La prevalencia de la diabetes mellitus (DM) aumenta con la edad, siendo la mayoría de los pacientes mayores de 64 años, por ello es muy importante conocer las características clínicas y fisiopatológicas diferenciales de la DM en este grupo de edad1. En este sentido nos ha interesado mucho el excelente artículo publicado recientemente en su revista basándose en los resultados de la cohorte Leganés2. Nos gustaría complementar sus datos con los de la cohorte Octabaix, también del área mediterránea, de personas muy mayores, de la comunidad, incluidas en el estudio Octabaix, en que el diagnóstico de diabetes se hizo por historia y se complementó por analitíca3.
El estudio Octabaix es un estudio de cohortes prospectivo descrito previamente3,4 en el que se evaluaban 328 habitantes en el año en que cumplían 85 años. Se trataba de 202 mujeres (61,6%) y 126 varones (38,4%). La mayoría eran viudos (53%), seguidos por los casados (40,8%) y los solteros (6,2%). El 30,5% de los pacientes incluidos vivía solo. Respecto a las actividades básicas, la media del índice de Barthel era de 87,7±19,1 y para las instrumentales la del índice de Lawton y Brody de 5,3±2,5 y con respecto a la cognición la media del MEC era de 26,7±6,8. Ochenta y cinco (25,9%) participantes tenían DM. Esta había sido previamente diagnosticada en 79 de ellos, mientras que se diagnosticó de nuevo en los 6 restantes (7,1%). La duración media de la DM fue de 5,8 años, con 62 (72,9%) participantes con menos de 10 años desde el diagnóstico de la misma. La mediana de HbA1c fue del 6,4%. Sesenta y ocho habitantes tomaban agentes antidiabéticos orales, 45,9% de estos tomaron metformina y 20,0% sulfonilureas. En el grupo con DM, el 21,2% recibían tratamiento con insulina y el 16,6% en tratamiento dietético. La regresión logística mostró una asociación entre DM y el índice de Barthel (odds ratio [OR]=1,03), el índice de Braden puntuación de riesgo (OR=0,87), la enfermedad del tiroides (OR=0,23), la prescripción farmacológica crónica (OR=1,28), el recuento de leucocitos, el colesterol LDC (OR=0,63) y los valores de ácido fólico (OR=1,04).
Además de la asociación transversal con un peor estado funcional y aunque no se halló asociación entre DM y cognición en la valoración inicial, resaltar que la DM si fue un predictor independiente de nuevo deterioro cognitivo a los 2 años de seguimiento5. Con respecto a la mortalidad en un estudio de la cohorte Octabaix a 3 años de seguimiento, no se asoció en el análisis multivariable el diagnóstico de DM con una mayor mortalidad6. En el momento de comparar los resultados con respecto al estudio de Leganés2, recordar que en este la mortalidad a medio (6 años) y largo plazo (18 años) fue mayor en diabéticos con más de 9 años de historia de la misma, y precisamente en nuestro estudio solo en aproximadamente uno de cada 4 individuos se daba esta situación y que además el período de seguimiento fue mucho menor, pudiendo explicar ambas características las diferencias reportadas.
Es evidente que en las personas muy mayores, la DM es muy frecuente, con una importante morbilidad asociada que aconseja un enfoque multidisciplinar para gestionar correctamente su complejidad1. Será por ello recomendable que a cualquier persona mayor con DM2 se le realice una valoración geriátrica global que debe incluir como mínimo información sobre capacidad funcional previa, evaluación del nivel cognitivo, y una mínima valoración social en que se identifique el cuidador principal y siempre complementada con una exploración del estado nutricional.