Sr. Director:
El quiste mesentérico es una entidad poco frecuente que se ha definido como cualquier lesión quística localizada en el mesenterio subdividiéndose, según su origen, en tumores linfáticos, mesoteliales, urogenitales, dermoides, entéricos y seudoquistes1. Los más frecuentes son los linfangiomas benignos, producidos por una proliferación de tejido linfático ectópico2. Recientemente atendimos en nuestro hospital a un varón de 14 años ingresado por dolor abdominal difuso y leve, en el que la tomografía computarizada demostraba un quiste mesentérico de 8 cm de diámetro. Durante su estancia hospitalaria presentó un cuadro de abdomen agudo, lo que obligó a su intervención quirúrgica urgente, en la que se demostró una peritonitis por perforación espontánea del quiste y en la que el tratamiento fue la resección quirúrgica, sin resección intestinal (fig. 1); el postoperatorio y la evolución durante 1 año fueron favorables.
Fig. 1. Quiste mesentérico con signos de perforación (A). Resultado final tras la exéresis (B).
Aunque la mayoría de las veces son asintomáticos y el diagnóstico es casual por pruebas de imagen2,3, se han descrito diferentes complicaciones graves como son, entre otras, la infección, la hemorragia, la isquemia intestinal y la rotura2,4, por lo que creemos que el tratamiento debe ser la resección quirúrgica incluso cuando el hallazgo ha sido casual. Asimismo, en ocasiones, el compromiso vascular obliga a la resección de un segmento intestinal2. El abordaje laparoscópico para el tratamiento de los quistes mesentéricos es una buena opción5, aunque está por definir su utilidad en casos urgentes. La punción y el vaciamiento presentan demasiadas recidivas para su realización2-4. Los resultados y el pronóstico tras la cirugía son excelentes.