El septo sigmoideo y la miocardiopatía hipertrófica cursan con hipertrofia ventricular izquierda y, aunque parecen ser entidades distintas, muchas veces plantean problemas de diagnóstico diferencial. Este estudio se ha realizado para evaluar la prevalencia y características del septo sigmoideo ecocardiográfico y sus hallazgos diferenciales con respecto a la miocardiopatía hipertrófica.
MétodosEstudio descriptivo, observacional y prospectivo. Se estudiaron 1,770 pacientes mediante ecocardiografía. El septo sigmoideo (hipertrofia focal y aislada del septo interventricular basal≥13mm en hombres y ≥2mm en mujeres, que supera en≥50% al grosor del septo medio) se clasificó en «tipo 1» (≤14mm) y «tipo 2» (≥15mm).
ResultadosHubo 59 casos de septo sigmoideo (prevalencia del 3.3%): 26 (1.5%) pacientes con un tipo 1 (50% hombres) y 33 (1.9%) pacientes con un tipo 2 (72.7% hombres); se detectaron 25 (1.4%) casos de miocardiopatía hipertrófica (76% hombres). El grupo con septo sigmoideo tipo 2 se diferenció de esta última en: su mayor edad (73±10.5años; p<0.0001), más hipertensión (84.8%; p<0.0001), menor filtrado glomerular (73.3±21.4ml/min; p=0.007), menor alteración de la repolarización (18.2%; p=0.004) e índice de Cornell (en hombres; 22.2±11mm; p=0.041), más disfunción diastólica (75%; p=0.0089) y en la morfología y localización de la fibrosis ventricular en resonancia magnética.
ConclusiónCon respecto a la miocardiopatía hipertrófica, los pacientes con septo sigmoideo tipo 2 son de más edad y generalmente hipertensos; por lo demás, a menudo no presentan claras diferencias en sus características clínicas, electrocardiográficas o ecocardiográficas. Por ello, la resonancia cardíaca resulta de gran ayuda en su diagnóstico diferencial.
Sigmoid septum and hypertrophic cardiomyopathy presenting with left ventricular hypertrophy and, although they appear to be different entities, often involve problems in the differential diagnosis. This study was carried out to assess the prevalence and characteristics of the echocardiographic sigmoid septum and its differential findings regarding hypertrophic cardiomyopathy.
MethodsDescriptive, observational and prospective study. A total of 1,770 patients were studied by echocardiography. Sigmoid septum (focal and isolated hypertrophy of the basal interventricular septum≥13mm in men and ≥12mm in women, exceeding ≥50% of the median septum thickness) was classified as «Type 1» (≤14mm) and «Type 2» (≥15mm).
ResultsThere were 59 cases of sigmoid septum (prevalence of 3.3%): 26 (1.5%) patients with type 1 (50% male) and 33 (1.9%) patients with type 2 (72.7% male); there were 25 (1.4%) cases of hypertrophic cardiomyopathy (76% male). The group with type 2 sigmoid septum differed from hypertrophic cardiomyopathy in: was older (73±10.5years; P<.0001), with more hypertension (84.8%; P<.0001), lower glomerular filtering (73.3±21.4ml/min; P=.007), lower repolarization abnormalities (18.2%; P=.004) and Cornell index (in men, 22.2±11mm; P=.041), more diastolic dysfunction (75%; P=.0089) and in ventricular morphology and fibrosis location in magnetic resonance.
ConclusionRegarding the hypertrophic cardiomyopathy, patients with type 2 sigmoid septum are older and generally hypertensive; otherwise, often they have no clear differences in their clinical, electrocardiographic or echocardiographic characteristics. Therefore, cardiac resonance is helpful in the differential diagnosis.
Dos de las enfermedades que cursan con hipertrofia del ventrículo izquierdo (HVI) concéntrica son el septo sigmoideo (SS) y la miocardiopatía hipertrófica (MH); ambas destacan por su prevalencia en la práctica clínica y, a menudo, plantean problemas de diagnóstico diferencial.
En general, se denomina SS a la hipertrofia focal y aislada del septo interventricular basal que protruye en el tracto de salida del ventrículo izquierdo (VI). Algunas otras denominaciones recogidas en la literatura son hipertrofia septal localizada, protuberancia septal, protuberancia subaórtica septal o nudillo septal; además de en la terminología, los trabajos publicados al respecto difieren en la definición, metodología y poblaciones estudiadas, de ahí sus distintos resultados.
Las causas y consecuencias del SS son controvertidas1–5; algunos lo consideran parte del espectro fenotípico de la MH pero, la mayoría, una entidad diferenciada1–3,6–9 y relacionada, principalmente, con una mayor edad2,9–11, la mayor angulación del septo interventricular respecto a la aorta1,9,12,13 o la hipertensión arterial4,6,10,14,15. Clínicamente, suele ser asintomático pero podría causar disnea de esfuerzo por la obstrucción del tracto de salida del VI que, ocasionalmente, produce; es entonces cuando más se confunde con la MH3,6,16. Actualmente, la MH del adulto se define como la existencia de un grosor parietal≥15mm en≥1 segmento del VI, en técnicas de imagen, no atribuible únicamente a condiciones de carga anómalas2; sin embargo, gran parte de los pacientes con SS cumplen dicha condición aunque en ausencia de antecedentes familiares de MH y de las alteraciones electrocardiográficas, en pruebas de imagen o anatomopatológicas típicas de la MH.
Los objetivos del presente estudio son evaluar la prevalencia y características del SS ecocardiográfico y sus hallazgos diferenciales con respecto a la MH.
MetodologíaEstudio descriptivo, observacional y prospectivo que incluyó a 1,770 pacientes consecutivos, mayores de edad, a quienes se les realizó una ecocardiografía independientemente de su indicación; la fecha de inclusión fue el día de la realización de la ecocardiografía.
Las variables registradas procedieron de la historia clínica, anamnesis y ecocardiografía realizadas. Se registraron la edad, el sexo y los factores de riesgo cardiovascular definidos según recomendaciones vigentes. El filtrado glomerular se calculó, mediante la fórmula CKD-EPI, a partir de analíticas recientes; la insuficiencia renal crónica se definió como un filtrado glomerular<60ml/min/1,73cm2 durante≥3meses17. Se consideró antecedente de cardiopatía isquémica la historia constatada de infarto de miocardio, aterosclerosis coronaria o revascularización miocárdica.
El electrocardiograma analizado fue de 12 derivaciones, tomado en decúbito supino y durante los últimos 6 meses; el índice de Cornell fue considerado como positivo si era≥28mm en hombres y≥20mm en mujeres, y el de Sokolow-Lyon si era≥35mm18.
Las ecocardiografías fueron realizadas en reposo, por un mismo ecocardiografista y según las recomendaciones actuales19,20, con un ecógrafo Vivid Five de General Electrics con software cardiológico, transductor de 2.5-MHz y segundo armónico. El SS se definió como la hipertrofia focal y aislada del septo interventricular basal que, protruyendo en tracto de salida del VI, era≥13mm en hombres y≥12mm en mujeres y superaba en≥50% al grosor de su segmento medio; se excluyeron los casos con hipertrofia en otros segmentos del VI así como los de miocardiopatía dilatada, estenosis aórtica mayor que ligera y fracción de eyección del VI<50%. El SS se clasificó en «tipo 1» (hipertrofia≤14mm) y «tipo 2» (≥15mm) y se evaluó la presencia de obstrucción del tracto de salida del VI basal y tras Valsalva. La MH se definió según las recomendaciones actuales2 y siempre que, si había un único segmento hipertrofiado, no fuera el septo interventricular basal. Se evaluó: el índice de masa del VI según superficie corporal, en modo M y mediante la fórmula anatómica o de Devereux, así como el ratio septo interventricular/pared posterior, porcentaje de mayor grosor del SS con respecto al septo medio, el máximo grosor septal, la dilatación auricular izquierda, fracción de eyección del VI Simpson biplano, función diastólica del VI, la calcificación del anillo mitral, movimiento sistólico anterior e insuficiencia mitrales.
Mediante SPSS 19.0 se realizó estudio descriptivo, expresando los resultados de las variables cuantitativas como media y desviación estándar, y los de las cualitativas en porcentaje, y un análisis bivariante utilizando los test de Chi cuadrado, exacto de Fisher, T de Student, U de Mann-Whitney y ANOVA. El nivel de significación establecido fue de p<0.05.
ResultadosSe estudiaron 1,770 pacientes, detectándose 59 con SS (prevalencia del 3.3%): 26 (1.5%) con SS tipo 1 y 33 (1.9%) con SS tipo 2; 25 (1.4%) pacientes presentaron una MH.
En los 3 grupos de pacientes (MH, SS tipo 1 y SS tipo 2) se registraron las mismas variables de la tabla 1, que solo muestra resultados del análisis de los grupos MH y SS tipo 2 por ser este el objetivo principal del estudio.
Pacientes con SS tipo 2 comparados con pacientes con MH
MH (n=25) | SS tipo 2 (n=33) | p | |
---|---|---|---|
Edad (años) | |||
A la inclusiónX¯±DE | 54.6±19 | 73±10.5 | <0.0001 |
Al diagnósticoX¯±DE | 50±20.7 | 69.5±10.3 | <0.0001 |
Sexo | |||
Hombre n (%) | 19 (76) | 24 (72.7) | 0.778 |
Mujer n (%) | 6 (24) | 9 (27.3) | |
Factores de riesgo cardiovascular | |||
Hipertensión arterial n (%) | 9 (36) | 28 (84.8) | <0.0001 |
Diabetes mellitus n (%) | 2 (8) | 4 (12.1) | 0.690 |
Dislipidemia n (%) | 12 (48) | 21 (63.6) | 0.234 |
Tabaquismo n (%) | 7 (28) | 5 (15.2) | 0.231 |
Filtrado glomerular (ml/min)X¯±DE | 89.5±21.3 | 73.3±21.4 | 0.007 |
Insuficiencia renal crónica n (%) | 1 (4) | 6 (18.2) | 0.217 |
Índice de masa corporal (kg/m2)X¯±DE | 28±5 | 28.3±4.2 | 0.790 |
Antecedentes/clínica | |||
Cardiopatía isquémica n (%) | 1 (4) | 7 (21.2) | 0.134 |
Angor n (%) | 2 (8) | 1 (3) | 0.572 |
Síncope no neuromediado n (%) | 0 (0) | 1 (3) | 1.000 |
Disnea≥clase funcional NYHA I n (%) | 9 (36) | 8 (25) | 0.368 |
Ecocardiograma | |||
Masa VI (por SC) (g/m2)X¯±DE | 158±79.3 | 160.8±36 | 0.360 |
Máximo grosor SS (mm)X¯±DE | 19.3±3.5 | 18.1±2.7 | 0.152 |
SIV/pared posteriorX¯±DE | 1.6±0.4 | 1.6±0.3 | 0.787 |
SS/septo medioX¯±DE | – | 66±24.1 | – |
Gradiente TSVI (mmHg)X¯±DE | 59.3±38.6 | 60±26.7 | 0.970 |
Fracción de eyección VI biplano (%)X¯±DE | 65.5±8 | 64±9.1 | 0.501 |
E/AX¯±DE | 1.4±0.6 | 0.9±0.6 | 0.028 |
TD mitral (ms)X¯±DE | 183.5±32.4 | 245.7±77.8 | <0.0001 |
TRVI (ms)X¯±DE | 97.4±16.3 | 101.1±24.4 | 0.630 |
E/e’X¯±DE | 12.7±5.2 | 13.1±3.4 | 0.779 |
Dilatación auricular izquierda n (%) | 20 (80) | 26 (78.8) | 0.910 |
Calcificación del anillo mitral n (%) | 4 (16) | 9 (29) | 0.251 |
SAM n (%) | 10 (40) | 12 (37.5) | 0.847 |
Insuficiencia mitral>que ligera n (%) | 8 (32) | 7 (23.3) | 0.472 |
Disfunción diastólica n (%) | 7 (36.8) | 21(75) | 0.009 |
No n (%) | 12 (63.2) | 7 (25) | – |
Grado I n (%) | 3 (15.8) | 15 (53.6) | |
Grado II n (%) | 3 (15.8) | 5 (17.9) | |
Grado IV n (%) | 1 (5.3) | 1 (3.6) | |
Electrocardiograma | |||
Frecuencia cardíaca (lpm)X¯±DE | 75.1±15.9 | 67.5±12.4 | 0.048 |
Ritmo cardíaco | |||
Sinusal n (%) | 20 (80) | 31 (96.9) | 0.077 |
Fibrilación auricular n (%) | 5 (20) | 1 (3.1) | |
Onda P | |||
Normal n (%) | 7 (35) | 11 (40.7) | 0.689 |
Mitral n (%) | 13 (65) | 16 (59.3) | |
Duración del QRS (ms)X¯±DE | 113.3±24.9 | 112.9±22.7 | 0.949 |
Bloqueo rama | |||
Derecha n (%) | 1 (12.5) | 4 (26.7) | 0.621 |
Izquierda n (%) | 7 (87.5) | 11 (73.3) | |
Sobrecarga sistólica | |||
No n (%) | 5 (20) | 16 (48.5) | 0.004 |
No valorable n (%) | 5 (20) | 11 (33.3) | |
Sí n (%) | 15 (60) | 6 (18.2) | |
Resonancia magnética | |||
MH | |||
Asimétrica n (%) | 13 (92.9) | 1 (100) | 1.000 |
Simétrica n (%) | 1 (7.1) | 0 (0) | |
SIV sigmoideo n (%) | 1 (6.7) | 2 (100) | 0.022 |
Fibrosis focal SIV basal n (%) | 1 (7.7) | 2 (100) | 0.029 |
Fibrosis en otros segmentos del VI n (%) | 7 (46.7) | 1 (50) | 1.000 |
Holter | |||
Extrasistolia ventricular frecuente n (%) | 2 (10) | 1 (16.7) | 1.000 |
TVNS n (%) | 6 (28.6) | 2 (23.3) | 1.000 |
Ergometría | |||
Respuesta presora plana/hipotensión n (%) | 5 (31.3) | 3 (42.9) | 0.657 |
TVNS n (%) | 3 (18.8) | 1 (14.3) | – |
MH: miocardiopatía hipertrófica; NYHA: New York Heat Association; SAM: movimiento sistólico anterior mitral; SC: superficie corporal; SIV: septo interventricular; SS: septo sigmoideo; TD mitral: tiempo de desaceleración mitral; TRVI: tiempo de relajación isovolumétrica del ventrículo izquierdo; TSVI: tracto de salida del ventrículo izquierdo; TVNS: taquicardia ventricular no sostenida; VI: ventrículo Izquierdo.
Tabla 1; el grupo SS tipo 2 presenta mayor edad a fecha del estudio (73±10.5 años frente a los 54.6±19 años del grupo MH; p<0.0001) y al realizarles su primera ecocardiografía diagnóstica, pero en ambos predominan los hombres. De entre los factores de riesgo cardiovascular, solo la hipertensión se asoció al SS tipo 2 (un 84.8% eran hipertensos; p<0.0001) que también mostró un menor filtrado glomerular (73.3±21.4ml/min; p=0.007). No existieron diferencias clínicas entre ambos grupos. Electrocardiográficamente, destacó que el grupo SS tipo 2 presentaba una frecuencia cardíaca, sobrecarga sistólica e índice de Cornell (en hombres) significativamente menores, que también se reflejan en las tablas 2 y 3. Ecocardiográficamente tampoco existieron diferencias salvo que el SS tipo 2 presentaba más disfunción diastólica, mayoritariamente grado i. Pocos pacientes disponían de una resonancia magnética, 14 del grupo MH y 2 del SS tipo 2; tanto la morfología como la localización de la fibrosis ventricular se relacionaron significativamente con un u otro diagnóstico.
Índice de Cornell en los distintos grupos de pacientes
MH | SS tipo 2 | p | |
---|---|---|---|
Hombres | |||
Cornell (mm) X¯±DE | 29.2±10.4 | 22.2±11 | 0.041 |
Cornell (+) n (%) | 8 (42.1) | 7 (30.4) | 0.432 |
Mujeres | |||
Cornell (mm) X¯±DE | 29.5±9.4 | 24.4±14.7 | 0.472 |
Cornell (+) n (%) | 5 (83.3) | 5 (55.6) | 0.580 |
MH | SS tipo 1+2 | p | |
---|---|---|---|
Hombres | |||
Cornell (mm) X¯±DE | 29.2±10.4 | 20.3±10.4 | 0.004 |
Cornell (+) n (%) | 8 (42.1) | 9 (25.7) | 0.219 |
Mujeres | |||
Cornell (mm) X¯±DE | 29.5±9.4 | 18.2±12.4 | 0.050 |
Cornell (+) n (%) | 5 (83.3) | 8 (36.4) | 0.069 |
SS tipo 1 | SS tipo 2 | p | |
---|---|---|---|
Hombres | |||
Cornell (mm) X¯±DE | 16.8±8.5 | 22.2±11 | 0.153 |
Cornell (+) n (%) | 2 (16.7) | 7 (30.4) | 0.450 |
Mujeres | |||
Cornell (mm) X¯±DE | 13.9±8.7 | 24.4±14.7 | 0.082 |
Cornell (+) n (%) | 3 (23.1) | 5 (55.6) | 0.187 |
SS tipo 2 | Sin OTSVI | Con OTSVI | p |
---|---|---|---|
Hombres | |||
Cornell (mm) X¯±DE | 21.3±10.8 | 26.5±12.6 | 0.401 |
Cornell (+) n (%) | 5 (26.3) | 2 (50) | 0.557 |
Mujeres | |||
Cornell (mm) X¯±DE | 22±12.2 | 29.3±21 | 0.518 |
Cornell (+) n (%) | 3 (50) | 2 (66.7) | 1.000 |
MH: miocardiopatía hipertrófica; OTSVI: obstrucción en tracto de salida del ventrículo izquierdo; SS: septo sigmoide.
Índice de Sokolow-Lyon en los distintos grupos de pacientes
MH | SS tipo 2 | p | |
---|---|---|---|
Hombres | |||
Sokolow-Lyon (mm) X¯±DE | 29.6±13.4 | 24.2±11.6 | 0.171 |
Sokolow-Lyon (+) n (%) | 5 (26.3) | 5 (21.7) | 1.000 |
Mujeres | |||
Sokolow-Lyon (mm) X¯±DE | 31.7±15.8 | 22.8±14.6 | 0.285 |
Sokolow-Lyon (+) n (%) | 1 (16.7) | 2 (22.2) | 1.000 |
MH | SS tipo 1+2 | p | |
---|---|---|---|
Hombres | |||
Sokolow-Lyon (mm) X¯±DE | 29.6±13.4 | 23.1±11.2 | 0.063 |
Sokolow-Lyon (+) n (%) | 5 (26.3) | 6 (17.1) | 0.656 |
Mujeres | |||
Sokolow-Lyon (mm) X¯±DE | 31.7±15.8 | 21.1±12.5 | 0.096 |
Sokolow-Lyon (+) n (%) | 1 (16.7) | 3 (13.6) | 1.000 |
SS tipo 1 | SS tipo 2 | p | |
---|---|---|---|
Hombres | |||
Sokolow-Lyon (mm) X¯±DE | 20.9±10.7 | 24.2±11.6 | 0.417 |
Sokolow-Lyon (+) n (%) | 1 (8.3) | 5 (21.7) | 0.640 |
Mujeres | |||
Sokolow- Lyon (mm) X¯±DE | 20±11.4 | 22.8±14.7 | 0.622 |
Sokolow-Lyon (+) n (%) | 1 (7.7) | 2 (22.2) | 0.289 |
SS tipo 2 | Sin OTSVI | Con OTSVI | p |
---|---|---|---|
Hombres | |||
Sokolow-Lyon (mm) X¯±DE | 21.2±9.9 | 38.7±7.5 | 0.003 |
Sokolow-Lyon (+) n (%) | 2 (10.5) | 3 (75) | 0.021 |
Mujeres | |||
Sokolow-Lyon (mm) X¯±DE | 18.8±6.7 | 30.7±24.6 | 0.281 |
Sokolow-Lyon (+) n (%) | 0 (0) | 2 (66.7) | 0.083 |
MH: miocardiopatía hipertrófica; OTSVI: obstrucción de tracto en salida del ventrículo izquierdo; SS: septo sigmoide.
Tras analizar las mismas variables de la tabla 1, las tablas 4 y 5 únicamente muestran las asociaciones que resultaron significativas al comparar los distintos grupos de pacientes, reflejados también en las tablas 2 y 3. La tabla 6 recoge los resultados de ese mismo análisis pero realizado en los 2 subgrupos de pacientes con SS tipo 2: aquellos con y sin obstrucción del tracto de salida del VI, basal o provocada; la obstrucción solo se asoció a la presencia de movimiento sistólico anterior mitral y, en hombres, a la de un índice de Sokolow-Lyon positivo, que también se refleja en las tablas 2 y 3.
Pacientes con SS (tipo 1+2) comparados con los pacientes con MH
MH (n=25) | SS tipo 1+2 (n=59) | p | |
---|---|---|---|
Edad (años) | |||
A la inclusión X¯±DE | 54.6±19.0 | 73.9±10.3 | <0.0001 |
Al diagnóstico X¯±DE | 49.8±20.7 | 71.5±10.2 | <0.0001 |
Factores de riesgo cardiovascular | |||
Hipertensión arterial n (%) | 9 (36) | 51 (86.4) | <0.0001 |
Filtrado glomerular (ml/min) X¯±DE | 89.5±21.3 | 70.7±23.5 | 0.001 |
Ecocardiograma | |||
Máximo grosor SIV (mm) X¯±DE | 19.3±3.5 | 15.9±3.2 | <0.0001 |
E/A X¯±DE | 1.4±0.6 | 1±0.6 | 0.055 |
TD mitral (ms) X¯±DE | 183.5±32.4 | 229.4±67.5 | 0.001 |
MH: miocardiopatía hipertrófica; SIV: septo interventricular; SS: septo sigmoideo; TD mitral: tiempo de desaceleración mitral.
Pacientes con SS tipo 1 comparados con pacientes con SS tipo 2
SS tipo 1 (n=26) | SS tipo 2 (n=33) | Total (n=59) | p | |
---|---|---|---|---|
Ecocardiograma | ||||
Masa VI (por SC) (g/m2) X¯±DE | 114.5±25 | 160.8±36 | 140.9±39 | <0.0001 |
Máximo grosor SIV (mm) X¯±DE | 13.1±0.8 | 18.1±2.7 | 15.9±3.2 | <0.0001 |
SIV/pared posterior X¯±DE | 1.3±0.1 | 1.6±0.3 | 1.5±0.3 | <0.0001 |
SS/SIV medio X¯±DE | 38.2±19.4 | 66±24.1 | 53.7±26 | <0.0001 |
TD mitral (ms) X¯±DE | 207±42.4 | 245.7±77.8 | 229.4±67.5 | 0.017 |
TRVI (ms) X¯±DE | 81.7±16.8 | 101.1±24.4 | 93±23.3 | 0.019 |
Disfunción diastólica n (%) | 7 (36.8) | 21(75) | 28 (59.6) | 0.0089 |
SC: superficie corporal; SIV: septo interventricular; SS: septo sigmoideo; TD mitral: tiempo de desaceleración mitral; TRVI: tiempo de relajación isovolumétrica del ventrículo izquierdo; VI: ventrículo izquierdo.
Pacientes con SS tipo 2: comparación entre casos con y sin OTSVI
SS tipo 2 | Sin OTSVI (n=26) | Con OTSVI (n=7) | p |
---|---|---|---|
Edad (años) | |||
A la inclusiónX¯±DE | 72.3±11.3 | 75.6±6.6 | 0.472 |
Al diagnósticoX¯±DE | 69.3±10.9 | 70.4±8.2 | 0.805 |
Sexo | |||
Hombre n (%) | 20 (76.9) | 4 (57.1) | 0.358 |
Mujer n (%) | 6 (23.1) | 3 (42.9) | |
Factores de riesgo cardiovascular | |||
Hipertensión arterial n (%) | 22 (84.6) | 6 (85.7) | 1.000 |
Diabetes mellitus n (%) | 3 (11.5) | 1 (14.3) | 1.000 |
Dislipidemia n (%) | 16 (61.5) | 5 (71.4) | 0.968 |
Tabaquismo n (%) | 3 (11.5) | 2 (28.6) | 0.282 |
Filtrado glomerular (ml/min)X¯±DE | 72.1±22.2 | 77.8±19.1 | 0.540 |
Insuficiencia renal crónica n (%) | 5 (19.2) | 1 (14.3) | 1.000 |
Índice de masa corporal (kg/m2)X¯±DE | 28.4±3.9 | 28.1±5.5 | 0.884 |
Antecedentes/clínica | |||
Cardiopatía isquémica n (%) | 6 (23.1) | 1 (14.3) | 1.000 |
Angor n (%) | 1 (3.8) | 0 (0) | 1.000 |
Síncope no neuromediado n (%) | 0 (0) | 1 (14.3) | 0.212 |
Disnea≥clase funcional NYHA I n (%) | 5 (19.2) | 3 (42.8) | 0.148 |
Ecocardiograma | |||
Masa VI (por SC) (g/m2)X¯±DE | 159.7±37.4 | 165±32.6 | 0.737 |
Máximo grosor SS (mm)X¯±DE | 17.8±2.5 | 19.1±3.2 | 0.249 |
SIV/pared posteriorX¯±DE | 1.6±0.3 | 1.8±0.5 | 0.120 |
SS/SIV medioX¯±DE | 64.1±21.9 | 73±32.3 | 0.394 |
Fracción de eyección VI biplano (%)X¯±DE | 62.6±9 | 68.9±7.8 | 0.109 |
E/AX¯±DE | 0.93±0.62 | 1.09±0.49 | 0.529 |
TD mitral (ms)X¯±DE | 236.3±83.2 | 285.2±28.5 | 0.214 |
TRVI (ms)X¯±DE | 102.1±25.8 | 96±18.3 | 0.703 |
E/e’X¯±DE | 12.6±3.1 | 15.9±3.9 | 0.123 |
Dilatación auricular izquierda n (%) | 19 (73.1) | 7 (100) | 0.299 |
Calcificación del anillo mitral n (%) | 6 (25) | 3 (42.9) | 0.384 |
SAM n (%) | 6 (24) | 6 (85.8) | 0.006 |
Insuficiencia mitral>que ligera n (%) | 5 (20.8) | 2 (33.3) | 0.603 |
Disfunción diastólica n (%) | 16 (69.6) | 5 (100) | 0.289 |
No n (%) | 7 (30.4) | 0 (0) | – |
Grado I n (%) | 13 (56.5) | 2 (40) | |
Grado II n (%) | 2 (8.7) | 3 (60) | |
Grado IV n (%) | 1 (4.3) | 0 (0) | |
Electrocardiograma | |||
Frecuencia cardíaca (lpm)X¯±DE | 67.7±13.3 | 66.9±9.7 | 0.872 |
Ritmo cardíaco | |||
Sinusal n (%) | 24 (96) | 7 (100) | 1.000 |
Fibrilación auricular n (%) | 1 (4) | 0 (0) | |
Onda P | |||
Normal n (%) | 10 (50) | 1 (14.3) | 0.227 |
Mitral n (%) | 10 (50) | 6 (85.7) | |
Duración del QRS (ms)X¯±DE | 111.8±23.8 | 116.6±19.6 | 0.632 |
Bloqueo rama | |||
Derecha n (%) | 3 (27.3) | 1 (25) | 1.000 |
Izquierda n (%) | 8 (72.7) | 3 (75) | |
Sobrecarga sistólica | |||
No n (%) | 13 (50) | 3 (42.9) | – |
No valorable n (%) | 8 (30.8) | 3 (42.9) | |
Sí n (%) | 5 (19.2) | 1 (14.3) | |
Resonancia magnética | |||
MH asimétrica n (%) | 0 (0) | 1 (14.3) | – |
SIV sigmoideo n (%) | 0 (0) | 2 (28.6) | – |
Fibrosis focal SIV basal n (%) | 0 (0) | 2 (28.6) | – |
Fibrosis en otros segmentos del VI n (%) | 0 (0) | 1 (50) | – |
Holter | |||
Extrasistolia ventricular frecuente n (%) | 0 (0) | 1 (25) | – |
TVNS n (%) | 0 (0) | 2 (50) | – |
Ergometría | |||
Respuesta presora plana/hipotensión n (%) | 2 (40) | 1 (50) | 1.000 |
TVNS n (%) | 1 (20) | 0 (0) | – |
MH: miocardiopatía hipertrófica; NYHA: New York Heat Association; OTSVI: obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo; SAM: movimiento sistólico anterior mitral; SC: superficie corporal; SIV: septo interventricular; SS: septo sigmoideo; TD mitral: tiempo de desaceleración mitral; TRVI: tiempo de relajación isovolumétrica del ventrículo izquierdo; TVNS: taquicardia ventricular no sostenida; VI: ventrículo izquierdo.
El SS constituye un hallazgo ecocardiográfico relativamente frecuente, siendo su prevalencia del 3.3%. Son especialmente los casos de SS tipo 2 los que plantean problemas de diagnóstico diferencial con la MH, siendo sus prevalencias del 1.9 y 1.4% respectivamente, aunque los primeros suelen ser pacientes de mayor edad, generalmente hipertensos y con más disfunción diastólica no severa; no se detectan diferencias significativas entre aquellos con y sin obstrucción del tracto de salida del VI, salvo que la obstrucción se asocia al movimiento sistólico anterior mitral y, en los hombres, a un índice de Sokolow-Lyon más frecuentemente positivo.
Las diferentes prevalencias del SS previamente reportadas resultan de la gran heterogeneidad en las definiciones, metodologías y poblaciones estudiadas. En cuanto a las series ecocardiográficas: Belenkie et al.8 consideraron SS al engrosamiento visual del septo interventricular basal, detectado en el 0.46% de 5,582 ecocardiografías; Krasnow1 definió el SS como la protrusión del septo interventricular basal en tracto de salida del VI, con o sin hipertrofia focal que sería ligera (≤13mm), moderada (14-17mm) o severa (≥18mm); Chen-Tournoux et al.6 consideraron SS al engrosamiento aislado del septo interventricular basal≥13mm y con septo interventricular/pared posterior≥1.3, describiendo 33 casos; Diaz et al.10 denominaron SS al septo interventricular basal de aspecto protruyente en tracto de salida del VI, con grosor≥14mm y septo interventricular basal/medio≥1.3 (en ausencia de septo interventricular medio anómalo), reportando una prevalencia del 1.45%; Sengupta et al.11 detectan que un 2.2% de los informes ecocardiográficos informan de un septo interventricular basal prominente; Ranasinghe et al.3 definieron el SS como la hipertrofia focal aislada del septo interventricular basal≥15mm, encontrando un 5.8% de casos entre 4,104 pacientes; Canepa et al.5 consideraron SS a la hipertrofia focal, localizada y protruyente en tracto de salida del VI, ≥13mm en hombres y≥12mm en mujeres que, además, superara en>50% al grosor del septo interventricular medio, reportando una prevalencia del 7%. Finalmente, en una serie de 500 tomografías computerizadas se detectaron un 5% de casos de SS.
La definición de SS adoptada en la serie ha sido considera como la más completa, y se han establecido 2 categorías diagnósticas al ser los pacientes con SS tipo 2 (grosor≥15mm) los que más problemas diagnósticos presentan y más interesa caracterizar.
La principal controversia en torno al SS es si constituye, o no, una variante fenotípica de la MH lo que, en base a la evidencia disponible, no parece ser lo más probable.
En la serie, y coincidiendo con la literatura, son más prevalentes el SS y el SS tipo 2 que la MH y los factores de riesgo cardiovascular más claramente relacionados con el SS son la hipertensión arterial y la mayor edad. De hecho, la media de edad de los grupos SS tipos 1 y 2 supera en aproximadamente 2 décadas a la del grupo MH, tanto a fecha del estudio como a la de la realización de la primera ecocardiografía diagnóstica, situándose en torno a los 70 años; sin embargo, en cuanto al sexo, en el grupo del SS tipo 1 el ratio hombre:mujer es de1:1, similar al reportado por otros autores3,5, mientras que en el del SS tipo 2 es de 2.6:1, similar al 3.2:1 de la MH. Que la hipertensión se asocie al SS se explicaría, en parte, porque la HVI es consecuencia de una sobrecarga de presión mantenida pero, entonces, gran parte de los hipertensos debería presentar un SS, y esto no ocurre en la práctica clínica. En cuanto a la función renal, probablemente es por la mayor edad y la hipertensión que el filtrado glomerular de los grupos SS y SS tipo 2 esta, con respecto al grupo MH, ligera pero significativamente disminuido y en rango de un estadio 2 de la clasificación K/DOQI17; no obstante, no difieren las prevalencias de insuficiencia renal crónica, hallazgos que coinciden con otros reportados5. El análisis de los restantes factores de riesgo cardiovascular y de la clínica de los pacientes no muestra diferencias significativas entre los 3 grupos y ningún paciente con SS refirió antecedentes familiares de MH o muerte súbita, mientras que parte del grupo MH sí.
Función sistólica y diastólica del ventrículo izquierdoSe describe que un 25% de las MH cursan con obstrucción del tracto de salida del VI en reposo (siendo un 24% en la serie actual) lo que, más raramente, también ocurre en otras situaciones. Los pacientes con SS1,2,21 pueden presentar dicha obstrucción, basal y/o con el ejercicio y el estrés1,2,4,22, a causa de mecanismos similares a los de la MH; sin embargo, aunque suele haber movimiento sistólico anterior e insuficiencia mitrales, la obstrucción ocurre en ausencia de otras anomalías típicas de la MH, a pesar de lo cual, este acaba siendo el diagnostico final de los pacientes. Estudios previos reportaron que algunos pacientes con SS presentan disnea de esfuerzo tras provocar la obstrucción del tracto de salida del VI mediante una ecocardiografía de estrés con dobutamina; sin embargo, otros autores no reprodujeron dichos hallazgos con la ecocardiografía de ejercicio físico, que es más fisiológica, y otros no detectaron ningún impacto del SS en la capacidad funcional determinada mediante ergometría convencional5. Y es que, mayoritariamente, el SS constituye un hallazgo ecocardiográfico asintomático; no obstante, se escribe que aquellos pacientes con disnea de esfuerzo suelen mejorar con inotropos negativos, siendo de elección los betabloqueantes21,22; y son anecdóticos los reportes sobre miectomía septal quirúrgica.
Ya Ranasinghe et al.3 detectaron 240 pacientes con SS y, por primera vez, compararon a aquellos con y sin obstrucción del tracto de salida del VI; 8 pacientes (3.3%) la presentaban, 4 solo en reposo y 4 también tras provocación: media de edad 73.3±7.4 años, grosor del SS de 17.8±3mm, septo interventricular/pared posterior 1.67±0.25, gradiente dinámico medio de 69.6mmHg ±59.3 y máximo de 132mmHg, y tasas de insuficiencia mitral, calcificación del anillo mitral y movimiento sistólico anterior mitral del 75, 50 y 100% respectivamente; la obstrucción fue más frecuente en mujeres.
Al comparar dichos resultados con los de los 33 pacientes con SS tipo 2 de la serie actual se observan importantes similitudes, pero la obstrucción basal se vio hasta en 7 pacientes (21.2% de los casos); por lo demás, la media de edad (75.6±6.6 años), el grosor del SS (19.1±3.2mm), septo interventricular/pared posterior (1.8±0.5), el gradiente dinámico medio (60±26.7mmHg que, además, no difería del de 59.3±38.6mmHg del 24% de las MH) y máximo tras Valsalva (105mmHg) resultaron similares a los de Ranasinghe et al., como también lo fueron las tasas de insuficiencia mitral, calcificación del anillo mitral y movimiento sistólico anterior mitral (del 71.4, 33.3 y 85.8%, respectivamente) detectadas. De los 7 pacientes, ninguno refirió angor (uno tenía cardiopatía isquémica), uno tuvo síncope no-vasovagal, 4 estaban en clase funcional i de la NYHA y 3 en clase ii.
Destaca así que en ambas series apenas existen diferencias significativas entre los pacientes con y sin obstrucción del tracto de salida del VI, coincidiendo especialmente en que esta es más frecuente conforme el SS es de mayor grosor; en oposición al estudio previo, la obstrucción no se relaciona con la hipercontractilidad del VI (habiéndose valorado, en la serie actual, la fracción de eyección Simpson biplano) pero sí con el movimiento sistólico anterior mitral y un índice de Sokolow-Lyon positivo en hombres (tabla 6), en quienes la obstrucción es algo más frecuente.
En cuanto a la función diastólica en la serie, el grupo SS tipo 2 presenta significativamente más disfunción diastólica, grado i, que los grupos MH y SS tipo 1, mientras que es más frecuente la de grado ii cuando existe una obstrucción del tracto de salida del VI; pero, contrariamente a lo reportado6, el E/e’ de los 3 grupos no difiere significativamente ni tampoco la dilatación auricular izquierda o el ritmo cardíaco.
Y en cuanto a la clínica de disnea, esta no parece atribuible a la disfunción sistólica, puesto que todos los pacientes de la serie tienen función sistólica normal, y tampoco se detecta su relación con la obstrucción del tracto de salida del VI ni, del mismo modo, con la existencia de una disfunción diastólica, asociación ya cuestionada por otros autores4,5; entonces, la mayor presencia de disfunción diastólica en el grupo SS tipo 2 estaría principalmente causada por su mayor edad y mayor prevalencia de hipertensión arterial en estos pacientes.
En definitiva, parece poco probable que, en ausencia de una miocardiopatía de base, la sola presencia de hipertrofia focal a nivel del septo interventricular basal, como es el caso de los pacientes con SS, pueda justificar la existencia de una disfunción sistólica o diastólica global del VI.
Diagnóstico de hipertrofia del ventrículo izquierdoLa HVI, electrocardiográfica o ecocardiográfica, constituye un factor de riesgo independiente de morbimortalidad cardiovascular y mortalidad total23,24; por ello, su prevención, o regresión, constituyen objetivos terapéuticos fundamentales en el manejo de muchos pacientes. La HVI es la anomalía cardíaca más frecuente en hipertensos siendo generalmente simétrica, si bien en un 6-18% de los casos es asimétrica con engrosamiento desproporcionado del septo interventricular, lo que es más típico de la MH. Actualmente, se recomienda su cribado electrocardiográfico aunque, de este modo, solo aparece en el 10-20% de los hipertensos que la padecen; aunque esta baja sensibilidad aumenta al determinar varios criterios, principalmente los índices de Cornell y Sokolow-Lyon, la ecocardiografía es mucho más sensible y específica para diagnósticarla18,25–27. Más recientemente, la resonancia magnética se ha impuesto como la técnica de referencia para determinar la masa ventricular2,28 pudiendo, además, evaluar la morfología y función ventriculares y caracterizar el tejido miocárdico generalmente mediante el realce tardío con gadolinio20,29.
Hipertrofia del ventrículo izquierdo en el ecocardiogramaExisten distintos métodos para calcular la masa del VI. Los que utilizan el modo M se basan en mediciones lineales realizadas en plano paraesternal longitudinal, en telediástole, con el cursor perpendicular al eje largo del VI a nivel de la punta de los velos mitrales y situando los calipers electrónicos en las interfases miocardio-cavidad y miocardio-pericardio19,20. Mediante diversas fórmulas, la más recomendada es la anatómica o de Devereux, se obtiene la masa del VI y el índice de masa del VI si se calcula por superficie corporal. Valores normales del índice de masa del VI son<116g/m2 para los hombres y <96g/m2 para las mujeres. Estos cálculos en modo M son sencillos y los más validados y utilizados en estudios previos, pero adolecen de asumir una geometría ventricular predefinida y una distribución simétrica de la HVI; resultan así imprecisos en los casos de morfología ventricular anormal o de hipertrofia asimétrica donde, generalmente, sobreestiman la masa del VI. Este hecho resulta especialmente manifiesto en los casos de SS ya que lo que se mide es el segmento basal del septo interventricular; se explicaría así, en parte, por qué el diagnóstico ecocardiográfico de la HVI es tan superior al electrocardiográfico. Se describen 4 patrones geométricos del VI19,20, siendo el de HVI concéntrica el más frecuente en hipertensos.
En la serie, todos los casos de SS corresponden a un patrón de hipertrofia concéntrica. En el grupo SS tipo 1 el índice de masa del VI medio es de 114.5±25g/m2, siendo en un 46% de los hombres, de 121-158g/m2 y en el 84.6% de las mujeres de 102-152g/m2. Sin embargo, es en el grupo SS tipo 2 donde el índice está, más probablemente, muy sobreestimado siendo su media de 160±36g/m2, de 119-258g/m2 en los hombres y de 97-225g/m2 en las mujeres; el 83.3% de los hombres son hipertensos y un 12.5% presentan valores de hipertrofia ligera (116-131g/m2), un 29.1% de moderada (132-148m2) y hasta el 58.3% de severa (≥149g/m2)20; el 88,9% de las mujeres son hipertensas y un 11,1% tienen hipertrofia ligera (96-108g/m2) y el 88.9% severa (≥122g/m2)20.
La HVI constituye un factor de riesgo de morbimortalidad e, independientemente del patrón, a mayor masa peor pronóstico, lo que suele corresponder a hipertrofias concéntricas24,30; por ello, estos resultados llevarían a considerar que la mayoría de los pacientes con SS, y especialmente aquellos con SS tipo 2, tienen un perfil de riesgo alto-muy alto. Sin embargo, se ha constatado que los pacientes con SS (≥14mm) tienen buen pronóstico y no presentan más enfermedad cardiovascular ni mortalidad a seguimientos de 15 años10, siendo los datos contrarios muy limitados. Es por esto que, de acuerdo con las recomendaciones actuales, y aunque adolecen de no tratar el caso concreto del SS20, en estos pacientes no se debería iniciar o modificar el tratamiento antihipertensivo en base a la masa ventricular.
Respecto al segundo criterio utilizado en la serie para definir el SS, que su grosor supere en≥50% al del septo medio, en el grupo SS es de 53.7±26% pero solo los casos de SS tipo 2 lo cumplen (66±24%, frente a 38.2±19.4% del tipo 1; p<0.0001). Por último, se observa la poca utilidad del ratio septo interventricular/pared posterior para diferenciar entre SS tipo 2 y MH (1.6±0.3 frente a 1.6±0.4 respectivamente; p=0.787) mientras que sí diferencia al SS tipo 1 del 2 (1.3±0.1 frente a 1.6±0.3; p<0.0001); no obstante, en los 3 grupos es≥1.3, que es lo que define a la hipertrofia septal asimétrica, y supera incluso el 1.5 en el SS tipo 2, lo que se ha considerado un criterio a favor de MH.
De este modo, el conjunto de resultados lleva a afirmar que no se debe valorar la HVI asimétrica determinando el índice de masa ventricular tal y como se viene haciendo, lo que resulta especialmente desaconsejable en el caso del SS tipo 2; para ello, se puede recurrir a la resonancia cardíaca y parece también prometedora la eco 3D. Y en cuanto al resto de los parámetros de HVI, se constata su escasa utilidad a la hora de realizar un diagnóstico diferencial.
Finalmente, con respecto a la morfología del VI y su relación con la genética, algunos estudios muestran que la MH causada por mutación del gen que codifica la unión de la miosina a la proteína C (MYBPC3) es la variante genética más frecuente en ancianos en los que, típicamente, el septo interventricular adopta morfología de media luna creciente31; la morfología septal en ancianos con otras mutaciones se desconoce. Binder et al.7 afirman que, a cualquier edad, el predictor independiente de un genotipo positivo para MH, por mutaciones en genes que codifican miofilamentos sarcoméricos, que ofrece un rendimiento del estudio genético del 79% es la existencia de un septo con morfología de curvatura inversa; el SS, aunque ocasione obstrucción del tracto de salida del VI, conlleva un rendimiento del 8%7. Igualmente, Bos et al.32 reportan que el rendimiento del estudio genético para mutaciones sarcoméricas en mayores de 65 años es del 11% frente al 38% del resto de los pacientes, que los pacientes con MH diagnosticada tardíamente con genotipo negativo son mayores (71.7±5 frente a los 69.7±3 años; p=0.03) y el 59% muestran hipertrofia sigmoidal, y que, de las MH diagnosticadas tardíamente con hipertrofia sigmoidal, solo un 8% son genotipo positivas.
Hipertrofia del ventrículo izquierdo en el electrocardiogramaContrariamente a otros autores25,26, los resultados actuales resultan desalentadores en cuanto a la utilidad del electrocardiograma para detectar la hipertrofia. Tras determinar el índice de Cornell y su relación con los 3 grupos (tabla 2) este solo resultó significativamente mayor en los hombres con MH (tabla 2); el índice de Sokolow-Lyon (tabla 3) también resultó significativamente mayor en los hombres con SS tipo 2 y obstrucción del tracto de salida del VII, mientras que otros autores no encontraron diferencias en los signos de hipertrofia entre ambos subgrupos3. Las alteraciones de la repolarización, imágenes de sobrecarga, fueron más frecuentes en el grupo MH que en el SS tipo 2 (60 frente al 18.2%; p=0.004) lo que puede ayudar a diferenciarlos; de hecho, el aumento de voltajes pero sin alteraciones de la repolarización orienta hacia una hipertrofia por hipertensión.
Una vez más, estos resultados demuestran la baja sensibilidad del electrocardiograma para detectar la HVI. Este hecho lleva a plantear que es necesario modificar las recomendaciones vigentes sobre su cribado, el cual debería realizarse mediante una valoración ecocardiográfica, resultando especialmente útiles, para ello, los actuales equipos de ultrasonidos de bolsillo.
Hipertrofia del ventrículo izquierdo en resonancia magnéticaLa detección de fibrosis en la resonancia puede darse en la hipertrofia de cualquier etiología, si bien su distribución y severidad ayudan al diagnóstico diferencial puesto que, en la MH, ocurre en el 65% de los casos y, típicamente, afecta al miocardio medio de los segmentos más hipertróficos y a los puntos de inserción anterior y posterior del VD2,28. Sin embargo, las guías de práctica clínica actuales sobre el manejo de los pacientes con MH2 recogen como una recomendación clase iia, grado de evidencia B, el realizar una resonancia como parte del estudio basal de estos pacientes; y en cuanto a los pacientes con SS, ya sea tipo 1 o incluso tipo 2, ocurre que ni tan siquiera existen recomendaciones al respecto.
En la serie actual, a 14 de los 25 pacientes diagnosticados de MH se les había realizado una resonancia y, en uno de ellos, esta consistía en la hipertrofia aislada≥15mm del septo interventricular basal, mientras que solo 2 de los 33 pacientes con SS tipo 2 disponían de una resonancia (tabla 7); la paciente 1 fue catalogada durante años como una cardiopatía hipertensiva pero, finalmente y tras la resonancia, se diagnosticó de MH quedando pendiente de realizar una ergometría y el cribado familiar; el paciente 2 plantea más dudas y requeriría de cribado familiar y, quizás, de estudio genético.
Pacientes con SS tipo 2 y OTSVI estudiados mediante resonancia magnética
Variables | Paciente 1 | Paciente 2 |
---|---|---|
Edad años (edad al diagnóstico de HVI) | 74 (66) | 65 (64) |
Sexo | Mujer | Hombre |
Factores de riesgo cardiovascular | Hipertensión arterial | Dislipidemia, fumador |
Antecedentes familiares de MH | No | No |
Clínica | No | Disnea CF II NYHA |
Tratamiento betabloqueante | Sí | Sí |
Electrocardiograma | ||
Ritmo cardíaco | Sinusal | Sinusal |
Bloqueo de rama | BRIHH | BRIHH |
Índice de Cornell (mm) | 50 | 39 |
Índice de Sokolow-Lyon (mm) | 50 | 36 |
Sobrecarga sistólica | No valorable | No valorable |
Ecocardiograma | ||
Índice de masa VI (g/m2) | 225 | 172 |
SS; grosor máximo del SS (mm) | Sí; 25 | Sí; 17 |
% grosor del SS | 127 | 31 |
SIV/pared posterior | 2.8 | 1.2 |
Gradiente dinámico (mmHg) | 28 | 85 |
Calcificación del anillo mitral | Severa | No |
SAM | Ligero | Ligero |
Insuficiencia mitral | Ligera | Moderada |
Disfunción diastólica | Grado I | Grado II |
Dilatación auricular izquierda | Severa | Ligera |
Holter | ||
Arritmias ventriculares | No | TVNS |
Ergometría | ||
Respuesta presora, arritmias ventriculares | – | Normal; No |
Resonancia cardíaca | ||
SS; grosor (mm) | Sí; 23 | Sí; 21 |
HVI en otros segmentos del VI | Lateral apical | No |
Fibrosis en SS | Si | Sí |
Fibrosis en resto de VI | Puntos de inserción del VD | No |
BRIHH: bloqueo de rama izquierda del haz de His; HVI: hipertrofia del ventrículo izquierdo; MH: miocardiopatía hipertrófica; NYHA: New York Heat Association; OTSVI: obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo; SAM: movimiento sistólico anterior mitral; SIV: septo interventricular; SS: septo sigmoideo; TVNS: taquicardia ventricular no sostenida; VD: ventrículo derecho. VI: ventrículo izquierdo.
A pesar del escaso número de pacientes con SS y resonancia en la serie, la descripción de estos 2 casos son ejemplo de cómo dicha prueba radiológica puede variar el diagnóstico y, con ello, el manejo de parte de estos pacientes (realización de estratificación pronóstica y cribado familiar, consejo genético, inicio de un tratamiento e, incluso, realización de un estudio genético).
ConclusiónEl SS constituye un hallazgo ecocardiográfico relativamente frecuente (prevalencia del 3.3%). Es el SS tipo 2 (prevalencia del 1.9%) el que plantea problemas de diagnóstico diferencial con la MH, aunque el primero se da en pacientes de mayor edad, generalmente hipertensos y con más disfunción diastólica no severa; por lo demás, no presentan claras diferencias respecto a otras características clínicas, electrocardiográficas o ecocardiográficas. La resonancia cardíaca resulta de gran ayuda diagnóstica y sería recomendable realizarla a todos los pacientes con SS tipo 2, especialmente si se plantean dudas diagnósticas, puesto que sus hallazgos pueden conllevar un cambio en el diagnóstico y en el manejo de estos pacientes. Para afianzar dicha recomendación son necesarios más estudios que incluyan la valoración sistemática de los pacientes mediante resonancia y cribado familiar e, incluso, test genéticos.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
FinanciaciónNinguna.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Al Dr. Alfredo Bardají.