El artículo «Implantación y uso de la telemedicina en la asistencia sanitaria del brote de viruela símica en el Área de Salud de Ibiza y Formentera», publicado recientemente en su revista1, aborda el tema relevante y pertinente de la integración de la telemedicina (TM) en la atención sanitaria.
Los avances en tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han convertido a la TM en una herramienta de uso extendido2, especialmente en situaciones críticas como las descritas1. Pero la generalización es peligrosa.
Las autoras detallan su uso en un proceso concreto —brote de viruela símica—, de específicas características, limitada en el tiempo y espacio, Ibiza y Formentera1. Un territorio aislado geográficamente facilita un mayor control de enfermedades infecciosas. Además, es probable que la gestión del brote con la TM en otro territorio no hubiera presentado resultados tan positivos1.
Asimismo, cabe destacar la disponibilidad absoluta de la médica de familia a cargo del estudio: la misma facultativa fue la responsable clínica de todos los casos (79), garantizando una atención coherente y coordinada para todos ellos. Fue excusada de todas sus responsabilidades y pudo centrar todos sus esfuerzos y recursos en este programa, maximizando la eficacia de la TM en la gestión del brote1.
La edad media de los pacientes era de 37,1 años, un segmento de la población adaptado a las técnicas de información y comunicación, no extrapolable a toda la población.
Por ejemplo, durante la pandemia por COVID-193, la media de edad de los pacientes infectados era mucho más elevada, por lo que habría sido cuestionable el éxito de un programa similar dadas las dificultades que presentan las personas de mayor edad, muchas de ellas no habituadas al uso de las nuevas tecnologías.
La posición socioeconómica del paciente también determina el acceso a las TIC: no toda la población tiene recursos para acceder a terminales móviles, ni la formación adecuada para usarlos en programas más elaborados1. Se debe valorar la accesibilidad de los pacientes con discapacidades o dificultades auditivas, que dificulta un seguimiento continuo de su atención médica por dificultad de accesibilidad a sistemas telemáticos.
Es recomendable continuar explorando el uso de la TM como herramienta para mejorar la calidad y accesibilidad de la atención sanitaria2 haciendo énfasis en la conveniencia de adaptarla a las peculiaridades de los diversos colectivos y en circunstancias, como se plantea en el estudio, de excepcionalidad y episódicas.
La aceptación de forma extensa de la TM y su forma de proceder3 puede establecer peligrosas formas de actuación sin el acceso al paciente, exploración física completa, monitorización y constantes vitales. Elementos que ya se obvian en exceso aún en presencia del paciente.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflicto de interesesLas autoras declaran no tener ningún conflicto de intereses.