(p < 0,05). En el grupo B (n = 1.758), la actitud a favor de la donación fue del 65% (p < 0,05, respecto al grupo A). El 62% (n = 1.083) recibió una información favorable, con una actitud a favor del 74%. El resto (38%; n = 675) había recibido también información desfavorable, por lo que su actitud favorable disminuyó hasta el 51% (p < 0,05). Conclusiones. Se transmite poca información sobre donación desde AP. Sin embargo, cuando se realiza, tiene un impacto muy positivo si es favorable y muy negativo si es desfavorable.
Introducción
La opinión general de la población española sobre la donación de órganos es positiva. Sin embargo, esta actitud inicial tan favorable sólo supone, en momentos clave de la petición de donación de órganos, el 77% de los donantes posibles1,2. Para disminuir este desfase es preciso actuar sobre la sociedad proporcionando una adecuada información que facilite un estado sólido de opinión favorable a la donación.
La atención primaria (AP) es el primer nivel de contacto de la población con el sistema sanitario. Por ello, algunos autores3-5 subrayan que este acceso de AP a la población general puede constituir una buena vía de promoción de la donación de órganos. Sin embargo, hasta el momento no se ha demostrado que la información transmitida por los profesionales sanitarios sobre la donación y trasplante de órganos (DTO) tenga un mayor efecto positivo en la opinión sobre dicho tema que la difundida por otras fuentes, aunque se están aportando indicios a favor6,7.
Nuestro objetivo es valorar la influencia de la información sobre la DTO generada desde AP en la actitud y la opinión respecto a ella.
Material y métodos
Diseño del estudio
Se obtuvo una muestra de 2.000 personas, aleatoria y estratificada por edad, sexo y localización geográfica, de la población >=15 años de la Región de Murcia. La muestra fue diseñada informáticamente mediante el procedimiento de estratificación por conglomerados y se incluyó como puntos de muestreo a los 45 municipios pertenecientes a nuestra comunidad. La selección de las unidades primarias (municipios) se realizó de forma aleatoria proporcional a la población de cada estrato. Las unidades secundarias (poblaciones) se eligieron de forma aleatoria simple. Las unidades últimas (individuos) se seleccionaron según cuotas de edad y sexo. El error muestral para un nivel de confianza del 95% se estimó en un ± 2,2 para el conjunto de la muestra. A la muestra seleccionada se le aplicó un cuestionario sobre la DTO8 (anexo 1). Dicha encuesta fue realizada por personal de la Coordinación Regional de Trasplantes mediante entrevista personal.
Criterios de exclusión
Del total de encuestados, se excluyó a 113 por cumplir alguno de los siguientes requisitos: a) no haber recibido información sobre la DTO, y b) a pesar de haber recibido información sobre la donación, no aclarar la fuente de transmisión por la que les llegó.
Grupos de estudio
Los encuestados seleccionados fueron divididos en 2 grupos según la fuente de información:
Grupo A: grupo poblacional que había recibido información sobre la donación de órganos por los profesionales de AP. Se diferencian 2 subgrupos según la información recibida desde AP fuera favorable o contraria a la donación de órganos.
Grupo B: grupo poblacional que había recibido información sobre la donación de fuentes distintas a los profesionales de AP. Se diferencian 2 subgrupos según la información recibida fuera favorable o contraria a la donación.
Variables analizadas
Se analizó la actitud hacia la DTO global y en cada uno de los subgrupos. Las variables analizadas fueron la edad, el sexo, el nivel de estudios, la situación laboral, el municipio de residencia, la sensibilización previa sobre la DTO, el conocimiento del concepto de muerte cerebral, la opinión de la pareja, la actitud hacia la donación de sangre, la realización de actividades prosociales, la actitud hacia el cuerpo y la confianza en el medio sanitario. En el grupo A se analizó, además, si la información sobre donación fue demandada por el paciente al acudir a la consulta.
Análisis estadístico
Se han utilizado técnicas estadísticas descriptivas, el test de la *2 para el análisis de las tablas de contingencia, el test de la t de Student para la comparación de las medias y un análisis de regresión logística múltiple. Se consideraron estadísticamente significativos los valores de p < 0,05.
Resultados
En el global de la muestra (n = 1.887), la actitud hacia la donación de órganos fue favorable en el 67% (n = 1.264). En 129 casos (7%) la información sobre donación procedía de profesionales sanitarios de AP y en el resto (n = 1.758; 93%) de otras fuentes de información.
Grupo A: información por profesionales de AP
De los 129 encuestados de este grupo, el 89% (n = 115) estaba a favor de la donación.
En 120 casos (93%) la información recibida sobre la donación fue favorable; de éstos, el 93% (n = 111) tenía una actitud favorable hacia la donación. De los 120 sujetos informados positivamente, 19 (6%) habían demandado la información sobre la donación, de los cuales el 95% (n = 18) estaba a favor de ésta. En los 101 sujetos restantes (84%), la iniciativa de la información partió del profesional; de ellos, el 92% (n = 93) tenía una actitud favorable hacia la donación.
Los 9 encuestados restantes (7%) recibieron una información desfavorable sobre la donación desde AP, de los cuales sólo el 44% (n = 4) presentaba una opinión favorable, porcentaje inferior al de los que fueron informados favorablemente (p < 0,05).
Grupo B: información por otras fuentes informativas
En este grupo, las principales fuentes de información fueron los medios audiovisuales (tabla 1). En los 1.758 encuestados de este grupo, la actitud favorable hacia la donación desciende hasta el 65% (n = 1.149) (p < 0,05 respecto al grupo A).
Un total de 1.083 encuestados (62%) había recibido información favorable sobre la donación y los 675 restantes (38%), desfavorable. Entre los primeros, el 74% (n = 805) presentaba una opinión favorable hacia el tema, mientras que entre los segundos, ésta sólo era propicia en el 51%
(n = 344) (p < 0,05).
Análisis global de la muestra
En el análisis bivariable (tabla 2), las variables que influyeron a favor de la donación fueron la edad, el nivel de estudios, la situación laboral, el municipio de residencia, la sensibilización previa sobre la donación y/o el trasplante, la opinión de la pareja respecto a la donación de órganos, ser donante de sangre, la realización de actividades prosociales, la actitud hacia la manipulación del cadáver, y la fuente y el tipo de información transmitida sobre la DTO.
En el análisis multivariable persistían como variables independientes a favor de la DTO la edad < 40 años (odds ratio [OR] = 1,8), el nivel de estudios secundarios-superiores (OR = 1,7), la actitud favorable hacia la donación de sangre (OR = 2,4), la sensibilización o experiencia previa hacia la DTO (OR = 6,5), la actitud favorable hacia la manipulación del cadáver (OR = 2,3) y la fuente y el tipo de información recibida (tabla 3). La información desfavorable sobre la DTO transmitida desde AP es la que tiene un impacto más negativo en la actitud hacia la donación. Por otra parte, cuando la información por profesionales de AP es favorable, el impacto en la actitud poblacional es mucho más potente que cuando ésta se obtiene de otras fuentes de información (OR = 12,1 frente a OR = 3,6).
Discusión
El proceso de la obtención de órganos conlleva la participación de numerosos profesionales, tanto del ámbito hospitalario como del extrahospitalario9. Por ello, es preciso que todo el personal sanitario entienda que un paciente en situación de muerte cerebral cuyos órganos y tejidos funcionan es esencialmente diferente de un ser humano vivo y que, por tanto, es imposible infringir ningún daño al potencial donante, sean cuales sean nuestras acciones.
Las actitudes positivas o negativas sobre la donación y los trasplantes entre las enfermeras, los médicos y otros profesionales sanitarios influyen de forma clara y contundente en las familias que pasan por la terrible experiencia de la muerte súbita en su entorno y que tienen que decidir sin demora, en esos tristes momentos, acerca de la donación de órganos. Por ello, es preciso no olvidar las actuaciones hospitalarias dirigidas a la concienciación sobre la donación y los trasplantes. Igual que sucede con el público en general, la información rigurosa y actualizada sobre el tema mejorará la actitud hacia la donación de los profesionales sanitarios10-14.
La AP ofrece una serie de ventajas en cuanto a la promoción de la DTO, como el acceso a la práctica totalidad de la población y la posibilidad de intercorrelacionar datos con el interlocutor. De esta forma se observa en nuestro estudio una clara mejoría de la actitud hacia la donación entre la población que ha sido informada sobre este tema por profesionales sanitarios de AP (89%) frente a la que ha recibido la información de otras fuentes (65%). Cuando se difunde información negativa sobre la DTO desde la AP, el impacto poblacional es mucho mayor que cuando se transmite desde otros medios, pues en temas de salud, los profesionales sanitarios tienen un gran impacto social. En este sentido, observamos que la actitud poblacional es más negativa que en ningún otro subgrupo. Además, esta negativa hacia la donación será más difícil de revertir, pues está basada en la información de un profesional sanitario. Sin embargo, en la AP también hay inconvenientes que dificultan la introducción de la promoción de la DTO como una actividad más en su labor diaria, como la masificación y el hecho de que con frecuencia suele haber otros programas de promoción de la salud por desarrollar en varios centros4,5. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la AP con frecuencia considera el trasplante de órganos como un proceso hospitalario y de la atención especializada, ajeno a la labor cotidiana. Así, los pacientes que esperan este tratamiento generalmente son atendidos por especialistas ajenos a la AP: los nefrópatas por los servicios de nefrología o las unidades de diálisis, los cirróticos por internistas y/o digestólogos, etc.
Bidigare et al6 realizaron un estudio en AP y observaron que la relación médico de familia-paciente es una excelente oportunidad para incrementar la educación hacia la DTO entre la población, de forma que con una intervención breve que no altera el ritmo de la consulta se puede mejorar la actitud hacia ella. Coolican et al7 estudiaron el impacto de estos profesionales sanitarios en la educación sobre la DTO y determinaron que el 69% nunca había discutido o planteado este tema durante la consulta y sólo el 5% tenía información específica sobre la donación.
Hay que recordar que los profesionales sanitarios estamos obligados a promover la salud en general, y el trasplante es la única posibilidad de salud para muchos de nuestros pacientes. Por ello, estamos «obligados» a promover y favorecer la DTO porque con ello beneficiamos a la salud15,16. Así, los encuestados que reciben la información de la AP presentan una actitud hacia la donación mucho más favorable que los que la obtienen de otras fuentes de información. Por desgracia, los profesionales de la salud a veces no están de acuerdo con la donación de órganos y, por tanto, su mensaje o la actitud percibida por los pacientes o potenciales donantes hacia la donación o la de sus familiares puede ser no favorable7,17-19. Nuestros datos muestran que la información negativa sobre la donación proporcionada por profesionales de la AP tiene un impacto muy negativo en la actitud hacia la DTO.
En este sentido, se han desarrollado algunas iniciativas, entre las que destaca el programa EDHEP (European Donor Hospital Education Program) realizado entre profesionales sanitarios para conseguir mejorar la actitud y el conocimiento hacia la donación de órganos, el cual ha tenido un impacto beneficioso20.
En la actualidad, el índice de donación y de negativas familiares en España se ha estabilizado. Se hacen necesarias nuevas vías de actuación poblacional para mejorar estos índices. Posiblemente, la AP sea la pieza clave para conseguir superar este «techo» al que ha llegado la donación en nuestro país. Nuestros datos aportan una nueva evidencia de que esto puede ser así. Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunos profesionales sanitarios de AP tienen una actitud negativa hacia el tema e imparten unos mensajes contrarios a la donación que tienen un impacto desfavorable en la actitud de la población. Por ello, deben realizarse campañas de formación e información entre el personal de AP. Sin embargo, será preciso realizar primero estudios de campo para determinar sobre qué centros es preciso actuar, dado que, como hemos señalado, generan información negativa sobre el tema.