Últimamente en la literatura médica se refleja la asociación entre la periodontitis y las complicaciones obstétricas. Entre ellas figuran principalmente: el bajo peso de los recién nacidos (<2.500g), los partos prematuros (<37 semanas), el aborto involuntario, la muerte fetal y la preeclampsia (comúnmente definida como hipertensión materna y proteinuria después de la 20.ª semana de gestación)1.
En el campo de la periodoncia la gingivitis gravídica fue recogida por Armitage2 como un tipo de enfermedad gingival modificada por factores sistémicos, específicamente endocrinos. Esta enfermedad se asocia a unos factores etiológicos entre ellos: cambios vasculares, influencia hormonal sobre células del periodonto, cambios en el sistema inmunitario y cambios en el biofilm. Otros factores asociados son los conocidos como modificadores, entre ellos se encuentran: el control de la placa bacteriana y la influencia de gradientes socioeducacionales.
Si atendemos a la relación entre las complicaciones obstétricas y la enfermedad gingival se ha descrito una posible plausibilidad biológica. Se han descrito 3 posibles vías etiológicas: diseminación hematógena de productos inflamatorios de la infección periodontal, respuesta inmune fetomaternal a los patógenos orales, o directamente de bacteriemia resultante de la infección oral1.
Aún no se ha logrado un consenso en si esta asociación es completamente consistente pero la mayor parte de la literatura apunta a ello. Existen una serie de problemas que hacen que la evidencia sea limitada. Entre estos destacan: los sesgos de características de los pacientes como variaciones socioeconómicas, biológicas y ambientales3 y por otro lado la divergencia de criterios usados en el estudio periodontal4. Se hace completamente necesaria la elaboración de más estudios epidemiológicos teniendo en consideración estos sesgos para poder obtener mayores evidencias.
Actualmente se cree que la enfermedad periodontal durante el embarazo es «un factor de riesgo emergente» de complicaciones obstétricas. Según distintos metaanálisis se considera que el tratamiento periodontal durante el embarazo no va a reducir las complicaciones obstétricas, específicamente la evidencia es mayor en cuanto al parto prematuro. Aún así en los protocolos actuales la identificación y el tratamiento de la enfermedad periodontal forma parte de las pautas de tratamiento adecuadas en el periodo prenatal para poder reducir la incidencia de estos acontecimientos indeseados5.
Un dato muy a tener en cuenta en esta ecuación es la diabetes. Esta enfermedad fue demostrada como altamente relacionada con la presencia de problemas en el periodonto6. También es bien conocido el fenómeno de la diabetes gestacional. La existencia de esta enfermedad durante el embarazo ha sido asociada a la presencia de macrosomía fetal y al aumento en la tasa de cesáreas. Debido a estas evidencias los ginecólogos realizan un cribado con la prueba de O'Sullivan para poder descartar este estado. Se han producido múltiples cambios en los criterios diagnósticos de esta enfermedad. Quizás aún no se encontraron criterios adecuados para poder satisfacer las necesidades de la salud pública.
Fruto de toda esta información creemos necesarios reforzar los vínculos entre los profesionales de nuestro medio en el ámbito de la odontología y la obstetricia. Para poder elaborar planes prenatales conjuntos cuyo enfoque principal sea la detención de esta enfermedad y su tratamiento. También estaría indicado crear unos criterios simples para justificar una interconsulta por parte de los obstetras a los odontólogos, estos últimos de forma rápida pueden valorar si estaría indicado este tratamiento por medio de índices periodontales reducidos como el CPITN.
A la vista de estas evidencias se ha de optar por un enfoque multidisciplinar de manera coordinada. Pues al centrar la vista en algunos puntos podemos perder perspectiva del conjunto. El objetivo final siempre ha de ser el bienestar de la progenitora y de su futuro hijo.