Los términos brida y adherencia, utilizados indistintamente en el ámbito quirúrgico, causan confusión. El uso preciso del lenguaje es fundamental para la docencia y el desarrollo de nuestra profesión y de la ciencia. El cometido de este manuscrito es el conocimiento y uso correcto de los mismos.
El término brida se toma del francés «bride», y a su vez del germanismo bridel, («brit’l o «brîtil»). Por otro lado, adherencia proviene del latín tardío «adhaerentia» [ad «junto a» + haerē(re) «adherirse» + -ntiam «acción de»]. Sinequia, tiene su origen exclusivo en el griego antiguo [sýn σ?ν gr. «con», «unión» + ekh- Ḕχω gr. «tener», «estar en contacto» + -e-ia]: synékheia (συνὲχ¿ια). Este último es, por tanto, el término más arcaico de los 31–3.
Brida es la banda o tejido fibroso vascularizado que une superficies orgánicas serosas revestidas por epitelios (peritoneo). Su formación es consecuencia de fibrina organizada en forma de tejido conectivo fibroso. Facilita la adhesión entre las estructuras revestidas por serosas que, en condiciones normales, no están adheridas1.
La adherencia es la unión física o pegadura. Cualidad de adherente. Es la unión anormal o patológica entre dos estructuras anatómicas que normalmente están separadas; luego se trata de un término más genérico1.
Sinequia es la existencia de continuidad entre dos estructuras. Trata de la adherencia entre las partes próximas1. Es, por tanto, aún más genérico y contendría a los 2 previos.
El término brida es prestado de la equitación. Hace referencia al conjunto de correas de las riendas que mantienen los bocados y sirven de freno al caballo. Desde el punto de vista médico aparece descrito ya en las traducciones del libro de Aforismos de Hipócrates. En castellano se usa por primera vez en 12934,5 para referirse a los filamentos membranosos que se forman en las heridas y abscesos, de ahí el término desbridar: deshacer las bridas3.
Especial mención tienen la brida angiomesentérica o de Harris: es un pliegue peritoneal extendido desde la vesícula biliar y el conducto cístico, cruzando la cara anterior del duodeno2.
El término adherencia hace referencia a la adhesión, fijación o unión física y patológica entre 2 cosas1,2. El término aparece utilizado en castellano por primera vez en 13403,5. Su uso es por tanto más genérico y posterior, aunque podemos verlo en términos muy específicos como son: la «adherencia ática» que es la adherencia en torno de la vesícula biliar y la región pilórica; o bien la «adherencia epitelial»: entre la encía y las piezas dentarias2,3,5.
Sinequia: término prestado del ferrocarril como sinónimo de la eclisa, que es el elemento de unión entre los carriles. En fontanería es el elemento de unión entre tuberías. Se introdujo ampliamente en el lenguaje médico por contribución del francés synéchie en 1808.
Actualmente, su uso se aplica a las sinequias iridianas: entre el iris y la córnea (anteriores), o el iris y el cristalino (posteriores). También se utiliza el término sinequia vulvar, sinequia uterina o sinequia balanoprepucial. También encontramos las sinequias nasales, haciendo referencia a la adherencia entre las paredes de la fosa nasal2.
En definitiva, aunque los 3 son términos complementarios y sinónimos en su uso cotidiano, podemos concluir diciendo que las bridas son la denominación de las adherencias peritoneales, siendo estas últimas un tipo anómalo de sinequias.
El acto quirúrgico de seccionar las bridas se denomina lisis/ablación de bridas. Esto es debido a que el término más frecuentemente utilizado (norma) para llamarlas son «bridas». Sin embargo, si las denominamos adherencias, el término adecuado es «adhesiotomía, adhesiolis o enterolisis». Por otro lado, si las denominamos sinequias, el término adecuado sería «sinequentoromía»2,3.
Desde el punto de vista lingüístico y normativo, deberíamos utilizar el término brida para designar a la adherencia causante de la oclusión intestinal, reservando el término adherencia para describir el fenómeno de unión anormal entre superficies peritoneales. El término sinequia sería equivalente, aunque en desuso normativo en cirugía.
A los doctores J.A. Pereira Rodriguez y Silvia Valverde por revisar el manuscrito y compartir la admiración por el lenguaje.