Hace casi un año que desde semFYC asumíamos el reto de estar más presentes en las redes sociales, apostando por este sistema de comunicación cada vez menos nuevo, más extendido e imprescindible para todos. Era un reto que nos asustaba. No hay expertos en las novedades y responder a una de ellas como sociedad no es lo mismo que hacerlo como sujeto individual, cuando las opiniones y las ideas recogen lo que uno siente o piensa y no lo que se supone que siente o piensa todo un colectivo. Pronto nos dimos cuenta de que no podíamos aspirar a algo tan ambicioso, a representar en Facebook y Twitter a todos y a todas, así que elegimos el lema contamos y cuentas, apostando por la inclusión de la diversidad en este proyecto. «Te contamos lo que hacemos y tu opinión cuenta», esa era nuestra voluntad y lo que deseábamos transmitir.
Éramos conscientes de la utilidad que en el sector de las sociedades científicas, especialmente en una grande como la nuestra, puede tener la proximidad que brindan las redes sociales. Y por eso reconocíamos la necesidad de dar un salto cualitativo para aumentar la participación de los socios y no limitarnos a tener una herramienta de comunicación unidireccional, como es la web de cualquier entidad sin ánimo de lucro.
Nos dirigimos entonces a nuestros socios, animándoles a contarnos y a sentir que contaban para la organización, porque ninguna entidad tiene sentido sin las personas que la conforman, sin sus opiniones y sus inquietudes, sin la diferencia de criterios. semFYC es una sociedad diversa y en esa diversidad de opiniones, debates, creencias y posicionamientos está su riqueza, su verdadero valor. semFYC construye integrando desde la diferencia de opinión y la amplitud de miras, o al menos así entendemos que debe ser.
Nos preocupaba también responder de forma inmediata a las inquietudes que pudieran aparecer a través de las redes sociales. Esta forma de comunicación es rápida y a menudo genera debates de una importante complejidad, donde la inmediatez en la respuesta es clave, pero también no precipitarse en el análisis y no excluir a nadie en los posicionamientos de una sociedad que agrupa a 20.000 personas. Así que decidimos que era necesario responder a ese reto solo con hechos. En las redes sociales, semFYC no se posiciona en debates de análisis complejo respondiendo de manera rápida, lo que mostramos es lo que hacemos cada día. Ahí está la apuesta por explicar qué somos como organización con hechos y no con palabras. Entendemos que la comunicación debe ser desde la honestidad, sin maquillaje, sin intentar mejorar las cosas por la forma de contarlas. Entendemos que la comunicación que semFYC debe hacer pasa por contar lo que está haciendo, por dar a conocer el trabajo de las numerosas personas que colaboran de forma diaria en ella aportando su conocimiento y su capacidad. Escuchamos la diversidad de opiniones, la divergencia y los debates que se generan alrededor de todo lo que hacemos, porque seguimos creyendo que en esto está la riqueza de la organización y nuestra opción de aprender escuchando. Nos gusta escuchar y sentirnos próximos.
En la pasada edición de las Jornadas de Primavera de la semFYC nos apoyamos en nuestra federación para recoger ideas de aproximación a los socios. Hay mucho camino por recorrer todavía en la labor de lograr un aumento de la participación, de la inclusión, de la integración de todos y todas, de la identificación de las personas que «son de semFYC», o mejor dicho, «que son la semFYC» con esta sociedad científica.
Escuchar y apostar por la proximidad con los socios en las redes sociales nos permite tomar el pulso diario de la actualidad a pie de calle, de lo que los compañeros y compañeras están viviendo en su día a día; nos permite conectar y sentirles cerca.
En este ámbito la comunicación es veloz, un tema corriente puede generar una chispa que encienda una enorme hoguera en la red, pero de la misma manera, la llama se apaga rápido y aparece otro tema, y a los pocos días ya nadie recuerda exactamente qué ocurrió ni qué posición tenía cada uno. Nos hemos encontrado frecuentemente con debates en los que se nos recrimina haber tomado una postura contraria a la que habíamos tomado realmente. Esto es fruto de la diversidad y así lo entendemos, fruto de un debate en una sociedad donde los integrantes son personas inquietas, con opinión sobre todo o sobre casi todo.
Escuchamos la crítica, intentamos mejorar cada día con una voluntad real de aprender. Sabemos necesariamente que hacer determinadas cosas y posicionarnos implica no gustar a todos. Pero también somos conscientes de que tenemos una responsabilidad como sociedad. A pesar de ello, nos gusta saber que estamos cerca, para bien o para mal, como una organización compleja y cambiante.
Y en este empeño no estamos solos. Tenemos un buen número de Grupos de Trabajo imbuidos en las redes sociales, a los jóvenes médicos de familia y a los residentes, a las distintas sociedades federadas, que apuestan cada vez más por esta forma de comunicar y comunicarse, al programa formativo AMF con su resumen semanal de la blogosfera y a otros muchos, que sin representar formalmente a nuestra sociedad, día a día transmiten el sentir y la opinión de los médicos y médicas de familia.
Las redes sociales nos han abierto también una puerta a la ciudadanía. Recordamos con especial cariño, por ejemplo, la iniciativa en la que reivindicamos la figura del médico de familia creando un evento en Facebook, para preguntar quién recordaba el nombre de su médico o médica de familia. La respuesta fue extraordinaria y de la valoración que los ciudadanos nos trasladaron hacia la figura de su médico de familia únicamente podemos decir cosas positivas.
Seguimos adelante en las redes sociales, y no solo eso, sino que apostamos por ellas, por la innovación, por la cercanía, por la participación y la diversidad. Y esto es porque seguimos pensando que es importante hacer saber a todos lo que hacemos, pero sobre todo, porque contigo contamos y para nosotros cuentas.