La aptitud clínica de los médicos de familia (MF) en la atención a la mujer en etapa del climaterio se ha explorado poco1. En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a escala nacional, en el año 2003 el grupo de mujeres derechohabientes entre 40 y 54 años de edad fue de 3.613.466 (7,87%), mientras que en la Delegación Jalisco fue de 533.722 (8,03%). Los cambios psíquicos y biológicos propios de esta etapa impactan profundamente sobre la mujer, no sólo en lo individual, sino también en lo familiar, lo social y lo laboral, y es aquí donde el médico de primer contacto tendrá la oportunidad de brindar una atención profesional orientada a conservar el estado de salud con calidad de vida.
Se realizó un estudio observacional transversal comparativo en MF adscritos a 5 unidades de medicina familiar (UMF) de la zona metropolitana de Guadalajara, Jalisco. La variable dependiente fue la aptitud clínica, definida como la capacidad compleja que permite al MF enfrentar situaciones problemáticas de grado variable de complejidad de la experiencia clínica, en la que se pondrá en juego el criterio propio para decidir la mejor alternativa de interpretación y de acción en cada caso en particular2,3. Otras variables de interés fueron la unidad de adscripción, el grado de especialización, los cursos previos en climaterio, el sexo, el tipo de contrato y el turno laboral4.
Cuatro expertos en el tema, especialistas en Medicina Familiar y con reconocido trayecto académico en el IMSS, validaron el instrumento de medida, que se componía de 108 enunciados sobre factores de riesgo (24), datos clínicos (15), integración diagnóstica (21), medidas diagnósticas (23) y medidas terapéuticas (25)5.
Participaron 78 médicos de los que el 66,7% (n=52) tenía especialidad en Medicina Familiar, y de éstos el 61,5% (n=32) estaba certificado. Sólo el 11,5% (n=9) tenía curso de actualización en climaterio. El grado de aptitud clínica para la atención del climaterio se situó en la categoría explicable por azar (0 a 20 puntos) en el 62,8% de los casos y en escala muy baja (21 a 37 puntos) en el 28,2%. La mediana global fue de 17 puntos (rango de 17 a 51), que correspondió a una puntuación del 15,7% (tabla 1). Las áreas con mejor puntuación fueron las clínicas y paraclínicas, que obtuvieron una mediana de 5 puntos (rango de 7 a 15), que correspondió al 33,3% de la calificación alcanzable en éste.
Mediana por indicador y por global con puntuación porcentual respectiva de cada área
Área | Enunciados | Mediana (rango) | Puntuación %* |
Reconocimiento de factores de riesgo | 24 | 2 (−10 a 20) | 8,3 |
Reconocimiento de indicadores clínicos y paraclínicos | 15 | 5 (−7 a 15) | 33,3 |
Integración diagnóstica | 21 | 4.5 (−3 a 15) | 21,4 |
Uso global de recursos diagnósticos | 23 | 1 (−9 a 15) | 4,3 |
Uso global de recursos terapéuticos | 25 | 3 (−9 a 15) | 12,0 |
Puntuación global | 108 | 17 (−17 a 51) | 15,7 |
Los resultados revelan el escaso desarrollo de la aptitud clínica que se ejerce en la práctica profesional, que puede estar influida por los ambientes laborales y por la educación6.
FinanciaciónEl financiamiento del trabajo provino de los recursos otorgados por el IMSS.