Sr. Director: Hemos leído con atención la carta de Aguilar Franco y desearíamos hacer alguna observación. En efecto, como ya señalamos en nuestro artículo, en presencia de déficit neurológico se debe iniciar el tratamiento por vía parenteral con el fin de no demorar la corrección del déficit1. No obstante, una vez corregido éste, y en el resto de los casos de deficiencia de B12 salvo situaciones muy excepcionales, es factible realizar el tratamiento por vía oral, evitando las incomodidades, los riesgos y los costes de los tratamientos parenterales. La vía subcutánea que propone Aguilar Franco puede ser, sin duda, una buena opción en el tratamiento de la deficiencia de vitamina B12, si bien creemos que también adolece de inconvenientes propios de la administración parenteral, por lo que debería ser una alternativa más para los raros casos en que, por alguna razón, no sea posible la terapia por vía oral, que es por ahora la vía preferida para el tratamiento farmacológico, siempre que es posible (y adecuado).
En nuestra experiencia, ni las altas dosis (llamamos altas dosis a 1 mg) son incómodas de tomar para nuestros pacientes, ni ha habido problema alguno para la preparación de la fórmula magistral en las farmacias. La posología, una cápsula diaria, es fácil de cumplir. Tampoco hemos encontrado ningún abandono de tratamiento; antes bien, los pacientes acogen con alivio la suspensión de los pinchazos y sus valores de vitamina de B12, después de un tiempo de seguimiento que hasta la fecha alcanza ya los 20 meses, se mantienen rigurosamente normales2, en consonancia con los resultados de otros estudios recientes3.