He leído el interesante trabajo de Brox Jiménez et al1 sobre el uso de la bolsa de Bogotá. Como refieren los autores, este método fue descrito en un medio de escasos recursos, similar al nuestro.
En el año 2002 publicamos una experiencia de 7 años con abdomen abierto y contenido por sepsis abdominal grave2, sobre 113 pacientes. Frente a lo que consideramos buenos resultados, haré una síntesis de la técnica utilizada. En la tabla 1 figuran los diagnósticos de inclusión.
TABLA 1. Diagnósticos de inclusión
Decidida la “laparostomía temporaria”, se coloca polietileno esterilizado previamente con óxido de etileno, multiperforado y medido para que sobrepase generosamente los bordes laparotómicos; se ubica dentro del peritoneo, sin fijación alguna, y se adiciona algún corte al plástico para el ligamento redondo, alguna ostomía, etc. Para grandes laparotomías, se efectúan pocos y gruesos puntos extraperitoneales y subdérmicos. Esta maniobra evita la separación exagerada de los bordes cuando la técnica se prolonga, al punto que nunca utilizamos injertos. En el espesor de la pared colocamos gasas húmedas, algunas introducidas por debajo de los puntos, para prevenir cizallamiento de asas. Todos los pacientes reingresan al quirófano para sus “toilettes”,a partir de las 48 horas.
Una rápida comparación de resultados mostró, para nuestra serie, una edad promedio menor, de 42 (intervalo, 17-84) años. El predominio masculino fue mayor (62,27%). La mortalidad alcanzó el 35,39%, pero al igual que para el grupo de Brox, las causas se vincularon a enfermedades de base; 4 pacientes no tuvieron “toilettes” por mortalidad precoz y los restantes ingresaron 3,6 veces promedio a quirófano.
Con este método se descartaron costos mayores3, pero sólo en días/cama se utilizaron 2.909, con 25,74 días promedio.