la resección cuadrangular es referente en la reparación del prolapso de velo posterior. El velo anterior plantea más limitaciones, siendo la transposición de cuerdas y el implante de neocuerdas los procedimientos más empleados. Analizamos eficacia y versatilidad de la reparación con neocuerdas en cinco variantes de prolapso mitral (vídeo).
Material y métodoshan sido intervenidos 5 pacientes con distintos tipos de prolapso. Tres con deficiencia fibroelástica: varón de 52 años con prolapso de velo posterior, varón de 76 años con prolapso de ambos velos y mujer de 64 años con prolapso comisural. Otros 2 pacientes con síndrome de Barlow: mujer de 58 años con prolapso de velo posterior y varón de 52 años con prolapso de ambos velos. En todos se implantaron neocuerdas (politetrafluoroetileno [PTFE] CV-4) sin resección de tejido.
Anclaje en el músculo papilar correspondiente con punto simple, sin parche ni anudado. Implante en el extremo del velo con varios puntos a lo largo de la superficie de coaptación (mayor remodelado de dicha superficie en caso de exceso de tejido). Repliegue del velo sobre el anillo y anudado de neocuerdas.
Resultadosausencia de regurgitación residual o SAM y preservación de la movilidad de ambos velos. Pacientes asintomáticos y sin eventos relacionados con la válvula (seguimiento medio: 12±6 meses).
Conclusionesla reparación con neocuerdas se ha mostrado versátil y eficaz en un grupo variado de prolapsos de la válvula mitral. La técnica empleada evita la resección de tejido y mantiene la movilidad de ambos velos, logrando un resultado funcional excelente.