Objetivo. Conocer las diversas fuentes de la literatura médica u otros recursos de profesionales de atención primaria para basar las decisiones médicas.
Diseño. Se trata de un estudio transversal, tipo encuesta, en el que se estudió una muestra de médicos de familia pertenecientes a la Sociedad de Residentes y Especialistas en Medicina Familiar, durante junio de 2006.
Emplazamiento. México.
Participantes. La encuesta se aplicó, durante una de las reuniones mensuales de educación médica continuada, a todos los asistentes, previa explicación de estudio y autorización verbal de la aplicación de la encuesta.
Mediciones principales. Se evaluaron las características demográficas, datos sobre su práctica médica, especialidad, lugar de trabajo etc. Las fuentes de información médica a la que generalmente los profesionales recurren ante la duda diagnóstica o de tratamiento. Se valora también el acceso a medios electrónicos de información. El plan de análisis contempla el uso de porcentajes y frecuencias y como estadística inferencial se usó la prueba de la χ2 para variables categóricas con p < 0,05.
Resultados. Del total de médicos de familia encuestados se estudió sólo a 55 (6 excluidos); de ellos el 45,5% eran varones y el 54,5%, mujeres. Promedio de edad, 44,2 ± 9 años. Los resultados aparecen en la tabla 1.
Lo más frecuente es que se utilice más de una base de datos. Aisladamente la de mayor frecuencia es MEDLINE con el 23,4%, seguida de PubMed con el 8,5%. Más de la mitad de los médicos de familia tienen una suscripción al menos a una revista en papel, y un tercio de ellos afirmó utilizar la medicina basada en evidencia (MBE) en su práctica clínica.
Discusión y conclusiones. Se ha informado que un porcentaje importante de médicos de familia se apoya en sus colegas como fuente de consulta1. En este estudio, el dato coincide con el estudio de Dawes et al2 que refieren que un 40% de los médicos consulta a colegas. Casi la mitad de los entrevistados buscan información médica en material escrito (libros y/o revistas). Sin embargo, es algo digno de llamar la atención ya que, sobre todo, los libros de texto acusan obsolescencia hasta de 10 años3,4.
Sólo un tercio de los médicos de familia dicen usar la MBE en respuesta a la pregunta directa, corroborado por la afirmación de usar la consulta de internet en el momento mismo de estar con el paciente. Este porcentaje concuerda con el estudio de McColl et al5.
En nuestro medio la adopción de guías clínicas puede constituir una alternativa viable para mantenerse actualizado, mientras se generaliza el adiestramiento de los médicos de familia en la técnica de MBE.
En la era de la MBE, un porcentaje considerable de médicos de familia siguen usando el libro de texto y la consulta al colega como recurso de información para decisiones médicas en cuanto a diagnóstico y tratamiento, y un tercio de ellos afirmaron utilizar la medicina basada en evidencia en su práctica clínica. MEDLINE fue la base de datos más frecuentemente utilizada.