Sr. Director:
Madrazo et al1 han presentado recientemente en Cirugía Española una magnífica revisión sobre el body packer, una patología emergente en el entorno de centros sanitarios próximos a aeropuertos y en otros lugares alejados de estas instalaciones2.
En relación con el manejo terapéutico del body packer con intoxicación por cocaína, no compartimos su propuesta de que la laparotomía urgente y la extracción de los paquetes ocupe una tercera línea terapéutica, tras el manejo sintomático y el ingreso en la unidad de cuidados intensivos. La cocaína es una droga sin antídoto y, en caso de intoxicación, el paciente puede tener rápidamente insuficiencia cardiocirculatoria con parada cardíaca no recuperable. Por ello, los signos de hiperestimulación adrenérgica justifican, al mismo nivel que la aplicación de medidas sintomáticas adecuadas, la laparotomía urgente3.
Por otro lado, en su algoritmo no contemplan la analítica en busca de drogas de abuso en la orina. Creemos que la práctica sistemática de estos análisis permite detectar, hasta en el 78% de los casos, la presencia de estas sustancias4, y en caso de positividad, orienta hacia el posible contenido de los paquetes (lo que no puede hacer la radiografía ni la ecografía), permite tratar con mayor efectividad, al conocer el agente causal, las manifestaciones clínicas y, en caso de viraje (negatividad al ingreso, positividad a las pocas horas), confirmaría la extravasación de la droga procedente de los paquetes y reforzaría la indicación quirúrgica. Además, si la técnica analítica es semicuantitativa o cuantitativa, su capacidad para discernir entre consumo habitual y absorción masiva se incrementa notablemente.