Agradecemos el interés mostrado por los autores del artículo «Conjuntivitis en Atención Primaria: Posible manifestación clínica de COVID-19» en el cual hacen hincapié a la sospecha de banalización de esta clínica en la infección por SARS-CoV-2 en los momentos iniciales.
La infección por COVID-19 se caracteriza por una clínica polimorfa. La mayoría de los estudios se han llevado a cabo en pacientes que requirieron hospitalización, dando, por tanto, mayor importancia a los síntomas moderados-graves, principalmente la clínica respiratoria: disnea, fiebre, tos, etc.1
Los pacientes con clínica leve son manejados ambulatoriamente por sus médicos de familia. Inicialmente, en Atención Primaria nos encontrábamos ante un escenario de incertidumbre y escasez de pruebas diagnósticas, por lo que la pericia de muchos médicos de familia y el conocimiento y seguimiento de sus pacientes fue crucial a la hora de sospechar esta infección y las relaciones epidemiológicas, pudiendo así, en muchos casos, limitar la cadena de transmisión. Con esa intención en abril del 2020, recogimos una recortada serie de casos clínicos COVID-19 en un grupo de amigas de una pequeña localidad, presentando el caso índice escasa sintomatología, tan solo rinorrea2. El conocimiento de las costumbres y la relación de longitudinalidad con la paciente llevó a su doctora a estar sobrealerta y plantearse el diagnóstico en casos en los que en ese momento no se considerarían susceptibles de tener tal infección.
Tras un año de evolución de la pandemia, se han hallado otros síntomas asociados como son la ageusia, anosmia, alteraciones dermatológicas (eritema multiforme, exantemas vesiculosos, pulpitis palmo-plantar, urticaria aguda, entre otros), conjuntivitis, etc. Al inicio de la pandemia, en una situación de transmisión comunitaria, muchos de estos hallazgos podrían haberse considerado casuales y no causados por el virus SARS-CoV-2. De ahí, resaltar la importancia de la investigación en Atención Primaria, puesto que tenemos mayor acceso a la población, podemos abordar al paciente en estadios iniciales de la patología, siendo clave en este caso para limitar los contactos y pudiendo establecer relaciones de causalidad3. Adquiriendo especial relevancia en el diagnóstico precoz de la COVID-19 y limitando así los contactos y favoreciendo el pronóstico del paciente al seguirle desde etapas iniciales, evitando complicaciones4,5. Creemos necesario incentivar la investigación multidisciplinar entre Atención Primaria y Hospitalaria, como en el artículo presentado, donde de 301 sujetos hospitalizados un 11,6% padecían o habían presentado en algún período de la enfermedad, conjuntivitis y al igual que sus autores, estimamos que en los estadios iniciales de la pandemia no se ha dado importancia a la conjuntivitis y otra clínica que podría considerarse leve si no estaba asociada a fiebre, tos, etc. o clínica más específica de esta patología, que con estudios posteriores han demostrado ser síntomas clínicos provocados por este virus, incluso en presentaciones únicas.
Desde el primer nivel asistencial, es importante no banalizar síntomas y sospechar COVID-19 ante presentaciones atípicas o menos específicas de esta patología.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.