Medir los beneficios de un programa comunitario de ejercicio físico, a través de las modificaciones que se producen en calidad de vida, y condición física de mujeres perimenopáusicas-menopáusicas.
EmplazamientoLas participantes fueron reclutadas en consultas de Atención Primaria (AP) de dos centros de Salud de Molina de Segura (Murcia).
ParticipantesMujeres de entre 40 y 70 años o menores de 40 diagnosticadas de menopausia precoz.
DiseñoEstudio cuasiexperimental, no aleatorizado, controlado, abierto y unicéntrico con dos ramas paralelas a estudio.
IntervenciónGrupo experimental: programa de ejercicio ACTIVA-Salud Ósea durante seis meses. Control: Inactivos.
Mediciones principalesCalidad de vida mediante cuestionario SF36.
Condición físicaCondición aeróbica, flexibilidad, equilibrio y fuerza, medida con los test de la milla, flamenco y el cajón, así como lanzamiento del balón medicinal, respectivamente. Nivel de actividad física a través del General practice physical activity questionnaire (GPPAQ). Se recogieron variables sociodemográficas y se midió la adherencia al programa.
ResultadosLa calidad de vida mejoró en el grupo intervención vs. control, salvo la dimensión «dolor corporal» (p = 0,412). A nivel intragrupo, presentan mejoría significativa todas las dimensiones, a excepción de «función física» (p = 0,263) y «dolor corporal» (p = 0,136). Las capacidades físicas que más se beneficiaron fueron la condición aeróbica, fuerza y equilibrio.
ConclusionesEl pilotaje del Programa de ejercicio físico Activa Salud Ósea demostró beneficios sobre la calidad de vida física y mental de las participantes. Además, se constata que la realización de un ejercicio específico para mujeres premenopáusicas-menopáusicas mejora su condición física.
To measure the benefits of a physical exercise program in a community, through the modifications in quality of life, and perimenopausal–menopausal women physical condition.
SettingThe participants were recruited in PC consultations from two health centers in Molina de Segura (Murcia).
ParticipantsWomen between 40 and 70 years old, or under 40 of age diagnosed with early menopause.
DesignQuasi-experimental study, non-randomized, controlled, open and single-center with 2 parallel branches to study.
InterventionExperimental group: ACTIVA Bone Health Program for six months. Control: inactive.
Main measurements in both groupsThe SF 36 questionnaire was used to measure the Quality of life.
Physical conditionAerobic condition, flexibility, balance and strength measured with the mile, flamenco, flexibility box tests, and throwing the medicine ball, respectively. Physical activity level through the GPPAQ Questionnaire. Sociodemographic variables were collected and the adherence to the program was measured.
ResultsThe quality of life improved in the intervention group compared to the control group, except «Body Pain» dimension (p = 0.412). As regards the intragroup level, all dimensions showed significant improvement except both «Physical Function» (p = 0.263) and «Body Pain» (p = 0.136). The physical capacities that benefited most were aerobic fitness, strength and balance.
ConclusionsThe Active Bone Health Physical Exercise Program piloting showed benefits on participants’ physical and mental quality of life. In addition, it has been shown that performing a specific physical exercise for premenopausal–menopausal women improves their physical condition.
Existe una clara relación entre el ejercicio físico y la salud, siendo la inactividad física un factor de riesgo independiente para patologías muy prevalentes en la sociedad actual. Varios estudios han puesto de manifiesto que el ejercicio tiene efectos positivos sobre la función muscular, reflejos y equilibrio. Además, reduce el riesgo de mortalidad, demencia y accidentes cerebrovasculares, contribuyendo a la mejora del bienestar físico, psíquico y calidad de vida de las personas que lo practican1,2.
La actividad física (AF) es definida como cualquier movimiento corporal producido por músculos esqueléticos que resulta en un gasto energético. Cuando esta actividad es planificada, estructurada y repetitiva, con la finalidad de mejorar o mantener uno o más de los componentes de la aptitud física, se considera ejercicio físico3.
La importancia del ejercicio físico como medida de prevención primaria en mujeres menopáusicas está ampliamente estudiada1,2,4. Se conoce su efecto protector y beneficioso sobre la salud ósea, movilidad articular y agilidad, repercutiendo de manera saludable en la calidad de vida5. Es por ello que resulta de vital importancia que desde Atención Primaria se incorpore el ejercicio físico a los hábitos diarios de todas las mujeres, y en especial a las que empiezan a sufrir pérdida de masa ósea6,7.
La osteoporosis se define como una «enfermedad esquelética caracterizada por una resistencia ósea disminuida que provoca un incremento en el riesgo de fractura»7. Provoca una alta prevalencia de problemas osteoarticulares, siendo la principal causa de fracturas óseas no traumáticas en la población envejecida en general, y en las mujeres posmenopáusicas en particular8. En España alrededor de 2.500.000 de mujeres y 750.000 hombres padecen osteoporosis9. El 50% de la población femenina entre 45 y 75 años muestra algún grado de pérdida ósea. Su importancia para la salud pública estriba en que una de cada cinco mujeres de más de 45 años tiene algún grado de afectación8.
La Guía de buena práctica clínica en osteoporosis del Ministerio de Sanidad y Consumo (2008) menciona entre sus objetivos, la puesta en marcha de actividades de prevención primaria que eviten el desarrollo de la osteoporosis7. En relación con esto, el Programa Activa Murcia mediante una intervención preventiva comunitaria, ha permitido incorporar a la práctica clínica diaria de Atención Primaria (AP), la prescripción de ejercicio, con el objetivo de mejorar la salud ósea10.
Varios estudios señalan que el ejercicio es más eficaz cuando es dirigido por una persona calificada. Su eficacia aumenta cuando se adapta e individualiza para cada persona en función de su edad, condición física y patología6,11. Por otra parte, la permanencia del programa en el tiempo es crucial para obtener adherencia al mismo y mejoras en la condición física12.
El objetivo de este estudio fue medir los beneficios del pilotaje de un programa comunitario de ejercicio físico, a través de las modificaciones que se producen en la calidad de vida y condición física de mujeres perimenopáusicas-menopáusicas.
Material y métodoEstudio piloto cuasiexperimental, no aleatorizado, controlado, abierto y multicéntrico con dos ramas paralelas a estudio. Grupo experimental: Programa Activa Salud Ósea. Grupo control: inactivos.
El estudio obtuvo la evaluación y aprobación del Comité de Ética de la Universidad de Murcia y cumple con la legislación nacional vigente sobre protección de datos (Ley Orgánica 3/2018, de Protección de Datos y garantías de derechos digitales) y el Reglamento (UE) 2016/679 General de Protección de Datos13,14.
Las participantes fueron reclutadas desde las consultas de AP de dos centros de Salud (CS) del municipio de Molina de Segura (Murcia): CS Jesús Marín y CS Antonio García. Respecto al primero, las participantes fueron incluidas en el grupo experimental por su adhesión al subprograma Activa Salud Ósea, a diferencia del grupo control que eran pertenecientes al segundo CS que no participaba en dicho subprograma.
El estudio fue ofrecido a todas las usuarias que al acudir a consulta fueron objeto de prescripción de ejercicio físico por médicos y enfermeros del equipo de AP, durante el periodo de septiembre a octubre de 2018. Se incorporó a todas las mujeres que tras confirmar que cumplían criterios de selección firmaron el consentimiento informado.
Los criterios de inclusión, exclusión, así como las valoraciones y el seguimiento fueron los mismos para ambos grupos. Criterios de inclusión: mujeres de edad entre 40 y 70 años, o menores de 40 años con diagnóstico de menopausia precoz. Los criterios de exclusión: a) diagnóstico de osteoporosis (fractura patológica o diagnóstico densitométrico, según criterios de la OMS)15 y b) presencia de otras patologías que contraindicasen la realización de este tipo de ejercicio. En cumplimiento de lo establecido en la Declaración de Helsinki, las participantes fueron informadas e incluidas en el estudio tras firmar el consentimiento informado16.
Las mujeres pertenecientes al grupo experimental desarrollaron el programa comunitario Activa Salud Ósea durante un periodo de seis meses. Las mujeres del grupo control continuaron con sus hábitos de vida. Este programa comunitario está implementado en nuestra comunidad hace 10 años y se basa en la prescripción de ejercicio físico desde las consultas de medicina y enfermería de AP a pacientes con patologías de alta prevalencia que puedan verse beneficiados por el ejercicio. El objetivo del programa es promover la implicación del ciudadano con su salud, a través de conductas y hábitos de vida saludable. Siguiendo este enfoque, el subprograma Activa Salud Ósea fue implementado específicamente para mujeres peri o menopáusicas con el fin de prevenir y/o mejorar la salud ósea. Se desarrolló durante 24 semanas y tres días por semana, con 72 sesiones de 1 h de duración. El programa fue impartido en espacios deportivos cedidos por el ayuntamiento, por licenciados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
Los ejercicios más útiles para la prevención y manejo de la osteoporosis son aeróbicos y de alta intensidad, en los que intervienen varios grupos musculares, que requieren esfuerzo contra gravedad o resistencia y que van dirigidos a mejorar la fuerza y el equilibrio4,11,17.
VariablesLa calidad de vida se midió a través del cuestionario validado SF36 al inicio y finalización del programa de ejercicio. Está compuesto por 36 preguntas (ítems), que valoran los estados tanto positivos como negativos de la salud. Cubre ocho escalas más un ítem de transición que representan los conceptos de salud empleados con más frecuencia18. Se ha utilizado un archivo que incluye el cálculo para cada dimensión de salud, con una escala de entre 0 (el peor estado de salud para esa dimensión) y 100 (el mejor estado de salud para esa dimensión), previa codificación, agregación y transformación de los ítems que componen la dimensión18. Para cada sujeto se ha ponderado la media para la dimensión física, que agrupa el sumatorio de las cuatro primeras subescalas: función física, rol físico, dolor corporal y salud general, e igualmente para la dimensión mental, relacionada con la vitalidad, función social, rol emocional y salud mental (tabla 1).
Dimensiones, interpretación y valores máximos
Significado de las puntuaciones de 0 a 100 | |||
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Dimensión | Núm. de Items | «Peor» puntuación (0) | «Mejor» puntuación (100) |
Función física | 10 | Muy limitado para llevar a cabo todas las actividades físicas, incluido bañarse o ducharse debido a su salud | Lleva a cabo todo tipo de actividades físicas incluidas las más vigorosas sin ningún tipo de limitación debido a la salud |
Rol físico | 4 | Problemas con el trabajo u otras actividades diarias debido a la salud física | Ningún problema con el trabajo u otras actividades diarias debido a la salud física |
Dolor corporal | 2 | Dolor muy intenso y extremadamente limitante | Ningún dolor ni limitaciones debidas a él |
Salud general | 5 | Evalúa como mala la propia salud y cree posible que empeore | Evalúa la propia salud como excelente |
Vitalidad | 4 | Se siente cansado y exhausto todo el tiempo | Se siente muy dinámico y lleno de energía todo el tiempo |
Función social | 2 | Interferencia externa y muy frecuente con las actividades sociales normales, debido a problemas físicos | Lleva a cabo actividades sociales normales sin ninguna interferencia debido a problemas físicos o emocionales |
Rol emocional | 3 | Problemas con el trabajo y otras actividades diarias debido a problemas emocionales | Ningún problema con el trabajo y otras actividades diarias debido a problemas emocionales |
Salud mental | 5 | Sentimiento de angustia y depresión todo el tiempo | Sentimiento de felicidad, tranquilidad, y calma durante todo el tiempo |
Ítem de transición de salud | 1 | Cree que su salud es mucho peor ahora que hace un año | Cree que su salud general es mucho mejor ahora que hace 1 año |
Fuente: Adaptado de Vilagut et al.
En la valoración de la condición física se determinaron las dimensiones: condición aeróbica (mediante test de la milla utilizando como variable el VO2máx), fuerza (lanzamiento del balón medicinal), equilibrio (test del flamenco) y flexibilidad (test del cajón)19.
El nivel de AF de las participantes se analizó al inicio del estudio, mediante el cuestionario autoadministrado para adultos de práctica general de actividad física (GPPAQ), validado al español y catalán. Consta de tres preguntas en relación con el tipo y cantidad de AF en el trabajo, tiempo dedicado a diferentes tipos de AF durante la última semana, y el ritmo habitual al caminar. Clasifica a los usuarios en cuatro niveles: inactivo, moderadamente inactivo o activo y activo20.
Las variables sociodemográficas y clínicas fueron recogidas al inicio del estudio para analizar la homogeneidad de los dos grupos en relación con los factores de riesgo de padecer osteoporosis.
La adherencia al programa se midió mediante la media de sesiones realizadas y el porcentaje de asistencias con respecto al total de sesiones de ejercicio físico. Se analizó la relación existente entre la media de asistencias y cargas familiares.
Análisis estadísticoEl análisis de los resultados se realizó por protocolo. Teniendo en cuenta que el estudio fue un pilotaje, no se realizó cálculo del tamaño muestral.
Las variables fueron descritas mediante índices estadísticos descriptivos para el global de los pacientes y para cada uno de los grupos en estudio. Las variables cuantitativas se han representado con la media y desviación típica. Las variables categóricas se describieron a través de tablas de frecuencia absoluta y relativa.
Para establecer las diferencias entre grupos se realizó un análisis de varianza ANOVA para medidas repetidas con un factor intrasujeto (tiempo: basal y final) y un factor intersujeto (tipo de AF: inactividad y programa Activa Salud Ósea). Para el análisis post hoc se realizó el test de Bonferroni.
En el conjunto de pruebas estadísticas, el nivel de significación utilizado ha sido p ≤ 0,05. El análisis se realiza con el softwareStatistics Program of Social Science (SPSS, IBM Corp., Armonk, NY) versión 21.021.
ResultadosSe seleccionaron a 107 mujeres, de las que 38 fueron excluidas por no cumplir criterios de inclusión/exclusión. Nueve declinaron participar por imposibilidad de compaginarlo temporalmente con sus cargas familiares. De las 60 mujeres que participaron en el estudio, 30 realizaron el programa de ejercicio y 30 continuaron con sus hábitos de vida. Las participantes que finalizaron fueron 22 en el grupo experimental y 21 en el grupo control (fig. 1).
Del grupo experimental, dos mujeres fueron perimenopáusicas, correspondiendo el 90,9% (20 mujeres) a menopaúsicas. En el grupo control, 20 de las 21 mujeres (95,2%) fueron menopáusicas. La edad media de las participantes fue 60,2 ± 7,32 en el grupo experimental y 60,0 ± 4,8 años en el grupo control. El resto de las características clínicas y sociológicas de ambos grupos se recoge en la tabla 2
Variables sociodemográficas y clínicas
Datos sociodemográficos | Control n = 21 | Experimental n = 22 | p |
---|---|---|---|
Media (Desv. típ) | Media (Desv. típ) | ||
Edad | 60,0 (4,8) | 60,2 (7,3) | 0,07 |
Edad 1 ª menstruación | 12,8 (1,1) | 12,3 (1,4) | 0,026 |
Edad menopausia | 47,8 (5,0) | 46,7 (5,4) | 0,608 |
Años sin menstruación | 12,1 (6,4) | 13,5 (9,2) | 0,169 |
Núm. de hijos | 2,7 (0,7) | 2,4 (1,1) | 0,243 |
Meses lactando | 9,2 (7,3) | 8,4 (6,4) | 0,633 |
Años familiares a cargo | 25,0 (8,8) | 20,4 (11,9) | 0,458 |
Familiares a cargo | |||
Sí | 42,9% | 31,8% | 0,537 |
No | 57,1% | 68,2% | |
Bebedor | |||
Bebedor ocasional | 47,6% | 27,3% | 0,215 |
No Bebe | 52,4% | 72,7% | |
Fumador | |||
Nunca | 38,1% | 50% | 0,215 |
Exfumador | 42,9% | 31,8% | |
Actual | 19,1% | 18,2% | |
Antecedentes familiares de osteoporosis | |||
Sí | 47,6% | 50% | 1.000 |
No | 52,4% | 50% | |
Pasa más de 10 minutos al aire libre | |||
Sí | 81% | 86,4% | 0,698 |
No | 19,1% | 13,6% | |
Toma medicación habitualmente | |||
Sí | 47,6% | 68,2% | 0,223 |
No | 52,4% | 41,9% |
Al realizar la comparación de las características clínicas y sociales entre ambos grupos a estudio, se observa que no hay diferencia significativa entre ambos, salvo en la edad de la menarquia. Se deduce que los grupos son homogéneos para la mayoría de las variables clínicas-sociológicas (tabla 2). Asimismo, las usuarias de ambos grupos presentaban el mismo nivel de AF antes del inicio del estudio (tabla 3).
Cuestionario de Práctica General de Actividad Física (GPPAQ)
Cuestionario GPPAQ | Total | ||||
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Inactivo | Moderadamente Inactivo | Moderadamente activo | Activo | ||
Grupo de estudio | |||||
Control n = 21 | |||||
Recuento | 2 | 6 | 6 | 7 | 21 |
% dentro de Grupo de estudio | 9,5% | 28,6% | 28,6% | 33,3% | 100% |
Experimental n = 22 | |||||
Recuento | 5 | 5 | 7 | 5 | 22 |
% dentro de Grupo de estudio | 22,7% | 22,7% | 31,8% | 22,7% | 100% |
Se describen los resultados obtenidos en el cuestionario autocumplimentado GPPAQ, previos al inicio de la intervención (tabla 3).
En la tabla 4 se recogen los datos sobre calidad de vida y su evolución con el programa. Al comparar la evolución de la calidad de vida entre ambos grupos para cada una de las dimensiones analizadas (tiempo x grupo), se confirmó que la calidad de vida mejoró más en el grupo de intervención que en el control, siendo significativa esta mejora para todas las dimensiones, salvo «dolor corporal» (p = 0,412).
Descripción de resultados: Cuestionario SF36
Dimensiones Sf36 | Control n = 21 | p | Experimental n = 22 | p | Tiempo por grupo | ||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Inicial | Final | Inicial | Final | p** | |||
Dimensión física | 67,4 (13,1) | 66,2 (15,8) | 0,704 | 63,2 (21,5) | 72,3 (18,2) | 0,01 | 0,029 |
Dimensión mental | 67,3 (15,4) | 70,9 (16,4) | 0,325 | 69,1 (17,8) | 86,9 (08,3) | 0,00 | 0,05 |
Escalas SF36 | |||||||
Función física | 67,9 (24,3) | 71,1 (23,0) | 0,176 | 71,6 (17,0) | 67,7 (16,4) | 0,263 | 0,05 |
Rol físico | 67,0 (37,3) | 80,6 (31,7) | 0,590 | 78,9 (20,5) | 75,9 (28,7) | 0,016 | 0,038 |
Dolor corporal | 62,5 (21,8) | 71,0 (19,5) | 0,747 | 63,1 (21,2) | 64,9 (25,6) | 0.136 | 0,412 |
Salud general | 55,5 (20,5) | 66,6 (17,0) | 0,980 | 56,2 (21,8) | 56,3 (17,4) | 0,018 | 0,05 |
Vitalidad | 55,2 (19,9) | 72,2 (17,7) | 0,394 | 49,7 (19,5) | 53,5 (21,4) | 0,001 | 0,018 |
Función social | 74,3 (19,0) | 96,0 (07,8) | 0,108 | 69,6 (21,5) | 77,9 (20,8) | 0,001 | 0,05 |
Rol emocional | 87,8 (26,3) | 100,0 (00,0) | 0,506 | 90,4 (16,8) | 87,1 (21,1) | 0,017 | 0,032 |
Salud mental | 59,0 (22,3) | 79,4 (15,1) | 0,275 | 59,6 (18,4) | 64,9 (22,0) | 0,001 | 0,031 |
Evolución declarada | 55,6 (24,3) | 32,9 (24,8) | 0,502 | 57,1 (17,9) | 53,5 (11,9) | 0,001 | 0,013 |
Intervalo de confianza del 95%.
Los valores descritos para el grupo intervención presentan una mejora significativa de la calidad de vida para las dimensiones física y mental, y subescalas que las componen, a excepción de «función física» (p = 0,263) y «dolor corporal» (p = 0,136), con puntuación ligeramente aumentada (inicial 63,12 [± 21,20]-final 64,97 [± 25,60]) y disminuida en la «evolución declarada» (inicial 57,14 [±17,93]-final 53,57 [± 11,95]).
Tras realizar la comparación entre ambos grupos (tiempo x grupo) de la evolución de la Condición Física para cada una de las pruebas analizadas (tabla 5), se observaron diferencias significativas entre ambos, así como en el análisis del estado inicial y final del grupo experimental. Con mayor significación en la condición aeróbica, fuerza, y equilibrio, así como una mejoría en la puntuación de flexibilidad.
Descripción de resultados: Condición física
Pruebas físicas | Control n=21 | p | Experimental n = 22 | p | Tiempo por grupo | ||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Inicial | Final | Inicial | Final | p** | |||
Condición aeróbica | 21,3 (04,4) | 20,0 (04,4) | 0,036 | 19,0 (07,4) | 24,1 (07,3) | 0,001 | 0,001 |
Condición física | 04,1 (0,5) | 03,9 (0,6) | 0,013 | 04,2 (00,4) | 04,6 (00,4) | 0,001 | 0,001 |
Flexibilidad | 13,8 (07,4) | 13,5 (08,6) | 0,845 | 14,7 (06,9) | 17,7 (06,3) | 0,015 | 0,05 |
Equilibrio | 04,8 (06,6) | 02,6 (03,7) | 1.000 | 05,2 (06,5) | 05,2 (06,4) | 0,001 | 0,008 |
Intervalo de confianza del 95%.
Se valoró también la relación entre datos de asistencia y cargas familiares. El número de sesiones a las que acudieron las participantes supuso un porcentaje del 69,9% respecto al total. Las que contaban con cargas familiares tuvieron una asistencia media de 68,25 sesiones, a diferencia de las que no tenían cargas familiares, cuya media fue de 70,64 sesiones (p = 0,655), no observándose una diferencia significativa entre ambas variables.
DiscusiónEl objeto principal de este estudio fue conocer los beneficios para la salud y calidad de vida de mujeres que participaron en un programa de ejercicio físico individualizado, medidos a través la percepción subjetiva expresada en el cuestionario SF-36, así como obtenido en las pruebas de condición física.
Los beneficios del binomio ejercicio físico-salud están ampliamente estudiados y es conocida la relación directa entre el ejercicio físico y la prevención de la osteoporosis11, así como su influencia en la autonomía funcional y la calidad de vida22. Los resultados de esta investigación ponen de manifiesto que las mujeres que siguieron el programa de ejercicio físico Activa Salud Ósea experimentaron beneficios de forma general en la dimensión física y mental. Estos hallazgos concuerdan con los de investigaciones similares relacionadas con los beneficios percibidos por mujeres adultas incorporadas a un programa de ejercicio23. Sin embargo, al comparar en el grupo experimental las subescalas, no se destaca mejoría significativa en la función física y dolor corporal24. Se observó un aumento de la puntuación del dolor que se traduce en leve percepción de mejoría y una disminución en salud declarada, indicador muy relacionado con la subescala dolor2. La percepción de mal estado de salud que tienen las mujeres de edad avanzada supone una gran limitación para el ejercicio físico24. Estos resultados concuerdan con los de un estudio que no encontró mejoría significativa del dolor tras la realización de ejercicio físico, a diferencia de otras investigaciones que relacionan la intervención de un programa de ejercicio físico con mejoría en las puntuaciones relativas al dolor corporal y función física23. Aunque no hemos encontrado estudios que expliquen los factores que influyen en la percepción dolorosa, en nuestro caso pensamos que el bajo nivel de condición física del que partían las mujeres las hizo ser conscientes de sus limitaciones funcionales, al incorporarse a un programa de ejercicio físico de intensidad moderada-alta. Sería razonable pensar que los resultados obedecen, por un lado, a las limitaciones derivadas de la capacidad funcional que acompañan al envejecimiento, por otro, a la condición física previa de las participantes, evidenciada en el cuestionario autocumplimentado GPPAQ, que deja la interpretación de las respuestas sujeta a la percepción que el individuo tiene respecto a su ritmo habitual al caminar y las horas dedicadas a diferentes actividades de ejercicio la semana previa a su cumplimentación25. En dicho cuestionario se puso de manifiesto que las participantes eran moderadamente activas, resultados que coinciden con la Encuesta Nacional de Salud de 2017, que indica que la AF moderada es más frecuente en este grupo etario (44,45% en mujeres)26. A pesar de ello, la literatura actual evidencia que estas mujeres tienen bajos niveles de AF por estar más tiempo dedicadas al cuidado3.
El principal motivo de absentismo fue la enfermedad, y aunque no se hallaron diferencias significativas respecto a las cargas familiares, hay que tener en cuenta que la mayor pérdida de participantes fue por motivos relacionados con el cuidado en el hogar de algún familiar. A este respecto, algunos estudios ya han puesto de manifiesto el mandato de género, que se deriva de la presión sociocultural a la que se ven sometidas las mujeres. En ese sentido, el deber a la crianza y cuidado familiar dificulta en buena medida la práctica y adherencia al ejercicio físico3
Al comparar ambos grupos en el análisis de la condición física, se observa una mayor mejoría tanto a nivel de la condición aeróbica como de la fuerza (p = 0,001) grupo experimental valores inicial y final)3. Estos resultados obedecen al tipo de entrenamiento programado, basado en el ejercicio aeróbico, con incremento de ejercicios de impacto y carga respecto a otros programas, lo que se ha traducido en una mejora sustancial del VO2máx y distancia alcanzada en la prueba de fuerza24. En el grupo de intervención mejoraron todos los ítems, siendo la flexibilidad el indicador con menor significación respecto al resto, tanto a nivel del grupo intervención como entre ambos grupos. Estos resultados concuerdan con los de otros estudios cuyos resultados evidencian escasa mejoría en esta capacidad como resultado del proceso involutivo3,27.
En relación con el estado anímico, se observa que al estar integradas en el programa Activa Salud Ósea, la mayoría de las mujeres experimentan una mejoría (63,7%), hallazgos que coinciden con otras investigaciones28,29. Es posible que el proceso de socialización a que se ven sometidas las mujeres durante la realización de la actividad, las ayude a compartir espacios de apoyo y solidaridad en esta etapa del ciclo vital, contribuyendo a la mejora de su estado anímico2. Sin embargo, en algunos estudios recientes no parece existir significación estadística entre el estado anímico y mejora de los síntomas depresivos con la AF24,29.
Este estudio representa una primera aproximación a un tema cuyos resultados deben ser interpretados con precaución debido a sus limitaciones derivadas de la pérdida de participantes, la imposibilidad de cegamiento y el bajo número de la muestra. Futuros estudios deberán valorar mayores tamaños muestrales y ser realizados con asignación aleatoria.
ConclusiónCon base en nuestros resultados, y teniendo en cuenta las posibles limitaciones de este estudio inicial, podemos concluir que el pilotaje del programa de ejercicio físico Activa Salud Ósea ha demostrado beneficios sobre la calidad de vida de las participantes en las dimensiones física y, sobre todo, mental. Además, se constata que la realización de un ejercicio específico para mujeres premenopáusicas-menopáusicas ha supuesto una mejoría en la condición física, especialmente la capacidad aeróbica y la fuerza.
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El ejercicio físico influye positivamente en la calidad de vida y la salud.
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La prescripción de ejercicio ha de ser individualizada respecto al sujeto y patología.
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Los programas de ejercicio físico individualizados enfocados en salud ósea podrían beneficiar la calidad de vida física y mental
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Atención Primaria es el escenario adecuado para establecer protocolos de prescripción de ejercicio físico para la prevención primaria y manejo de la osteoporosis.
No hay financiación.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.