Los aneurismas aórticos de origen postraumático son entidades infrecuentes, siendo un diagnóstico incidental en la mayoría de los casos. Dado que la primera porción de la aorta torácica es la localización habitual, el tratamiento endovascular supone una excelente opción terapéutica, como mostramos a continuación.
CasosEn los últimos 5 años, se han detectado 3 casos de aneurismas en cayado aórtico distal y primera porción de aorta torácica descendente de morfología sacular, en pacientes con antecedentes de traumatismo cerrado de alta energía, con edades comprendidas entre 45–65 años y presentando sintomatología en uno de ellos (disfonía grave). Los diámetros abarcaron entre 55–65mm (transversal), y en todos existía afectación de la salida de la subclavia izquierda. Como estudio preoperatorio, se incluyó arteriografía de troncos supraaórticos previa a la realización de bypass carotidosubclavio (injerto de Gore-Tex anillado) en todos los pacientes, seguida en un segundo tiempo de implantación de endoprótesis vía femoral, sellando el aneurisma con oclusión de subclavia izquierda de forma óptima en todos los casos y sin detectarse fugas durante el seguimiento a 2 años.
ConclusionesEs necesario un alto índice de sospecha de esta patología en pacientes con antecedentes de traumatismo de alta energía. Debido a la localización anatómica secundaria al origen traumático, el estudio de troncos supraaórticos y polígono de Willis es fundamental en la planificación quirúrgica de un tratamiento híbrido o endovascular aislado.