Objetivo. Determinar la cuantía de utilización no indicada o dudosamente indicada de tiras de glucemia capilar en un área de salud, así como su impacto económico.
Diseño. Se realizó un estudio observacional, descriptivo, transversal.
Emplazamiento. Un área de Salud urbana de Madrid (Área 2) durante el año 2000.
Participantes. Se tomó una muestra estratificada de 175 pacientes extraídos de la base de datos de pacientes diabéticos con suministro de tiras reactivas de glucosa en cada centro.
Mediciones principales. Tipo de tratamiento. Número de tiras consumidas en el año 2000. Se definió la variable «utilización indicada». Para definirla se realizó una revisión bibliográfica1-4. Se encontraron evidencias del impacto en la salud del uso de autoanálisis en pacientes en tratamiento con insulina. No se encontraron evidencias del impacto en la salud del uso de tiras en pacientes en tratamiento con antidiabéticos orales (ADO) o dieta.
Resultados. Los resultados de las variables principales se muestran en la tabla 1. El 65% de los pacientes que recibían tiras tenía una «utilización dudosamente indicada» (estaban en tratamiento con antidiabéticos orales o con dieta), consumieron más de una tira diaria y supusieron el 49% del consumo total de tiras.
Discusión. Podría interpretarse que la prescripción de tiras se realiza no tanto sobre la base de estudios controlados y aleatorizados, sino en función de recomendaciones de consensos. No obstante, en el presente trabajo se encontró que los pacientes en tratamiento con dieta o ADO consumieron una media de más de 1 tira diaria, utilización que está por encima de las recomendaciones más intervencionistas en este tipo de pacientes y en los consensos más conocidos5,6. Este dato sugiere una probable sobreutilización de las tiras de glucemia capilar en los pacientes con tratamiento dietético u oral. El impacto económico directo en el Área en la que se realizó el estudio, con un consumo anual en torno a los 662.500 e en tiras reactivas de glucemia capilar (fuente: INSALUD), supuso un gasto con utilidad cuestionable de al menos 324.625 e en el año 2000. Parece razonable sugerir intervenciones dirigidas a racionalizar la utilización de tiras (sobre todo basándose en estudios controlados y aleatorizados), lo que evitarían molestias innecesarias a una proporción importante de pacientes y un gasto evitable considerable. Como conclusión, según los resultados del estudio, el 49% de las tiras consumidas estaría dudosamente indicado (en ADO y dieta, ya que no se han encontrado estudios que demuestren su utilidad). El coste de esta utilización dudosamente indicada es de, al menos, 324.625 e (54 millones de pesetas) en el año 2000 en un área de salud.
Agradecimientos
A la Gerencia del Área 2 por autorizar este estudio y a los profesionales del Área por su colaboración.