Entre las diferentes aplicaciones móviles (Apps) de salud, las aplicaciones relacionadas con el control de peso y las dietas son numerosas, y se encuentran entre las más solicitadas. No obstante, diferentes estudios1,2 muestran que todavía es necesario aportar evidencia científica sobre cuáles tendrían que ser las características y las funciones de dichas aplicaciones para asegurar su fiabilidad y su eficacia para la pérdida de peso. Algunos estudios apuntan que los resultados en el uso de las aplicaciones son mejores si los usuarios finales (pacientes y profesionales) han intervenido en su diseño3. Con este objetivo se recogieron las percepciones y opiniones sobre el uso de Apps para el tratamiento de la obesidad de un grupo de expertos dedicados al abordaje de esta enfermedad. Para ello se planteó un estudio cualitativo a partir de entrevistas abiertas semiestructuradas. La selección de los informantes siguió la técnica de bola de nieve, con el fin de recoger la máxima variabilidad en el perfil profesional, al ser el tratamiento del sobrepeso y la obesidad una enfermedad que requiere de un abordaje multidisciplinar4.
La dificultad en incidir en el cambio de hábitos alimenticios y conseguir la adherencia al tratamiento fue señalada repetidamente por los especialistas entrevistados como la principal limitación en el abordaje del sobrepeso y la obesidad. En su opinión, el tiempo destinado a la atención en consulta debería ser más amplio para poder llevar a cabo tareas específicas de educación nutricional y reforzar positivamente los logros obtenidos. De igual manera, creen que las citas no deberían estar demasiado espaciadas en el tiempo, ya que ante una interacción poco frecuente entre paciente y profesional, se acaba perdiendo la motivación y se abandonan las pautas aconsejadas. Es en este contexto donde las Apps podrían suplir en parte la carencia de contacto diario entre el paciente y el profesional, y permitirían aumentar la interacción con los pacientes, consiguiendo así resultados más favorables en el control de peso, especialmente en lo que se refiere a la mejora de la adherencia y la motivación5.
Las Apps fueron consideradas como herramientas que podrían ser útiles para interactuar o tratar con pacientes. No obstante, la predisposición a usarlas contrasta con la realidad actual en donde la telemedicina, y específicamente el uso de Apps, todavía tienen camino para recorrer. A pesar de que existe un gran número de Apps en el mercado, pocos profesionales habían integrado su uso como una nueva herramienta de trabajo de forma general, aunque parece que empieza a verse la necesidad y el provecho que pueden proporcionar. La desconfianza debida a la falta de rigor o evidencia científica de mucha de la información sobre nutrición y dietas que circula por la red les hacía ser cautos a la hora de recomendar este tipo de recursos tecnológicos. La necesidad de conocer las fuentes de información y la fiabilidad de las mismas pareció ser esencial.
En lo que respecta a funcionalidades y requisitos de las Apps, ante las diferentes posibilidades los profesionales destacan los registros de peso, de actividad física y de consumo de alimentos como uno de los factores principales que pueden determinar los buenos resultados, especialmente si se recogen de manera sencilla y se incorporan imágenes. Estas opiniones coinciden con estudios previos que indican que la automonitorización de la ingesta, de la actividad física y del peso contribuyen al mantenimiento del peso6. La personalización de las aplicaciones mediante el uso de recordatorios, mensajes motivacionales o de feedback apareció también como otro aspecto muy importante en el éxito de las aplicaciones. Ahora bien, se requiere una mayor investigación para entender en qué medida y en qué momento debe intervenir el profesional puesto que la carga de trabajo adicional que supondría esta supervisión se plantea en estos momentos como algo difícilmente asumible.