La Real Academia Española de la lengua define al ego. Del lat. ego, yo:
- 1.
En el psicoanálisis de Freud, instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superyó y la realidad del mundo exterior.
- 2.
Exceso de autoestima1.
En su contraparte tenemos la definición de humildad. Del lat. humil¿tas, -ātis:
- 1.
Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades, y en obrar de acuerdo con este conocimiento.
- 2.
Bajeza de nacimiento o de otra cualquier especie.
- 3.
Sumisión, rendimiento2.
El Dr. Julio Mayol3, cirujano español del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y Académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina, describe de la siguiente manera sobre el ego de los cirujanos:
«Todos los seres humanos tenemos ego, unos más otros menos, pero todos tenemos un ego al que intentamos satisfacer, especialmente los cirujanos, por la naturaleza del trabajo que realizan, por la presión a la que están sometidos, compensan con su ego el enfrentamiento continuo con la realidad y la frustración. Es una manera de intentar asumir la incertidumbre por un lado. Tener un ego fuerte te permite enfrentarte a situaciones de las que no conoces cuál va ser el resultado de antemano, que además no dependen de otros, sino que dependen de ti, tenemos bastante conciencia de que los efectos dependen de nuestra manipulación; aunque eso no siempre sea así, hay otros que están alrededor y que también son importantes, pero los 2 tenemos mucha conciencia de que lo que nosotros tocamos o hacemos y que puede tener consecuencias, y sobre todo es muy difícil enfrentarte a otro ser humano y decirle: tengo que hacer esto y no creer que uno es el mejor profesional disponible en ese momento.
Sería casi enfermizo decirle a alguien, a otro ser humano que tiene un problema, que hay que arreglárselo y no creer que tú eres al menos la mejor persona, si no la única o al menos la mejor persona que puede solucionarle ese problema»3.
La descripción pasada podría encuadrar con los urgenciólogos, cardiólogos, intensivistas, traumatólogos, enfermeras especializadas, paramédicos, etc.
Es importante que los «egos» de los profesionales médicos se encaucen hacia el objetivo máximo del beneficio al paciente, y que no sean banderas de disputa y encono, rompiendo el espíritu de gremio.
Al fin de cuentas un «sano ego» es necesario para la correcta realización de una actividad humana, sobre todo aquella en la cual está involucrada la salud de nuestros semejantes.