Aunque los medicamentos constituyen uno de los grandes avances de la medicina moderna, su utilización no siempre implica la curación de una enfermedad, sino que en ocasiones su uso acarrea la aparición de efectos adversos. En 1990 Strand acuñó el término «drug-related problems», traducido al español como «problemas relacionados con los medicamentos» (PRM). El término comenzó a ser ampliamente utilizado en la literatura médica española, pero no siempre significando el mismo concepto, mezclado frecuentemente elementos del proceso del uso del medicamento (causas) con los resultados, situación que originó que se abriera un debate acerca de la idoneidad y significado de este término. Finalmente, en 2007, el III Consenso de Granada definió por un lado el término «resultados negativos asociados a la medicación» (RNM) para referirse a aquellos problemas de salud del paciente atribuibles al uso (o desuso) de los medicamentos que no cumplen con los objetivos terapéuticos y, por otro lado, el término PRM, empleado para referirse a aquellas situaciones en el proceso de uso de medicamentos que causan o pueden causar la aparición de un RNM, como por ejemplo administración errónea del medicamento, conservación inadecuada, contraindicación, características personales, dosis, pauta y/o duración no adecuada, duplicidad, errores en la dispensación, errores en la prescripción, incumplimiento, interacciones, etc.
Es preciso entender que garantizar el proceso de utilización de un medicamento no asegura que se alcancen unos resultados positivos en el paciente, y que no existe una relación directa entre el proceso de utilización de los medicamentos y sus resultados. Esto justifica que en la práctica clínica sea más prioritario la evaluación de los resultados en salud del paciente, que son los que verdaderamente determinan el grado de beneficio o daño del fármaco y, en consecuencia, la necesidad de avanzar en la evaluación de los RNM y en utilizar un término más específico del fenómeno que queremos estudiar, como es RNM, que se preste a la menor confusión posible. En la tabla 1 se muestra la clasificación de los RNM, utilizándose para medirlos una variable clínica que define el problema de salud (síntoma, signo, evento clínico, medición metabólica o fisiológica, muerte).
Clasificación de resultados negativos asociados a la medicación
Necesidad |
Problema de salud no tratado. El paciente sufre un problema de salud asociado a no recibir una medicación que necesita |
Efecto de medicamento innecesario. El paciente sufre un problema de salud asociado a recibir un medicamento que no necesita |
Efectividad |
Inefectividad no cuantitativa. El paciente sufre un problema de salud asociado a una inefectividad no cuantitativa de la medicación |
Inefectividad cuantitativa. El paciente sufre un problema de salud asociado a una inefectividad cuantitativa de la medicación |
Seguridad |
Inseguridad no cuantitativa. El paciente sufre un problema de salud asociado a una inseguridad no cuantitativa de un medicamento |
Inseguridad cuantitativa. El paciente sufre un problema de salud asociado a una inseguridad cuantitativa de un medicamento |
Elaborada por el Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica (Universidad de Granada) y Grupo de Investigación en Farmacología (Universidad de Granada), 2007.
Una vez aclarados estos conceptos, que en gran parte determinan la gran variabilidad en los estudios que analizan los RNM, es importante destacar que los RNM son un importante problema de salud pública, por la elevada prevalencia de morbimortalidad asociada con el uso de medicamentos y su consiguiente coste económico. Algunos estudios en EE.UU. ponen en evidencia que las RNM son entre la cuarta y la sexta causa de muerte hospitalaria y el coste anual de la morbimortalidad asociada a las RNM se ha estimado en más de 126 billones de dólares. Los ingresos hospitalarios relacionados con RNM suponen entre el 1,1 y el 28,2%, explicándose esta gran variabilidad por las diferencias existentes en la definición y clasificación de RNM, el ámbito, población de estudio, la metodología de recogida de datos, la forma de evaluación de los ingresos hospitalarios, etc. También las consultas a los servicios de urgencias relacionadas con RNM suponen en algunos estudios más del 35% de las consultas.
La importancia del estudios de Martínez Jiménez et al., con las limitaciones que los autores señalan y aun con su carácter local, radica en poner de manifiesto la gran prevalencia de RNM (26,5%) que son motivo de consulta en un servicio de urgencias de atención primaria que, aunque más leves, es similar a la de servicios de urgencias hospitalarios. Además, pone de manifiesto que aproximadamente el 77% de los RNM podrían haberse evitado, confirmando los resultados de otros estudios sobre los riesgos para la salud que ocasionan los RNM que podrían evitarse, reafirmándose en la necesidad de diseñar, desarrollar e implantar prácticas sanitarias efectivas dirigidas a fomentar el uso seguro de los medicamentos centradas en las poblaciones de riesgo y en el tipo de RNM identificados.
Como líneas de trabajo ante el importante problema de salud pública que los RNM suponen, sería importante trabajar en:
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El desarrollo de estudios de investigación sobre la detección y análisis de RNM y sus factores de riesgo utilizando una definición y clasificación unificada.
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Estudiar el papel de las nuevas tecnologías de la información y comunicación en la prevención de los RNM, el rol del farmacéutico de oficina de farmacia, etc., e implantar algunas medidas que ya han demostrado su eficacia como la prescripción electrónica asistida, la receta electrónica, etc.
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Implantar nuevas estrategias que favorezcan la utilización segura de los medicamentos que con más frecuencia se asocian a RNM, así como en los colectivos más vulnerables, como ancianos, pacientes con pluripatología, etc., y analizar cómo estas influyen en la incidencia de RNM.
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Los RNM son un importante problema de salud pública.
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La prevalencia de los RNM en los servicios de urgencias ambulatorios es similar a los servicios de urgencias hospitalarios.
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El 70-80% de los RNM podrían evitarse.
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Es preciso trabajar en la investigación, desarrollo e implantación de prácticas sanitarias efectivas dirigidas a fomentar el uso seguro de los medicamentos, como la prescripción electrónica asistida, la receta electrónica, etc.