Sres. Directores: En relación a la carta al director de J.M. Sierra, queremos agradecer en primer lugar la favorable acogida de nuestro artículo «Relación entre percepción familiar y consumo de alcohol»1.
Al igual que ustedes, corroboramos la dificultad del tema y la necesidad de establecer puntos de unificación en atención primaria. Desde nuestra perspectiva, dentro de la atención primaria, sería necesario la realización de los siguientes puntos:
Motivación del profesional sanitario en el tema de consumo de alcohol, que permita un cambio en sus actitudes y habilidades a la hora de enfrentarse a este tipo de problema. La APS es el nivel sanitario que presenta la situación estratégica, accesibilidad a la población y continuidad en la atención que hacen posible la detección oportunista de bebedores que no han llegado a desarrollar dependencia2.
Cumplimentación en todas las historias clínicas del consumo personal de alcohol y la realización del cuestionario CAGE, que permita seleccionar a la población sospechosa de alcoholismo3.
Educación sanitaria para todos: comentando a nuestros pacientes los niveles de consumo seguros de alcohol y patrones de consumo. Todas las personas consumidoras o no de alcohol deberían ser informadas de los riesgos para su salud que se derivan de éste. Los consumidores excesivos deberían ser animados a moderar los niveles de ingesta. El desarrollo de estas «intervenciones breves» podrían reducir cada año, a niveles moderados, el consumo excesivo de alcohol4,5.
Poder discernir, entre los consumidores, los posibles bebedores problema. Desde este punto de vista, se intentó establecer en nuestro trabajo si el consumidor excesivo, como paciente predispuesto, presentaba una percepción personal disfuncional de su familia. La familia, como todo ecosistema, altera su desarrollo psicosomático en niveles que hacen inevitables su catalogación tanto en la prevención como en la curación de enfermedades6. Al igual que ustedes, encontramos ausencia de esta relación. El consumidor excesivo no vislumbra motivo por el que su hábito enólico sea causa de problemas familiares. Quizás la solución radicaría en realizar el Apgar en los familiares directos, para conocer si el hábito de consumo excesivo de alcohol en un familiar genera en ellos causa de disfunción familiar.