Comprender las causas diversas de las infecciones de transmisión sexual (ITS), como se discute en la oportuna editorial de Agustí et al.1, es esencial para abordar este problema de salud. Desde comportamientos individuales hasta factores socioeconómicos y culturales, cada elemento influye en la epidemiología de estas enfermedades. Reconocer esta complejidad nos ayuda a desarrollar intervenciones más eficaces, tanto preventivas como de tratamiento.
Los autores hacen referencia a la incorporación del cribado regular de las ITS. Consideramos que esta recomendación general sería más efectiva si se detallara y concretara, siguiendo el enfoque de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos2. Estos proponen realizar pruebas de clamidia y gonorrea anuales a mujeres sexualmente activas menores de 25 años y mayores si tienen una nueva pareja sexual, múltiples o si su pareja ha contraído ITS. Además, sugieren pruebas para mujeres embarazadas menores de 25 años y mayores con mayor riesgo de infección, así como para hombres jóvenes sexualmente activos en áreas y poblaciones de alta prevalencia, y hombres que tienen sexo con hombres, con exámenes más frecuentes si persisten las conductas de riesgo o si ellos o sus parejas sexuales tienen múltiples parejas. También se recomienda realizarlas a personas transgénero según sus prácticas sexuales y a mujeres de 35 años o menos y a hombres menores de 30 años al ingresar en centros correccionales. Además, aconsejan volver a efectuar la prueba a todos los pacientes diagnosticados con infecciones por clamidia o gonorrea tres meses después del tratamiento, independientemente de si creen que sus parejas han sido tratadas2.
El artículo destaca la necesidad de nuevas estrategias de diagnóstico, a lo que se podrían sumar aplicaciones móviles e informáticas en el ámbito de la educación sexual. Estas representan una solución altamente prometedora para proporcionar educación sexual accesible y culturalmente relevante a la población. El uso de estas herramientas tecnológicas, disponibles para la mayoría de la población, podría llegar a audiencias más amplias, a un costo relativamente bajo, y al mismo tiempo ofrecer privacidad a los usuarios3.
También se subraya en la editorial la disminución en la tasa de nuevos diagnósticos de virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), a medida que aumentan las tasas de otras ITS. Es probable que la profilaxis preexposición (PrEP) para el VIH contribuya a explicar estas dos tendencias. Por lo tanto, es crucial que los profesionales sanitarios continúen recomendando el uso de preservativos, ya que siguen desempeñando un papel importante2.
En conclusión, si bien el artículo proporciona una idea general de las ITS y sus desafíos asociados, es importante complementar esta visión con evidencia actualizada y una perspectiva más amplia que incluya aspectos tanto educativos como tecnológicos. Al hacerlo, podemos desarrollar estrategias con mayor efectividad para abordar el rompecabezas de las ITS en el futuro.
Consideraciones éticasDado que este estudio no involucra el uso de seres humanos, animales u otros organismos vivos, no se presentan consideraciones éticas relacionadas con la investigación.
FinanciaciónEl trabajo fue realizado sin financiación externa.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.