Sr. Director: Hemos leído con atención el reciente artículo publicado en su Revista: «Propuesta de cribado de la presbiacusia en una consulta de atención primaria» cuyos autores son Proupín et al1. Primeramente queremos felicitar a los autores por la importancia del tema tratado, pero quisiéramos completar los métodos de cribado de hipoacusia descritos con otras pruebas validadas en nuestro medio.
Estamos de acuerdo en que la prevalencia de la hipoacusia en personas de más de 65 años está en aumento por el incremento de la esperanza de vida, en la última encuesta del Sistema Nacional de Salud2 del año 2003, de un total de 35.361 encuestados, un 21% refería tener dificultad para escuchar la televisión. La presencia de esta afección se encuentra infradiagnosticada, lo que se asocia con diversos trastornos en el anciano como depresión, aislamiento, etc. No sólo estamos de acuerdo en estas conclusiones, sino también en su segundo objetivo constituido en la valoración de la utilidad de las pruebas sencillas de exploración auditiva que pueda utilizar el médico de familia con fiabilidad. Proupín propone la posibilidad de la validez del test de discapacidad auditiva (HHIE-S) simplificado a 2 preguntas a pesar de tener una sensibilidad y valor predictivo negativo bajos, al igual que el también propuesto test del susurro.
Según otros estudios que se han realizado también en el ámbito de la atención primaria3, habría que considerar la utilidad del test del audioscopio para la detección precoz de esta enfermedad4, consistente en un otoscopio que emite sonidos, con cifras de sensibilidad (94%) y especificidad (72%) altas y que se elevan si se añade el cuestionario HHIE-S, teniendo en cuenta la posibilidad de utilizar la versión simplificada propuesta en el artículo de Proupín.
También habría que estimar la validez del test del cronómetro, que se ha demostrado en estudios como un test sencillo, rápido y reproducible, características importantes que se deben tener en cuenta en la detección de hipoacusias en atención primaria.
Se podría considerar en el citado artículo la realización de la misma valoración de la discapacidad auditiva mediante la individualización de las pruebas para los oídos izquierdo y derecho, respectivamente.
En conclusión, a la hora de valorar un test de cribado de hipoacusia en personas de más de 65 años proponemos la importante utilidad del test del cronómetro y del audioscopio juntamente con el test HHIE-S simplificado como métodos sensibles y adecuados para su utilización en atención primaria.