Sr. Director:
En algunos países la población geriátrica llega a ser mayor del 12% y más del 25% de las medicaciones están prescritas en este grupo de edad1.
En las últimas décadas, las benzodiacepinas se han convertido en uno de los fármacos más prescritos; hay evidencia de que más del 10% de la población de los países desarrollados es consumidora de psicofármacos, y el consumo es mayor entre las mujeres que en los varones2.
La calidad de la evaluación médica, la interdisciplinariedad y a su vez la coordinación por un único médico tratante son los factores principales para la prevención del daño iatrogénico. Podría ser desalentador que algunos estudios llevados a cabo tratando de reducir el número de medicamentos muestren que, mientras se hace un seguimiento estrecho y los pacientes forman parte de las investigaciones, el número de fármacos disminuye, pero una vez concluido retorna al nivel previo3,4.
La aplicación del SRQ (Self Reporting Questionnaire), test desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para detectar trastornos psíquicos (menores o comunes) en atención primaria en países en desarrollo2, fue aplicado a una muestra de pacientes cubanos de 60 y más años, y aportó los resultados que describimos a continuación:
• Los trastornos psíquicos menores constituyen un problema de salud predominante en el sexo femenino; consideramos que en ello puede influir el hecho de que para la mujer resulta mucho más fácil describir los síntomas relacionados con la esfera psicológica que para el varón, quien producto de influencias socioculturales necesita una relación más intima para reconocer que tiene muchos de esos síntomas que pudieran comprometer la percepción que otras personas tuvieran de su persona. En las mujeres es en quienes más influyen los problemas relacionados con la familia y la convivencia, y se adhieren más a patrones que al cambiar pueden producir descompensación con mayor frecuencia.
• Fueron las benzodiazepinas y el meprobamato los medicamentos más consumidos con un tiempo de consumo por más de 1 año, lo cual puede estar en relación con la adicción que muchos de estos fármacos producen y, por su puesto, la mejoría de los síntomas como manifestaciones de ansiedad y depresión, sólo que no siempre son dosificados correctamente y en múltiples ocasiones son autoprescritos, como han observado varios autores5,6.
• El 100% de los pacientes de ambos sexos que presentaban trastornos psíquicos menores consumían medicamentos, sin marcadas diferencias por grupos de edad, lo que consideramos asociado al hecho de que indudablemente tienen una percepción de no estar del todo saludables y buscan el alivio de sus síntomas en estos fármacos.
Autor para correspondencia. mrv@cmc.cfg.sld.cu