En la adolescencia el desarrollo de los quistes paraováricos anexiales son poco frecuentes; su incidencia es del 10% y generalmente son benignos.
Caso clínicoAdolescente femenino de 15 años de edad, sin antecedentes familiares y personales patológicos de importancia para su padecimiento; este fue de 6 meses de evolución, con dolor abdominal en meso e hipogastrio y fosa iliaca derecha, acompañado de estreñimiento de hasta 3 días y de un aumento de volumen en su parte baja del abdomen, apreciándose más en el lado derecho. En el examen físico se corroboró la presencia de tumor abdominal, y con la maniobra abdominorrectal se palpó un tumor por delante del recto y sin implantes. Los estudios de imagen ratificaron la presencia de un tumor de anexos del lado derecho.
Se practicó laparotomía encontrándose quiste paraovárico del lado derecho, el cual se resecó en su totalidad. El diagnóstico histológico fue de un cistadenoma.
La evolución postoperatoria fue satisfactoria.
DiscusiónSe discuten algunos datos epidemiológicos y los signos ultrasonográficos que ratifican la presencia del quiste paraovárico, y se menciona brevemente el tratamiento laparoscópico para esta patología.
Adnexal paraovarian cysts are not frequently seen during teen development, their incidence is around 10% and usually benign.
Clinical caseAdolescent female 15 years old with no pathological family and personal history relevant to her current condition. Chief complaint: Six months ago she complained with abdominal pain in meso, hypogastrium and right iliac fossa. Later, she observed an increased volume on her lower quadrant of the abdomen, mostly on her right side. During physical examination an abdominal tumor was palpated. By an abdominal-rectal manouvre, the presence of tumor was confirmed and located in front of the rectum and no implants. Imaging studies confirmed a paraovarian cyst.
She underwent on surgical laparatomy and a paraovarian cyst was found. The histological diagnosis was a cystadenoma.
The postoperative course was satisfactory.
DiscussionEpidemiological data and ultrasonographic findings are examined to confirm the diagnosis of paraovarian cyst. The laparoscopic treatment for adnexal problems is described.
En la adolescencia el desarrollo de quistes paraováricos anexiales es poco frecuente; la incidencia es del 10% y generalmente son benignos. Su crecimiento es lento y progresivo, aunque algunas veces pueden aumentar de tamaño rápidamente. La sintomatología más frecuente es el dolor en la parte baja del abdomen, que puede ser pasajero o intermitente. En quistes grandes pueden comprimir los tractos digestivo y urológico; algunas pacientes tienen estreñimiento no severo. Su diagnóstico es clínico y se ratifica por medio de la ecosonografía. El tratamiento de esta patología generalmente es quirúrgico1.
Tuvimos una paciente adolescente con quiste paraovárico que nos motivó a presentarlo y hacer una pequeña revisión de la bibliografía.
Caso clínicoAdolescente femenino de 15 años de edad sin antecedentes familiares y personales patológicos de importancia. Su esquema de vacunación era incompleto y no se refirieron alergias ni procedimientos quirúrgicos previos. Inició la menstruación a los 13 años de edad, siendo actualmente sus períodos regulares.
Su padecimiento fue de 6 meses de evolución, con dolor abdominal pasajero localizado en meso e hipogastrio y fosa iliaca derecha, que se acompañó de estreñimiento hasta de 3 días. Un mes atrás notó aumento de volumen en meso e hipogastrio, haciendo prominencia más hacia el lado derecho del abdomen. Negó síntomas urinarios y no había tenido fiebre.
Examen físico: paciente femenino con buen desarrollo corporal que se encontraba orientada en tiempo, lugar y espacio. Además, sus caracteres sexuales secundarios por la valoración de Tanner correspondían a la edad de 15 años (score número 5).
Sus signos vitales fueron normales, con una PA 110/75mmHg, peso 55kg. La exploración cardiopulmonar se encontró sin alteraciones y los ruidos cardiacos fueron normales, sin detectar soplos.
Abdomen: mostró aumento de volumen en la parte inferior abarcando meso, hipogastrio y fosa iliaca derecha con fondo por arriba de la cicatriz umbilical; la superficie era lisa, poco móvil e indolora; la peristalsis era normal. Mediante la maniobra abdominorrectal se palpó una tumoración por delante del recto y no se encontraron implantes (fig. 1). Por vía vaginal no hubo escurrimiento de líquido ni huellas de sangrado.
Extremidades y sistema nervioso sin datos patológicos.
Los exámenes de laboratorio fueron normales.
En el ultrasonido abdominal se encontró una tumoración quística paraovárica de lado derecho de pared delgada; en su interior contenía líquido no hemorrágico; desplazaba el útero hacia el lado izquierdo y comprimía la vejiga en su parte superior. También se observó ovario ipsilateral sin alteraciones aparentes (fig. 2).
Se le practicó un examen de colon por enema, donde se observó que el quiste hacía presión sobre el intestino delgado-íleon y desplazaba el sigmoides hacia el lado izquierdo y atrás (fig. 3).
Poco después y bajo anestesia general se practicó laparotomía con incisión transversa infraumbilical, observando la tumoración del lado derecho, comprimiendo y desplazando el útero hacia la izquierda. Acto seguido de la apertura de la cubierta peritoneal y con disección roma se logró disecar y resecar completamente toda la tumoración; en el lado izquierdo se encontró un pequeño quiste (hidátide de Morgagni), realizándose la exéresis del mismo. No hubo complicaciones (figs. 4 y 5). El diagnóstico postoperatorio fue de un quiste paraovárico.
En el estudio histopatológico la pieza se describió como quiste de 14cm de longitud, de pared fibrosa delgada y transparente, revestido de epitelio columnar y tejido fibroso. El líquido fue de aspecto claro seroso y no se midió la cantidad. En una segunda revisión se observó también un tejido intraquístico de color café claro, de una longitud de 5×5cm, de forma papilar y altura pequeña. El diagnóstico histológico fue de un cistadenoma seroso paraovárico.
La evolución postoperatoria fue satisfactoria y se dio de alta en buenas condiciones generales. Un año después, en una cita de control, permanecía asintomática con desarrollo psicomotor y ponderal normales para su edad.
DiscusiónLos quistes paraováricos se localizan en el ligamento ancho entre la trompa de Falopio y el ovario; desde el punto de vista histológico, el 68% son de origen mesotelial, el 30% de restos embrionarios paramesonéfricos y el 2% de mesonéfricos. De las lesiones anexiales le corresponden el 10% y además, de todas las urgencias ginecológicas se presentan en el 3% de los casos2,3.
Durante su evolución clínica las pacientes presentan la mayoría de las veces síntomas digestivos, como la sensación de pesantez en la parte inferior del abdomen y dolor, que puede ser ligero, pasajero o en ocasiones frecuente, pero tolerable; otras jóvenes refieren síntomas urinarios como la polaquiuria, acompañada algunas veces por fiebre.
Un menor número de adolescentes debutan con una afección aguda del abdomen y es cuando surgen complicaciones tales como la hemorragia intraquística, la perforación del quiste con hemoperitoneo, la torsión de la tumoración o de la trompa de Falopio del mismo lado3-6.
La ultrasonografía en los quistes paraováricos es de gran ayuda pues ratifica el diagnóstico clínico; en el caso que se presenta, el ultrasonido mostró características de ser una patología benigna y los datos fueron: forma ovoidea con ecotextura capsular delgada de 3mm de grosor, con líquido hipodenso que no se midió, localizado en la parte superior del ovario y por debajo de la trompa de Falopio1.
En la descripción patológica de nuestro caso, se hace referencia a un tejido papiliforme unido a la parte interna del quiste; esto debe tomarse en cuenta puesto que se han reportado tumores a partir de ese tejido, como el cistadenocarcinoma y el carcinoma papilar. Por esta razón el ultrasonido es una herramienta que debe ser practicada por un radiólogo con experiencia que pueda observar estas estructuras, el tejido nodular o papilar. El ultrasonido preoperatorio puede ser de gran ayuda siguiendo los parámetros del Dr. Priest, quien lo emplea para tumores ováricos. En este sistema se toman en consideración la medida y el grosor de la capsula quística, el volumen del líquido, las septaciones y el tejido tumoral intraquístico7 (tabla 1).
El diagnóstico diferencial del quiste paraovárico debe incluir, entre ellas, algunas de las siguientes patologías: la duplicación intestinal, las hernias internas, el linfangioma intestinal y los quistes de inclusión peritoneal8,9. Como causas que producen afección aguda del abdomen tenemos la apendicitis complicada de varios días de evolución, el hidrosálpinx, la torsión ovárica y el embarazo ectópico.
El tratamiento quirúrgico abierto para los pacientes con quiste paraovárico, todavía se realiza en algunas instituciones con menos recursos y personal capacitado, como el caso presentado. Actualmente, la cirugía laparoscópica es una acción preponderante en las instituciones con profesionistas y equipo especializado, con menos trauma para el paciente y mejores resultados. En este procedimiento no es necesaria la preparación intestinal y una vez anestesiada la paciente, se vacía la vejiga con un catéter. Se aplican 3 puertos de 5 y 3mm: el de la cámara se sitúa en la cicatriz umbilical, y los otros 2: uno en el cuadrante inferior derecho y el otro en el izquierdo. De ser necesario se puede aplicar otro puerto supraumbilical. Una vez observada la anatomía interna y en el punto más superior del quiste se abre una ventana en el ligamento ancho, sobre el área del mesosálpinx, con electrocauterio bipolar que nos permitirá disecar todo el quiste en su alrededor hasta llegar al fondo y poderlo resecar con delicadeza. Ocasionalmente se hace punción en los quistes grandes para vaciar su contenido y poder hacer una buena disección; una vez terminada la exéresis del quiste se revisa la anatomía del ligamento, los ovarios y las trompas de Falopio, para restituirlos a su sitio normal10.
Todo quehacer médico debe tener una fuerte dosis de humanismo y recordar que vivimos en una sociedad cada día más exigente y el médico en la actualidad debe seguir con una educación médica continua.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores han obtenido el consentimiento informado de los pacientes y/o sujetos referidos en el artículo. Este documento obra en poder del autor de correspondencia.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.