Sres. Directores: La educación para la salud es una herramienta de trabajo esencial en atención primaria. En pediatría, el momento óptimo para comenzar esta educación para la salud es desde los primeros días de la vida, en el hospital primero, y en el domicilio después, a través de la visita domiciliaria (VD). Es aquí donde vamos a crear hábitos de vida saludables para detectar precozmente alteraciones y modificar conductas.
Un estudio de 164 niños de un determinado cupo, de los cuales el 36% recibió VD en los 7-15 primeros días de vida, nos ayudó a conseguir una serie de objetivos, como son:
Mantener lactancia materna al menos los tres primeros meses de vida. Se consiguió que un 50% mantuviese la lactancia natural más de 3 meses, frente a un 44,8% en los niños que no recibieron VD. De la misma forma el 18,2% que no lactaron se eleva hasta un 20,5% en los que no recibieron VD.
La valoración del entorno sociofamiliar permitió encontrar un 9% de niños en los que las condiciones de vivienda, higiene, nivel cultural y económico de los padres no era el adecuado, valoración que permitió una derivación precoz a la trabajadora social en busca de soluciones adecuadas.
Detección de alteraciones, tanto en la madre como en el niño.
Las más frecuentemente detectadas fueron:
En el niño: ictericia (50%), problemas con el ombligo (38,6%), problemas con los gases (38,6%), problemas con el sueño (20,4%), estreñimiento (18,1%), pruebas metabólicas sin realizar (9%) y otras alteraciones ya detectadas en el hospital (38,6%).
En la madre: grietas en mamas (15,9%), problemas con episiotomía (11,3%), síntomas de depresión posparto (9%), hemorroides (6,8%) y otras alteraciones como anemia, etc. (4,5%).
Disminución de la carga asistencial. Se encontró que tan sólo un 6,4% acudió por primera vez a consulta con problemas exclusivamente médicos. El 42,3% lo hizo por primera vez a demanda para realizar el primer control del niño sano sin presentar problemas. Un 52,2% acudió por primera vez a demanda con problemas que se podrían haber solucionado en domicilio a través de la VD. Con lo cual tenemos que el 93,6% de las visitas a demanda podrían haberse evitado con la VD, disminuyendo la demanda y reduciendo con ello la carga asistencial, que en este caso se aumentó de modo innecesario.
Las conclusiones a las que llegamos son:
La VD favorece el mantenimiento de la lactancia materna más tiempo, por encima de los 3 meses.
Permite la captación de alteraciones y factores de riesgo sociofamiliares e individuales de forma precoz, lo que favorece la aportación precoz de soluciones y la derivación a los profesionales adecuados en cada caso.
Permite la educación para la salud de forma personalizada en el propio ambiente donde se va a desarrollar el niño.
Favorece la solución de problemas sin necesidad de acudir a consulta, tanto por el personal que realiza la visita como por la propia madre que recibe esta educación.
Favorece la relación madre-enfermera, que nos va a facilitar el mejor seguimiento del niño posteriormente.
Es una actividad eficaz y eficiente que permite el ahorro de tiempo y burocracia en la consulta, y cumple con dos facetas de la enfermería tan importantes como la asistencial y la preventiva, y fundamentalmente la de educadores en salud.