Estimar la prevalencia y analizar los factores asociados al síndrome de fragilidad en adultos ≥70 años, pertenecientes a un centro de salud de Asturias.
DiseñoEstudio observacional transversal.
EmplazamientoCentro de Salud El Llano, Asturias.
ParticipantesAdultos ≥70 años.
Mediciones principalesLa fragilidad se definió por la presencia de ≥3 criterios del fenotipo de fragilidad de Fried. Variables secundarias: características sociodemográficas, estado de salud, estado funcional, estado cognitivo-afectivo y riesgo social. Se realizó un análisis bivariante y regresión logística.
ResultadosSe incluyeron 408 participantes con una edad media de 79,8 (DE 6,6) años, el 59,1% eran mujeres. La prevalencia de fragilidad fue del 27,7% y del 44,9% para la prefragilidad. El perfil sociodemográfico es de una mujer (77%), de elevada edad (>84 años) (50,4%), sin estudios (65,5%), viuda (48,7%), con bajo nivel económico (47,8%) y en riesgo social (OR: 3,3; IC 95%: 2,5-4). Los factores que se asociaron estadísticamente con el síndrome de fragilidad fueron: comorbilidad alta (OR: 2,7; IC 95%: 1,5-5), polimedicación (OR: 1,9; IC 95%: 1,3-3), percepción de la calidad de vida con la salud (OR: 0,95; IC 95%: 0,93-0,97); deambulación alterada (OR: 17,9; IC 95%: 7,1-45,3), apoyo para la marcha (OR: 10,5; IC 95%: 4,7-23,4), alto riesgo de caídas (OR: 6,4; IC 95%: 3,8-10,8), dependencia para las ABVD (OR: 4; IC 95%: 2,4-6,6), AIVD (OR: 9,7; IC 95%: 4,7-20), discapacidad (OR: 37,7; IC 95%: 52,2-274,5), deterioro cognitivo (OR: 4,1; IC 95%: 1,8-9,3) y depresión (OR: 4,8; IC 95%: 2,7-8,7).
ConclusionesLa fragilidad es un síndrome multifactorial de elevada prevalencia en los mayores de 70 años, en el que además de los criterios de fragilidad de Fried deben de ser analizados aspectos del estado de salud, funcionales, cognitivos-afectivos y sociales.
To estimate the prevalence and analyze the factors associated with frailty syndrome, in adults ≥70 years old, belonging to a health center in Asturias.
DesignObservational cross-sectional study.
ParticipantsAdults ≥70 years of age.
SiteHealth Centre of Llano (Asturias).
Main measurementsFrailty was defined by the presence of ≥3 criteria of Fried's frailty phenotype. Secondary variables: sociodemographic characteristics, health status, functional status, cognitive-affective status and social risk. A bivariate analysis and logistic regression were performed.
ResultsFour hundred eight participants were included, with a mean age of 79.8 (SD 6.6), 59.1% female. The prevalence of frailty was 27.7% and 44.9% for pre-frailty. The sociodemographic profile is that of a woman (77%), of high age (>84 years) (50.4%), without studies (65.5%), widow (48.7%) with low economic status (47.8%) and at social risk (OR: 3.3; 95% CI: 2.5-4). Factors that were statistically associated with frailty syndrome were: high comorbidity (OR: 2.7; 95% CI: 1.5-5), polypharmacy (OR: 1.9; 95% CI: 1.3-3), perception of quality of life with health (OR: 0.95; 95% CI: 0.93-0.97), impaired ambulation (OR: 17.9; 95% CI: 7.1-45.3), support for walking (OR: 10.5; 95% CI: 4.7-23.4), high risk of falls (OR: 6.4; 95% CI: 3.8-10.8), ABVD (OR: 4; 95% CI: 2.4-6.6), AIVD (OR: 9.7; 95% CI: 4.7-20), disability (OR: 37.7; 95% CI: 52.2-274.5), cognitive impairment (OR: 4.1; 95% CI: 1.8-9.3) and depression (OR: 4.8; 95% CI: 2.7-8.7).
ConclusionsFrailty is a multifactorial syndrome, with a high prevalence in those over 70 years of age, in which, in addition to Fried's criteria of frailty, aspects of health, functional, cognitive-affective and social status must be analyzed.
La previsión demográfica determina un aumento de la esperanza de vida y por consiguiente un envejecimiento poblacional. En el año 2020 en España se registraron 9.057.193 personas mayores de 65 años, un 19,3% de la población, siendo Asturias la comunidad autónoma que mayor prevalencia de envejecimiento presenta en España (25,7%)1.
La fragilidad es un término que surge en la década de los 80 con Fried et al.2, como un síndrome clínico-biológico, con múltiples manifestaciones, pero ningún síntoma. A día de hoy, sin una definición conceptual ni un instrumento de cribado «gold standard», la herramienta más utilizada es la que describe el fenotipo de fragilidad de Fried et al. en el Cardiovascular Health Study (CHS)2.
Esta falta de consenso en la definición y los métodos de cribado de la fragilidad, derivan en una amplia variabilidad en la estimación de su prevalencia, oscilando entre el 4-59,1% a nivel mundial3 y 8,4-20,4% en territorio español; siendo más homogénea la prevalencia del estado de pre-fragilidad (41,8-48,5%)4,5.
Al final de la década de los años 90, la OMS estableció los factores de riesgo para los ancianos en situación de fragilidad: ser mayor de 80 años, presentar enfermedad crónica invalidante, comorbilidades, discapacidad, dependencia, institucionalización, alteraciones cognitivas, demencia, depresión, caídas frecuentes, polimedicación, vivir solo y situación de pobreza6.
La fragilidad es un proceso dinámico y potencialmente reversible, predictor y factor de riesgo de discapacidad, así como de eventos adversos graves (mortalidad, hospitalizaciones, caídas); una vez que se alcanza la discapacidad, ya no hay reversibilidad y se evoluciona hacia una situación de dependencia6.
En España y concretamente en Asturias, existen pocos estudios que determinen la prevalencia y los factores de riesgo para la fragilidad de la población mayor que vive en la comunidad. El objetivo principal del presente estudio, fue estimar la prevalencia y analizar los factores asociados al síndrome de fragilidad mediante los criterios de Fried en personas ≥70 años, pertenecientes a un centro de salud de Asturias.
MétodosDiseño y población dianaEstudio observacional transversal en personas ≥70 años con residencia en la zona básica de salud (ZBS) del Llano, Gijón, Asturias. Se excluyeron: personas institucionalizadas, personas con enfermedad en fase terminal o con dependencia grado III según los criterios del baremo de la Ley de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia de 21 de abril de 2006.
Selección de la muestraLa población a estudio se identificó mediante el registro de tarjeta sanitaria. Partiendo de una población de 5.207 personas de edad ≥70 años, asumiendo una prevalencia de fragilidad media del 14%7, un nivel de confianza del 95%, una precisión del 3% y teniendo en cuenta un 20% de posible de pérdidas, se estimó una muestra de 560 participantes. Se realizó un muestreo aleatorizado estratificado por sexo y por grupos de edad poblacional.
Variables e instrumentos de medidaLa fragilidad se midió mediante los 5 criterios de Fried2 con la modificación del criterio de valoración física. Los participantes se definieron: frágiles ≥3 criterios, prefrágiles 1-2 criterios y no frágiles, ningún criterio:
- •
Pérdida no intencionada de peso ≥4,5kg en el último año.
- •
Debilidad muscular: fuerza máxima de agarre con la mano dominante medida con dinamómetro digital JAMAR®, ajustado por sexo e índice de masa corporal (IMC).
- •
Sensación de agotamiento: escala de depresión CES-D8, respuesta ≥3 días en última semana a alguna de las 2 preguntas: «¿Sentía que todo lo que hacía suponía un esfuerzo en la última semana?» o «¿Sentía que no podía ponerse en marcha en la última semana?».
- •
Lentitud en la marcha (m/s). Short Physical Performance Battery (SPPB)9. Velocidad al caminar 4m al ritmo y ayudas técnicas para la marcha habituales, ajustado por altura y sexo.
- •
Bajo nivel de actividad física, consumo de kilocalorías en la última semana; cuestionario de actividad de Minnesota10 ajustado por sexo.
Se valoraron otros factores potenciales de asociación con el síndrome de fragilidad:
- •
Variables sociodemográficas: edad, sexo, estudios, estado civil, ocupación habitual según la Clasificación Nacional de Ocupaciones (CNO-10), convivencia, ingresos.
- •
Estado de salud: índice de comorbilidad de Charlson (elevada comorbilidad: ≥3 comorbilidades)11, calidad de vida, Short-Form 12 (SF-12)12, consumo de fármacos (número de fármacos, polimedicación; consumo de ≥5 fármacos), parámetros antropométricos; estado nutricional, escala Mini Nutricional Assessmet (MNA)13.
- •
Estado funcional: ayudas técnicas para la movilidad (sí/no), deambulación, riesgo de caídas de J.H Dowton14, actividades básicas de la vida diaria (ABVD), índice de Barthel15; actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD), índice de Lawton y Brody16; discapacidad: incapacidad para realizar alguna ABVD sin ayuda (baño, aseo, alimentación, uso del retrete, vestido).
- •
Estado cognitivo: test de Pfeiffer17; estado afectivo, escala de depresión geriátrica de Yesavage (GDS)18.
- •
Riesgo social: escala de valoración sociofamiliar de Gijón19.
La información se recogió entre abril-diciembre de 2019. Se envió una carta informativa con los objetivos del estudio a los participantes seleccionados; posteriormente se contactó telefónicamente y en caso de participar, se les citó presencialmente o se acudió al domicilio cuando el participante no podía desplazarse.
La recogida de datos se realizó mediante cuestionarios heteroadministrados, en una entrevista personal semiestructurada, previo consentimiento firmado del participante.
La información fue proporcionada por el participante o en su defecto por su cuidador; los datos de las enfermedades y tratamiento farmacológico se obtuvieron a través de la historia clínica informatizada.
Consideraciones éticasEl estudio de investigación fue aprobado por el Comité de ética e investigación del Principado de Asturias, con fecha 15 de marzo de 2019.
Análisis de datosLas variables categóricas se describieron mediante frecuencias absolutas, porcentajes e intervalo de confianza (IC) del 95%. Para la descripción de las variables continuas se utilizó la media y desviación estándar (DE).
La asociación bivariante entre las variables cualitativas se analizó mediante la Chi-cuadrado y para las variables cuantitativas el ANOVA.
Aquellas variables que demostraron una asociación significativa con el síndrome de fragilidad, fueron incluidas en modelos de regresión logística para comprobar si la asociación era independiente (odds ratio [OR]; IC 95%), comparándose el grupo de prefrágiles-frágiles vs. robustos.
Se utilizó un nivel de significación estadística p<0,05. El análisis estadístico se realizó con el programa estadístico SPSS® versión 25.
ResultadosLa muestra final fue 408 participantes, con una tasa de respuesta del 86,62%.
La prevalencia de fragilidad se situó en el 27,7%, el 44,8% eran prefrágiles y un 27,4% sujetos no frágiles. Los criterios de Fried más prevalentes en mujeres y varones frágiles fueron la pérdida de fuerza (71,7 vs. 20,4%), seguido de la baja actividad física (66,4 vs. 19,5%) (tabla 1).
Criterios de Fried para los grupos prefrágiles y frágiles por sexo y edad
Criterios fragilidad | Prefrágiln=183 | Frágiln=113 | ||||||||||
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Varones (n=74) | Mujeres (n=109) | Edad | Varones (n=26) | Mujeres (n=87) | Edad | |||||||
n (%) | IC 95% | n (%) | IC 95% | Media (DE) | IC 95% | n (%) | IC 95% | n (%) | IC 95% | Media (DE) | IC 95% | |
Pérdida de peso | 4 (2,2) | 0,6-5,5 | 3 (2,8) | 0,3-4,7 | 82,1 (6,9) | 75,8-88,5 | 6 (5,3) | 2-11-2 | 14 (12,4) | 6,9-19,9 | 84,0 (6,3) | 81,6-87,6 |
Agotamiento | 14 (7,7) | 4,2-12,5 | 25 (13,7) | 9-19,5 | 78,7 (5,7) | 76,9-80,6 | 22 (19,5) | 12,6-28 | 62 (54,9) | 45,2-64,2 | 82,5 (7,1) | 80,9-84,0 |
Baja actividad física | 17 (9,3) | 5,5-14,5 | 18 (9,8) | 5,9-15,1 | 79,8 (7,3) | 77,3-82,3 | 22 (19,5) | 12,6-28 | 75 (66,4) | 56,9-75 | 82,7 (6,9) | 81,3-84,1 |
Lentitud marcha | 11 (6,0) | 3-10,5 | 32 (17,5) | 12,3-23,8 | 81,7 (7,2) | 79,5-83,9 | 15 (13,3) | 7,6-21 | 71 (62,8) | 53,2-71,7 | 84,1 (6,5) | 82,7-85,4 |
Baja fuerza | 54 (29,5) | 23-36-7 | 80 (43,7) | 36,4-51,2 | 80,4 (6,3) | 79,3-81,4 | 23 (20,4) | 13,4-29 | 81 (71,7) | 62,4-79,8 | 83,1 (6,9) | 81,8-84,5 |
Los porcentajes calculados son respecto al total de cada categoría prefrágil/frágil.
DE: desviación estándar; IC: intervalo de confianza.
La edad media de los participantes fue de 79,8 años (DE: 6,64), siendo el 59,1% mujeres. La edad media fue de 83 años (DE: 6,9) en los sujetos frágiles, 79,8 (DE: 6,4) prefrágiles y 76,7 años (DE: 5,3) no frágiles. Las variables sociodemográficas que mostraron asociación significativa con el síndrome de fragilidad (p<0,001), fueron el sexo femenino (77%), viudedad (48,7%), carencia de estudios primarios (65,5%) y de ocupación laboral (41,6%), así como ingresos medios inferiores a 900€ (tabla 2).
Distribución de las características sociodemográficas, por grupos de fragilidad y su asociación con el síndrome de fragilidad
Variables | Total (n=408) | No frágil (n=112) | Prefrágil (n=183) | Frágil (n=113) | ||||||
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Media (DE) | IC 95% | Media (DE) | IC 95% | Media (DE) | IC 95% | Media (DE) | IC 95% | Valor de p | OR (IC 95%) | |
Edad (años) | 79,8 (6,6) | 79,2-80,4 | 76,7 (5,3) | 75,7-77,7 | 79,8 (6,4) | 78,9-80,7 | 83 (6,9) | 81,7-84,3 | <0,001 | 1,9* |
n (%) | IC 95% | n (%) | IC 95% | n (%) | IC 95% | n (%) | IC 95% | Valor de p | OR (IC 95%) | |
Grupos de edad | ||||||||||
70-74 años | 112 (27,5) | 23,2-32,1 | 49 (43,8) | 34,4-53,4 | 47 (25,7) | 19,5-32,7 | 16 (14,2) | 8,3-22 | <0,001 | 1 |
75-79 años | 109 (26,7) | 22,5-31,9 | 35 (31,3) | 22,8-40,7 | 50 (27,3) | 21,0-34,4 | 24 (21,2) | 14,1-29,9 | 1,6 (1-2,9) | |
80-84 años | 72 (17,7) | 14,1-21,7 | 18 (16,1) | 9,8-24,2 | 38 (20,8) | 15,1-27,4 | 16 (14,2) | 8,3-22 | 2,3 (1,2-4,5)** | |
>84 años | 115 (28,2) | 23,9-32,8 | 10 (8,9) | 4,3-15,8 | 48 (26,2) | 20,0-33,2 | 57 (50,4) | 40,9-60 | 8,2 (3,9-17,3)* | |
Sexo | ||||||||||
Varones | 167 (40,9) | 36,1-45,9 | 67 (59,8) | 50,0-69 | 74 (40,4) | 33,3-47,9 | 26 (23,0) | 15,6-31,9 | <0,001 | 1 |
Mujeres | 241 (59,1) | 54,1-63,9 | 45 (40,2) | 31,0-49,9 | 109 (59,6) | 52,1-66,7 | 87 (77,0) | 68,1-84,4 | 2,9 (1,9-4,6)* | |
Estudios | ||||||||||
Sin estudios primarios | 178 (43,6) | 38,8-48,6 | 32 (28,6) | 20,4,37,9 | 72 (39,3) | 32,2-46,8 | 74 (65,5) | 56-74,2 | <0,001 | 1 |
Primarios | 166 (40,7) | 35,9-45,6 | 56 (50) | 40,4-59,6 | 78 (42,6) | 35,4-50,1 | 32 (28,3) | 20,2-37,6 | 0,4 (0,3-0,7)* | |
Secundarios | 24 (5,9) | 3,8-8,6 | 11 (9,8) | 5,01-16,9 | 12 (6,6) | 3,4-11,7 | 1 (0,9) | 0-4,8 | 0,3 (0,1-0,6)** | |
Técnicos | 23 (5,6) | 3,6-8,3 | 7 (6,3) | 2,6-12,5 | 13 (7,1) | 3,8-11,8 | 3 (2,7) | 0,6-7,6 | 0,5 (0-2-1,3) | |
Universitarios | 17 (4,1) | 2,5-6,6 | 6 (5,4) | 2-11,3 | 8 (4,4) | 1,9-8,4 | 3 (2,7) | 0,6-7,6 | 0,4 (0,1,1,2) | |
Estado civil | ||||||||||
Soltero/a | 23 (5,6) | 3,6-8,3 | 2 (1,8) | 0,2-6,3 | 11 (6) | 3-10,5 | 10 (8,9) | 4,3-15,7 | 1 | |
Pareja/casado | 215 (52,7) | 47,7-57,6 | 72 (64,3) | 54,7-73,1 | 99 (54,1) | 46,6-61,5 | 44 (38,9) | 29,9-48,6 | 0,006 | 0,19 (0,4-0,8)** |
Separado/divorciado | 17 (4,2) | 2,5-6,6 | 4 (3,6) | 1-8,9 | 9 (4,9) | 2,3-9,1 | 4 (3,5) | 1,0-8,8 | 0,3 (0,5-1,9) | |
Viudo/a | 153 (37,5) | 32,8-42,4 | 34 (30,4) | 22-39,8 | 64 (35) | 28,1-42,4 | 55 (48,7) | 39,2-58,3 | 0,3 (0,7-1,5) | |
Ocupación (CNO-11) | ||||||||||
Sin ocupación | 127 (31,1) | 26,7-35,9 | 29 (25,9) | 18,1-35,0 | 51 (27,9) | 21,5-35 | 47 (41,6) | 32,4-51,2 | 1 | |
Clase I/II | 18 (4,4) | 2,6-6,9 | 8 (7,1) | 3,1-13,6 | 7 (3,8) | 1,6-7,7 | 3 (2,7) | 0,6-7,6 | 0,016 | 0,4 (0,1-1) |
Clase III/IV | 29 (7,1) | 4,8-10,1 | 9 (8) | 3,7-14,7 | 15 (8,2) | 4,7-13,2 | 3 (2,7) | 0,6-7,6 | 0,7 (0,3-1,6) | |
Clase V/VI | 54 (13,2) | 10,1-16,9 | 9 (8) | 3,7-14,7 | 28 (15,3) | 10,4-21,4 | 17 (15) | 9-23 | 1,5 (0,7-3,4) | |
Clase VII/VIII | 143 (35,1) | 30,4-39,9 | 51 (45,5) | 36,1-55,2 | 63 (34,4) | 27,6-41,8 | 29 (25,7) | 17,9-34,7 | 0,5 (0,3-0,9)** | |
Clase IX | 37 (9,1) | 6,5-12,3 | 6 (5,4) | 2-11,3 | 19 (10,4) | 6,4-15,7 | 12 (10,6) | 5,6-17,8 | 1,5 (0,6-4) | |
Convivencia | ||||||||||
En compañía | 283 (69,4) | 64,6-73,8 | 77 (68,8) | 59,3-77,2 | 131 (71,6) | 64,5-78,0 | 75 (66,4) | 56,9-75,0 | 1 | |
Vive solo | 125 (30,6) | 26,2-35,4 | 35 (31,2) | 22,8-40,7 | 52 (28,4) | 22-35,5 | 38 (33,6) | 25-43,2 | 0,631 | 0,9 (0,6-1,5) |
Ingresos | ||||||||||
>1,350€ | 86 (21,1) | 17,2-25,4 | 37 (33) | 24,4-42,6 | 39 (21,3) | 15,6-28 | 10 (8,8) | 4,3-15,7 | <0,001 | 1 |
900-1,350€ | 150 (36,8) | 32,1-41,7 | 52 (46,4) | 37-56,1 | 67 (36,6) | 29,6-44 | 31 (27,4) | 19,5-36,6 | 1,4 (0,8-2,5) | |
392-900€ | 128 (31,4) | 26,9-36,1 | 17 (15,2) | 9,1-23,2 | 57 (31,1) | 24,5-38,4 | 54 (47,8) | 38,3-57,4 | 4,9 (2,5-9,6)* | |
<392€ | 44 (10,8) | 8-14,2 | 6 (5,4) | 2-11,3 | 20 (10,9) | 6,4-15,7 | 18 (15,9) | 9,72-24 | 4,8 (1,8-12,5)* |
DE: desviación estándar; IC: intervalo de confianza; CNO: clasificación nacional de ocupaciones (Clase I: directores y gerentes; Clase II: Técnicos, científicos e intelectuales; Clase III: Técnicos profesionales de apoyo; Clase IV: Empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina; Clase V: Comerciantes propietarios de tiendas; Clase VI: Trabajadores cualificados agrícolas, ganaderos, forestales y pesqueros; Clase VII: Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y construcción; Clase VIII: Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores; Clase IX: Trabajadores no cualificados en servicios). €: euros; n: número.
Al analizar la asociación entre el estado de fragilidad y las variables clínicas y epidemiológicas estudiadas se encontró que un 33,6% de los sujetos frágiles tenían una comorbilidad alta según el índice de Charlson (OR: 2,7; IC 95%: 1,5-5). La demencia (OR: 10,2; IC 95%; 1,4-76,5; p<0,001), enfermedad renal crónica (OR: 2,1; IC 95%: 1-4,5; p=0,001) e ictus (OR: 3,3; IC 95%: 1,3-8,5; p=0,006) alcanzaron significación estadística (tabla 3).
Distribución de las variables estado de salud y fármacos por grupos de fragilidad y su asociación con el síndrome de fragilidad
Variables | No frágil (112) | Prefrágil (183) | Frágil (113) | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
IC 95% | IC 95% | IC 95% | Valor de p | OR (IC 95%) | ||||
Comorbilidad; n (%) | ||||||||
Ausencia | 83 (74,1) | 65-81,9 | 120 (65,6) | 58,2-72,4 | 51 (45,1) | 35,8-54,8 | <0,001 | 1 |
Baja | 14 (12,5) | 7-20,1 | 32 (17,5) | 12,3-23,8 | 24 (21,2) | 14,1-29,9 | 2,1 (1,1-4)** | |
Comorbilidad alta | 15 (13,4) | 7,7-21,1 | 41 (22,4) | 16,6-29,1 | 38 (33,6) | 25-43,1 | 2,7 (1,5-5)** | |
Demencia | 1 (0,9) | 0,02-4,9 | 9 (4,9) | 2,3-9,1 | 16 (14,2) | 8,3-22 | <0,001 | 10,2 (1,4-76,5)** |
Ictus | 5 (4,5) | 1,5-10,1 | 19 (10,4) | 6,4-15,7 | 20 (17,7) | 11,2-26 | 0,006 | 3,3 (1,3-8,5)** |
ERC | 9 (8) | 3,7-14,7 | 19 (10,4) | 6,4-15,7 | 27 (23,9) | 16,4-32,8 | 0,001 | 2,1 (1-4,5) |
Calidad de vida, media (DE) | ||||||||
CVRS | 60,1 (8,4) | 58,6-61,7 | 57,5 (11) | 55,9-59,1 | 46,5 (11,9) | 44,3-48,7 | <0,001 | 0,95 (0,93-0,97)* |
PCS | 37,3 (8,1) | 35,8-38,8 | 34,7 (9,8) | 33,3-36,1 | 28,5 (9,4) | 26,7-30,2 | 0,94 (0,92-0,97)* | |
MCS | 42,9 (8,6) | 41,3-44,5 | 42 (9,3) | 40,6-43,3 | 33,6 (10,8) | 31,6-35,6 | 0,96 (0,94-0,98)* | |
N.° de fármacos, media (DE) | 4 (2,9) | 3,4-4,5 | 4,9 (3) | 4,4,5,3 | 6,6 (2,9) | 6-7,1 | <0,001 | 1,2 (1,1-1,3)* |
Polimedicado, n (%) | 48 (42,9) | 33,6-52,6 | 93 (50,8) | 43,3-58,3 | 81 (71,7) | 62,4-79,8 | <0,001 | 1,9 (1,2-3)** |
Parámetros antropométricos y estado nutricional | ||||||||
Peso (kg), media (DE) | 75,4 (14,2) | 69,9-74 | 71,9 (14,1) | 66,6-72 | 69,3 (14,4) | 66,6-72 | 0,008 | 0,98 (0,97-0,99)** |
IMC, media (DE) | 29,7 (14,6) | 27-3,5 | 31,7 (36,1) | 26,4-37 | 32 (32,4) | 26-38,1 | 0,82 | 1 (1,0-1,1) |
Estado nutricional, n (%) | ||||||||
Normal | 111 (99,1) | 95,1-100 | 164 (89,6) | 84,3-93,6 | 72 (63,7) | 54,1-72,6 | <0,001 | 1 |
Alterado | 1 (0,9) | 0,01-4,9 | 19 (10,4) | 6,4-15,7 | 41 (36,3) | 27,5-45,9 | 28,2 (3,9-206,3)* |
CVRS: calidad de vida relacionada con la salud; DE: desviación estándar; ERC: enfermedad renal crónica; IC: intervalo de confianza; IMC: índice de masa corporal; kg: kilogramos; LYB: Lawton y Brody; MCS: Mental Component Summary; PCS: Physical Componeny Summary.
Los pacientes frágiles consumen más fármacos que los no frágiles (6,6 [2,9] vs. 4 [2,9]), (OR: 1,1; IC 95%: 1,1-1,3; p<0,001) y el porcentaje de polimedicación alcanza al 71,7% (OR: 1,9; IC 95%; 1,3-3; p<0,001). El 36,3% de los participantes frágiles tenían un estado nutricional alterado (OR: 28,2; IC 95%: 3,9-206,3; p<0,001 (tabla 3).
Mientras que tener una puntuación alta en la escala de percepción de la calidad de vida relacionada con la salud, se consideraba un factor protector (OR: 0,95; IC 95%: 0,93-0,97; p<0,001) (tabla 3), la presencia de deterioro cognitivo (OR: 4,1; IC 95%: 1,8-9,3; p<0,001), depresión (OR: 4,8; IC 95%: 2,7-8,7; p<0,001) o situación de riesgo social (OR: 3,3; IC 95%: 2,5-4; p<0,001) se asociaron con la fragilidad (tabla 4).
Distribución de las características funcionales, cognitivas-afectivas y sociales por grupos de fragilidad y su asociación con el síndrome de fragilidad
Variables | No frágil (n=112) | Prefrágil (n=183) | Frágil (n=113) | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
n (%) | IC 95% | n (%) | IC 95% | n (%) | IC 95% | Valor de p | OR (IC 95%) | |
Dimensión funcional | ||||||||
Ayuda técnica | ||||||||
Sin apoyo | 105 (93,8) | 93,8-87,5 | 137 (74,9) | 74,9-67,9 | 37 (32,7) | 32,7-24,2 | 1 | |
Con apoyo | 7 (6,2) | 6,3-2,6 | 46 (25,1) | 19-32,1 | 76 (67,3) | 67,3-57,8 | <0,001 | 10,5 (4,7-23,4)* |
Deambulación | ||||||||
Normal | 107 (95,5) | 89,9-98,5 | 135 (73,8) | 66,8-80 | 26 (23) | 15,6-31,9 | 1 | |
Alterada | 5 (4,5) | 1,5-10,1 | 48 (26,2) | 20-33,2 | 87 (77) | 68,1-84,4 | <0,001 | 17,9 (7,1-45,3)* |
Alto riesgo de caídas | 63 (56,2) | 56,3-46,6 | 151 (82,5) | 82,5-76,2 | 113 (100) | — | <0,001 | 6,4 (3,8-10,8)* |
Una caída en el último año | 22(19,6) | 12,7-28,2 | 53 (29) | 22,5-36,1 | 55(48,7) | 39,2-58,3 | <0,001 | 2,4 (1,4-4)* |
Dependencia | ||||||||
Independencia en AVBD: | 103 (92,0) | 85,3-96,3 | 127 (69,4) | 62,2-76,0 | 33 (29,2) | 21-38,5 | 1 | |
Dependencia en AVBD | 9 (8,0) | 3,7-14,7 | 56 (30,6) | 24-37,8 | 80 (70,8) | 61,5-79,0 | <0,001 | 9,7 (4,7-20)* |
Independencia AVBD | 87 (77,7) | 68,8-85 | 115 (62,8) | 55,4-69,9 | 23 (20,4) | 13,4-29,0 | 1 | |
Dependencia AVBD | 25 (22,3) | 15-31,2 | 68 (37,2) | 30,1-44,6 | 90 (79,6) | 71,0-86,6 | <0,001 | 4 (2,4-6,6)* |
Discapacidad | 1 (0,9) | 0-4,9 | 20 (10,9) | 6,8-16,4 | 55 (48,7) | 39,2-58,3 | <0,001 | 37,7 (5,2-274,5)* |
Dimensión cognitiva y afectiva | ||||||||
Estado cognitivo | ||||||||
Normal | 105 (93,8) | 87,6 | 156 (85,2) | 79,3-90,1 | 76 (67,3) | 57,8-75,8 | <0,001 | 1 |
Deterioro cognitivo | 7 (6,2) | 2,6 | 27 (14,8) | 10-20,7 | 37 (32,7) | 24,2-42,2 | 4,1 (1,8-9,3)** | |
Estado afectivo | ||||||||
Normal | 97 (86,6) | 78,9-92,3 | 140 (76,5) | 69,7-82,2 | 30 (26,5) | 18,7-35,7 | <0,001 | 1 |
Depresión | 15 (13,4) | 7,7-21,1 | 43 (23,5) | 17,6-30,3 | 83 (73,5) | 64,3-81,3 | 4,8 (2,7-8,7)* | |
Riesgo social | ||||||||
Buena situación social | 80 (71,4) | 62,1-79,6 | 99 (54,1) | 46,6-61,5 | 20 (17,7) | 11,2-26,0 | <0,001 | 1 |
Riesgo social | 30 (26,8) | 18,9-36,0 | 75 (41,0) | 33,8-48,5 | 73 (64,6) | 55,1-73,4 | 3,3 (2-5,4)* | |
Problema social | 28 (25,0) | 17,3-34,1 | 9 (4,9) | 2,3-9,1 | 20 (17,7) | 11,2-26,0 | 9,8 (2,3-42)* |
AIVD: Actividades instrumentales de la vida diaria; AVBD: actividades de la vida diaria; IC: intervalo de confianza.
El perfil funcional del sujeto frágil se corresponde con el de una persona que presentaba una deambulación alterada (OR: 17,9; IC 95%: 7,1-45,3; p<0,001), requería apoyo para la marcha (OR: 10,5; IC 95%: 4,7-23,4; p<0,001) y presentó un elevado riesgo de caídas (OR: 6,4; IC 95%: 3,8-10,8; p<0,001). Igualmente la dependencia para las ABVD (OR: 4; IC 95%: 2,4-6,6; p<0,001), para las instrumentales (OR: 9,7; IC 95%: 4,7-20; p<0,001) y discapacidad (OR: 37,7; IC 95%: 52,2-274,5); p<0,001) se asociaron con la fragilidad (tabla 4).
DiscusiónLa prevalencia de fragilidad en población de edad >70 años de nuestra ZBS se situó en el 27,7%. Estudios internacionales, reportan cifras de prevalencia que varían entre el 4-60%3, mientras que los datos publicados en nuestro país oscilan entre el 8,4-20,4%5,20,21. Santos-Eggimann et al.22, en un estudio a nivel europeo, detallan unas cifras de prevalencia en España en una edad >65 años similares a las nuestras, el 27,3%; más recientemente Rivas-Ruiz et al.23 en una población similar a la nuestra, reportaron cifras del 26,25%. Las diferencias de prevalencia se pueden explicar por variabilidad de las poblaciones seleccionadas (edad, institucionalizados y características socioeconómicas)4,5 y los criterios de fragilidad utilizados, lo que impide la comparación entre los diversos estudios3,5,20. El alto porcentaje de participantes prefrágiles (44,8%), es similar al reportado por otros estudios españoles4,24.
La fragilidad tiene una asociación consistente con la edad avanzada, el sexo femenino, la ausencia de estudios, la viudedad y un bajo nivel económico, lo que coincide con la práctica totalidad de publicaciones22,25. Se confirma el aumento exponencial de la fragilidad con la edad, llegando a alcanzar una prevalencia del 50,4% en >84 años; cifras superiores a las reportadas en sus estudios por García-García et al.5 (27,3%), Collard et al.3 (26,1%) y Escobar-Bravo et al.26 (14,8%). Esto puede ser explicado por la alta esperanza de vida de la población española, y en concreto en Asturias donde presenta la mayor tasa de envejecimiento1.
En el presente estudio, 8 de cada 10 participantes frágiles eran mujeres, la fuerte asociación de la fragilidad con el sexo femenino es recogida por diversos estudios nacionales20,21,23 e internacionales3. Las mujeres con mayor esperanza de vida1, es lógico que tengan una mayor probabilidad de desarrollar el síndrome de fragilidad que los varones; este hallazgo también podría ser explicado por el menor porcentaje de masa magra y fuerza muscular que presentan3.
Con respecto al estado de salud, encontramos una asociación significativa entre el síndrome de fragilidad y un menor hábito tabáquico y alcohólico, resultados coincidentes con otros estudios20,24,26.
Existió una fuerte asociación entre el síndrome de fragilidad y un estado nutricional alterado26, el 36,3% de los participantes frágiles vs. 0,9% de los participantes no frágiles. Verlaan et al.27, en una reciente revisión sistemática y metaanálisis, concluyeron que 2 de cada 3 sujetos desnutridos eran frágiles, pero solo el 10% de los sujetos frágiles estaban desnutridos. Estos datos, ponen de manifiesto la estrecha y bilateral relación que existe entre la desnutrición o riesgo de la misma y la fragilidad.
Un tercio de los sujetos frágiles presentó una comorbilidad elevada, en comparación con el 13,4% de los sujetos no frágiles. Resultados similares concluyen Espinoza et al.28 en una revisión sistemática, donde el 30-40% de los participantes presentaron simultáneamente fragilidad y comorbilidad alta.
La relación entre la polifarmacia y la fragilidad es compleja y bilateral29, 7 de cada 10 personas frágiles tomaban 5 o más medicamentos (71,7%) correspondiendo el mayor consumo a los fármacos del SNC (82,3%). Una reciente revisión sistemática30, señala cómo la polifarmacia por sí misma debido a diferentes mecanismos (interacciones entre fármacos, efectos adversos, riesgo de caídas, etc.) pueden potenciar o generar fragilidad. Se debe plantear la actuación sobre la prescripción inadecuada y la polifarmacia, sobre todo en lo que se refiere a los fármacos del SNC, contribuyendo a disminuir o revertir el síndrome de fragilidad.
Los aspectos funcionales están descritos como el mejor predictor de fragilidad21, constatándose en el presente estudio, donde los sujetos frágiles presentaron una velocidad en la marcha reducida, dependencia para ABVD y AIVD, baja fuerza muscular, necesidad de ayuda técnica para la marcha, baja actividad física y una deambulación insegura. Casi la mitad de los participantes frágiles presentaron una discapacidad física; esta situación fue analizada en múltiples estudios2,6,29, llegándose a considerar la fragilidad como un precursor fisiológico de la discapacidad.
En ocasiones, las caídas son el primer síntoma visible del deterioro funcional, existió una asociación entre la fragilidad y las caídas, 4 de cada 10 sujetos frágiles tuvieron ≥1 caídas en el último año20,26.
La calidad de vida autopercibida tiene una asociación inversamente significativa con la fragilidad, considerada como una variable protectora (OR: 0,95; IC 95%: 0,93-0,97)26, sobre todo en lo que respecta a su salud física; el alto porcentaje de discapacidad y dependencia que presentan las personas frágiles, lleva a un rendimiento físico inferior al deseado.
Presentar un deterioro cognitivo cuadriplica el riesgo de desarrollar un síndrome de fragilidad (OR: 4,1; IC 95%: 1,8-9,3); confirmándose la hipótesis de la fuerte relación entre la fragilidad y el deterioro cognitivo5,23. Al ser un factor con tratamiento que precede al síndrome de fragilidad, tiene que ser incluido en el cribado del síndrome de fragilidad.
Al analizar el estado emocional, la depresión estuvo presente en el 47,8% de los sujetos frágiles, cifras similares a las reportadas por estudios españoles como el de Escobar et al. (53%)26 y García-García et al. (46,5%)5. La fuerte asociación entre fragilidad y depresión (OR: 4,8; IC 95%: 2,7-8,7) tiene sentido, ya que uno de los criterios de fragilidad de Fried es el agotamiento que, a su vez, es criterio diagnóstico para la depresión5.
Más de la mitad de los participantes del estudio viven en riesgo social y un 17% con un problema social establecido; cifras similares de riesgo social (57%) reporta el estudio de Díaz Navarro et al.29.
El presente estudio tiene algunas limitaciones, el diseño transversal hace que no se puedan inferir relaciones de causalidad, aunque los resultados obtenidos se encontrarían en la línea de otros estudios de base poblacional, pudiendo ser extrapolables y aplicables a la práctica clínica. Parte de la información, se obtuvo mediante entrevista clínica con el participante o cuidador, pudiendo estar afectada su veracidad. Sin embargo, las variables principales del estudio se basaron en mediciones objetivas con instrumentos con validez y fiabilidad, por lo que tal limitación, afectaría solo a determinadas variables secundarias. Hay que tener en cuenta que se han excluido las personas con un grado III de dependencia, ya que una vez que se alcanza este grado de dependencia ya no hay reversibilidad, teniendo en cuenta que la prevalencia sería mayor si se incluyesen este grupo de personas. La falta de estandarización de un instrumento de fragilidad, hace que los datos entre los diversos estudios no sean comparables en muchos casos.
Entre las fortalezas cabe destacar, la elevada tasa de participación (86,6%) y la variedad de variables analizadas, que influyen potencialmente en el desarrollo del síndrome de fragilidad. A diferencia de otros estudios, se incluyeron participantes que no se podían desplazar al centro de salud, aumentando el espectro de los participantes del estudio.
ConclusionesDos de cada 10 adultos ≥70 años en la ZBS del Llano son frágiles. El perfil sociodemográfico de fragilidad se corresponde con una mujer >84 años, viuda, con un bajo nivel económico, sin estudios primarios y en situación de riesgo social. En el ámbito clínico, la edad, la comorbilidad y la polifarmacia, así como la enfermedad cognitivo-afectiva se asociaron con la fragilidad. Se requieren más estudios de fragilidad en la población española para contrastar estos resultados. Una homogenización y estandarización de un instrumento y de la edad de cribado de la fragilidad, contribuirían a la disponibilidad de datos poblacionales más comparables.
Se configura la fragilidad como un síndrome multifactorial, en el que además de los criterios de Fried deben ser analizados aspectos del estado de salud, funcionales, cognitivos-afectivos y sociales, recogidos en la valoración geriátrica integral (VGI), para desarrollar los esquemas de valoración, prevención y programas de intervención para las personas mayores frágiles de la comunidad.
Incorporar el cribado de fragilidad de las personas mayores en AP, permitiría la detección e intervención precoz de los pacientes frágiles o prefrágiles, evitando la evolución hacia un estado irreversible de discapacidad y reduciría la morbimortalidad, con la consiguiente mejora del estado de salud de nuestra población y reducción del coste sanitario.
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Aunque no existe una herramienta «gold standard» para el cribado de la fragilidad, la más utilizada es el fenotipo de fragilidad con los 5 criterios de Fried: pérdida involuntaria de peso, agotamiento, lentitud de movilidad, debilidad muscular y bajo nivel de actividad física.
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La homogenización y estandarización de un instrumento de medida y de la edad de cribado de la fragilidad, contribuiría a la disponibilidad de datos poblacionales más comparables.
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La prevalencia de fragilidad en una población española de Asturias de adultos de 70 o más años se sitúa en el 27,7%, superior a otros estudios españoles.
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El 51,3% de los adultos frágiles, no presentaban un estado de discapacidad, por lo tanto, una detección e intervención precoz en las personas con fragilidad, evitaría la evolución hacia un estado irreversible de discapacidad y por consiguiente una disminución del coste sanitario.
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Se configura la fragilidad como un síndrome multifactorial, en el que además de los criterios de fragilidad de Fried deben de ser analizados aspectos del estado de salud, funcionales, cognitivos-afectivos y sociales.
Esta investigación ha sido financiada por la Fundación para la Investigación e Innovación Biosanitaria del Principado de Asturias. Beca Fomento de Proyectos de Investigación entre Investigadores de Atención Primaria y Cuidados de Salud, por el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias.
Conflicto de interesesLos autores declaran que no existe conflicto de intereses.
A todos los participantes de este estudio y a las enfermeras y médicos de AP que han colaborado en la realización del estudio.