Los profesionales responsables de la salud, desde distintos ámbitos y organizaciones, han desaconsejado de forma contundente el uso de los cigarrillos electrónicos y han puesto de manifiesto la necesidad urgente de regular su comercialización, así como de prohibir su utilización en lugares públicos1, debido, entre otras razones, a la falsa percepción de su seguridad en la población y a la falta de evidencias sobre su eficacia como método para dejar de fumar. En España, según datos del Eurobarómetro 20122, en la población general, el consumo experimental de estos productos fue del 5% y la prevalencia de consumo habitual del 1%. No tenemos constancia de estudios realizados en estudiantes de ciencias de la salud en nuestro país, por lo que el objetivo del presente estudio fue realizar una primera aproximación sobre los conocimientos, las actitudes y las percepciones que los estudiantes de medicina tienen sobre la utilización de los cigarrillos electrónicos.
El estudio se ha realizado en estudiantes de sexto curso de medicina de la Universidad de Salamanca en 2014. Un total de 80 alumnos, con una edad media ± desviación estándar de 23,6±0,1 años, contestaron a un cuestionario en el que, además de los datos demográficos y de consumo de cigarrillos convencionales, se recogió información sobre los cigarrillos electrónicos: utilización, seguridad, eficacia como método para dejar de fumar, consumo en lugares públicos y conocimientos sobre su composición.
Los resultados del estudio se encuentran en la tabla 1. La prevalencia del consumo de tabaco convencional fue muy baja (6,3%) y todos los estudiantes estaban de acuerdo con la prohibición de fumar en lugares públicos. En relación con el uso de cigarrillos electrónicos, ninguno se declara consumidor habitual y observamos que: el 41,0% considera que son seguros, el 35,4% desconoce si es un método eficaz para dejar de fumar y el 15,0% piensa que se debería permitir su uso en lugares públicos. Un porcentaje importante de alumnos «desconoce» o considera que «no tienen» en su composición nicotina (30%), dietilenglicol/propilenglicol (74,3%) o glicerina (77,5%), entre otros compuestos que se han descrito que pueden estar presentes. No encontramos diferencias significativas en cuanto al sexo.
Conocimientos, actitudes y percepciones de los estudiantes de medicina sobre los cigarrillos electrónicos
Hombresn=18(%) | Mujeresn=60(%) | Globaln=80(%) | |
Hábito tabáquico | |||
No fuma | 100 | 83,9 | 87,5 |
Exfumador | 0 | 8,1 | 6,1 |
F. ocasional | 0 | 4,8 | 3,8 |
F. diario | 0 | 3,2 | 2,5 |
E-cigarrillos | |||
Piensas que son más seguros | |||
No | 27,8 | 15,0 | 17,9 |
Sí | 38,9 | 41,7 | 41,0 |
No sabe | 33,3 | 43,3 | 41,0 |
Piensas que son un método eficaz para dejar de fumar | |||
No | 52,9 | 50,0 | 50,6 |
Sí | 17,6 | 12,9 | 13,9 |
No sabe | 29,4 | 37,1 | 35,4 |
Debería permitirse fumar en lugares públicos | |||
No | 61,1 | 82,3 | 77,5 |
Sí | 33,3 | 9,7 | 15,0 |
No sabe | 5,6 | 8,1 | 7,5 |
Si eres o fueras fumador, utilizarías el cigarrillo electrónico para dejar de fumar | |||
No | 66,7 | 60,7 | 62,0 |
Sí | 5,6 | 8,2 | 7,6 |
No sabe | 27,8 | 31,1 | 30,4 |
Componentesa | |||
Vapor de agua | |||
No | 5,6 | 0 | 1,3 |
Sí | 94,4 | 91,9 | 92,5 |
No sabe | 0 | 8,1 | 6,3 |
Saborizantes | |||
No | 5,6 | 0 | 1,3 |
Sí | 88,9 | 87,1 | 87,5 |
No sabe | 5,6 | 12,9 | 11,3 |
Nicotina | |||
No | 22,2 | 19,4 | 20,0 |
Sí | 77,8 | 67,7 | 70,0 |
No sabe | 0 | 12,9 | 10,0 |
Dietilenglicol/propilenglicol | |||
No | 22,2 | 8,3 | 11,5 |
Sí | 38,9 | 21,7 | 25,6 |
No sabe | 38,9 | 70 | 62,8 |
Glicerina | |||
No | 16,7 | 11,3 | 12,5 |
Sí | 28,9 | 17,7 | 22,5 |
No sabe | 44,4 | 71,0 | 65,0 |
Aditivos del tabaco | |||
No | 55,6 | 35,5 | 40,0 |
Sí | 22,2 | 21,0 | 21,3 |
No sabe | 22,2 | 43,5 | 38,8 |
Nitrosaminas | |||
No | 66,7 | 33,9 | 41,3 |
Sí | 22,2 | 14,5 | 16,3 |
No sabe | 11,1 | 51,6 | 42,5 |
Metales pesados | |||
No | 66,7 | 35,5 | 42,5 |
Sí | 16,7 | 4,8 | 7,5 |
No sabe | 16,7 | 59,7 | 50,0 |
Los resultados de nuestro estudio ponen de manifiesto la necesidad de informar y formar a nuestros estudiantes, a lo largo de su formación universitaria, sobre los riesgos asociados a los cigarrillos electrónicos y sobre la conveniencia de desaconsejar su uso como método eficaz para abandonar el tabaquismo. Es necesario tener en cuenta el doble papel que los estudiantes de ciencias de la salud desempeñan: como grupo de población en riesgo, susceptible de educación sanitaria y, principalmente, como futuros sanitarios, cuya formación ha demostrado ser eficaz en el abandono del hábito tabáquico3.
La información debería de extenderse al resto de la población, ya que es previsible que el consumo de estos productos aumente, de forma importante, en un futuro inmediato como consecuencia de la proliferación de su publicidad en la televisión y de su disponibilidad en Internet, principales fuentes de información sobre la existencia de los e-cigarrillos entre la población (el 48,0 y el 20,7%, respectivamente), independientemente de su edad4. Aunque el patrón de consumo en España se caracteriza por su utilización, principalmente, entre fumadores y exfumadores5, hay estudios realizados en estudiantes que ponen de manifiesto que el uso de los e-cigarrillos no estaría motivado exclusivamente por el deseo de dejar de fumar6.
Con el fin de mantener el ambiente favorable al no consumo de tabaco conseguido en los últimos años, consideramos urgente y prioritario, al igual que otros autores1, regular estos productos como derivados del tabaco y prohibir su utilización en lugares públicos.