El síndrome de la costilla deslizante causa dolor intenso en los pacientes por otra parte sanos. Se presenta el caso de una mujer de 24 años con dolor abdominal y vómitos diagnosticada de este síndrome. Esta enfermedad consiste en hipermovilidad de las costillas falsas anteriores por fijación ligamentosa inadecuada. Se produce subluxación repetitiva de los cartílagos costales y una costilla se desliza por detrás de la superior. El diagnóstico es de exclusión, según la clínica y la maniobra «del gancho». Frecuentemente el diagnóstico es tardío por desconocimiento de las afecciones de la pared toracoabdominal, centrando los esfuerzos en el origen visceral. Puede llevar a pruebas diagnósticas innecesarias, por lo que conocer este síndrome es determinante para su diagnóstico y su manejo apropiado.
Slipped rib syndrome causes intense pain in otherwise healthy patients. The case is presented of a 24 year-old woman with abdominal pain and vomiting, who was diagnosed with this syndrome. This pathology consists of the hypermobility of the false anterior ribs due to inadequate ligament fixation. Subluxation of the costal cartilages occurs and a rib slides behind the upper one. The diagnosis is one of exclusion, according to the clinical picture and the “hooking” manoeuvre. The diagnosis is often delayed due to lack of knowledge of thoracoabdominal wall disorders, focusing efforts on the visceral origin. This may lead to unnecessary diagnostic tests, which is why being aware of this syndrome is a determining factors for its successful diagnosis and proper management.
El síndrome de la costilla deslizante es una enfermedad infrecuente por hipermovilidad de las costillas falsas anteriores, habitualmente en individuos sin otra enfermedad previa1–4.
Se presenta el caso de una mujer de 24 años sin otros antecedentes que la consulta por dolor abdominal y vómitos con intolerancia oral. Refiere epigastralgia continua que irradia al resto del abdomen y espalda. Empeora con la ingesta. Estable hemodinámicamente. Requiere mórficos para control del dolor. Analítica de sangre y ecografía y tomografía computarizada abdominal sin hallazgos. Esofagogastroduodenoscopia muestra divertículo en fundus gástrico y datos de gastritis crónica en antro, confirmada con biopsias. Helicobacter pylori negativo. Resonancia magnética abdominal y colangiorresonancia objetivan pectus excavatum, por lo que se realiza ecografía torácica dinámica (fig. 1). Se evidencian alteraciones en la situación y movilidad de los cartílagos de la octava y novena costillas en hemitórax izquierdo. Se decide escisión del cartílago costal. Posteriormente la paciente se encuentra asintomática.
Este caso muestra la presentación típica del síndrome de la costilla deslizante. La hipermovilidad costal desencadena subluxación de los cartílagos costales, y la costilla afectada se desliza por detrás de la costilla superior1–4. El dolor se origina por compresión del nervio intercostal. Habitualmente se afectan las costillas octava a décima, ya que están unidas anteriormente por cartílago en niños y una banda fibrosa en adultos1,3–7. Se puede acompañar de náuseas y vómitos que dificultan el diagnóstico3. Normalmente hay un antecedente de traumatismo consciente o inconsciente1,3.
Es poco frecuente, pero origina dolor recurrente en tórax inferior, flanco o abdomen superior6,7. Su prevalencia real no se conoce por frecuente infradiagnóstico3,5,6. Puede ocurrir a cualquier edad, pero es más habitual en adultos de edad media, y se presenta en ambos géneros por igual3,5,7. A menudo se asocia con pectus excavatum3. Habitualmente es unilateral1.
La inervación de los nervios intercostales y el sistema simpático visceral converge en los mismo niveles medulares, por lo que puede simular enfermedad visceral, retrasando el diagnóstico y tratamiento3,6. El diagnóstico del síndrome de la costilla deslizante es de exclusión1, según los síntomas y la maniobra «del gancho»4–7. Las pruebas complementarias se suelen usar para descartar otras enfermedades7, aunque algunos autores3,5 recomiendan la ecografía para confirmar casos difíciles. El manejo de la enfermedad depende de la gravedad de los síntomas1. Cuando el dolor es ligero o intermitente basta evitar ejercicios que aumentan el dolor, el frío y los analgésicos1,5. Si el dolor es moderado se requieren medidas más invasivas, incluso el bloqueo del nervio intercostal o la infiltración local de anestésico o esteroides1,5. Cuando falla el tratamiento conservador o está reducida la calidad de vida se realiza escisión del cartílago costal, con buenos resultados1–3,5. En casos refractarios se ha considerado la toxina botulínica1. Sin embargo, para algunos autores5 recomiendan directamente la cirugía.
En conclusión, el diagnóstico del síndrome de la costilla deslizante frecuentemente es tardío porque los médicos no están entrenados en enfermedad de la pared toraco-abdominal, y centran sus esfuerzos en la etiología visceral. La localización del dolor puede llevar a pruebas complementarias innecesarias, por lo que conocer esta enfermedad es fundamental para un diagnóstico y manejo apropiados.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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El síndrome de la costilla deslizante es una enfermedad infrecuente por hipermovilidad de las costillas falsas anteriores.
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Habitualmente aparece en individuos sin otra enfermedad previa.
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Origina dolor recurrente en tórax inferior, flanco o abdomen superior.
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El diagnóstico del síndrome de la costilla deslizante es de exclusión, según los síntomas y la maniobra «del gancho».
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Conocer esta enfermedad es fundamental para evitar un diagnóstico tardío y para que el manejo sea apropiado.