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Vol. 34. Núm. 1.
Páginas 32-37 (junio 2004)
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Costes socioeconómicos de las enfermedades mentales en las Islas Canarias en 2002
Socio-economic Costs of Mental Health in the Canary Islands, Spain, in 2002
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J. López-Bastidaa, P. Serrano-Aguilara, B. Duque-Gonzáleza
a Servicio de Evaluación y Planificación. Servicio Canario de Salud. Santa Cruz de Tenerife. España.
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Objetivo. Evaluar el impacto económico, en términos de costes directos e indirectos, de las enfermedades mentales en Canarias durante el año 2002. Diseño. El enfoque que se ha utilizado es el método del coste de la enfermedad. Los costes directos e indirectos se han estimado utilizando los costes de la prevalencia, es decir, los costes que se originan durante el año 2002. Se ha utilizado el enfoque de la teoría del capital humano. Emplazamiento. Comunidad Autónoma Canaria, incluyendo atención primaria y atención especializada. Participantes. Pacientes con enfermedades mentales. Mediciones principales. Costes directos sanitarios (costes de las hospitalizaciones, consultas externas, atención primaria y fármacos). Costes indirectos (mortalidad anticipada, incapacidad temporal e incapacidad permanente). Resultados. Los costes totales de las enfermedades mentales ascendieron a 189,59 millones de euros. Los costes directos sanitarios fueron de 81,67 millones de euros, el 43% de los costes totales y el 5,2% del gasto sanitario público en esta autonomía. Los costes indirectos ascendieron a 107,92 millones de euros, el 57% del total. Conclusiones. A pesar de haberse adoptado un enfoque conservador, el elevado coste socioeconómico de las enfermedades mentales nos ayuda a definir mejor la dimensión del problema para establecer prioridades, además de iniciar un camino hacia estudios de coste-efectividad que permitan un debate más transparente sobre esta cuestión.
Palabras clave:
Enfermedades mentales
Prevalencia
Costes
Islas Canarias
Objective. To evaluate the economic impact in terms of direct and indirect costs of the mental health in Canary Islands (Spain) in 2002. Design. The cost-of-illness method was used. Direct and indirect costs were estimated using prevalence cost, i.e., the costs produced in 2002. The human capital theory approach has been used. Setting. Canary Islands, Spain, including primary health care and inpatient care. Participants. Mental health patients. Main measurements. Direct health costs (inpatients, ambulatory care, primary health care, and drugs). Indirect costs (premature death, short-term illness, and permanent disability). Results. The total costs of mental health were 189,59 million euros. The direct health costs were 81,67 million euros, constituting 43% of the total costs and 5,2% of the total public health care budget in this region. The indirect costs of mental health were 107,92 million euros, representing 57% of the total costs. Conclusions. Although this study adopts a conservative approach, the high socio-economic cost of the mental health helps us to define better the dimension of the problem to establish priorioties besides opening a way towards cost­effectiveness studies that allow a more transparent debate on this topic.
Keywords:
Mental health
Prevalence
Costs
Canary Islands, Spain
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Introducción

Las enfermedades mentales son una de las causas más importantes de morbilidad en los países occidentales, lo que origina unos costes económicos elevados para las personas y los sistemas de salud. Por lo tanto, la estimación del coste económico de esta enfermedad constituye un aspecto fundamental para el mejor conocimiento de la magnitud del problema de salud y para la asignación de los recursos sanitarios, humanos y materiales, destinados a reducir los efectos indeseables de estas enfermedades crónicas sobre los pacientes, el sistema sanitario y la sociedad en general.

En Canarias, una de cada 4 personas está en riesgo de presentar un trastorno mental a lo largo de su vida y esta proporción es superior en las islas de Gran Canaria y Lanzarote. Esto supone que, aproximadamente, unas 398.000 personas están en situación de riesgo1. La prevalencia de las enfermedades mentales en la Comunidad Autónoma de Canarias es del 24,82% y los estudios realizados en otras comunidades muestran tasas de prevalencia similares2.

Al igual que en los países de nuestro entorno, la mujer tiene un mayor riesgo de presentar un trastorno mental y/o es más proclive a expresar sus síntomas emocionales. El riesgo de presentar un trastorno mental es superior en las personas mayores1, lo que hace de este colectivo el más sensible a estos trastornos.

En resumen, la epidemiología de la enfermedad mental en Canarias reproduce los datos obtenidos en otras comunidades españolas y muestra también similares condiciones y poblaciones de riesgo (jóvenes y mayores, mujeres, ámbito urbano, estado civil producto de alguna crisis y nivel socioeconómico bajo)2.

La sintomatología depresiva y ansiosa se encuentra presente en un 25% de la población general y constituye uno de los principales problemas de salud por los que se acude a los centros de atención primaria2.

El objetivo de este estudio es estimar los costes directos e indirectos más relevantes relacionados con las enfermedades mentales en Canarias durante el año 2002.

Material y método

Metodología de costes

Para estimar el coste de las enfermedades mentales, se ha utilizado el método del coste de la enfermedad basado en la teoría del capital humano3-5. El enfoque que se ha empleado es el del coste de la prevalencia, es decir, los costes atribuibles a la prevalencia o existencia de la enfermedad en el año 2002. Esto incluye los costes directos e indirectos.

Se considera coste directo el consumo de recursos del sistema de atención sanitaria, incluyendo los correspondientes a la atención hospitalaria (tanto en régimen de hospitalización como de atención ambulatoria en consultas externas), los de la atención primaria y los fármacos. Los costes indirectos consisten en la disminución o pérdida de productividad debida a la mortalidad prematura y a la incapacidad laboral (transitoria y permanente) atribuible a las enfermedades mentales.

Costes directos

Para determinar el volumen de ingresos hospitalarios atribuibles a problemas relacionados con las enfermedades mentales, se ha recurrido a la información aportada por la Encuesta de Morbilidad Hospitalaria. El método utilizado consistió en la extracción del número total de enfermos dados de alta durante el año 2002 para cada código diagnóstico 290-319 de la clasificación internacional de enfermedades CIE 9-MC para enfermedades mentales, y su posterior transformación a los grupos relacionados con el diagnóstico (GRD). Se han empleado los costes por GRD de 2 hospitales de Canarias.

La estimación de los costes de aquellos pacientes en los que las enfermedades mentales se consignaban como diagnóstico secundario se ha obtenido a través del cómputo de las diferencias entre las estancias medias de pacientes con enfermedades mentales y sin enfermedades mentales. Las diferencias medias en estancias entre estos pacientes fueron de 3,35 días.

El volumen de las consultas especializadas externas se ha calculado en función de la información proporcionada por el Servicio de Salud Mental de la Dirección General de Programas del Servicio Canario de Salud, a través de las consultas externas de salud mental de los diferentes hospitales canarios. El coste de la consulta externa (primeras visitas y sucesivas) se ha obtenido de la base de datos de SOIKOS6.

El número total aproximado de visitas a los centros de salud relacionadas con la atención a los pacientes con enfermedades mentales se ha obtenido al promediar los resultados de varios estudios que contabilizaban 206.456 consultas anuales7. En estos estudios se estima que los pacientes con enfermedades mentales visitan al médico de familia con una frecuencia del 6,31% sobre el total de visitas efectuadas en atención primaria de salud (8.404.053 visitas en Canarias). Así pues, mediante la aplicación de este porcentaje obtenemos el total de visitas en los centros de salud para toda la Comunidad Canaria. El coste de la visita programada al médico familia se ha sacado de la base de datos de SOIKOS6.

La información sobre el consumo de fármacos para los pacientes con esta patología se ha obtenido a partir de los datos proporcionados por el Sistema de Información Farmacéutica del Servicio Canario de Salud (DIGITALIS). Los principales grupos farmacológicos incluidos para las enfermedades mentales han sido: antipsicóticos, ansiolíticos, hipnóticos y sedantes, antidepresivos, psicoestimulantes y nootrópicos.

Costes indirectos

Entre los costes indirectos se incluye tanto la pérdida de producción debida a las enfermedades mentales como el impacto sobre toda la sociedad en términos de años de vida perdidos. Se puede distinguir entre la productividad perdida asociada a la mortalidad y la asociada a la morbilidad.

Para obtener los costes indirectos y su conversión en unidades monetarias, en la mayoría de estudios de este tipo se ha utilizado el método del capital humano3-5. Dicho enfoque transforma los años de vida en unidades monetarias mediante la aplicación de la ganancia media bruta por trabajador. Se ha criticado la utilización de este método8, pero a pesar de todo se ha utilizado de forma muy amplia debido a su facilidad de cálculo y a la falta de métodos alternativos4,9-14. Este método usa como hipótesis básica la equivalencia entre el valor de la producción perdida y el salario asociado a la obtención de dicha producción. Es decir, un día de ausencia al trabajo implica una pérdida de la producción igual al salario que se percibiría por este mismo día.

Con el fin de valorar la magnitud de la mortalidad en los pacientes con enfermedades mentales, se calcularon los años de vida perdidos (AVP). Los AVP ofrecen una información suplementaria a las simples tasas de mortalidad, que en ocasiones pueden infravalorar la importancia de la mortalidad por una causa determinada. La información sobre empleo, salarios y mortalidad se ha obtenido del Instituto Nacional de Estadística (INE)15.

La incapacidad permanente (IP) es otro de los componentes de los costes indirectos. Los datos de las personas que originaron IP en Canarias por una enfermedad mental se obtuvieron a partir de un estudio realizado por el INSALUD en el año 1994, en el que se recogía que el porcentaje de bajas debidas a enfermedades mentales ascendía al 7,69% de las incapacidades permanentes totales.

Los cálculos de la pérdida de productividad debida a la IP se estimaron aplicando la misma metodología que la usada para calcular las pérdidas ocasionadas por la mortalidad prematura. La información sobre los días de incapacidad transitoria (IT) se ha obtenido a través de los datos de pacientes con enfermedades mentales en baja laboral en toda la Comunidad Canaria. Para estimar el coste derivado de los días de trabajo perdido, se utilizó el valor medio de la duración de la baja laboral por enfermedad mental.

Resultados

Atención hospitalaria

Los costes totales de las hospitalizaciones para las enfermedades mentales ascendieron a 24,99 millones de euros. Las enfermedades mentales representaron un total de 3.052 ingresos con diagnóstico principal y 76.636 estancias, con una estancia media de 25,11 días. Éstas también causaron 16.108 ingresos con diagnóstico secundario y 53.962 estancias.

Atención ambulatoria (atención especializada y atención primaria)

Los costes totales de las consultas en la atención especializada y en la atención primaria para las enfermedades mentales fueron de 7,89 y 9,30 millones de euros, respectivamente. Las enfermedades mentales originaron un total de 207.904 consultas externas y 530.296 visitas en los centros de salud.

Fármacos

Los costes totales de los fármacos recetados para las enfermedades mentales representaron 39,49 millones de euros.

Mortalidad

El número de fallecimientos originados por las enfermedades mentales fue de 465 (239 varones y 226 mujeres), lo que causó una pérdida en años de vida de 6.801. Respecto a la mortalidad anticipada, el número de años productivos perdidos fue de 3.194. Aplicando la tasa de ocupación para cada año, la probabilidad de vida, la tasa de descuento del 3%, un incremento de productividad del 2% y multiplicando por la ganancia media bruta, obtenemos un valor de 25,43 millones de euros para las pérdidas de productividad debidas a la mortalidad anticipada.

Incapacidad permanente y temporal

Los costes de las incapacidades permanentes representaron 53,079 millones de euros. Los costes por bajas laborales de los pacientes con enfermedades mentales representaron 29,41 millones de euros y ocasionaron 722.978 días de trabajo perdido.

Costes totales de las enfermedades mentales en Canarias en 2002

La tabla 1 nos ofrece los costes directos, indirectos y totales de las enfermedades mentales en Canarias en el año 2002. Además, en la figura 1 se presenta la distribución de los costes.

Figura 1. Distribucción de los costes de las enfermedades mentales, Canarias 2002.

 

El coste social de las enfermedades mentales ascendió a un total de 107,92 millones de euros. El coste directo de la asistencia sanitaria fue de 81,67 millones de euros, lo que representa el 5,2% del gasto sanitario en Canarias.

Discusión

En las últimas décadas, las enfermedades mentales se han consolidado como uno de los problemas sociosanitarios de mayor importancia, tanto en Canarias como en el resto de España y de los países industrializados, debido a su elevada frecuencia (incidencia y prevalencia) y a las consecuencias que originan sobre la sociedad en términos de mortalidad, morbilidad y costes económicos y sociales. El impacto derivado de esta enfermedad sobre el entorno social, familiar y laboral de los enfermos es cada vez más importante, tanto en costes directos como indirectos.

El coste socioeconómico anual de las enfermedades mentales en Canarias supone 189,59 millones de euros. El impacto sobre los servicios sanitarios (costes directos) es menor (43% del total) que el impacto sobre los costes indirectos (57% del total). Al analizar la distribución interna de los costes que conforman cada uno de estos bloques, se observa que el que ocasiona el mayor coste es la incapacidad permanente, seguida, como segunda partida en importancia, por los costes debidos a los fármacos.

Si comparamos estos resultados con los procedentes de otros estudios sobre el coste de las enfermedades mentales (tabla 2), podemos comprobar que la distribución de los costes directos e indirectos es muy similar a la que muestran algunos estudios publicados en la bibliografía; no obstante, es difícil comparar estudios sobre el coste de la enfermedad si no utilizamos la misma metodología y si se basan en datos diferentes. Además, los precios relativos y totales difieren entre países, y distintos países tienen diferentes sistemas de salud.

En la tabla 3 se comparan algunos indicadores de las enfermedades mentales con otros problemas de salud para tener una idea de la magnitud de este problema.

Aún en la actualidad, continúan siendo muy escasos los estudios económicos realizados en España relacionados con la salud y la sanidad, por lo que no se favorece el desarrollo de actitudes críticas ni la maduración de los diferentes actores del sistema (políticos, gestores, clínicos, ciudadanos y pacientes) para participar en la toma de decisiones sobre el establecimiento de prioridades en la financiación de recursos.

La mayor presencia de los estudios económicos en el ámbito sanitario debiera partir de los estudios del coste de la enfermedad, y buscar una cierta continuidad hacia la realización de estudios de evaluación económica con objeto de contribuir a informar la selección de actuaciones coste-efectivas, reduciendo de esta manera la discrecionalidad en la priorización de la financiación de los programas sanitarios.

Los datos disponibles para llevar a cabo estas estimaciones de costes son limitados y "crudos". Estas limitaciones se deben a las deficiencias en la calidad de los datos existentes y a la falta de información en algunas áreas. En este estudio no se han podido incluir los costes intangibles, caso de los relacionados con los cambios obligados en los hábitos de vida que requiere el tratamiento de la enfermedad, las restricciones crónicas del nivel de autonomía, la ansiedad, etc., que limitan los niveles de calidad de vida relacionada con la salud. Tampoco se ha podido estimar el coste de las urgencias hospitalarias, al no disponer de esta información los hospitales, ni los costes de los cuidados informales prestados por los cuidadores (principalmente familiares). Sin lugar a dudas, la disponibilidad de esta información contribuiría a elevar la exactitud y la suma total de los costes sociosanitarios de la atención a los pacientes con trastornos mentales en Canarias.

Este trabajo quiere contribuir a proporcionar información económica en el ámbito sanitario. Tal como ha ocurrido en otros lugares16, los estudios del coste de la enfermedad están sirviendo en Canarias para contribuir a establecer prioridades entre los diferentes problemas y necesidades de salud.

Bibliograf¿a
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