Sr. Director: En su reciente artículo: «El consejo para dejar de fumar: por qué, cuándo y cómo debemos darlo a nuestros pacientes», Olano Espinosa et al1 establecen que este consejo debe ser motivador y personalizado, informando a los pacientes de los beneficios que comporta el abandono del tabaco y los riesgos que entraña su consumo. En ciertas circunstancias clínicas esta explicación puede resultar extremadamente compleja.
Hace más de 25 años que el tabaco se relacionó de forma inversamente proporcional como factor epidemiológico en el desarrollo de colitis ulcerosa. Recientemente, un estudio multicéntrico realizado con pacientes judíos de Israel señaló el papel protector del tabaco en esta afección2. Así, la comparación de los hábitos tabáquicos de los pacientes y los controles mostró que la proporción de pacientes fumadores con colitis ulcerosa (12,4%) era menor que la de sus controles (26,4%), mientras que la proporción de ex fumadores con esta afección (29,7%) era mayor comparada con sus controles (19,5%); estas diferencias fueron estadísticamente significativas.
Cierto es que el efecto nocivo del tabaco resultó ser evidente en el desarrollo de complicaciones extraintestinales (espondiloartropatía seronegativa y dermatológicas) en pacientes con colitis ulcerosa fumadores durante el curso de la enfermedad intestinal3.
De un modo similar, en dos estudios prospectivos se demostró que el riesgo de sufrir la enfermedad de Parkinson era un 60% menor en fumadores y que el riesgo decrecía más cuanto mayor era la cantidad de tabaco consumida4. En ese mismo estudio, se observó que los ex fumadores tenían un riesgo disminuido de padecer la enfermedad, si bien el aparente beneficio del tabaco desaparecía a medida que aumentaba el tiempo transcurrido desde el abandono. Debo decir que el efecto nocivo del tabaco resultaba evidente en los anteriores trabajos, ya que tanto los fumadores como los ex fumadores tenían un riesgo relativo de muerte aumentado para su edad cuando se comparaban con los no fumadores.
La controversia está servida. ¿Qué debemos hacer en aquellos pacientes con colitis ulcerosa en los que persistan los síntomas a pesar del tratamiento habitual, pero mejoran cuando fuman? Primun non nocere5.
Es evidente el efecto nocivo del tabaco a todos los niveles, y su implicación en el desarrollo de cáncer, enfermedades cardiocirculatorias y respiratorias. Debemos ofrecer al fumador la mejor información científica disponible haciéndole partícipe de su proceso patológico6.