El ámbito de atención primaria es clave para la detección de enfermedad podal en el anciano. A medida que avanza la edad, el anciano posee una pérdida de la funcionalidad. En el caso de los ancianos frágiles, cursa con disminución de la masa muscular y aumento de la morbimortalidad, relacionada principalmente con enfermedades cardiovasculares1,2, que impide el correcto cuidado de los pies, existiendo además relación entre la enfermedad podológica, velocidad de la marcha y la calidad de vida percibida3. Para ello se diseñó un estudio transversal de prevalencia, con el objetivo de determinar la prevalencia y los factores de riesgo de enfermedades podológicas en la población anciana frágil.
La muestra estuvo constituida por 64 sujetos residentes en la comunidad, de 70 años o más, con 3 o más sobre 5 de los criterios de fragilidad según Fried, y deambulación independiente (con posibilidad de ayudas técnicas), con residencia habitual en el Departamento de Salud de la Ribera. Individuos hospitalizados previamente en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de La Ribera con diagnóstico previo de insuficiencia cardÃaca. El reclutamiento tuvo lugar desde diciembre de 2014 hasta febrero de 2015. Se solicitó permiso al Comité de Ética del Hospital Universitario de la Ribera, todos los participantes firmaron consentimiento informado y el presente estudio siguió los principios éticos para las investigaciones citados en la declaración de Helsinki. Se realizó una valoración geriátrica integral, donde se recogieron variables funcionales, cognitivas, antropométricas y afección podal.
Existió predominio masculino (56,2% varones), con una edad media de 82,7±5,7 años. Los ancianos presentaron independencia funcional con puntuaciones del Ãndice de Barthel 80,8±13,8; Lawton 4,4±2,2; Physical Performance Test 12,5±7,1; Edmonton Frailty Scale 9,4±3,1; Tinetti 16,6±6, sub-escala de marcha 6,7±2,7 y equilibrio 9,2±3,7; 6 Minute Walking Test (6MWT), se obtuvo una media de 195,9±106,4. Las alteraciones más prevalentes fueron las uñas largas (53,1%), artrosis (46,9%), hiperqueratosis (43,8%) y deshidratación (43,8%). La paquioniquia tuvo una prevalencia del 37,5% y la onicomicosis del 28,1%. Existieron cifras de menor prevalencia en dedos garra/martillo (25%), helomas (15,6%) y onicogrifosis (12,5%).
Los ancianos presentaron, en su mayorÃa, una correcta higiene de pies (65,6%), considerando como tal una hidratación adecuada de la piel y presencia de uñas cortas sin onicogrifosis ni paquioniquia. El calzado incorrecto se observó en un mayor porcentaje de sujetos (84,4%), considerando un zapato correcto y adecuado aquel con talón cubierto y suelas antideslizantes. En cuanto a las anormalidades podológicas, el 75% de la población presentó 2 o más anormalidades.
Los varones presentaron mayor riesgo a uñas largas, deshidratación y onicomicosis. Las mujeres presentaron mayor riesgo de hiperqueratosis, dedos en garra y/o martillo. Se halló relación entre el número de anormalidades y la prescripción de anticoagulantes/antiagregantes, fragilidad, sarcopenia y polifarmacia (tabla 1).
Factores de riesgo según género y más de 2 enfermedades podales
 | OR | IC 95% | Valor de p |
---|---|---|---|
Género masculino Uñas largas | 2,3 | 1,07-4,91 | 0,014 |
Onicomicosis | 2,1 | 1,21-3,43 | 0,020 |
Deshidratación | 2 | 1,06-3,83 | 0,025 |
Paquioniquia | 1,1 | 0,57-1,97 | 0,854 |
Onicogrifosis | 2 | 1,38-2,89 | 0,059 |
Género femenino Dedos garra/martillo | 2,2 | 1,12-4,49 | 0,040 |
Hiperqueratosis | 2,3 | 1,09-3,21 | 0,039 |
Helomas | 0,9 | 0,28-2,85 | 0,854 |
Presencia de más de 2 alteraciones podológicas Más de 3 criterios de fragilidad | 1,4 | 1,01-2,06 | 0,044 |
Sarcopenia | 1,9 | 1,02-3,5 | 0,002 |
Anticoagulantes/antiagregantes | 1,5 | 1,01-2,56 | 0,038 |
Obesidad | 1,6 | 1,03-5,6 | 0,04 |
Polifarmacia | 1,6 | 1,06-2,77 | 0,035 |
Género femenino | 0,8 | 0,36-1,81 | 0,634 |
Diabetes mellitus | 0,6 | 0,26-1,52 | 0,325 |
Déficit visual | 1,3 | 0,079-2,34 | 0,186 |
La presencia de fragilidad y sarcopenia se relacionó con la presencia de anormalidades en los pies de los ancianos. Sin embargo, la pérdida de fuerza y la presencia de 4 o 5 criterios de fragilidad dificultan el cuidado personal. Esto implica una vulnerabilidad ante el cuidado de los pies, lo que podrÃa conllevar la aparición de mayor número de sÃndromes geriátricos como la inestabilidad, caÃdas, inmovilidad y, con ello, aumento de la dependencia y hospitalizaciones4.
Es necesaria la realización de estudios de prevalencia para conocer las alteraciones más frecuentes5,6 y poder asà establecer estrategias de prevención y cuidado que incidan directamente en la funcionalidad y calidad de vida de los ancianos frágiles comunitarios.
La prevalencia de anormalidades podológicas en la población anciana frágil se sitúa entre el 12,5-53,1%, encontrando el sexo, fragilidad, fuerza palmar, anticoagulación/antiagregación y polifarmacia como factores directamente relacionados con la enfermedad podológica.
Los autores quieren agradecer a los participantes y sus familias, a los profesionales del Departamento de Salud de la Ribera y al grupo de Investigación de Geriatría y Gerontología de la Facultad de Enfermería de la Universidad Católica de Valencia.