para esos animales. Las pruebas fueron un éxito, sin embargo, estos resultados tuve que presentarlos a la Junta de Gobierno, enfatizando que el tiempo transcurrido hacía a nuestro oxigenador totalmente obsoleto, era un oxigenador de burbuja cuando los modernos eran todos de membrana. De ese modo, la Junta quedó satisfecha y el proyecto se canceló.

En el Quincuagésimo Aniversario de la Fundación del INC, el Dr. Chávez Rivera organizó una gran celebración con una reunión científica internacional de primer nivel con ponentes de reconocida fama de los 5 continentes, muchos de ellos ex alumnos del INC; fue en el Auditorio Nacional y resultó una gran convivencia científica, amistosa y de reencuentro. Nacho publicó 3 libros sobre el pasado, el presente y el futuro del Instituto.

Siempre tuvo conmigo la deferencia de solicitar mi opinión sobre los problemas del INC y de la UNAM, y de sus posibles soluciones; cuando platicábamos en la Dirección nunca se quedaba detrás del escritorio, nos sentábamos frente a frente en 2 sillones, no era el Director, era el amigo fraterno con quien hablaba.

Esta semblanza se ilustra con una fotografía en que estábamos en la Dirección tal y como lo describo arriba, él me la envió como recuerdo.

Como el médico que solo medicina sabe, ni medicina sabe, Nacho tenía una gran cultura, era un apasionado de la Historia y de la Literatura, sobre todo la francesa, interesado en la cultura de otros países, dominaba el francés, el inglés y el español, hicimos muchos viajes juntos, incluida una vuelta al mundo.

Apasionado de la fotografía, los álbumes de sus fotos podrían ilustrar todo lo que se ha dicho y más.

Tenía Nacho un libro con autógrafos de personajes ilustres, como Alfonso Reyes, Cosío Villegas, Gustavo Baz, Paul D. White, Louis N. Katz y Charles Laubry; en ese libro el Maestro Don Jaime Torres Bodet, con la visón del gran educador que era, escribió cuando Nacho era todavía estudiante unos versos que empiezan con una cuarteta que dice:

Ignacio Chávez Rivera,

sólida fama te espera,

fama que no es heredada,

de prestigio paternal

La premonición de Don Jaime se cumplió totalmente.

México, diciembre de 2012

Síntesis Curricular

Dr. Ignacio Chávez Rivera

Nació: México, D.F., 14 de noviembre, 1928

Esposa: Ofelia de la Lama de Chávez

4 hijos: Ofelia, Ignacio, Georgina y Fernando

Idiomas: Inglés, Francés (habla, escribe)

Falleció: 14 de diciembre, 2012

Estudios universitarios

Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 1946-1952. Graduación: Médico.

Posgrado

Médico Interno Residente del Hospital de la Nutrición, México (1952-1954).

Médico Interno Residente del Instituto Nacional de Cardiología, México (1954-1956).

Research Fellow, Harvard University, Massachusetts General Hospital, Boston, U.S.A. (Cardiology Department, 1957).

Research Fellow, Peter Bent Brigham Hospital (Nephrology and Cardiopulmonary Department, 1958-April 1959).

Instituto Nacional de Cardiología de México

Subjefe de Médicos Residentes (1959). Adjunto de Servicios Clínicos. Jefe de Residentes. Jefe de Servicio Clínico. Jefe de la Sección de Enseñanza. Jefe de División de Enseñanza. Subdirector General de Enseñanza. Director General desde el 1 de abril de 1989; reelecto para un segundo período desde el 1 de abril de 1994 a abril de 1999. Asesor de la Dirección desde 1999 a 2012.

Universidad Nacional Autónoma de México

Pregrado: Profesor, asignatura en Cardiología. Instructor (1959). Adjunto (1961). Titular «B» (1973, por concurso de oposición hasta 1991) (32 años).

Posgrado: Profesor Titular «B» del Curso de Especialización en Cardiología (1975 a 1999) (24 años).

Miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM (desde el 28 de marzo de 1985 al 1 de mayo de 1997) (12 años).

Coordinador Cursos de Pregrado de Cardiología (1999 a 2012).

Cursos y Conferencias (excluyendo cursos de pregrado y posgrado, sesiones rutinarias, sesiones clínicas y congresos, etc.)

Conferencista invitado: 300 participaciones de tema médico en la Ciudad de México y en 100 ocasiones en otras ciudades de la República.

Conferencista invitado en 10 países: América y Europa.

Congresos

Ponente o invitado a 60 Congresos o Jornadas médicas en México.

Ponente invitado a 50 Congresos en el Extranjero.

Presidente o Miembro del Comité Organizador en varios.

Publicaciones

Artículos: a) de Investigación clínica: 30; b) de Revisión, Concepto o Difusión: 66; c) misceláneos, alrededor de 200.

Libros: autor único o fundamental: 6 (último en 1993); 2 de ellos de 2 volúmenes con 2.000 y 1.600 páginas, respectivamente:

  • 1.

    Chávez Rivera, I.: «Coma, Síncope y Shock», UNAM, México, 1a ed., 1966, 400 págs., 2.500 ejemplares. Reediciones 1969, 1974, 1976.

    Comentarios:

    American Heart Journal (USA): 73:144, 1967; Rev Fac Medicina (Méx): 8:363, 1966; Rev Española de Cardiología: 20:283.1967; Libro «Heart», Frank Netter, «Ciba Collection of Medical Illustrations» (USA): 1969; Archives des Maladies du Coeur (Francia), 60:1.215, 1967; Acta Cardiológica (Bélgica): 22:106, 1967; Arch Inst Cardiol (Méx): 38:1.146, 1968.

  • 2.

    Chávez Rivera, I.: «Cardioneumología Fisiopatológica y Clínica», UNAM, México, 1a ed., 1973-1974 (5.000 ejemplares; 2 volúmenes, 2.000 págs., agotada en 1978).

    Comentarios:

    American Heart Journal (USA): 88:679, 1974; Chest (USA): 66:33, 1974; Arch lnst Cardiol (Méx): 44:505, 1974; Cardiologia Pratica (Italia): 25:406, 1974; Rev Española de Cardiología: 28:278, 1975; Acta Cardiológica (Bélgica): 19:499, 1974; Rev Argentina de Cardiol: 43:253, 1975; El Médico (Méx): ago. 10, 1974; Giornale Italiano de Cardiologia: 4:646, 1974.

  • 3.

    Chávez Rivera, I.: «Cardiopatía isquémica por aterosclerosis coronaria y sus factores de riesgo». Salvat, México, 1979 (518 páginas; 3.000 ejemplares; reedición 1982, 14.000 ejemplares).

  • 4.

    Chávez Rivera, I.: «Hipertensión arterial esencial». Fisiopatología, clínica y tratamiento (300 págs.), Edit. Croissier, 1984 (1a ed.: 19.000 ejemplares; 1a reimpresión, 1985: 5.000 ejemplares).

  • 5.

    Chávez Rivera, I.: «Cardiopatía Coronaria e Isquemia Miocárdica». Edit. Interamericana McGraw HiII, 1a ed., 1989 (1.000 ejemplares).

  • 6.

    Chávez Rivera, l.: «Cardiología». Ed. Médica Panamericana, 1a ed., 1993 (2 volúmenes, 1.600 págs., 2.000 ejemplares).

Coautor: en 8 con capítulos en libros o monografías (México y en el extranjero) destacando:

  • 1.

    Netter, F.H.: The Heart, The Ciba Collection of Medical Illustrations. New Jersey, U.S.A. 1969 (un capítulo).

  • 2.

    An International Commission: Soffer, A (Ed.), Amery, A., Bulpitt, Ch.J., Chávez-Rivera, I., Corvol, P., Fodor, J.C., Fernández Cruz, A., Leite Luna, R., Lytdin, H., Muiesan, G.: «Risk Management of the Hypertensive Patient». Chicago, USA: Systema Corporation; (1st serie; 6 units; 5 languages) 1978.

  • 3.

    Carmena Rodríguez, R., Dalmau Ciria, M., Foz Sala, M.: «Patología General y Propedéutica Clínica», 6a ed., Barcelona: Ed. Toray; 1982.

  • 4.

    Bayés de Luna, A., Soler, J., (Chávez-Rivera, I.): «Cardiología». Barcelona: Editorial Doyma; 1982.

  • 5.

    Jinich, H., Woolrich, J., Chávez Rivera, I., Olivares, L.: Editores del «Tratado de Medicina Interna» de la Academia Nacional de Medicina de México, 1a ed., 1987, 3 volúmenes. El Manual Moderno.

  • 6.

    Bayés de Luna, A., Soler, J., (Chávez-Rivera, I.): «Manual de Cardiología Clínica». Barcelona: Ed. Doyma; 1987.

Sociedades

Secretario-Tesorero de la Sociedad Interamericana de Cardiología, San Francisco, CA, USA (1972-1975).

  • -

    Presidente de la Sociedad Mexicana de Cardiología (1976-1977).

  • -

    Miembro del Nominating Committee de la International Society & Federation of Cardiology, Geneva (1983-1986).

  • -

    Miembro del Executive Board de la International Society & Federation of Cardioloqy, Geneva (1987-1990).

  • -

    Miembro Fundador de la 1a Junta de Gobierno del Consejo Mexicano de Cardiología (1979-1980), y Presidente de la 2a Junta de Gobierno de dicho organismo (1980-1981).

  • -

    Miembro Asociado o por Invitación u Honorario de 15 Sociedades Médicas en: Estados Unidos, Francia, Suiza, España, Chile, Ecuador, Uruguay, Puerto Rico, Costa Rica, Guatemala, República Dominicana, Argentina.

  • -

    Profesor Honorario de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile (1995).

  • -

    Inclusión por invitación en «Who's Who in the World», ediciones de los últimos años.

Academias de Medicina

Academia Nacional de Medicina, ingresó como Miembro Numerario en 1970; actuó como Secretario del Interior en 1971 y como Presidente en 1985.

Miembro Honorario de la Academia de Medicina del Instituto de Chile (1986).

Premios Especiales

«Premio a la Excelencia Médica, siglo xx», recibido en Casa Presidencial de los Pinos. Presidente E. Zedillo.

Premio por «Alta Dirección». 60 Aniversario de la Secretaría de Salud (2003). Presidente Vicente Fox.

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