Sres. Directores: Agradecemos las puntualizaciones acerca del Doppler, con las que estamos de acuerdo. En nuestra bibliografía1-5 se puede encontrar la misma información que tan amablemente nos proporcionan.
Cuando nosotras utilizamos la palabra eco antes de Doppler pretendemos utilizarla según su significado eco del griego éekho, sonido que vuelve, reflejo de ondas ultrasónicas6, porque, como es sabido, este tipo de Doppler debería denominarse, más correctamente, ultrasonografía Doppler7 y no solamente Doppler. Nosotras, de manera coloquial, y quizás no muy acertadamente, sustituimos ultrasonografía por eco como palabra, no como abreviatura de ecografía.
El problema surge, tal vez, al confundir esta técnica con otra mucho más especializada y no accesible a la atención primaria, denominada Ecografía-Doppler Dúplex, a la que, abreviadamente, algunos profesionales llaman Eco-Doppler.
Únicamente quisiéramos insistir en que no confundimos ninguna técnica, ya que, en todo momento, estamos empleando un ultrasonógrafo Doppler.
Respecto a la determinación de la presión sistólica braquial por auscultación, nos referimos a la auscultación utilizando la sonda del Doppler, porque, según nuestra bibliografía2,7, resulta más exacto. (Auscultación: acto de escuchar ruidos dentro del cuerpo con ayuda de un instrumento interpuesto entre el oído y la parte examinada o no.)6
Por último, según la bibliografía2,3,7, el índice t/b mayor de uno se considera normal, pero como decimos en el artículo es un apoyo para el diagnóstico. A pesar de ser una técnica sencilla, necesita entrenamiento, y en pacientes diabéticos y/o con arterias duras podemos encontrar unos falsos valores normales. Por esto, cuando el índice t/b se aproxime a la unidad, podría realizarse la prueba de esfuerzo de Strandness para completar mejor el diagnóstico. Nosotras no la hicimos, y por eso no la describimos. Animaríamos al Dr. Cimas a proseguir los estudios en este sentido.