Sr. Director:
En Argentina, los medicamentos para el sistema nervioso central, entre éstos los fármacos psicolépticos, son desde hace años los de mayor facturación1. La región metropolitana de Rosario, situada en el centro de la provincia de Santa Fe, tiene a esta ciudad como cabecera de un conjunto de 44 comunas y 17 municipios que conforman una realidad urbana y rural. Pavón Arriba, localidad de aproximadamente 2.000 habitantes, es una de las comunas que integran esta región, tiene características comunes a ésta y se sitúa a unos 50km de Rosario2.
En este contexto se evaluó el consumo de fármacos benzodiacepínicos en esta localidad y se analizó la utilización de estos fármacos en el tiempo. Para esto se realizó un estudio observacional transversal de las dispensaciones de benzodiacepinas (BZD) efectuadas en esta localidad durante el año 2007. Se relevaron todas las prescripciones de BZD, esto incluyó las indicadas en la atención general y en la atención especializada. A esta última no se accede en la comuna, el sistema de salud público provee sólo el diacepam (DZP).
Se relevaron tanto los fármacos dispensados pertenecientes al grupo N05BA y el clonacepam (CNZ). La Organización Mundial de la Salud ubica a este fármaco dentro del grupo N03AE (antiepilépticos derivados de la BZD) con una dosis diaria definida (DDD) de 8mg. Sin embargo, en nuestro medio, el principal uso de este fármaco es como ansiolítico. Es posible hallar en la literatura médica métodos para comparar dosis equivalentes de BZD; así, 10mg de DZP se corresponden con 1mg de CNZ3.
El consumo de BZD en la localidad durante el año estudiado se observa en la tabla 1. Los fármacos que cubren el segmento de utilización (DU) del 90% son CNZ, loracepam (LZN) y alprazolam. Las BZD esenciales contenidas en el Formulario Terapéutico Nacional para uso no comicial son DZP, LZN y CNZ. Este último sólo se utiliza para el tratamiento de las crisis de pánico. Al DZP se lo observó fuera del segmento DU del 90%. Sólo el 2,2% del consumo total corresponde al administrado a través de la dispensación pública. Es evidente que el elevado consumo de estos psicotrópicos resulta a expensas del sistema privado, cuyos usuarios tienen capacidad para financiar, al menos parcialmente, su gasto en salud.
Tabla 1. Consumo en número de dosis diaria definida y de dosis diaria definida por mil habitantes y día de los fármacos benzodiacepínicos utilizados en Pavón Arriba durante el año en estudio. Se expresa también el correspondiente porcentaje de consumo para cada una de los fármacos utilizados
Fármaco | DDD | DHD | (%) |
Clonacepam | 28.185 | 39,04 | 47,08 |
Loracepam | 13.174 | 18,25 | 22,00 |
Alprazolam | 12.980 | 17,98 | 21,68 |
Diacepam | 2.916 | 4,04 | 4,87 |
Bromacepam | 1.500 | 2,08 | 2,51 |
Midazolam | 780 | 1,08 | 1,30 |
Flunitracepam | 120 | 0,17 | 0,20 |
Cloracepato | 110 | 0,15 | 0,18 |
Zolpidem | 60 | 0,08 | 0,10 |
Clobazam | 45 | 0,06 | 0,08 |
Total | 59.870 | 82,92 | 100,00 |
DDD: dosis diaria definida; DHD: dosis diaria definida por mil habitantes y día.
El 33,9% (intervalo de confianza del 95%: del 29,1 al 39,0%) de los usuarios retiró la medicación durante 4 o más meses. Para caracterizar la relación entre el número de meses en que a cada usuario se le dispensaron estos fármacos en el año en estudio y las DDD totales utilizadas por éste, se ajustó un modelo de regresión no lineal para fármacos desagregados. Se lo llevó a cabo para CNZ (Ecuación [EC]: DDD=54,20*ex*0,30; r2=0,80) debido a su importancia en el consumo total, y para el DZP (EC: DDD=12,94*x1,36; r2=0,89) y el LZP (EC: DDD=20,14*x1,55; r2=0,82), a fines de contar con los medicamentos de referencia esenciales. En cada caso, x fue igual al número correspondiente a los distintos meses en que se dispensó el fármaco en cuestión para cada usuario.
El análisis de las ecuaciones precedentes indica que al cabo de un año de utilización, un usuario de DZP consume 225 DDD por encima de las que se hubiesen encontrado al multiplicar por 12 el consumo del primer mes; mientras que el mismo análisis da lugar a 706 DDD para el LZP y 1.106 DDD para el CNZ. En cuanto a las consecuencias medidas en el incremento del requerimiento de dosis con mayor tiempo de utilización, el CNZ aún con vida media prolongada resulta aquí claramente desventajoso con respecto al DZP, y al ser un fármaco de alta potencia se evidencia menos conveniente que el LZP.
Es necesario promover el uso racional de los fármacos para contribuir a un sistema sanitario equitativo y eficaz, en el que la implementación farmacológica se adecue a las necesidades reales e individuales, y las posibilidades diagnósticas y terapéuticas sean para toda la población.
Agradecimiento
Al Dr. Oscar Bottasso por la revisión del presente trabajo.
Autor para correspondencia.