Entre los distintos métodos evaluativos, en los últimos años se ha desarrollado el concepto de portafolio como método que permite observar y analizar lo que realmente hacemos en nuestra práctica diaria. La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) define el portafolio como un sistema de evaluación que consiste en una recopilación de documentos en diferentes tipos de formato, producto de la práctica clínica real, en los que el profesional demuestra que ha adquirido un determinado nivel de competencias1. El modo en que plantea su desarrollo nos parece un poco encorsetado y rígido, y pensamos que podría ser algo más dinámico (incluso divertido), a la vez que provechoso.
Mantener una bitácora digital, o blog, podría usarse como parte del portafolio digital, ya que fomenta el aprendizaje y la autorreflexión sobre la práctica clínica diaria, permite el almacenamiento de documentos que muestran nuestro desarrollo durante la residencia y supone un registro continuo de nuestro aprendizaje. Es versátil porque soporta distintos formatos, desde presentaciones, videograbaciones, archivos de imagen, encuestas, enlaces a información relevante y documentos de texto. Esto posibilita que las entradas publicadas tengan una variedad temática amplia: casos clínicos, imágenes, comentarios de artículos, sesiones clínicas, revisiones de una enfermedad, recursos que encontramos en la web de utilidad en la consulta, reflexiones sobre nuestra práctica clínica, comentarios sobre temas de actualidad, etc. Es flexible y permite una actualización y una modificación constantes. También es importante señalar que el acceso a éste es sencillo y se puede realizar casi desde cualquier parte y en cualquier momento, sólo se necesita un ordenador y una conexión a internet. Incluso se puede utilizar de herramienta de ayuda en consulta, ya que en éste podemos almacenar documentos de información para pacientes, guías clínicas y otros recursos como enlaces a páginas web útiles en nuestro trabajo. Bajo nuestro punto de vista, la utilidad es enorme y su potencial está aún por explotar.
Se trata de una herramienta gratuita que, aunque actualmente no tiene acreditación formativa oficial por sociedad científica alguna, podría tenerse en cuenta por su eficiencia en nuestro currículo profesional.
Además, la escritura regular en un blog es una muestra de la dedicación que pone un profesional a su formación y evidencia el grado de implicación por mejorar.
Pero la ventaja fundamental que encontramos en este formato viene dada por la ruptura del aislamiento en nuestra formación. Al permitir el acceso público a éste, ponemos nuestra experiencia personal a disposición de otros profesionales y de pacientes. Todos ellos pueden realizar comentarios y críticas a nuestros escritos, de manera que nos aportan diversos puntos de vista y opiniones que nos ayudan a moldear nuestra forma de actuar en la práctica clínica. A su vez, otros profesionales nos ofrecen sus experiencias a través de sus blogs y con sus trabajos nos ayudan en el aprendizaje. Se establece un sistema de feedback continuo entre diversos autores y se favorece, por tanto, el intercambio de opiniones y la información entre profesionales.
Creemos, por estos motivos, que mantener activo un blogfolio puede cumplir un triple objetivo: formativo, evaluativo y docente.
En los últimos años están proliferando blogs mantenidos por profesionales sanitarios y una gran parte por médicos de familia, que son un buen ejemplo de lo que puede ser un blogfolio digital en Atención Primaria:
- 1)
Sinestesia digital: URL: http://sinestesiadigital.blogspot.com, mantenido por Antonio Ruiz y Roberto Calvache.
- 2)
El supositorio: URL: http://vicentebaos.blogspot.com, mantenido por Vicente Baos.
- 3)
Cocido madrileño con gofio: URL: http://gofiococido.blogspot.com, mantenido por Julio Bonis.
- 4)
Medicine Wars: URL: http://medicinewars.wordpress.com.