Con sorpresa hemos visto como en una breve carta al editor en la revista Atención Primaria Hugo González Aguilar1 critica uno de nuestros trabajos2 al ponerlo como ejemplo del error de acentuar el artículo «el». Evidentemente estamos de acuerdo en que el artículo «el» no lleva acento. No consideramos que sea un tema conflictivo, ni motivo de dudas o de errores frecuentes. Tampoco hay ninguna modificación al respecto tras los cambios normativos de la Real Academia Española (RAE) de 2010. Tras buscar la susodicha equivocación en nuestro artículo no hemos sabido encontrarla. Nuestra publicación contiene únicamente 2 «él» acentuados. Concretamente las 2 ocasiones en que se utiliza son: 1) «Para poder realizar un ensayo clínico, los investigadores tienen la obligación, legal y ética, de obtener el consentimiento informado de los pacientes. Con él, se pretende garantizar el respeto del principio de autonomía del paciente…» y 2) «De 11 hojas de consentimiento informado, de distintos ensayos clínicos, entregadas por los 71 pacientes participantes, únicamente una hacía referencia al médico de familia y recomendaba al paciente consultar con él, si lo deseaba, antes de decidir su participación en el ensayo clínico». En ambos casos «él» corresponde a un pronombre personal que se acentúa por normativa. Así que invitamos a Hugo González a que nos indique dónde encontró algún artículo «él» tildado en nuestro trabajo, tal y como cita.
Aprovechamos la ocasión para expresar también nuestro apoyo a todos aquellos profesionales que luchan por conseguir un lenguaje médico, correcto, coherente, preciso y claro3–5. Aun así, y con todo el respeto hacia las normas gramaticales y su actualización, y pese a estar convencidos de la relevancia de utilizar correctamente el lenguaje, confiamos en que el interés de nuestros trabajos se centre en el futuro, preferentemente, en el debate sobre aspectos científicos.