La lactancia materna es un componente esencial en la vida de un recién nacido y tiene una importante influencia en el desarrollo infantil. Por ello, los beneficios se ven reflejados en mayor desarrollo del coeficiente intelectual, en la disminución del sobrepeso y la obesidad, así como la disminución de leucemia infantil; al tiempo que en las madres se libera la hormona oxitocina que ayuda a reducir el sangrado posparto, quema calorías y disminuye el cáncer de mama.
Sin embargo, la exposición a contaminantes es crítica en las etapas del embarazo y lactancia, pues la baja capacidad del neonato de metabolizar los contaminantes puede generarle un déficit de algún sistema fisiológico, hiperplasia o hipertrofia celular. Además, ellos, por su baja capacidad de excreción y su pH gástrico menos ácido, pueden absorber mucho más el contaminante que un adulto. Otro estudio determina que contaminantes como pesticidas, bisfenoles o bifenilos policlorados se concentran en la placenta humana y los contaminantes lipofílicos en la leche materna. Por otro lado, la absorción de los contaminantes como el formaldehído, los parabenos, metales pesados, ftalatos, triclosán, oxibenzona, BPA, PBDE, PCB y PFAS pueden causar alergias, asma, alteraciones endocrinas, desarrollo anormal de las glándulas mamarias, daños en el sistema nervioso y reproductor, problemas renales, hepáticas e inmunológicos, neurotoxicidad, obesidad, enfermedades cardiovasculares, discapacidad intelectual, malformaciones, cáncer, diabetes y problemas con la tiroides1.
Por ello, es importante evitar ambientes contaminados donde se realizan trabajos como la industria química, plástica, agrícola, automovilística, de carpintería, etc. Pues en ellas se utilizan derivados del petróleo benceno, metales pesados como el cobre, plomo, arsénico, cadmio, níquel y mercurio, y derivados, pesticidas, herbicidas, compuestos orgánicos volátiles e hidrocarburos aromáticos policíclicos (HPA), por lo que es necesario usar traje de protección y disponer con áreas ventiladas2.
En tal sentido, es necesario mantener una alimentación adecuada durante la gestación y lactancia, Por ello se sugiere consumir alimentos frescos, no procesados, disminuir el consumo de grasa, principalmente de origen animal, pues contienen más contaminantes, evitar la ingesta de pescados de gran tamaño, como el pez espada o atún rojo, que pueden tener por bioacumulación mayores índices de contaminantes, como el mercurio y PCB. También se recomienda alimentos ecológicos, pues tienen grandes propiedades nutricionales y menores índices de compuestos químicos como los antibióticos y aditivos artificiales. Por último, se aconseja productos de temporada porque tienen pocos conservantes3.
Por otro lado, el Comité de Lactancia materna de la Asociación Española de Pediatría enfatiza que la lactancia materna es una manera saludable para el bebé, porque sus beneficios actúan en la salud ante cualquier contaminante químico presente en la leche materna. Al igual, menciona la importancia de que los gobiernos realicen programas para reducir la contaminación química en los alimentos y del medio ambiente siendo la lactancia materna una solución sostenible para la salud del planeta que influye de manera ecológica y sostenible para la salud humana4.
Para finalizar, la lactancia materna puede ser la misma clave para disminuir la contaminación, pues es preferible la leche materna antes que los sucedáneos que generan una mayor huella ecológico, de esta forma disminuyen los contaminantes que luego son absorbidos por la madre.
AutoríaLos autores han contribuido con la redacción y revisión de la versión final.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflicto de interesesNinguno.